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Primero de Juan, capítulo 2, si Dios lo permite, vamos a considerar desde el versículo 3 hasta el versículo 6. Primero de Juan, capítulo 2, desde el versículo 3 hasta el versículo 6. Demuestras con tu vida que conoces a Dios. Demuestras con tu vida que conocemos, o sea, que conoces a Dios. Aquí en 1 Juan capítulo 2 nos dice el versículo 3. En esto sabemos que nosotros le conocemos si guardamos sus mandamientos. El que dice yo le conozco y no guarda sus mandamientos. El tal es mentiroso. y la verdad no está en él. Pero el que guarda su palabra, en este verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado. Por eso sabemos que estamos en él. El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo. Eso es 1 Juan capítulo 2 desde el versículo 3 hasta el versículo 6. Realmente se puede resumir con obedece la palabra de Dios e imita a Jesucristo. Porque aquí nos presenta que aquellos que conocen a Dios ponen en práctica sus mandamientos. Pero aquellos que afirman conocer a Dios sin poner en práctica los mandamientos son mentirosos. Y aquellos que afirman conocer a Dios, deben de seguir el ejemplo de Jesús. Ahora, aquí en en primera de Juan capítulo 2 versículo 3 dice, y en esto sabemos. Ahí hay un conocimiento. ¿De qué? De que nosotros le conocemos. De que conocemos a Dios. Y es que el apóstol Juan ahora quiere dar a conocer cómo una persona puede saber que es un creyente genuino, que realmente conoce a Dios. Y lo que está intentando hacer es mostrar las falsas afirmaciones de aquellos que dicen conocer a Dios. Pero es mentira. como lo hemos visto anteriormente ahí en 1 Juan capítulo 1 del 5 al 7 dice este es el mensaje que hemos oído de él y os anunciamos Dios es luz y no hay no hay ningunas tinieblas en él si decimos que tenemos comunión con él y andamos en tinieblas mentimos y no practicamos la verdad pero si andamos en luz Como Él está en luz, tenemos comunión unos con otros. Y la sangre de Jesucristo, Su Hijo, nos limpia de todo pecado. Entonces ahí, eso es 1 de Juan, capítulo 1, del versículo 5 hasta el versículo 7, donde el apóstol Juan lo pone muy claro. O sea, si realmente conoces a Jesús como Señor y Salvador, tienes un conocimiento de Dios, Dios es luz. Entonces, si tú estás caminando en tinieblas, si no estás practicando la palabra de Dios, estás viviendo en tu pecado, es que no conoces a Dios. Y es que el problema que el apóstol Juan está abordando es cómo conocer a Dios quien es luz. Y es que las afirmaciones de los falsos maestros, esas afirmaciones que ellos hacen, se centran en Dios. Por ello, cuando dice aquí en 1 Juan 2, versículo 3, dicen esto, sabemos que nosotros le conocemos. ¿Conocer a quién? Lo más probable es que esté hablando de conocer a Dios Padre. Es porque conocemos a Dios, Padre, por medio de Jesucristo. Y lo que hace el apóstol Juan es él iguala conocer a Dios con tener comunión con Dios. O sea, Juan destaca que no se puede separar el conocimiento verdadero de Dios de la obediencia a su voluntad revelada. O sea, no se puede separar el conocer a Dios con el poner en práctica su palabra, con el poner en práctica sus mandamientos. Pero los falsos maestros a quienes Juan se dirige tenían creencias gnósticas. Pero aún hay que entender que no era el gnosticismo desarrollado del segundo siglo. Estas personas con creencias gnósticas afirmaban conocer a Dios pero no a través de Jesucristo, no por medio de Jesucristo, sino por medio de alguna experiencia mística, por algún tipo de visión. Ellos declaraban que habían sido iluminados por el verdadero conocimiento y pensaban que su conocimiento de lo divino no tenía ninguna conexión con la conducta moral. O sea, ellos conocían a Dios y entonces eso era lo importante, la manera en que vivían no era importante. Podían vivir como les daba la gana, podían practicar el pecado y eso no les afectaba en su estado espiritual, eso es lo que pensaban. Por ello no se preocupaban por su conducta pecaminosa, porque pensaban que no les impedía comunión con Dios. Pero lo que el apóstol Juan deja muy claro, es que ese no es el caso. El conocimiento de Dios va