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Primera de Juan, capítulo 2, si Dios lo permite, vamos a considerar desde el versículo 15 hasta el versículo 17. Primera de Juan, capítulo 2, desde el versículo 15 al versículo 17. El amor al mundo es incompatible con el amor hacia Dios. ¿Dónde está tu amor? El amor al mundo es incompatible con el amor hacia Dios. ¿Dónde está tu amor? Aquí vemos como el apóstol Juan, inspirado por Dios, aquí en 1 Juan capítulo 2 del 15 al 17, vemos como prohíbe amar al mundo, ahí al principio del versículo 15. dice no améis al mundo ni las cosas que están en el mundo y entonces lo que hace es presentar tres razones por la que no hay que amar al mundo la segunda parte del siglo 15 si alguno ama al mundo el amor del padre no está en él porque Todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida, no provienen del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos. Pero el que hace la voluntad de Dios, permanece para siempre. He leído 1ª de Juan, capítulo 2, desde el versículo 15 hasta el versículo 17. Donde vemos aquí al apóstolo Juan que prohíbe amar al mundo y nos da tres razones. Porque el que ama al mundo no ama a Dios. Porque el mundo no proviene de Dios y porque el mundo es temporal. Entonces, el amor al mundo es incompatible con el amor hacia Dios. ¿Dónde está tu amor? Vemos aquí esta advertencia que nos presenta aquí el apóstol Juan, esta advertencia a los creyentes. O sea, el creyente no debe de amar al mundo pecaminoso. Ahora quizás piensas, ah bueno, eso para mí no es ninguna tentación. Bueno, por eso el apóstol Pablo nos dice en primera Corintios 10.12, Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga. Eso es 1 Corintios 10, versículo 12. O sea, que el que piensa que se puede mantener firme, que es fuerte espiritualmente, ahí el apóstol Pablo dice, ten cuidado, porque el orgullo te puede. Ten cuidado, porque el que piensa estar firme, puede caer, ¿no? Mire que no caiga. Y por eso aquí vemos esta prohibición. El apóstol Juan dice, no améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Ahora, Juan acaba de exhortar a los creyentes a amar a los hermanos en Cristo. Ahí en capítulo 2, del 9 al 11, donde nos dice el que dice que está en la luz y aborrece a su hermano está todavía en tiñeblas el que ama a su hermano permanece en la luz y en él no hay tropiezo pero el que aborrece a su hermano está en tiñeblas y anda en tiñeblas y no sabe dónde va porque las tiñeblas le han cegado los ojos entonces ahí vemos esa exhortación en 1 Juan 2, del 9 al 11, de que el creyente debe de amar a sus hermanos en Cristo. Pero ahora, vemos este mandato a no amar al mundo. Y es que el amor del que habla es el enfoque en el placer. Es el enfoque en la satisfacción propia. Es el amor de participación en el pecado. O sea, en todas las prácticas que el mundo ofrece. lo que el apóstol Juan está diciendo, no lo améis, no lo practiquéis. Es que el amor del que habla es dar mayor valor a lo que el mundo ofrece. Es que Juan sabe que el amor se puede desviar. Y por ello vemos este llamado. Su llamado es, lo que hace es recalcar que la fe va vinculado a la conducta. debes de vivir de acuerdo a la voluntad de Dios, debes de vivir de acuerdo a su palabra y el mundo que está en tinieblas está opuesto a Dios quien es luz. Entonces, no pongas en práctica la conducta de las tinieblas, no ames las tinieblas. Es que Juan exhorta a tener una actitud correcta hacia el mundo. El peligro es una realidad, aún para los creyentes maduros. Por eso dice no améis al mundo. Eso es una prohibición en la práctica. Sin afirmar que sus destinatarios lo estaban haciendo. Simplemente es una prohibición. No lo hagáis. Es que es un peligro que hay que evitar. Del cual hay que protegerse constantemente. porque vemos las asechanzas del diablo, intenta hacernos tropezar, intenta hacernos caer, y vemos el mundo que está en tiñeblas, que nos rodea, que constantemente están presentando esos tropiezos, esos obstáculos, quieren hacernos caer. Y es que el mundo, en este contexto, tiene en mente el mundo de la humanidad inmerso en el pecado y dominado por el maligno. Es como nos dice 1 Juan 5, 19. El mundo entero está bajo el maligno. Entonces aquí cuando dice, no améis al mundo, el mundo Lo que significa es las actitudes o los valores que se oponen a Dios. Es el sistema malvado y anti Dios controlado por Satanás. En este texto es un sinónimo de las tinieblas. Es el mundo que está en las tinieblas. Y por ello no hay