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Marcos capítulo nueve, treinta y tres al treinta y siete. Marcos capítulo nueve, versos treinta y tres al treinta y siete. Nos dice la palabra, llegó a Capernaum y cuando estuvo en casa les preguntó, ¿qué disputáis entre vosotros en el camino? But they were silent, because on the way they had disputed among themselves who should be the eldest. Then he sat down and called the twelve, and said to them, If anyone wants to be the first, he will be the last of all, and the servant of all. And he took a child, and put him in the midst of them. And taking him in his arms, he said to them, reciba en mi nombre a un niño como este, me recibe a mí. Y el que a mí me recibe, no me recibe a mí, sino al que me envió. Oremos. Señor y Dios Padre, nosotros ahora nos acercamos a tu augusta presencia para rogarte por tu espíritu en la predicación de tu palabra. Oh Dios, le rogamos que por tu gracia, Transforme, Señor, este mensaje en ese pan de vida que provee salvación y vida abundante a aquellos que lo reciben. Prospéranos en la piedad personal, en nuestra relación contigo, en nuestra comunión contigo. Que seamos enriquecidos con toda gracia y con toda bendición espiritual en lo íntimo de nuestros corazones. Te lo rogamos en el nombre de Jesús. Amén. Mientras el Señor y sus discípulos viajaban por el camino rumbo a Capernaum, como bien nos expresa aquí Marcos, los discípulos aprovecharon ese tiempo de camino tratando un tema que para ellos era de vital importancia. Estuvieron discutiendo acerca de la distribución de los puestos en el reino de Dios. La pregunta que entre ellos fue lanzada al aire para su discusión fue, ¿Quién entre nosotros será el más grande? ¿Quién será el mayor entre nosotros? En Marco capítulo 9, versículo 1, vemos que Cristo había dicho, De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí presentes que no gustarán la muerte hasta que hayan visto que el reino de Dios ha venido con poder. Ahora, ¿quién habrá empezado esta discusión sobre la distribución de puestos en el reino, de ese reino del cual Cristo había hablado? Entiendo que posiblemente quienes empezaron la discusión fueron algunos de los tres que habían ascendido con el Señor al monte de la transfiguración, porque no hay la menor duda de que si ese reino del cual Cristo estaba hablando era conforme a aquello que ellos habían visto en el monte de la transfiguración, Amados hermanos, era algo apetecible los puestos de poder, los puestos de mando en un reino como ese, en un reino de gloria como ese que ellos habían contemplado. De ahí que posiblemente uno de ellos fue quien comenzó esta discusión mientras caminaban rumbo a Capernaum. Ahora, aunque el señor no estaba presente, según ellos, según le parecía a ellos, en esa discusión, aunque él no participó de esa discusión, obviamente el señor estaba enterado de cada palabra que salió de sus labios. Aunque el señor estaba ausente, ¿verdad? En el contexto de esta discusión, él no estaba participando de ella. Sin embargo, Cristo estaba muy enterado de todo el contenido de aquella discusión, del tema que se estaba discutiendo. De ahí que vemos al señor, que cuando llegan a la casa, su pregunta fue, ¿Qué discutíais en el camino? ¿Qué discutíais en el camino? Sin lugar a duda, hermanos, que esta pregunta tenía como propósito tratar el tema de discusión mientras ellos viajaban a Capernaum. Y esta pregunta le permitió al Señor tratar un asunto de vital, de capital importancia para el reino de Dios, especialmente para su establecimiento aquí en la tierra. Este tema que ellos estaban diputando, discutiendo, era sumamente importante porque tenía que ver con los rangos, con las jerarquías, con la hegemonía y la supremacía También tenía que ver con la preeminencia y la grandeza humana, a lo cual ellos estaban apirando en esa discusión. Eso se puso en evidencia. Estaban debatiendo sobre la distribución de los puestos clave del reino del Señor Jesucristo. el cual ellos