a la par con poner en práctica sus mandamientos. O sea, el conocimiento para Juan implica conocimiento adquirido por la observación, por la experiencia y por la instrucción. Por ello el apóstol Juan afirma que el conocimiento real de Dios incluye componentes intelectuales, incluye componentes morales y espirituales. Y es que el conocimiento de Dios implica una relación espiritual con Dios. O sea, ¿cómo conoces a una persona? pues teniendo comunión con esa persona, hablando con esa persona, teniendo una relación con esa persona. Y es que Juan enfatiza la seguridad del conocimiento de Dios. Por eso nos dice, aquí en 1 de Juan, capítulo 2, versículo 3, en esto sabemos que nosotros le conocemos. Y no es un conocimiento abstracto, sino una relación con una persona. Y es que el creyente conoce a Dios por haber creído en Jesús como Señor y Salvador. Y ahora el creyente debe de guardar los mandamientos de Dios. Por eso nos dice, aquí en 1 de Juan, capítulo 2, versículo 3, en esto, o sea, está poniendo una prueba. A ver, ¿cómo pruebas de que realmente conoces a Dios? Dice, en esto sabemos que nosotros le conocemos, o sea, que conocemos a Dios. Que tenemos una relación con Dios. que estamos en Él. ¿Cómo lo sabemos? ¿Cuál es la prueba? Dice, si guardamos sus mandamientos. Entonces, conocer a Dios implica conocerle personalmente y eso implica comunión con Él, como nos dice capítulo 1 versículo 4. Estas cosas os escribimos para que vuestro gozo sea cumplido. Dice, y... Perdón, en el versículo 3. Dice, lo que hemos visto y oído estos anunciamos para que también vosotros tengáis comunión con nosotros y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Entonces, el conocer a Dios implica esa comunión con Dios. Eso es ahí, capítulo 1, primera de Juan 1, versículo 3, donde menciona esa comunión con otros creyentes, pero también comunión con con Dios Padre y con Su Hijo, Jesucristo. Pero también implica, este conocimiento de Dios implica el andar en la luz, el andar en rectitud. Como nos dice 1 Juan 1, versículo 7. Si andamos en luz, como Él está en luz, tenemos comunión unos con otros y la sangre de Jesucristo, Su Hijo, nos limpia de todo pecado. Pero también implica la idea de permanecer en Él. O sea, esta comunión con Dios es permanecer en Él, en esta unión, en esta relación donde nos dice en 1 de Juan capítulo 2 del 5 al 6. Pero el que guarda su palabra en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado. Por esto sabemos que estamos en Él. El que dice que permanece en Él debe andar como Él anduvo. Entonces, esta idea de conocer a Dios implica esta relación permanente, el permanecer en Él, esta unión que tenemos con Dios por medio de Jesucristo. Y es que conocer a Dios implica o nos lleva a cumplir los mandamientos de Dios. Y el creyente cumple los mandamientos de Dios por amor. Y es que guardar los mandamientos de Dios muestra que uno conoce a Dios. Eso es lo que nos está diciendo aquí el apóstol Juan aquí en primera de Juan capítulo 2 versículo 3 dice y en esto sabemos que nosotros le conocemos si guardamos sus mandamientos y si notáis hay una frase condicional si guardamos sus mandamientos. Y eso lo que hace es nos desafía. Nos desafía a considerar si nosotros cumplimos esa condición. ¿Ponemos en práctica nosotros los mandamientos de Dios? ¿Servimos a Dios por medio de nuestras vidas? O sea, ¿ponemos en práctica su palabra? ¿Ponemos énfasis en ponerla en práctica en vivir de acuerdo a ella? Y es que lo que hace el apóstol Juan es... él insiste que ninguna experiencia religiosa es válida si no impacta la conducta moral. Es como nos dice Tito. Tito, capítulo 1, versículo 16. Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan. Eso es Tito 1, 16. O sea, profesan conocer a Dios. Y es muy fácil profesar. Muy fácil decirlo con la boca. Pero estas personas que solamente profesan a Dios y no tienen un conocimiento real, genuino, pues sus prácticas, sus hechos, van a negar esa afirmación. Por eso nos dice el título 1.16, profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan. O sea, niegan esa afirmación de que ellos conocen a Dios. Y es que Juan, lo que hace el apóstol Juan es, él clarifica que la obediencia moral es una prueba de que conocemos a Dios. Sólo aquellos que obedecen a Dios pueden afirmar que le conocen y tienen una relación con Él. Y lo que hace es identificar una obediencia que caracteriza a la persona. Es una persona que obedece constantemente. Es una práctica común de obedecer, obedecer los mandamientos de Dios. Y es que el creyente tiene un amor que crece. Porque ha sido transformado por la obra de Cristo en la cruz. Y por ello su amor crece. Y crece su deseo de obedecer los mandamientos de Dios. Y es que obedecer los mandamientos de Dios nos confirma de que somos hijos de Dios. Por eso aquí el apóstol Pablo puede decir, en esto sabemos. O sea, ¿en esto a qué se refiere? Se refiere a guardar los mandamientos de Dios. O sea, en esto sabemos que nosotros le conocemos. Si guardamos sus mandamientos. O sea, la seguridad de que somos personas que conocen a Dios depende de nuestra obediencia continua a sus mandamientos. Lo que prueba si uno es creyente genuino es si guarda los mandamientos de Dios. Hay que recordar, las obras no te salvan, pero el creyente que ha sido redimido, que ha sido salvo por la gracia de Dios, va a poner en práctica los mandamientos de Dios. En Efesios, Efesios 2, del 8 al 9, es bastante claro donde nos dice, porque por gracias sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros, pues es don de Dios, no por obras, para que nadie se gloríe. Versículo 10, porque somos hechuras suyas creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. Esos Efesios 2, del 8 al 9, donde ahí deja muy claro que la salvación no es por obras, sino que Dios nos ha creado para buenas obras, entonces es el resultado de nuestra salvación, es el resultado de haber puesto nuestra fe en Cristo como Señor y Salvador. Pero las obras no nos salvan, son el resultado de nuestra fe. Y eso es lo que está resaltando aquí el apóstolo Juan, diciendo, así es como sabes si eres creyente o no. Si pones en práctica los mandamientos de Dios y lo haces por amor. Y es que guardar los mandamientos de Dios implica su voluntad revelada. Aún así, aquí en 1 Juan especifica sus mandamientos como creer en Jesucristo y amar a otros. Ahí mismo en capítulo 3, primera de Juan, capítulo 3, del 21 al 23. Primera de Juan, capítulo 3, versículo 21, dice, amados, si nuestro corazón Si nuestro corazón no nos reprende confianza, tenemos en Dios. Y cualquiera cosa que pidiéramos la recibiremos de Él porque guardamos sus mandamientos y hacemos las cosas que son agradables delante de Él. Versículo 23. Y éste es su mandamiento. Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado. Versículo 24, y el que guarda sus mandamientos permanece en Dios y Dios en él, y en esto sabemos que él permanece en nosotros por el Espíritu que nos ha dado. Entonces ahí en ese texto, he leído primera de Juan capítulo 1 del versículo 21 hasta el versículo 24, menciona en versículo 23 ese mandamiento, ¿no?, de creer en Jesús como Señor y Salvador y amarnos los unos a los otros. Entonces, implica toda esa revelación divina, aunque aquí en primera de Juan está enfatizando esos dos mandamientos justamente porque los falsos maestros rechazan de que Jesús es el Mesías, de que Jesús realmente es Hijo de Dios, de que Él es el Salvador, y rechazan de que sus obras realmente impactan su estado espiritual y por ello no tienen que amar a sus prójimos como a sí mismos. Y por ahí hay mención a esos mandamientos de creer en Jesús y amar a otros. Ahora, hay que tener muy claro que esta idea de que guardar los mandamientos y de que eso nos da a entender de que somos hijos de Dios, de que realmente lo conocemos. Eso no implica que para conocer a Dios es necesario cumplir perfectamente todos sus mandamientos. Porque estamos en una naturaleza pecaminosa y batallamos espiritualmente contra nuestra carne, contra el pecado, contra, como nos dice Efesios 6, toda clase de seres espirituales. Y estamos en una batalla espiritual. Y por ello se refiere a aquellos que de acuerdo a sus capacidades y debilidades humanas buscan ser obedientes. O sea, buscan cumplir los mandamientos de Dios. Expresa la