que amar a las tinieblas. Hay que vivir en la luz del Evangelio. Por ello el mundo representa todo lo que no es de Dios, todo lo que no es de la verdad, todo lo que no es de la luz. Incluso lo que va a hacer ahora en el versículo 16 es describir de lo que se compone el mundo. Cuando nos dice versículo 16, porque todo lo que hay en el mundo los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no provienen del Padre, sino del mundo. Entonces, ahí, en versículo 16, describe de lo que compone el mundo, pero aquí vemos esta prohibición, ¡no améis el mundo! Ahora, lo que el apóstol Juan no está haciendo, no está pidiendo una separación monástica del mundo, sino una actitud interna de separación del mundo pecaminoso y sus prácticas. Es una actitud de vivir de acuerdo a la luz, rechazar las tinieblas. Es que los creyentes deben de mantenerse alertas para no ser tolerantes de la maldad, ni establecer relaciones íntimas con la maldad. Es que aquí el mundo, cuando dice no améis al mundo, eso se refiere al conjunto total, pero también identifica los elementos que lo componen cuando dice ni las cosas que están en el mundo. Entonces dice, no améis al mundo, o sea, el conjunto total de este sistema antidiós, pero tampoco los elementos que lo componen. El creyente no debe de amar ninguna característica del mundo malvado. El creyente se debe separar de cualquier cosa que le separa de Dios. Por eso aquí, el apóstol Juan nos dice aquí en 1 Juan 2, 15, no améis al mundo. Es una prohibición. No lo hagáis, no améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. O sea, cualquier cosa que te separa de Dios, cualquier cosa que pertenece a las tinieblas, no lo ames, no lo sigas, no disfrutes de ello, sino sepárate de ello. Vive en la luz del Evangelio. Y por ahí vemos esta prohibición, no améis al mundo. Y entonces vemos, como ahora presenta tres razones pues la que no hay que amar al mundo. Lo vemos desde la última parte del versículo 15 hasta el versículo 17 donde el primero que nos presenta, la primera razón es que el que ama al mundo no ama a Dios. El que ama al mundo es que no es creyente. Y por ello nos dice aquí la última parte del versículo 15. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Ahora, Santiago 4, versículo 4, lo pone de una manera muy viva, que el amor hacia Dios es incompatible con el amor hacia el mundo. Cuando nos dice Santiago 4.4, ¡Oh almas adulteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera pues que quiera ser amigo del mundo se constituye enemigo de Dios. Eso es Santiago 4, versículo 4. Donde deja muy claro que el amor hacia Dios es incompatible con el amor hacia el mundo. O amas a Dios, o amas al mundo. No puedes amar a los dos al mismo tiempo. Ahora, hace poco, tuve que hacer una investigación sobre una... un enchufe, una clavija que va en un dispositivo. Y me di cuenta, yo no soy electricista, pero me di cuenta de que hay diferencias. Tienes que comprar o conseguir la clavija o el enchufe exacto que entra no solamente en el enchufe de la pared, pero también el enchufe o la clavija que entra en el dispositivo. Y lo interesante es que Si no consigues el correcto, son incompatibles. Puedes dañar el dispositivo. Puedes dañar el... ese objeto que quieres proteger, que quieres usar. Es interesante porque la clavija misma que entra en el dispositivo tiene que tener la polaridad correcta. la clavija que yo tenía que buscar pues era específica donde lo que yo no sabía es que el punto... esta clavija tiene una parte que es negativa y otra parte que es positiva y era como un cilindro redondo y la parte interior tenía que ser negativo la parte exterior tenía que ser positivo Entonces, ¿qué ocurre si lo consigues de la otra manera? ¿El punto de dentro que sea positivo y el punto de fuera que sea negativo? Pues destruyes tu dispositivo. Porque no es compatible. A eso es a lo que estoy llegando. No es compatible porque tiene que ser o es exacto o no es compatible. Creo que entendéis el concepto. no es compatible. Aquí está presentando la misma idea, de que no es compatible el amar a Dios con el amar al mundo. Y es que Juan ha dejado claro que la luz y las tinieblas se oponen. En 1 de Juan, capítulo 1, versículo 5, dice, este es el mensaje que hemos oído de él y os anunciamos, Dios es luz. y no hay ningunas tiñeblas en él. Eso es 1 Juan capítulo 1 versículo 5. O sea, la luz y las tiñeblas se oponen. No hay compatibilidad. Y eso es lo que está presentando aquí el apóstol Juan diciendo que no puedes