entendían que en breve sería inaugurado. No en Roma, sino en Jerusalén como su capital. Esto nos dice, mis amados hermanos, que ellos tenían sus cabezas llenas de ideas preconcebidas sobre el reino mesiánico que Cristo establecería en la tierra. Sus corazones estaban ansiosos y ávidos por ocupar los puestos más alto en el escalafón de servidores de ese reino que ellos pronto estarían inaugurando y ayudando a establecer en este mundo. Ahora, ¿qué fue lo que el Señor vio en el corazón de estos hombres a través de los temas que ellos estaban debatiendo en ese sentido. Cuando el Señor examinó sus corazones, Él comprobó que estos hombres tenían sus corazones infectado de un orgullo espantoso. Estaban llenos de ambición, de poder y de grandeza para tener la supremacía, el dominio, el señorío sobre los demás. Estaban discutiendo un tema que era contrario a los tres grandes principios que el Señor había estado enseñando y sembrando en sus corazones. Cristo había enseñado hasta la saciedad sobre el amor, había enseñado hasta la saciedad sobre la humildad y había enseñado acerca del servicio en que deberían de involucrarse quienes fueran sus discípulos. Por eso vemos que el Señor ataca aquí los flancos débiles en el carácter de estos hombres que se puso en evidencia through this discussion. Then he sat down, called the twelve, and said to them, If anyone wants to be the first, he must be the last of all, and the servant of all. With this affirmation, the Lord was correcting, correcting this thirst de poder y de grandeza que había en sus corazones. Estaba corriendo esa ambición por alcanzar lugares puestos de preponderancia y de reconocimiento, en busca de aplausos, en busca de distinción desde el punto de vista del hombre. Como bien lo expresa William Henderson, la lesión que Cristo le dio a sus discípulos es esta. La idea que ellos tenían de lo que significaba ser grande debía de cambiar. De hecho, la tenían totalmente invertida, la idea de ser grande. La verdadera grandeza no consiste en que una persona se coloque a sí misma en las alturas para desde allí mirar a los demás con desprecio y con una actitud de satisfacción y autocomplacencia. Por ejemplo, en el caso del fariseo y el publicano, vemos una idea clara de lo que es ese espíritu de autocomplacencia, de autosatisfación, la cual Cristo estaba atacando en este contexto. Dice William Henderson, por el contrario, la grandeza consiste en sumergirse e identificarse con los problemas de los demás. Es empezar a vivir la vida de tal manera que uno pueda empatizar con ellos. y ayudarles en todas las maneras posible. Así que, si alguno, sea alguno de los doces, o cualquiera, desea ser el primero, que sea el último. Es decir, que sea siervo de todos. Esa es la perspectiva que el Señor quiere establecer en el corazón de estos hombres, Y mis amados hermanos, esa perspectiva no solamente fue la enseñanza de Cristo para esos hombres y la demanda de Cristo para esos hombres. Esa también es su enseñanza para nosotros y su demanda para nosotros. Ese principio es la base y el fundamento que debe de sostener el ministerio de cada uno de los miembros de Iglesia Bíblica de la Trinidad. Ciertamente, esta discusión entre los discípulos fue tomada muy en serio por el Señor. Por eso dice que después de hacer la pregunta, ¿qué discutíais en el camino? ¿Qué dice el verso 35? Entonces se sentó Y llamó a los doce, el grupo completito, a los doce, dice. Cuando un rabino tenía intención de enseñar como tal a sus discípulos, cuando estaba realmente haciendo un pronunciamiento, se sentaba, dice un autor. Ese es el origen de la expresión latina, et catedra. Se sentó con estos hombres. para darle cátedra, cátedra de qué? De humildad, de humildad. Jesús adoptó deliberadamente la postura de un rabino que enseña a sus discípulos con autoridad. Y entonces les dijo que si buscaban la grandeza en su reino, tenían que buscarla no en ser los primeros, sino en ser los últimos, no en ser los amos, sino en ser los