idea de vigilar para practicar obedientemente los mandamientos de Dios. Entonces, la pregunta que debemos hacernos es ¿estoy yo intentando, o sea, buscando fervientemente cumplir los mandamientos de Dios? Porque aquí vemos esta prueba de que al guardar los mandamientos de Dios, eso prueba de que conocemos a Dios. Y entonces, en versículo 4, esto es 1 de Juan, capítulo 2, versículo 4, Vemos como el apóstol Juan advierte a aquellos que afirman conocer a Dios, pero no ponen en práctica su palabra. Porque la afirmación de conocer a Dios se comprueba al evaluar la conducta. Por eso aquí nos dice 1 Juan capítulo 2, versículo 4. El que dice yo le conozco y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso. y la verdad no está en él. Básicamente lo que está haciendo aquí el apóstol Juan es repetir la idea de lo que ha dicho ahí en capítulo 1, versículo 6, donde dice, si decimos que tenemos comunión con él y andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad. Entonces nuestro conocimiento de Dios va a la par con el poner en práctica sus mandamientos, el obedecerle Y es que el apóstol Juan rechaza la seguridad de aquellos que afirman conocer a Dios, pero no guardan sus mandamientos. O sea, describe a personas que persisten en incumplir los mandamientos de Dios. O sea, esa es una característica de su vida. Incumplen los mandamientos de Dios, pero afirman conocer a Dios. Y lo que el apóstol Juan está diciendo es que son mentirosos. ellos no están diciendo la verdad. Y es que Juan describe la conducta de estas personas como continuamente desobedientes. Sus obras demuestran que no conocen a Dios. Y es que guardar los mandamientos de Dios incluye creer en Jesucristo y hacer lo que Él manda. Como leía anteriormente ahí en 1 Juan 3, 23. Dice, este es un mandamiento que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado. Entonces vemos ahí la importancia de creer en Jesús, eso es principal, no podemos conocer a Dios si no hemos puesto nuestra fe en Cristo como Señor y Salvador. Y demostramos que hemos puesto nuestra fe en Cristo como Señor y Salvador cuando ponemos en práctica sus mandamientos, cuando hacemos lo que Él manda. Y es que vivir una vida caracterizada por la desobediencia hacia los mandamientos de Dios niega la afirmación de conocer a Dios. Y es que el conocimiento de Dios se demuestra de manera práctica e impregna toda área de la vida. O sea, tu conocimiento de Dios se debe de notar, se debe de ver en cómo vives, qué es lo que haces, Es que una persona puede afirmar conocer a Dios, pero si vive en desobediencia constante hacia Dios, demuestra que realmente no le conoce. Que es mentiroso. La verdad no está en él. Ahora ahí, esa frase, la verdad no está en él, es simplemente reiterando de que es mentiroso. ¿Vale? Es igual a esa idea de mentiroso, igual a la verdad no está en él. es un engañoso, o sea, no dice la verdad, es mentiroso. Y es que el apóstol Juan está resaltando que una persona no puede tener una relación genuina con Dios si no obedece los mandamientos de Dios. Aquellos que conocen a Dios no van a vivir una vida caracterizada por la desobediencia. sino que van a obedecer a Dios, porque tienen una relación con Dios, porque aman a Dios. El creyente genuino ama a Dios y pone en práctica sus mandamientos por amor. Y por ello, vemos el contraste en versículo 5, donde dice, pero el que guarda su palabra en este verdaderamente el amor de Dios, se ha perfeccionado. Por esto sabemos que estamos en él. O sea, el apóstol Juan quiere asegurar a los creyentes que al guardar la palabra de Dios demuestran que son genuinos. Y ahora lo que hace es mencionar la palabra de Dios, no solamente no solamente sus mandamientos, sino guardar su palabra, que abarca toda la revelación de su voluntad. ¿Vale? Toda su revelación, o sea, toda la palabra de Dios. Donde nos dice aquí en versículo 5, pero el que guarda su palabra, o sea, el que la pone en práctica, el que vive de acuerdo a ella, el que la protege, la custodia, pero la guarda en su corazón para vivirla. el que guarda su palabra. En éste, verdaderamente, el amor de Dios se ha perfeccionado. Por ésto sabemos que