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Primera de Juan, capítulo 2, si Dios lo permite, vamos a considerar desde el versículo 26 hasta el versículo 28. Primera de Juan, capítulo 2, desde el versículo 26 hasta el versículo 28. El peligro del engaño es real. Permanece en Cristo. El peligro del engaño es real. permanece en Cristo. Aquí en este texto vemos que el apóstol Juan realmente está haciendo un resumen, porque en versículo 26 el apóstol Juan le recuerda el peligro de los engañadores. En versículo 27 le recuerda a los creyentes de los recursos que tienen por la unción que han recibido. Se han recibido del Espíritu Santo que mora dentro de ellos y tienen esa ayuda del Espíritu Santo que les protege ante los engañadores. Y en el versículo 28, el apóstolo Juan les indica que el retorno de Cristo, el retorno de Cristo debe motivarles para permanecer en Él, para permanecer conectados a Cristo, permanecer en esa relación con Cristo, en la enseñanza que han recibido sobre Jesucristo. Y es que el peligro del engaño es real, permanece en Cristo. Quiero leer el texto, aquí en 1 de Juan, capítulo 2, versículo 26, dice, os he escrito esto sobre los que os engañan. Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros. y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe así como la unción misma os enseña todas las cosas y es verdadera y no es mentira según ella os ha enseñado permaneced en él y ahora hijitos permaneced en él para que cuando se manifieste tengamos confianza para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados. Acabo de leer ahí 1 de Juan capítulo 2 desde el versículo 26 hasta el versículo 28. El peligro del engaño es real permanece en Cristo. Aquí vemos como en el versículo 26 el apóstol Juan resalta que hay personas que les están intentando engañar. O sea, no es nada nuevo. La Escritura, vez tras vez, nos advierte que habrá engañadores. Y por ello aquí, el apóstol Juan menciona a aquellos que les están intentando engañar. Son aquellos que han salido de la congregación de la iglesia, como nos menciona el versículo 19. En 1 Juan 2, 19, salieron de nosotros. pero no eran de nosotros porque si hubieran sido si hubiesen sido de nosotros habrían permanecido con nosotros pero salieron para que se manifieste que no todos son de nosotros entonces ahí mencionando a estos que salieron que luego en versículo 18 incluso en versículos 18 les ha identificado como anticristos reflejando su carácter de aquellos que se oponen a Cristo y vemos que estos son los que les están intentando engañar y por ahí el apóstol Juan dice os he escrito esto sobre los que os engañan esas palabras os he escrito lo que el apóstolo Juan está pensando en la perspectiva de cuando reciben la carta. Reciben la carta y entonces, para ellos es, en el pasado, os he escrito, aunque el apóstolo Juan ahora mismo está escribiendo, pero él le escribe pensando en esta perspectiva, cuando reciban la carta. Y entonces, he escrito esto, posiblemente se refiere a la carta de primera de Juan, pero es más probable que se refiera al versículo 18 hasta el versículo 25 del capítulo 2, porque ha estado hablando expresamente sobre aquellos que engañan. Y entonces, como mencioné, en el versículo 18 les ha identificado como anticristos, aquellos que se oponen a Cristo. Ahora les describe como engañadores, como aquellos que les están intentando seducir. Y es que estos anticristos se oponen a Cristo y no quieren creer la verdad sobre Cristo. Estos anticristos tienen la mira en captar a los creyentes a creer sus herejías, a creer sus enseñanzas engañosas. Entonces, lo que el apóstolo Juan está enfatizando, que no es suficiente saber que los herejes están cerca, o sea, la proximidad, que estos herejes están a su alrededor, sino Hay que entender, estos herejes os están intentando engañar. Están intentando persuadir a los creyentes a seguir su error. Ahora, Jesús mismo en Marcos 13, del 22 al 23, dijo, porque se levantarán