siervos de todos. No es que Jesús estuviera aboliendo la ambición, sino que la estaba recreando. En lugar de la ambición de gobernar para que le sirvieran, el puso la ambición de gobernar para servir a los demás. En lugar de la ambición de que los demás nos lo hagan todo, el puso la ambición de hacer todas las cosas en bien y en favor de los demás. Ven que Cristo recreó la perspectiva que ellos tenían de ministerio en el reino de Dios. Los discípulos habían puesto su mirada en la nobleza que ostentan los reyes y los príncipes. Habían puesto su mirada en la nobleza que da el poder político y el poder económico. Y Cristo invirtió esa perspectiva en el corazón de sus siervos. Su conclusión fue, por fin llegó nuestra oportunidad para ser grandes e importantes en la sociedad. Por fin dejaremos la actividad tan poco remunerada y poco reconocida de simples pescadores y artesanos. Por fin llegaremos a la cúspide de la grandeza de los príncipes y reyes. Por fin llegaremos a la cúspide política y al poder que da el dinero. Estaremos en lugares realmente importantes donde todos nos van a reconocer, a aplaudir, y sobre todo donde habrá mucho limpiazaquismo, como sucede en las esferas políticas. de poder. Por fin tendremos limpiazaco también detrás de nosotros. Ahora, después de corregir el error, el señor graba su lesión sobre la humildad con la tinta indeleble de su propio ejemplo, cargando y prestándole atención a un simple niño que andaba por ahí, caminando. ¿Qué necesidades tenía ese niño que estaba allí en el contexto donde se encontraba el Señor reunido con esos discípulos? ¿Ese niño tenía necesidades de atención? Necesidades de cuidado, necesidades de afecto, necesidades de simpatía, necesidades de cordialidad, necesidades de cariño, necesidades de interés en su persona, necesidades de amistad. Ese niño tenía necesidad de conocer del amor de Cristo. tenía necesidad de conocer de la compasión del corazón de Cristo, quien podía satisfacer todas y cada una de sus necesidades. Por eso, dice el pasaje, tomó a un niño y lo puso en medio de ellos, y tomándole en sus brazos les dijo, el que en mi nombre reciba a alguien como este niño, a mí me recibe, y el que a mí me recibe, no me recibe a mí, sino al que me envío." Y es interesante este cuadro, hermanos. Ver aquí a Cristo con un niño en sus brazos, y con ese medio ilustrativo, el le da una poderosa lesión a sus discípulos. Con ese niño en sus brazos, les dice a sus discípulos que ellos debían de olvidarse de rangos, que debían de olvidarse de jerarquías mundana, que lo único que hacen es alejar y aislar de la gente to those who sustain the hierarchies, to those who sustain the ranks, they distance and isolate from the people to whom they are supposed to serve. They should distance themselves from the hierarchies and social ranks para que pudiesen entregarse a brindarle a la gente toda su atención, todo su cuidado, todos sus afectos, toda su simpatía, debían de olvidarse de los rangos y de las jerarquías para que pudieran brindarle a la gente toda su cordialidad y cariño, todo su interés y toda su amistad. ¿Con qué finalidad? para poderle servir a los demás, para poderle brindar respuesta a todos y a cada uno lo que en sus necesidades se acercasen a ellos, y especialmente a los débiles, a los insignificantes, a los menospreciado del mundo, ellos debían de mantenerse accesible, constantemente accesible, para darle las respuestas de Cristo a las necesidades de la gente. Ellos debían de mantenerse humildes y accesible para atender a los niños indefensos, a los que son como niños dependientes, a los que son crédulos y confiados. Para ellos, ellos debían de mantenerse con una actitud de humildad, de sencillez y de actitud de servicio. Amados hermanos, la regla de Cristo para sus discípulos ayer es la regla de Cristo para sus discípulos de hoy. Si alguno quiere ser el primero, deberá ser el último y el siervo de todos. Hermanos, ese principio es para cada miembro de esta iglesia