estamos en él. Está ahí reiterando esa idea de que nuestra vida, nuestra práctica demuestra si somos creyentes o no. El poner en práctica los mandamientos de Dios demuestra si somos creyentes o no. Y es que los que niegan su pecado, no guardan la palabra de Dios. Eso es lo que nos menciona ahí en primera de Juan capítulo 1 versículo 10. Dice, si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso. Y su palabra no está en nosotros. ¿Veis ese contraste? Aquellos que mienten, aquellos que niegan su pecado, la Palabra de Dios no está en ellos, o sea, no viven de acuerdo a la Palabra de Dios, no lo valoran, no lo aman. Pero, volviendo aquí a 1 Juan capítulo 2 versículo 5, dice, pero el que guarda su Palabra, en este verdaderamente, el amor de Dios se ha perfeccionado. Ahora ahí si notáis, resalta ese término verdaderamente. Lo cual contrasta con las afirmaciones vacías de los mentirosos. Porque los mentirosos no dicen la verdad. Ellos engañan. Son mentirosos. Pero aquí contrasta. Aquellos que guardan la Palabra de Dios, verdaderamente conocen a Dios. Y por ello aquí dice, verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado. En éste, verdaderamente, el amor de Dios se ha perfeccionado. Y es que lo que Juan está subrayando aquí en versículo 5 es una obediencia persistente, en contraste con esa desobediencia persistente que encontramos ahí en versículo 4, de las personas que dicen, yo le conozco, pero no guardan los mandamientos de Dios. Ellos son mentirosos y la verdad no están ellos. Pero aquí en versículo 5 vemos una persona que obedece y es alguien que persiste obedeciendo, alguien que continúa obedeciendo, alguien que es una característica de su vida. Obedece la palabra de Dios. Por eso dice, pero el que guarda su palabra en éste, verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado. Y es que aquellos que constantemente obedecen la palabra de Dios, en ellos, el amor de Dios se ha perfeccionado. Ahora, esa frase, el amor de Dios, el amor de Dios, Hay diferentes opciones, diferentes posibilidades de interpretación, y los comentaristas presentan diferentes opciones. Algunos piensan que es el amor de Dios hacia el hombre, o sea, cuando dice verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado, es el amor de Dios hacia el hombre, como nos dice 1 Juan 4.9, en esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, o sea, el amor de Dios hacia el hombre. Otros piensan que es el amor de los hombres hacia Dios, como nos dice 1 Juan 5.3. Este es el amor a Dios, o sea, el hombre amando a Dios. Otros piensan que simplemente está hablando de una cualidad, o sea, el amor como el amor de Dios. O sea, el amor como una cualidad de Dios. Por ejemplo, ahí en 1 Juan 4, versículo 7, cuando dice, porque el amor es de Dios. Entonces, esas tres posibilidades son las que más se presentan entre los estudiosos, los comentaristas, lo que es el amor como una cualidad de Dios, o el amor de los hombres hacia Dios, pero es más probable que sea el amor de Dios hacia el hombre. Y es porque aquí en Primera de Juan, esa frase, incluso ese término traducido perfeccionado, aparece cuatro veces y siempre en contextos que implican el amor de Dios hacia el hombre. Entonces, es interesante porque aquí lo vemos en Primera de Juan capítulo 2, versículo 5, donde dice, el amor, en este, verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado Y luego en capítulo 4, versículo 12, nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor se ha perfeccionado en nosotros. Y capítulo 4, versículo 17, en esto se ha perfeccionado el amor en nosotros para que tengamos confianza en el día de juicio. Pues como Él es, así somos nosotros en este mundo. Versículo 18, en el amor no hay temor, sino que en el perfecto amor El perfecto amor echa fuera el temor, porque el temor lleva en sí castigo, donde el que teme no ha sido perfeccionado en el amor. Entonces, si notáis, en capítulo 4 aparece esta frase, esta idea de perfeccionado en amor, tres veces, en primera Juan 4, 12, versículos 17 y 18, lo cual nos ayudan a entender ¿Qué es lo que significa aquí en capítulo 2? Porque en el contexto en capítulo 