falsos cristos y falsos profetas, y harán señales y prodigios para engañar, si fuese posible, a uno de los escogidos. Mas vosotros mirad, os lo he dicho todo antes. Eso es Marcos 13, versículo 22 al versículo 23. donde Jesús deja claro, oye, van a venir estos engañadores. ¡Os lo he dicho! O sea, tenéis que estar alertas, tenéis que velar, porque estas personas van a venir, os van a intentar engañar. Y entonces, por ello aquí el apóstol Juan está reiterando esa idea de que van a venir engañadores. Y aquí están estos herejes, estos anticristos, aquellos que se han separado de la congregación, de la iglesia, pues ellos son engañadores. Estos engañadores se esfuerzan activamente por seducir y lo que resalta es sus esfuerzos. Aunque no está resaltando su eficacia para engañar a los creyentes. Y es que aunque estos anticristos han salido de la comunidad de creyentes siguen intentando engañar a los fieles seguidores de Jesús. Quieren desviar a los creyentes genuinos de la fe genuina. y les quieren desviar de la enseñanza apostólica, les quieren desviar de la comunión con la Iglesia de Cristo. Y por ello el apóstol Juan confirma esta idea de que, oye, estos engañadores están a vuestro alrededor, os estarán intentando engañar, tener cuidado, porque Juan no subestima la sutileza de los herejes. Él desea que los creyentes estén alertas y que se guarden ante los intentos engañosos de los herejes. Y por ello vemos esta advertencia de que habrá engañadores, de que hay engañadores a su alrededor. Y entonces en versículo 27 lo que hace el apóstol Juan es, le recuerda a los creyentes que Dios ya les ha dado los recursos que necesitan para enfrentar el peligro y específicamente la unción. Ahora, la unción se refiere al Espíritu Santo porque aquí vemos en el versículo 27 menciona que la unción nos enseña Ahí, a la mitad del versículo 27 dice, así como la unción misma os enseña todas las cosas y es verdadera y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él. Entonces, la unción que menciona es el Espíritu Santo a quien Dios ha enviado y mora en el creyente. Y es que, aquí vemos el contraste entre los engañadores y los creyentes, porque los creyentes han recibido la unción. Versículo 27 dice, pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe. Entonces, el creyente ha recibido la unción. Y lo cual, tener el Espíritu Santo que mora dentro de ti, da ese confort, ese alivio, ese ánimo, esa ayuda que necesitamos ante la amenaza de aquellos que se oponen a Cristo. Entonces, ante la amenaza de los anticristos, el apóstolo Juan le recuerda que tienen al Espíritu Santo. O sea, la unción del Espíritu Santo es la defensa fundamental. Por eso, en 1 Juan 4, versículo 4, dice, Hijitos, vosotros sois de Dios y los habéis vencido. ¿Por qué? Mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo. Entonces, viendo este recurso, el Espíritu Santo que mora dentro de nosotros es quien nos defiende, es una defensa fundamental. Y aquí menciona el término recibisteis, pero la unción que vosotros recibisteis, ese término recibisteis implica el momento que aceptaron el mensaje de salvación, el momento que pusieron su fe en Cristo como Señor y Salvador. Recibieron el Espíritu Santo. como nos dice 2 Corintios capítulo 1 del versículo 21 hasta el versículo 22 dice y él que nos confirma con vosotros en Cristo y el que nos ungió es Dios el cual también nos ha sellado y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones eso es 2 Corintios Capítulo 1, desde el versículo 21 hasta el versículo 22. Viendo que el creyente en su conversión, o sea, al poner su fe en Cristo como Señor y Salvador, recibe al Espíritu Santo que mora dentro de él y es ese... Ahí nos menciona que son las arras del Espíritu en nuestros corazones. Es el quien nos sella y quien nos guarda, quien nos protege, quien nos enseña, quien nos ilumina el entendimiento para poder entender la Escritura, para poder entender la voluntad revelada de Dios y