local. ¿Quieres ser el primero en esta iglesia? ¡Qué bueno! Que tienes esa ambición en tu corazón. Ahora, todo el que está sentado aquí y el que llegará necesita de tu atención, de tu cuidado, de tu afecto, de tu simpatía, de tu cordialidad, de tu cariño. Todo el que está aquí lo necesita. y es tu deber, es tu responsabilidad, brindarle a todo quien llega a esta iglesia y a todo el que se encuentra en ella, brindarle ese plato exquisito de tu atención, de tu cuidado, de tu afeito, de tu simpatía, de tu cordialidad, de tu cariño, de tu amistad, de tu interés, por servirle. Hermanos, esa es la actitud que cada hombre y mujer, discípulo de Cristo, está llamado a desarrollar. Es lo que Cristo espera de cada uno de nosotros. Debes de hacer una lista y preguntar a quien le he servido hoy. o a quienes les he servido, a quienes les he brindado mi atención, mi cuidado, mi afecto, mi simpatía, mi cordialidad, mi cariño, mi amor. ¿A quién le he brindado tal cosa? ¿De quienes me he interesado por su bienestar y prosperidad, espiritual y material? ¿Qué necesidades he procurado llenar en la vida de mi hermano y de mi hermana? ¿Ha habido en mí una genuina preocupación por aquellos desafortunados, sobre todo los que son de la familia de la fe? ¿O estoy tan lleno de mí mismo, tan concentrado en mí mismo, tan fijo en mis propias circunstancias y necesidades, que no hay lugar, no hay tiempo, no hay ocasión ni circunstancia para servir a los demás. De hecho, la miseria en que viven la mayoría, ¿sabe a qué se debe? A los pocos que trabajan sirviendo a los demás. ¿Aquí no hay lugar para clases sociales? ¿No hay lugar para los abolengos y el clericalismo? No hay lugar aquí para eso. Aquí sólo hay un Señor, y ese es el Señor Jesucristo. Es el único Señor que hay aquí. Con ese título, Él. Después, el resto. Comenzando con los pastores de esta iglesia, lo que somos es ciervo y ciervo inútiles cuando hacemos lo que tenemos que hacer. No más de ahí. Todos somos ciervos y ciervas. de el, de Cristo. ¿Y para qué somos siervos y siervas de Cristo? Bueno, para servirle a Cristo y para servirle a los siervos y siervas del Señor Jesucristo. Para eso somos siervos. Aquí las posiciones de liderazgo se adquieren no por títulos universitarios, no por títulos de seminarios, no porque ofrende mucho, ¿O poco? ¿No porque sepa mucha teología y conozca muchos versículos bíblicos? ¿No porque se exprese bien la persona? ¿No por el color de la piel? ¿No por el celo de la doctrina? ¿No por influencia y amiguismo? ¿No? Aquí las posiciones de liderazgo se adquieren Si la persona llena los requisitos establecidos por el Señor en su palabra, para sus discípulos. Si eres convertido y un hombre, una mujer humilde, estás apto para servirle a Cristo. Si tienes los dones del Espíritu Santo para realizar ese trabajo, ese ministerio, eres apto para servir al Señor Jesucristo. Si posees el llamamiento de Dios, el reconocimiento de tu corazón de los pastores y la iglesia para el ministerio, entonces está actos y ere acto para hacer la obra de Dios en los términos que Dios lo ha señalado. No en los términos tuyos tampoco, sino en los términos de Dios, en su palabra. En Lucas capítulo 14, 11 al 14, El Señor da otra lesión sobre la humildad y la necesidad de que nos despojemos de los títulos y los abolengos del mundo para poder ser útiles y servir con fidelidad y con diligencia en el reino de Dios. Cualquiera que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido. Dijo también al que le había invitado, Cuando hagas comida o cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos. No sea que ellos te vuelvan a invitar a ti, y te sea hecha compensación. Pero cuando hagas banquete, llama a los pobres, a los mancos, a los cojos, y a los ciegos, porque eso lo necesitan y no tienen para devolverte. Y serás bienaventurado, porque ellos no te pueden retribuir, que te serás recompensado. Pero te serás recompensado en la resurrección de los muertos o de los justos. Mateo 23, 12 also