4, incluso la mayoría de los comentaristas afirman que se refiere al amor de Dios hacia el hombre. Entonces, eso nos ayuda a entender que aquí en el capítulo 2 también tiene ese significado. Es el amor de Dios hacia el hombre. Cuando nos dice aquí en 1 Juan capítulo 2 versículo 5. Pero el que guarda su palabra en este verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado. Hay que recordar, el amor tiene su origen en Dios. Nos dice 1 Juan 4, 19. Nosotros le amamos a Él porque Él nos amó primero. Sus primer Juan 4, 19. O también Juan 3, 16. Porque de tal manera amó Dios al mundo. Que ha dado a su Hijo unigenito para que todo aquel que en él cree no se pierda más tenga vida eterna. Entonces sabemos en Juan 3, 16 como Dios nos muestra amor. Él amó al mundo. Él tomó la iniciativa por amor y envió a su Hijo para morir en la cruz por nosotros. Para proveer vida eterna. Ahora, nuestro amor hacia Dios es simplemente un reflejo de su amor hacia nosotros y en respuesta a su amor hacia nosotros. Es que cuando el creyente cumple la palabra de Dios, muestra que el amor de Dios se ha perfeccionado en él. La obediencia característica del creyente muestra que el amor de Dios ha llegado y completado su obra en él. Entonces, ¿cómo demuestra que el amor de Dios ha sido completado? Porque ama a Dios, ama a su prójimo como a sí mismo, pone en práctica los mandamientos de Dios, pone en práctica la palabra de Dios, vive para Dios. Y eso demuestra que el amor de Dios se ha perfeccionado en él. Y es que la persona que guarda los mandamientos de Dios posee la verdad y el amor de Dios ha realizado su obra en él. Entonces el amor de Dios ha completado su obra en el creyente y por ello el creyente guarda la palabra de Dios. El amor de Dios es lo que motiva la obediencia y motiva el guardar la palabra de Dios. El amor de Dios cumple su propósito cuando cumplimos su palabra. Y es que lo que aparenta es que los oponentes, estos falsos maestros, pensaban que unión con Dios estaba reservado a solamente unos pocos. A algunos que habían recibido iluminación espiritual, eran la élite espiritual. Pero lo que Juan está diciendo es Que ese no es el caso. Todo aquel que cree en Jesús como Señor y Salvador tiene unión con Dios. Tiene una relación con Dios. Está en esta relación especial, esta intimidad, en una relación de unión con Dios y es por medio de Jesucristo. Y por ello, el amor de Dios se ha perfeccionado en él y vive para Dios poniendo en práctica sus mandamientos. Y por eso nos dice aquí 1 de Juan, capítulo 2, versículo 5, pero el que guarda su palabra en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado. Se ha completado, ha llegado a su fin, a su meta, a lo que Dios tenía planeado. Eso no significa que el creyente ame de una manera perfecta, o que ponga en práctica los mandamientos de una manera perfecta, pero tiene ese deseo. Sirve a Dios con todo su corazón, ama a Dios primero, y a su prójimo como a sí mismo. Ahora, esa última frase, si notáis, la última frase del reciclo 5 dice, por esto sabemos que estamos en él. Lo cual nos recuerda a lo que nos ha dicho ahí versículo 3, la primera frase. En esto sabemos que nosotros le conocemos. Ahora, esta última frase del versículo 5, eh... podría ir conectado a los versículos anteriores, del versículo 3 al versículo 5. Si ese es el caso, el versículo 6 simplemente es una reafirmación de lo dicho. Aunque es más probable que vaya con el versículo 6. Lo cual, si ese es el caso, lo que hace es mostrar una señal que asegura comunión con Dios. O sea, no solamente el poner en práctica los mandamientos de Dios demuestra que eres creyente, sino también es el imitar a Cristo, el seguir su ejemplo. Por ello aquí en versículo En la última parte del versículo 5 dice, por esto sabemos que estamos en él. Y entonces ahora nos muestra otra señal, otra manera de mostrar que somos creyentes. ¿Cuál es esa manera? Dice, el que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo. Entonces, estar en Él y permanecer en Él son expresiones sinónimas. Ha hablado de la misma idea. Describe la relación espiritual. Describe la unidad de vida. Describe la comunión íntima