para poder discernir entre lo bueno y lo malo. Incluso nos dice Efesios capítulo 1 versículo 13 al 14. Efesios capítulo 1 versículo 13. En él también vosotros habiendo oído la palabra de verdad El Evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida para alabanza de su gloria". Esos Efesios capítulo 1, desde el versículo 13 al versículo 14, donde vemos ese proceso. Primero se ha escuchado, o sea, se ha oído la palabra de verdad. ¿Qué es la palabra de verdad? El Evangelio de vuestra salvación, Y entonces habéis creído en él. Por eso dice, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu de la promesa. Entonces ahí identifica ese momento de conversión. Cuando una persona escucha el Evangelio, cree el Evangelio, se apropia por la fe del sacrificio de Cristo en la cruz, y entonces recibe salvación, recibe perdón de pecados, recibe vida eterna y en ese momento es sellado con el Espíritu Santo y entonces el Espíritu Santo mora dentro del creyente y por ello el creyente tiene este recurso, esta protección lo cual nos dice aquí el versículo volviendo aquí a primera de Juan capítulo 2 versículo 27 dice, pero la unción que vosotros recibisteis, o sea, el Espíritu Santo que vosotros recibisteis en el momento de vuestra conversión, recibisteis de Él, ahora el Él, aunque sabemos de acuerdo a las escrituras que Dios envía al Espíritu Santo porque Jesús mismo dice, yo le pediría a mi padre para que os envíe otro consolador, pero vemos que realmente la unión entre Dios padre y Dios hijo enviando al Espíritu Santo que mora dentro del creyente, viendo esa unidad, pero aquí, por el contexto, especialmente porque en el siglo XXV se refiere a Jesucristo, dice, y esta es la promesa que Él nos hizo, la vida eterna, entonces, lo más probable es que esté identificando aquí, recibiste el Espíritu Santo de Cristo. ¿Por qué? Porque Él le pidió al Padre que enviase al Espíritu Santo. Y entonces, Aquí vemos el Espíritu Santo que los creyentes han recibido. ¿Y qué es lo que ocurre? Permanece. Permanece en vosotros. Eso implica que mora. El Espíritu Santo mora dentro del creyente. Y le equipa para mantenerse firme ante los engañadores. Especialmente en el contexto en el que se encuentran los destinatarios de la carta de primera de Juan. están rogados de personas que les quieren engañar. O sea, de estos que se oponen a Cristo, hay falsos maestros, hay personas que les intentan hacer errar, y el Espíritu Santo les protege a los creyentes, les guarda. El Espíritu Santo es quien asegura victoria. Y por ello nos dice Él permanece. O sea, dice la unción que vosotros os recibisteis de Él permanece en vosotros. Y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe. Porque estos anticristos, que tenían tendencias gnósticas, ellos afirmaban un conocimiento superior. Afirmaban que ellos eran la élite espiritual por su conocimiento. Y por ello, ellos estaban intentando enseñar y persuadir a los creyentes genuinos a seguir sus propias creencias. Estaban distorsionando el Evangelio. No creían que Jesús era el Cristo. No creían que Jesús de Nazaret realmente era el Mesías, que era Dios encarnado. Y por ello, se están intentando engañar por medio de sus enseñanzas. Y por ello, aquí el apóstol Juan dice, no tenéis necesidad de que nadie os enseñe, porque tienen el Espíritu Santo que mora dentro de ellos. Ahora, esa frase, no tenéis necesidad de que nadie os enseñe, no significa que no necesitan instrucción ni guía. Porque aquí mismo el apóstol Juan les está instruyendo, les está guiando, les está enseñando. Hay que recordar que Dios ha dado a la iglesia líderes maestros para su edificación. Como nos dice Efesios 4, del 11 al 12. Y él mismo constituyó a unos apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo. Entonces, esos Efesios 4, del 11 al 12, Dios ha establecido líderes, ha establecido maestros para la edificación de la iglesia, donde enseñan a la iglesia, donde guían a la iglesia. Entonces, Juan no está hablando