says, but the one who is greater among you will be your servant, because the one who is exalted will be humiliated, and the one who is humiliated will be exalted. My brothers, the greatness, according to these passages, in the kingdom of Christ is acquired by serving, helping, assisting with humility, to whom? He says here, A los pobres, a los mancos, a los cojos, y a los ciegos. Y quienes sirven a ese grupo, esa categoría social, ¿qué son? Dice Cristo, bienaventurados. Dichosos, felices, aquellos que pueden enlodar sus manos sirviéndole al ciego, al cojo, al manco, al pobre. Ese es feliz, dichoso, bienaventurado. Amados hermanos, dice Cristo que eso es lo que cuenta. is what the church says. Now, why is that what the church says? Because they cannot give it back to you, and you will be rewarded. You will be paid. When? In the resurrection of the righteous. Beloved brothers and sisters, ¿Por qué es necesaria la humildad para servirle a Cristo en la iglesia? ¿A los mancos, a los cojos, a los ciegos, a los menesterosos? ¿Por qué es necesaria la humildad? Primero que nada porque ella es la gracia que nos capacita para permanecer en el Señor Jesucristo como niños dependientes de sus padres. No podremos ser útiles para los demás a menos que nos hallemos dependiendo de él en todas las cosas como niños que dependen de su padre. Es la enseñanza de Juan 14.4. Permaneced en mí, y yo en vosotros, como la rama no puede llevar fruto por sí mismo. Si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permaneceis en mí. Como podemos observar, amados hermanos, la humildad es el ligamento que mantiene unida de manera vital nuestra alma con el Señor Jesucristo. Es como el nudo donde se une la rama con el tronco que produce la savia, que le da vida, que le da flores y que le da frutos a la rama. Sin humildad no habrá unión entre el tronco y la rama, Sin humildad no habrá unión entre Cristo y tu alma. No habrá savia que lleve el verdor de la gracia de Dios a las ramas de tu vida a fin de que pueda dar hojas, flores, frutos abundantes para la gloria de Dios y el bienestar de aquellos a quienes Dios te llama a que le sirva como instrumento para buscar y promover su bienestar temporal y obviamente su bienestar espiritual, su bienestar eterno. Mis amados hermanos, sabremos cuando una persona ciertamente es fiel al Señor por el grado y el nivel de humildad con que se conduce. en medio de su pueblo. Por eso es necesario revestirnos de humildad cada día, porque ella es la gracia que nos capacita para permanecer unidos a nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Es necesaria la humildad porque ella capacita a los niños en Cristo para defender de su Padre. Así mismo también. La humildad nos capacita para depender del Señor en todas las cosas a fin de que podamos, en las cosas que provee el Señor, servirle a los demás para enriquecer sus vidas. Así lo establece Juan 15.5 cuando dice, Yo soy la vid, vosotros los Las ramas, el que permanece en mí, yo en él, este lleva mucho fruto, pero separados de mí nada podéis hacer. Si alguno no permanece en mí, es echado fuera como rama y se seca, asegura el Señor. Y mis amados hermanos, nuestra vida de dependencia del Señor es claramente puesta en evidencia en nuestras almas y nuestras vidas cotidianas. El uso que hacemos de los medios privados y públicos de gracia para nosotros pondrán en evidencia que tanto nosotros somos conscientes de nuestra dependencia de Cristo para llenar nuestra aljaba de esa gracia que debemos dispensar a los demás para servirles a ello en los asuntos temporales y en los asuntos espirituales. ¿Se le podrá entregar ministerios, ministerio de Cristo para edificación de su pueblo a personas que son cometas en la iglesia? ¿Se le podrá confiar ministerio a personas que no muestran una vida de dependencia de Cristo a través de sus vidas de oración privada, familiar y pública? ¿Qué usted cree? ¿Usted le confiaría su alma a alguien así? ¿Para que le sirva? ¿Podremos entregar ministerios