amar no puedes amar al mundo y a Dios al mismo tiempo. Entonces, si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Por ello, cualquiera que ama al mundo de manera continua demuestra que no es creyente. Es una persona que se ocupa en buscar los placeres del pecado en vez de buscar la voluntad de Dios. Y por eso dice, el amor del Padre no está en él. O sea, Ese amor del padre no está en él. Probablemente significa el amor de la persona hacia Dios. En el sentido de que esa persona no ama a Dios. Y la razón por la que esa es la manera de tomar estas palabras es porque es un amor opuesto al amor hacia el mundo. Es un amor opuesto al amor hacia el mundo. Entonces, esta persona está amando al mundo en vez de amar a Dios. Y por ahí el amor del Padre no está en él. No ama a Dios. Y es que el amor hacia Dios y el amor hacia el mundo no se pueden balancear. Es como nos dice Mateo 6, versículo 24. o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. Eso es Mateo 6, versículo 24, donde lo deja muy claro. No podéis servir a dos señores. Entonces, el amor hacia Dios y el amor hacia el mundo no se pueden balancear. Son incompatibles. Y una característica de un creyente genuino es amor hacia Dios Padre. Por eso nos dice aquí, 1 Juan 2, versículo 15, Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. O sea, el amor hacia el mundo le impide amar a Dios. No se puede amar a Dios y al mismo tiempo al sistema del mal que está en contra de Dios. Tienes que elegir. Si amas a Dios, le amas a Él y aborreces las tinieblas. O sea, no pones en práctica las tinieblas. Pero si vives por las tinieblas, si amas las tinieblas, lo que demuestras es que no amas a Dios. Entonces, esa primera razón es el que ama al mundo no ama a Dios. La segunda razón la vemos en el siglo XVI. Donde nos dice, porque todo lo que hay en el mundo los deseos de la carne, los deseos de los ojos, la vanagloria de la vida, no provienen del Padre, sino del mundo. Entonces hay que recordar, este sistema anti-Dios, o sea, lo que es el mundo, lo que es el reino de las tinieblas, no proviene de Dios. Lo que hace el apóstol Juan ahora es explicar por qué el amor al mundo es incompatible con el amor hacia Dios. Juan explica que las cosas que constituyen el mundo son opuestas a Dios. Juan lo que hace ahora es definir todo lo que hay en el mundo. ¿Qué es lo que hay en el mundo? Aquí dice, porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida, no provienen del Padre, sino del mundo. O sea, él presenta tres elementos de una vida apartada de Dios. Porque lo que hay en el mundo, nos dice, eso implica cualquier cosa que pertenece al mundo alejado de Dios. Cualquier cosa que pertenece al reino de las tinieblas. Y es que las cosas que Numera, que son del mundo, no son objetos materiales. O sea, los objetos materiales no son malos en sí. Sino, aquí menciona actitudes. O sea, son reacciones que ocurren en nuestro interior cuando contemplamos el entorno. Y Juan presenta tres ámbitos de mundanalidad. Ahora aquí menciona los deseos, dice los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida. Los deseos identifican las pasiones del hombre pecador. O sea, son deseos que buscan el pecado. Son deseos egoístas. Son deseos que buscan independencia de Dios. Buscan la autosuficiencia. Entonces, estos deseos de la carne son deseos que tienen su origen en la carne. O sea, en la naturaleza pecaminosa. Y entonces son deseos de esa naturalidad pecaminosa. Y aunque los deseos son naturales, o sea, los deseos son creados por Dios, la depravación del hombre los satisface de maneras contrarias a la voluntad de Dios. Incluye cualquier cosa o manera en que el hombre distorsiona los deseos naturales. Entonces, por ello, cambia esos deseos que son buenos, los hace ilegítimos. Identifica deseos pecaminosos que vienen de dentro del hombre y permite que sus deseos le impulsen en la vida y eso le lleva a diferentes adicciones. Entonces, está mencionando estos deseos de la carne, estos deseos que vienen de dentro. y es una vida tan egoísta que vive para cosas que no tienen valor. Y entonces, pues, algunos ejemplos de estos deseos de la carne, pues, serían glotonería, o alcoholismo, o inmoralidad sexual. Entonces, está distorsionando esos deseos naturales que Dios nos ha dado y los está distorsionando con el pecado, las tinieblas, y entonces son ilegítimos, son deseos ilegítimos. Y por eso aquí menciona estos deseos de la carne. Continúa diciendo los deseos de los ojos. Y entonces aquí se