de la acumulación de conocimiento de la verdad. No está hablando de que no necesitan más enseñanza de la escritura. Sino, Juan está haciendo hincapié en que los creyentes pueden detectar cuando algo es verdad o no. O sea, el Espíritu Santo mismo que mora dentro del creyente le ilumina el entendimiento al creyente para que pueda discernir entre lo verdadero y lo falso. O sea, Dios capacita al creyente para discernir entre lo que es sana doctrina y lo que es herejía. Entonces, Dios da la habilidad al creyente, por medio del Espíritu Santo, para discernir entre lo verdadero y lo falso. Por ello no necesitan que nadie les enseñe. Cuando escuchan enseñanza dicen, oye, eso no suena bien. Algo está mal. Y es que estos falsos maestros que tenían estas tendencias gnósticas afirmaban un conocimiento superior. Sin embargo, el creyente tiene el Espíritu Santo que le habilita para discernir entre la sana doctrina y la herejía. Porque es el Espíritu Santo quien enseña al creyente. Nos dice Juan 14, 26 Y además el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, Él os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que yo os he dicho. Sos Juan 14, versículo 26. Y es que todos los creyentes, todos los creyentes tienen el Espíritu Santo que mora dentro de ellos y les enseña Y por eso aquí nos dice, volviendo aquí a primera de Juan, capítulo 2, versículo 27, dice, pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe. Así como la unción misma, os enseña todas las cosas. O sea, el Espíritu Santo que mora dentro del creyente, nos enseña. Ahora aquí menciona esa frase, os enseña todas las cosas. Eso no significa que nos enseña sobre todos los ámbitos del conocimiento. O sea, el Espíritu Santo no tiene el propósito de hacernos omniscientes, en el sentido de que lo sepamos absolutamente todo, que conozcamos absolutamente todo, no. El Espíritu Santo enseña al creyente sobre las cosas que necesita saber para poder distinguir entre la verdad y el error. Además, Juan no está afirmando que el creyente ya no tiene necesidad de maestros cristianos, sino que el apóstol Juan está enfatizando el Espíritu Santo que tenéis dentro de vosotros, os enseña, os ayuda a discernir entre lo verdadero y lo falso. no tenéis necesidad de alguien que os diga entre lo que es verdad y falso porque el Espíritu Santo es quien confirma eso en vuestros corazones y por eso dice la mitad del versículo 27 así como la unción misma os enseña todas las cosas y es verdadera y no es mentira según ella os ha enseñado permaneced en Él Y entonces, aquí resalta que el Espíritu del Dios verdadero habla la verdad, enseña la verdad. Es Dios el Espíritu, el Espíritu de verdad, y comunica la verdad. Entonces, por ello, esas palabras, es verdad y no mentira, aseguran al creyente que tiene las herramientas que necesita. para resistir a los engañadores. Lo que el Espíritu Santo enseña es verdad. ¿Por qué? Porque es el Dios verdadero. Enseña la verdad y es totalmente ausente de engaño. Y el creyente ha experimentado la enseñanza del Espíritu Santo en su vida. El Espíritu Santo es quien continúa enseñando al creyente desde su conversión. El creyente pone... la persona pone su fe en Cristo como Señor y Salvador. Recibe el Espíritu Santo en su corazón y el Espíritu Santo es quien le va conformando la imagen de Jesucristo, es quien le va transformando, quien le va iluminando el entendimiento para poder entender la Palabra de Dios, para poder entender la voluntad de Dios, para saber cómo debe de vivir, para poder discernir entre lo falso y lo verdadero. Y entonces el Espíritu Santo es quien nos enseña la verdad sobre Jesucristo, que Él es el Salvador, y por ello permanecemos en Él, permanecemos en nuestra relación con Él. Por eso dice la última frase del versículo 27, permaneced en Él, permaneced en Él. Y entonces, aquí esta frase, permaneced en él, podéis notar que luego lo repite en versículo 28. Dice, ahora, hijitos, permaneced en él. Ahora, en