a hombres y a mujeres? ¿Para que ministren la palabra de Dios a nuestros hijos si son infieles e inconstantes? ¿En el uso de los medios privados y públicos de gracia? Hermanos, no, no podemos. Ah, pero que está muy preparado, que está muy preparado. Ah, pero que habla muy bien, se expresa muy bien. Ah, but he has many verses adorning his head, yes, but he does not show with the fruit that those verses are governing his heart. Beloved brothers and sisters, we need a church made up of men and women who show their humility Primero que nada, permaneciendo fieles a Cristo. Y segundo, mostrando que dependen de Él para todo y en todo. Especialmente para el sustento de sus propias vidas espirituales. La tendencia humana es querer servir y ayudar a otros. Pero hermano, Si tú no estás lleno, tú no podrás sacar para dar. Ese es el problema. Queremos ver en esta iglesia hombres y mujeres que a través del uso diligente y serio de los medios públicos y privados de gracia, constantemente están mostrando su dependencia del Señor. Juan 15.5, yo soy el abismo, yo soy las ramas. El que permanece en mí y yo en él, éste lleva mucho. ¿Qué? Fruto. Pero separado de mí nada podéis hacer. Si alguien no permanece en mí, es echado fuera como rama y se seca. Está claro ahí. No temo la seguridad que da el Señor a aquellos que dependen de él, que viven una vida consciente de su carencia y necesidad, pero que saben que todo cuanto necesitan está en Cristo y tienen siempre la disposición para ir a esa despensa a buscar lo que necesitan, sobre todo para ayudar y servir a otros. Si permaneceis en mi, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queréis, y os será hecho. Y hermanos, es una promesa en la cual Dios promete, garantiza, suplirte todo recurso necesario para servirle a los demás en sus necesidades espirituales, en sus necesidades materiales. Y no estoy aquí hablando de lo que me contaron. Hermanos, este que está aquí lo ha vivido por años. El ministerio en Haití es una prueba una evidencia fehaciente que no da lugar a duda sobre la fidelidad de la promesa de Dios. Cuando se trata de proveer recursos para hacer su obra, hermanos, sobre todo cuando nuestra cartera está vacía y no hay para sacar de allí. La mía está vacía. Pero él tiene muchas otras llenas por ahí. Él sabrá sacar los fondos de ahí. Hace un par de meses, los fondos que tenemos disponibles para Haití estaban bajitos. Señor, la obra de Haití no es de Francisco Guzmán, es del Señor Jesucristo. No es de Iglesia Brigatinidad. Es del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Es de nosotros. Hermanos, de Autralia, no de Sydney, de una ciudad que yo ni sabía que estaba en el mapa de Autralia. De ahí nos llegó una ofrenda a través del pastor Keith Maddy. ¿Cómo se enteran esa gente de ese ministerio? Y sobre todo, ¿cómo se enteraste la necesidad que teníamos? Yo no fui quien se lo dije. De hecho, ni hablan español, hablan inglés. Ahora, hermano, Cristo, aquí en su palabra, dice que el que permanece en él, Give a mucho fruto, y que separado de él, nada podemos hacer. Pero cuando estamos en él, todo lo que pidamos al padre, ¿qué dice él aquí? Dice, será hecho. Será hecho. La provisión que tú necesitas para servir a los necesitados, te la darán. Te la darán, hermano. No seas mezquino creyéndole a tu corazón que es engañoso y perverso, dice aquí, más que todas las cosas. La humildad nos capacita para una vida de dependencia plena de los recursos del cielo para que con ello podamos hacer la obra del cielo aquí en la tierra. Y mis amados hermanos, no seamos medrosos, tacaños a la hora de involucrarnos en la obra de Dios para servir La humildad es necesaria en la vida del que sirve porque ella es la escuela que nos enseña a esperar en el Señor. Ella es la escuela que nos enseña a aguardar de las manos del Señor todos aquellos bienes con los cuales queremos ver enriquecida la vida de aquellos a quienes le servimos. Hay gente con mucho conocimiento de la Biblia y con buenas