con Dios. Porque aquí menciona permanecer en Él. En la última parte del versículo 5 menciona estar en Él. Está hablando de la misma idea. Y es que para permanecer en Dios, es necesario conocerle. Y la única manera en que podemos conocerle es a través de Jesucristo. Es por medio de nuestro Señor Jesucristo. Porque como nos dice Juan 14, 6, Jesús le dijo, yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí. Entonces, ¿quieres tener acceso a Dios? Tienes que ir por medio de nuestro Señor Jesucristo. Él es el único camino. Él es la verdad y la vida. Aún también en 1 Timoteo 2, versículo 5. Porque hay un solo Dios. Y un solo mediador entre Dios y los hombres. Jesucristo, hombre. Eso es 1 Timoteo 2, versículo 5. Entonces, solamente hay un mediador. Es Jesucristo. Entonces tienes que acudir a Él para poder tener acceso a Dios Padre. Y entonces, por ello, vemos que es la relación con Jesucristo que capacita al creyente para vivir una vida para vivir de manera moral, una vida que agrada a Dios. Y es que aquellos que afirman conocer a Dios deben de vivir como Cristo. O sea, deben de guardar los mandamientos de Dios, deben de obedecer a Dios siguiendo el ejemplo de Jesucristo. Es interesante porque a través del Nuevo Testamento vemos cómo da la vida de Jesucristo como un ejemplo a seguir. Como Juan 13, 15, Jesús mismo dice, Ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. Eso es Juan, capítulo 13, versículo 15, donde Juan, perdón, donde Jesús acaba de lavar los pies de los discípulos y Él les dice, mira, lo que acabáis de ver, Seguid mi ejemplo. Eso es Juan 13, versículo 15. Jesús mismo se pone como ejemplo a seguir. También en primera de Pedro, capítulo 2, versículo 13. Primera de Pedro 2, versículo 21, perdón. Primera de Pedro 2, versículo 21. Pues para esto fuisteis llamados. Porque también Cristo padeció por nosotros. Dejándonos ejemplo. Para que sigáis sus pisadas. Eso es 1 de Pedro, capítulo 2, versículo 21. Entonces, en un contexto donde el apóstol Pedro está escribiendo a personas que están sufriendo por su fe, el apóstol Pedro les dice, mira, seguir el ejemplo de Cristo. Él también sufrió. Él sufrió, vosotros seguir su ejemplo y vivir para Dios, obedecer a Dios, poner en práctica sus mandamientos, aunque sufráis. O sea, seguir el ejemplo de Cristo. Y es que si no vivimos nuestra vida reflejando el ejemplo de Cristo, es porque no le conocemos. Por eso aquí en 1 Juan capítulo 2 versículo 6 dice, el que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo. Entonces el que dice que permanece en Dios, que tiene una relación con Dios, debe andar como él anduvo. Y esa última frase debe andar como él anduvo, es claro que está hablando de Jesucristo. De su ministerio sobre la tierra. Y de su vida, de lo que él, de su conducta, de cómo él vivió, es seguir su ejemplo de obediencia, de poner en práctica la palabra de Dios. De esa vida ejemplar. Entonces, la pregunta que debemos de hacernos es ¿Reflejo yo a Jesucristo en mi vida? O sea, cuando las personas ven mi comportamiento, mis actitudes, escuchan mis palabras... ¿Ellos ven la obra de Cristo en mi vida? ¿Ven que estoy siguiendo el ejemplo de Jesucristo? Y es que lo que hace el apóstol Juan, aquí, es el... subraya la importancia de poner en práctica la Palabra de Dios, de obedecer la Palabra de Dios. Deja muy claro que no puedes separar conocimiento de Dios de la práctica, de la obediencia en poner en práctica los mandamientos de Dios. Por ello aquí resalta estas dos señales de que realmente una persona conoce a Jesús como Señor y Salvador, de que conoce a Dios por medio de Jesucristo. Es al poner en práctica sus mandamientos, poner en práctica los mandamientos de Dios y al seguir el ejemplo de Jesucristo. Y por ello esa pregunta con la cual empezamos. ¿Demuestras con tu vida que conoces a Dios? ¿Demuestras con tu vida que conoces a Dios? Vamos a terminar en oración.
¿Demuestras con tu vida que conoces a Dios?
Series 1 Juan
Sermon ID | 113241514494211 |
Duration | 39:57 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | 1 John 2:3-6 |
Language | Spanish |
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