la última frase del versículo 27, hay problemas textuales en los manuscritos, pero parece que es imperativo del tiempo presente, al igual que encontramos ahí en versículo 28. porque el imperativo, o sea, un mandato, en el tiempo presente, tiene sentido, porque lo repite, ahí en versículo 28, permaneced en él. No tiene sentido que esté diciendo, estáis permaneciendo en él, y luego, que haga el mandato permaneced en él, no, sino, eh, tiene sentido de que repita ese mandato, ahí en versículo, al final del versículo 27 y al principio del versículo 28. La importancia de permanecer en Cristo. De permanecer en la enseñanza sobre Cristo. De permanecer en la verdad que han recibido. El mensaje de salvación sobre Jesucristo. Por ello deben de permanecer en Cristo. Permanecer en esa relación con Cristo. Porque lo que resaltan las escrituras es el que permanece. Ese es el que es salvo. y por ello está haciendo ese contraste entre aquellos que no permanecieron. ¿Quiénes son los que no permanecieron? En el versículo 18 menciona a estas personas que salieron de la comunidad de la iglesia, no permanecieron en la enseñanza apostólica sobre Jesucristo, no permanecieron en una relación con Cristo, no permanecieron en la fe, porque nunca habían sido creyentes, porque nunca habían puesto su fe en Cristo como Señor y Salvador. y por ello demostraron que no eran creyentes porque no permanecieron en la fe porque no permanecieron en la congregación de la iglesia y por ello el apóstol Juan les identifica como aquellos que se oponen a Cristo porque no quieren creer la enseñanza apostólica no quieren creer que Jesús es el Salvador, que es el Mesías es Dios encarnado ¿y qué es lo que están haciendo estos engañadores? engañando están intentando engañar. Y en especial tienen la mira sobre los creyentes. Los quieren desviar de la verdad. Y por eso el apóstol Juan nos dice en el siglo XXVI, os he escrito sobre los que os engañan. Pero, aunque les ha advertido y la escritura ya ha advertido de que van a venir estos engañadores, vemos como resalta aquí en el versículo 27 que el Espíritu Santo les capacita para resistir el error pero también en el versículo 28 vemos la motivación por la cual debemos de permanecer en Cristo permanecer en nuestra relación con Cristo y es porque Cristo volverá nos lo dice en el versículo 28 y ahora hijitos permaneced en él, para que cuando se manifieste tengamos confianza para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados". Eso es 1 Juan capítulo 2 versículo 28. Viendo como el apóstol Juan, una vez más, muestra su interés pastoral, ¿no? Ese interés que tiene por sus destinatarios, les ama en Cristo, les identifica como hijitos, como aquellos que necesitan su guía y atender a su autoridad y al mensaje que está comunicando, pero muestra ese interés pastoral. Por eso le llama hijitos varias veces aquí en Primera de Juan. por su interés en ellos. Y en versículo 28 dice, y ahora, hijitos, permaneced en él. Otra vez, el imperativo de que permanezcan en Cristo. Y lo que hace ahora, en versículo 28, es presentar la motivación de permanecer en una relación con Cristo. El llamado es mantener y profundizar su relación con Cristo. O sea, la motivación de permanecer en una relación con Cristo es el retorno de Cristo. Cristo va a volver, lo ha prometido. Y por ello nos dice, permaneced en él, esto es 1 Juan 2, 28, permaneced en él para que cuando se manifieste tengamos confianza para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados. O sea, lo que está indicando aquí el apóstolo Juan es que la promesa del retorno de Cristo impacta la vida de los creyentes para que vivan como Dios desea que vivan. El apóstolo Juan no duda el hecho de que Cristo va a retornar. sino que lo que hace es expresar la incertidumbre de cuándo vendrá. O sea, la incertidumbre del tiempo de su venida. Porque Cristo mismo prometió que volvería, pero también lo dejó muy claro, de que el tiempo de su retorno estaba