intenciones, pero pierden la oportunidad de servir a los demás por su impaciencia y por su nerviosismo. En su trato con los débiles, en su trato con los perniquebrados, con los pabilos que humean, son nerviosos e impaciente. ¿Vemos que se alarman, que se turban, que se agitan, cuando los demás no hacen las cosas como ellos le dicen? ¿O no ven las cosas como ellos las están viendo? ¿Cuando no oyen su consejo o su amonestación, lo que empiezan es a atacar y agredir belbarmente, los embisten con explosiones de citas bíblicas? suplantan muchas veces la obra del Espíritu Santo en aquellos a quienes ellos están llamados a ministrar pacientemente, humildemente, mansamente, para guiarles por el camino de la gracia y de la verdad. We just base a man who's full of falta de esta grassy in El Corazón, la humildad. Las personas se olvidan de que el crecimiento espiritual, quien los da, es el Señor Jesucristo, y que él es quien da el crecimiento en toda gracia del Espíritu Santo. En toda gracia del Espíritu Santo, es Dios El hijo quien provee, quien da el crecimiento. El Espíritu Santo obra la gracia y Cristo la hace germinar, la hace crecer, la hace fructificar y dar su cosecha abundante. Mis amados hermanos, la humildad no es capacita para ser paciente al sembrar la semilla, Sabiendo que el crecimiento o que el nacimiento lo da Dios y que el crecimiento de esa semilla para que se convierta en árbol también lo produce la gracia de Dios en la vida de las personas. Y hay aquí un principio importante, hermanos. Dios es quien da entendimiento y la capacidad para entender, asimilar, analizar, iluminar la mente y el corazón para que las personas Crean lo que deban de creer y vivan como deban de vivir a la luz de las Escrituras. La humildad nos capacita para que seamos pacientes, para esperar en el Señor todo aquello que estamos sembrando en el Señor, todo aquello que estamos haciendo en el Señor para la prosperidad y el bienestar espiritual de nuestros hijos, familias, hermanos en la fe, etc. La humildad es necesaria para los siervos de Dios porque en ella Dios promete premios para quienes le sirven. Dios garantiza premios para sus siervos y sus siervas útiles en su reino. Como bien enseña Proverio 22.4, recompensa de la humildad y del temor del Señor son las riquezas, la honra y la vida. Hay recompensa, hermanos, para estos siervos y siervas que aunque no ostentan y disfrutan del aplauso humano, de los rangos y títulos humanos, que acarrean reconocimiento, lores, victorias, etc. Estas son mercancías valoradas, apreciadas y buscadas en el mundo. Y Cristo la promete como recompensa a esos hombres y mujeres que fielmente, en humildad, le sirven de corazón, entregados a promover, a buscar el bien de los demás. Que promete el como premio para la humildad y el temor a Dios. El promete riquezas, no solamente espirituales, también materiales. El promete honra, un reconocimiento entre los demás. El promete vida, sobre todo vida espiritual en abundancia, para que tu alma sea útil a aquellos a quienes le sirve. Finalmente, hermanos, Debemos ser humildes, porque la gracia que nos capacita para servir a Cristo y a su pueblo es la humildad. Es la humildad. Ella nos capacita para que le podamos servir a los grandes y a los pequeños la atención que de nosotros necesitan. Ella nos capacita para que podamos brindarle a los grandes y pequeños el cuidado que de nosotros necesitan. Ella nos capacita para que podamos brindarle a los grandes y a los pequeños el afecto de nuestros corazones que ellos necesitan. Mediante la gracia de la humildad, somos capacitados por el Espíritu Santo para que le ministremos a los demás nuestra simpatía ante sus circunstancias, situaciones y necesidades. sensibilidad hacia ello, se la podemos mostrar por esa vía. Oh, mis amados, necesitamos la humildad porque es la gracia que nos capacita para que seamos hombres y mujeres cordiales, cordiales y gentiles frente a todos aquellos que demandan, requieren, piden nuestra