refiere a pasiones que son fomentadas por los ojos. O sea, deseos ilegítimos despertados por lo que entra por los ojos. Es el vivir por lo que uno puede ver. Es cautivado por lo externo, sin considerar el valor real. No se limita sólo a la visión física, sino también a la imaginación. Y entonces puede incluir el deseo de conseguir lo que uno ve. O sea, cosas que... que ve le estimulan a codiciar. Pero, además, pueden implicar el deseo de ver para satisfacer el deseo pecaminoso. O sea, no tiene que ser dueño de ello, simplemente lo mira para disfrutar, ¿no? Cosas que ve para disfrutar con los ojos. Entonces, bueno, tenemos varios ejemplos en las Escrituras. Vemos a Acán, en Josué 7, versículo 21, donde dice, «Vi entre los despojos un manto babilónico muy bueno». y doscientos ciclos de plata y un lingote de oro de peso de cincuenta ciclos, lo cual codicié y tomé". Eso es Josué 7, versículo 21. Aunque era parte del anatema y debían de destruirlo, Acán por estos deseos de los ojos, ¿no? Lo vio, lo codició y entonces a eso es a lo que se refiere, estas pasiones que estos deseos ilegítimos despertados por lo que entra por los ojos. Lo vio, codició y pecó. También está el rey David en segundo de Samuel 11 versículo 2 dice sucedió un día al caer la tarde que se levantó David de su lecho y se paseaba sobre el terrado de la casa real y vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando la cual era muy hermosa entonces vemos esas pasiones que de los ojos no donde él vio y el ver despertó esos deseos y entonces vemos que pecó contra Dios en adulterando con Bezabé y aún matando a Orías, el marido de Bezabé. Y entonces, vemos esas dos características de la mundanalidad, ¿no? De estas... estos tres elementos que identifican una vida apartada de Dios, donde nos menciona los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la siguiente característica, que nos dice, y la vanagloria de la vida, esa siguiente característica no es en el interior, las anteriores eran en el interior. Esta característica es exterior. Esta característica requiere un público, porque Se vanagloria. No, es... Se jacta. Resalta su orgullo. Y es que la vanagloria es un estado de arrogancia falsa. Es un estado de arrogancia falso. Es jactancia orgullosa de lo que profesa tener. Se exalta a sí mismo. exalta sus virtudes, exalta sus posesiones. Es una actitud orgullosa que se jacta y se exalta en sus bienes o en su prominencia. Lo que hace es presumir de su supuesta importancia. Se jacta de lo que tiene, se jacta de lo que hace. Su deseo es eclipsar a otros. Se jacta de su seguridad e ignora su dependencia de Dios. Por eso menciona aquí la vanagloria de la vida. Se jacta, muestra orgullo extremo y se enorgullece de lo que ha alcanzado, de todo lo que tiene, de sus posesiones, de su estatus, de su prominencia, de lo que hace y de lo que tiene. Es como Proverbios 18, 11. Dice, las riquezas del rico son su ciudad fortificada y como un muro alto en su imaginación. Eso es Proverbios 18, versículo 11. Entonces ahí escribe una persona que confía en sus riquezas y se exalta y piensa que es intocable por sus riquezas. Aún también en Santiago 4, del 13 al 17, describe a los ricos, dice... ¡Vamos ahora los que decís hoy! Y mañana iremos a tal ciudad y estaremos allá un año y traficaremos y ganaremos. ¿Cuándo no sabéis lo que será mañana? Porque ¿qué es vuestra vida? ¿Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece? En lugar de lo cual deberíais decir, si el Señor quiere viviremos y haremos esto o aquello, pero ahora os jatáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala. Eso es Santiago 4, del versículo 13 al versículo 16, donde describe una persona que está viviendo para la vanagloria de la vida. Hace sus planes. Esto es lo que voy a hacer, esto es lo que voy a lograr. Mira qué sabio soy yo en mis negocios. Mira todo lo que he hecho. Mira todas mis posesiones. Y entonces, viendo realmente la necedad. Está viviendo para este mundo que lo que nos va a resaltar el versículo 17 de primera de juan 2 17 es que el mundo es temporal el mundo perece y entonces aquí vemos como resalta que estas características no vienen de dios sino del mundo por eso nos dice aquí primera de juan capítulo 2 versículo 16 no proviene del padre sino del mundo Es que la fuente de esta desviación no es Dios, sino el mundo anti-Dios. Estas características son opuestas a la naturaleza de Dios y sus propósitos. Por ello, los creyentes no deben de dejar que estas actitudes les controlen. Por eso, vemos como el apóstol Juan enfatiza esa prohibición diciendo, versículo 15, no améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. ¿Por qué? Porque el que ama al mundo no ama a Dios. Eso es lo que nos dice ahí la última parte del versículo 15. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Pero también porque el amor no proviene de Dios. Es lo que nos dice el versículo 16. Dice porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida, no provienen del Padre sino del mundo. Y por último, aquí en el versículo 17, otra razón es porque el mundo es temporal. Dice y el mundo pasa. Y sus deseos. Pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. Entonces, otra razón por la cual no debemos de amar al mundo es por su naturaleza temporal. Nos dice 2 Corintios 4, 18. Las cosas que se ven son temporales. Pero las que no se ven son eternas. Eso es 2 Corintios 4, versículo 18. Entonces, que el mundo pasa O sea, esas palabras, el mundo pasa, subrayan el proceso continuado de desintegración. Es como ya nos mencionó Primera de Juan 2.8, dice, las tinieblas van pasando. ¿Por qué? La luz verdadera ya alumbra. Entonces, el mundo de las tinieblas está en un proceso continuado de desintegración. Y llegará el día cuando ya no exista. O sea, Dios va a traer su reino y el reino de la luz va a gobernar. Y entonces aquí dice el mundo pasa y no es una referencia tanto a la creación sino al sistema pecaminoso antidiós que está bajo el poder de satanás y es que los deseos ilegítimos también son transitorios. O sea, aunque los deseos pecaminosos pues tiran mucho. Atraen con fuerza, su satisfacción no es duradera. Por eso las personas que son adictas al pecado y a pecados específicos, siempre quieren más, quieren más, quieren más, porque nunca están satisfechos con disfrutar de esos deleites ilícitos. O sea, esos deseos ilegítimos les destruyen, porque el sistema antidiós es tóxico. Ahora, en contraste con el mundo que pasa, el mundo y sus deseos pasan. Aquí lo menciona. En 1 Juan 2, 17. Y el mundo pasa y sus deseos. Pero en contraste con lo transitorio que es el mundo, pecaminoso, el creyente permanece para siempre. Por eso dice, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. Y es que el creyente activamente está involucrado en hacer la voluntad de Dios, en vez de buscar los deseos del pecado. La fe genuina actúa, poniendo en práctica la voluntad de Dios y guardando sus mandamientos. Y es que la obediencia firme del creyente le asegura su permanencia. A pesar que el mundo que le rodea cambia. A pesar de que el mundo que le rodea se deteriora. el creyente permanece lo cual es como Mateo 7 del 24 al 27 donde Jesús mismo dice cualquiera cualquiera pues que me oye estas palabras y las hace le compararé un hombre prudente que edificó su casa sobre la roca descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa, y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato que edificó su casa sobre la arena, y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa, y cayó, y fue grande su ruina". Josemateo 7, del versículo 24 al versículo 27, donde resalta que el creyente permanece. El creyente pone en práctica las palabras de Jesús, pone en práctica la voluntad de Dios, pone en práctica la palabra de Dios, o sea, su voluntad, y porque hace la voluntad de Dios, permanece para siempre. Entonces, aquí vemos la exhortación del apóstol Juan, donde realmente está enfatizando que debemos de amar a Dios sobre todas las cosas. y amar a nuestro prójimo, lo cual ha sido un tema repetitivo aquí en que ya hemos visto aquí en primera de Juan donde debemos amar a Dios y amar a nuestro prójimo y demostramos que somos creyentes genuinos cuando amamos a Dios y amamos a nuestro prójimo y por ello aquí vemos esta prohibición de no amar al mundo y luego razones porque el que ama al mundo no ama a Dios Porque el mundo no proviene de Dios y porque el mundo es temporal. Entonces, aquellos que aman a Dios, aquellos que buscan la voluntad de Dios, son aquellos que tienen estabilidad, que tienen permanencia, permanecen para siempre. Es que el amor al mundo es incompatible con el amor hacia Dios. ¿Dónde está tu amor? Vamos a terminar en oración.
El amor al mundo es incompatible con el amor hacia Dios; ¿dónde está tu amor?
Series 1 Juan
Sermon ID | 1124242150471786 |
Duration | 33:41 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | 1 John 2:15-17 |
Language | Spanish |
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