oculto. No se había revelado aún. En Mateo 16, versículo 27, Mateo 16, versículo 27, Jesús dice, porque el Hijo del Hombre, es un título mesiánico, refiriéndose a Jesucristo, el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras. Eso es Mateo 16, versículo 27. O sea, vemos ahí prometido que va a volver en toda su gloria. Ahí menciona la gloria de su Padre con sus ángeles. Y en Mateo, perdón, en Marcos, Marcos 13, del 32 al 33, Jesús enfatiza que nadie sabe la hora. Nos dice en Marcos 13, 32, pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aún los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre. Mirad, velad y orad, porque no sabéis cuándo será el tiempo. Esos Marcos 13, del 32 al 33, donde Jesús subraya esa idea de que nadie sabe la hora, solamente Dios Padre. Entonces, lo que debemos hacer es mantenernos alertas. Por eso dice, mirad, velad y orad. No sabéis. No sabéis cuándo será el tiempo. Esa es la idea que está reflejando el apóstol Juan. Él no sabe cuándo es el tiempo, pero sabe que va a volver. Y por ello, Jesús exhortó varias veces que los discípulos debían estar preparados para su venida, como nos dice Mateo 24, 44. Por tanto, también vosotros estáis preparados, porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis. Eso es Mateo 24, versículo 44. El retorno de Cristo vindicará la proclamación del Evangelio y al mismo tiempo destruirá los poderes del mal, porque Él vendrá y juzgará a los malhechores. Y es que el apóstol Juan, aquí en primera de Juan, capítulo 2, versículo 28, exhorta a permanecer en Cristo porque su venida impactará a los creyentes. O sea, dependiendo de cómo estás viviendo, tendrás confianza de encontrarte con tu Señor o tendrás vergüenza. Por eso, dice, para que cuando se manifieste, estos primeros de Juan 2, 28, para que cuando se manifieste tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados. No sé si alguna vez habéis visto O quizás, si tenéis un perro que se ha portado mal, o habéis visto un perro que se ha portado mal, cuando llega el dueño, el perro tiene cabeza baja, sabe que ha hecho mal y viene en humildad, ¿no? O sea, está avergonzado. El perro sabe lo que ha hecho, sabe que... No sé, ha matado a la gallina, ¿no? O quizás ha, ha, ha... le ha metido un mordisco al bizcocho, ¿no?, a la tarta. O quizás ha tumbado la mesa, ¿no? Y el perro viene avergonzado. ¿Por qué? Porque tiene de qué avergonzarse. Ha hecho lo malo. ¿No? Cuando no ha hecho lo malo, Si alguna vez habéis visto un perro que cuando llega al dueño está súper contento. A veces, a veces, especialmente los perros chiquititos es como que botan, ¿no? Como que están tan, tan, tan emocionados de que está el dueño que rápidamente van al dueño y están, y le reciben con gozo, le reciben con placer, le reciben con todas sus ganas. Vemos la diferencia que hay, ¿no? Dependiendo a si se ha portado bien o si se ha portado mal. Creo que entendemos ese concepto. Es lo que el apóstol Juan nos está diciendo aquí en versículo 28. Dependiendo a cómo nos hayamos portado, dependiendo a cómo hayamos vivido nuestra vida, dependiendo de si cuando Cristo retorne o cuando estemos en su presencia, si aún tenemos pecados no confesados o no hemos vivido en total dedicación a Él, o le hemos fallado, entonces, vamos a tener esa vergüenza. Vamos a, sí, estar en su presencia, el gozo de su presencia, pero avergonzados por haberle fallado. En contraste con aquellos que, viviendo vidas de arrepentimiento, o sea, porque sabemos que todos pecamos, ¿no? Incluso aquí, en 1 Juan, lo deja muy claro, en el capítulo 1, En veresiglo 8 y 10 dice, si decimos que no tenemos pecado nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. Y en veresiglo 10, si decimos que no hemos pecado le hacemos a él mentiroso y su palabra no está en nosotros. Entonces, somos pecadores, vamos a pecar, pero tenemos la solución en Cristo Jesús, por eso en Prime de Juan 1.9 dice, si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. Eso