atención, cuidado, afecto y simpatía. Esta gracia es necesaria porque a través de ella podemos servir nuestra amistad a los demás. Es difícil ser amigo de un orgulloso, de un altanero, de una gente altiva. Es difícil ser amigo, amigo, verdaderamente amigo. Es difícil. Es difícil... Dale un abrazo. Aún orgulloso. Siempre tan... No te me pegue. No somos lo mismo. Tú eres otra cosa. Yo soy de un rango superior. Ese es el problema de los títulos. Los rangos. Muchas veces, cuando un coronel lo hace en general, los hijos son generales, la esposa es generala, todo el mundo es general en la casa. Usted no ha notado eso. Todo el mundo tiene rango. Si es el hijo del general y todo el mundo le saca la vuelta, ¿verdad? Y lo mira con cierto... that they don't consider on the floor of the general he saw most of what it really is a man who says the problem of the franklin's i'm looking at me i want to know what he's supposed to listen to me and i'll play a little it was a quarter of a year ago but it was a good thing that i'll play a little La alfombra roja para que don Pedro pasara. Se le general Juan. El ejército de Jehová, los ejércitos. Ese es el problema de los rangos, hermanos. Alejan a la gente. Ahuyentan a la gente. Sobre todo a la gente humilde y necesitado. A los pobres y menesterosos. Los ahuyenta. Y hay iglesias donde ese espíritu es terrible. Terrible. Los pastores, tenemos que cuidarnos de ese espíritu. Porque la tendencia humana es dar muchos aplausos, mucho reconocimiento, y mucho bla, bla, bla, bla, bla, bla. Mis hermanos, cuando yo veo una gente dándome mucho ecoba, salgo por ahí corriendo. Señor, ten misericordia de él y de esta que está aquí. Debemos ser humildes, hermanos, para poder permanecer unidos a Cristo, para depender de Él, para esperar en Él y aguardar su promesa para nosotros. Finalmente, a los amigos y amigas que están aquí sin Cristo, clama al Señor y dile al Señor, oh justo y santo soberano Dios, Sálvame de mí mismo. Sálvame de las angustias y el engaño del pecado. Sálvame de mi naturaleza perversa y traicionera. Sálvame de negar tu acusación contra mis delitos y pecados. Sálvame de una vida de rebelión continua contra ti, en la cual he vivido hasta el día de hoy. O Señor, sálvame de mis principios y fines equivocados por los cuales me he conducido todos los días de mi vida hasta hoy. O Señor, sálvame. De todos mis pensamientos pecaminosos, sálvame de las garras de mis sentimientos pecaminosos. Sálvame, Señor, de las garras de los deseos y propósitos pecaminosos, porque los mismos me mantienen alejado de Ti. Oh, Señor, me he comportado odiándote. I have lived to hate you every day of my life on this earth, although you are and have been the same love for me, for the sustenance of my life. I have lived an evil life against your word, against your good works, in favor of my person. Oh Lord, do not send me to destruction. Atráeme a la presencia salvadora, redentora, santificadora de mi precioso Señor y Salvador Jesucristo. Hiere mi corazón con la espada aguda de tu ley. Y tú mismo sé, mi sanador, oh Dios de los cielos, cúrame y venda mis heridas. O Padre, O Dios de los cielos, hazme añisco, y tu misma mano me reconstruya, me rehaga, me de un nuevo amanecer, un nuevo nacimiento, una auténtica resurrección espiritual. O Dios, soy pecador. Vengo a ti para que tú me salves. Ten misericordia de mí. Obre mi corazón. lo que por mí mismo no puedo obrar, la salvación de mis pecados, la liberación de mi esclavitud, la resurrección de entre los muertos. Oh, Dios, dame esa gracia para vivir para ti, para tu gloria, tu honra, tu honor y tu alabanza en el tiempo y en la eternidad. Oh, Dios, te ruego y suplico estas cosas en el nombre santo de Jesús. Amen.
Los Primeros serán postreros
Series Evangelio Marcos
Jesús enseña que los primeros serán los postreros
Sermon ID | 1120151828474 |
Duration | 56:47 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Language | English |
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