es Prime de Juan 1.9, es algo que constantemente tenemos que mantener, tenemos que arrepentirnos de nuestros pecados, mantener nuestra relación con Cristo. Y entonces, cuando mantenemos nuestra relación con Cristo, viviendo para Él, viviendo vidas de arrepentimiento, arrepintiéndonos cuando pecamos, entonces, cuando Él venga, no vamos a estar avergonzados. Porque hemos mantenido esa relación, estamos bien en nuestra relación con Él, tenemos esa confianza. Y esa confianza muestra la seguridad. muestra la valentía, muestra la libertad que tendrá aquel que está permaneciendo en la relación con Cristo. La confianza es natural porque surge de una relación íntima con Cristo. Por eso nos dice aquí en 1 Juan 2.28 para que cuando se manifieste tengamos confianza. Tengamos confianza. para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados. Y es que el deseo de no estar avergonzado cuando Cristo retorne debe de incentivar al creyente a la obediencia, a vivir para Cristo ahora. Exhorta a permanecer en Cristo para que no nos avergoncemos de algún pecado sin confesar esa idea de avergonzados como dice para que no nos alejemos para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados puede puede implicar haber sido reprochados por cristo o sea cuando cuando cristo vuelve somos reprochados por Cristo, o avergonzados por Cristo, o puede implicar, es más probable, que sea simplemente la vergüenza personal por haber fallado. Nosotros sabemos lo que hemos hecho. Nosotros sabemos que le hemos fallado. Nosotros sabemos que hemos fluctuado en nuestra dedicación. Y entonces, es esa vergüenza propia de... de la persona que no ha mantenido su relación con Cristo, no ha permanecido en esa relación estrecha con Cristo. Es que los que son reprochados son los inconversos. por no tener una relación con Cristo. Entonces, por ello, es más probable que la imagen que nos presenta aquí es los creyentes que sienten vergüenza. Sienten vergüenza porque han fallado en su relación con Cristo. Entonces, la imagen es de un creyente que ha permitido que el pecado tome raíz en su vida por su negligencia en su relación con Cristo. Recuerdo... En una clase de retórica, memoricé un poema. Lo busqué, pero no lo encontré. Pero era un poema que tenía que ver con qué harías si Cristo llamase tu puerta ahora mismo. Y básicamente lo que el poema describía eran dos maneras de actuar. ¿Le abrirías la puerta con los brazos abiertos inmediatamente o te pondrías a esconder cosas? ¿O empezarías a lanzar cosas por la ventana para que Jesús no supiera lo que hay en tu casa? Y entonces el poema tenía esa idea. Te oye. ¿Estás preparado para encontrarte con tu Señor? ¿Estás preparado? ¿O tienes que limpiar tu vida antes? ¿Realmente quieres que Cristo vuelva? ¿Realmente quieres que Cristo vuelva por su iglesia ahora mismo? ¿O dices, no, espérate, espérate, dame tiempo? O sea, ¿por qué no me dices, oye, voy a venir mañana? Vale, vale, entonces puedo intentar, intentar arreglar mi vida de alguna manera para, para, para estar gozoso cuando te presentes. ¿O estarías avergonzado si de repente llama a tu puerta? Y dices, ¡espera, espera! ¡Voy! ¡Voy! Moviéndote de lado para lado y limpiando, preparando, limpiando tu vida, limpiando tu casa, etc. ¿No? Es algo que debemos de considerar. Y es lo que el apóstol Juan nos está diciendo. O sea, asegúrate de vivir de tal manera tu vida para que cuando Cristo vuelva no estés avergonzado. Y es que la desaprobación de Cristo la experimenta el creyente durante el Tribunal de Cristo. Como nos dice Primera de Juan, capítulo 1, del... eh... Perdón, Primera de Juan, capítulo 4. Primera de Juan, capítulo 4, desde el 17 al 19. Dice, en esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día de juicio. O sea, hay confianza en vez de vergüenza. Pues como Él es, así somos nosotros en este mundo. Versículos 18, esto es 1 Juan 4, 18. En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor, porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme no ha sido perfeccionado en el amor. Nosotros le amamos a Él porque Él nos amó primero. Eso es 1 Juan 4, del 17 al 19, donde ahí menciona ese contraste, esa confianza cuando estamos andando bien con Dios, cuando estamos viviendo en amor, no hay temor, hay confianza en el día de juicio. Pero si tenemos algo por lo cual debemos estar avergonzados, pues ahí es cuando vamos a experimentar esa desaprobación de Cristo. Y es que es el Tribunal de Cristo. El Tribunal de Cristo es la evaluación de los creyentes. Como nos dice Romanos 14, 10. Porque todos compareceremos ante el Tribunal de Cristo. Esa es la evaluación de los creyentes. Lo cual es diferente al juicio de los inconversos, que ocurre luego en Apocalipsis 20, del 11 al 15, que menciona el juicio del gran trono blanco, que eso identifica a aquellos que no están escritos en el libro de la vida y por eso van a pasar la eternidad en el lago de fuego. Los creyentes no van a ser juzgados de esa manera porque están en Cristo, pero van a ser evaluados en el tribunal de Cristo. Lo cual la evaluación nos lo menciona en primera de Corintios 3, del 12 al 15. Dice, y si sobre este fundamento alguno edificaré oro, plata, piedras preciosas, madera, heno o jarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta, porque el día la declarará. Pues por el fuego será revelada, y la obra de cada uno, cual sea el fuego, la aprobará. Si permaneciera la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Y si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo. Aunque así, como por fuego. Eso es 1 Corintios 3, del 12 al 15, donde menciona esta idea de que cada uno de nosotros en nuestra vida tenemos... Estamos edificando. Y tenemos diferentes materiales. Estamos edificando con diferentes materiales. y Dios va a evaluar esa edificación. Dependiendo del material que usemos, pues, vamos a recibir recompensa o no, porque va a ser probada por fuego. Y entonces, lo que... lo que permanece, por eso dice Bresilo XIV, si permaneciere la obra de alguno que sobre edificó, recibirá recompensa. Entonces, ahí vemos esa evaluación que va a ocurrir en el tribunal de Cristo. O sea, los creyentes van a ser evaluados. Y dependiendo al... como hayas vivido, lo que hayas hecho, vas a recibir recompensa, ¿o no? Obviamente todos los creyentes reciben vida eterna, perdón, de pecados, porque es lo que promete la Escritura, pero... más allá de eso, el tener esa... esa recompensa por... por haber vivido por Cristo, y entonces al mantener esa relación con Cristo no vamos a estar avergonzados en su venida sino vamos a tener esa confianza de esta relación íntima con Cristo y por ello vemos como el apóstol Juan se incluye a sí mismo entre aquellos que deben de permanecer en Cristo para no avergonzarse por eso dice para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados Ahora, lo que aparenta aquí en el versículo 28 es que esas últimas dos frases dicen lo mismo, pero en diferente orden. Porque... y de diferente manera. Porque dice, cuando... para que cuando se manifieste tengamos confianza. Para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados. Entonces, se manifiesta y su venida. Tengamos confianza y no estemos avergonzados. Y es que vemos que el retorno de Jesucristo debe motivarnos a vivir por él. Entonces, aquí en este texto, en 1 Juan capítulo 2, desde el versículo 26 al versículo 28, nos muestra que el peligro es real. Por ello, permanece en Cristo. O sea, la Escritura nos advierte que habrá engañadores. El Espíritu Santo nos capacita para resistir el error y el retorno de Jesucristo nos motiva a vivir por Él. Entonces, permanece en Cristo. Vamos a terminar en oración.
El peligro del engaño es real; permanece en Cristo
Series 1 Juan
Sermon ID | 1215241831512777 |
Duration | 45:31 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | 1 John 2:26-28 |
Language | Spanish |
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