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Regresamos aquí, el texto es Colosenses 3, verso 22, hasta el capítulo 4, verso 1. Parece que la división que se hizo allí debió terminar en el verso 1 del capítulo 4, pero bueno, así lo vamos a ver. El título es El creyente y su trabajo. Esta parte es la que Pablo cubre en relación con esto. Dice así, siervos, obedezcan en todo a sus amos en la tierra, no para ser vistos como los que quieren agradar a los hombres, sino con sinceridad de corazón temiendo al Señor. Todo lo que hagan, háganlo de corazón como para el Señor y no para los hombres, sabiendo que del Señor recibirán la recompensa de la herencia. Es a Cristo el Señor a quien sirven. porque el que procede con injusticia sufrirá las consecuencias del mal que ha cometido y eso sin acepción de personas. Amos, traten con justicia y equidad a sus siervos, sabiendo que ustedes también tienen un Señor en el cielo. Señor, gracias por este texto que vamos a estudiar el día de hoy, y gracias porque sabemos que contamos contigo para que nos instruyas, nos enseñes, abra nuestro entendimiento y sepamos cómo obedecer lo que dice aquí. En el nombre de Jesucristo lo pedimos, Señor. Amén y Amén. Pablo, cuando llega a esta porción, es importante recordar cómo empezó en el capítulo 3. Y regreso allí de nuevo, porque eso es lo que hace posible la lista que él da después cuando habla de la esposa, habla del esposo, de los hijos y de los padres, y aquí se refiere al trabajo. Entonces, quiero leer esto como una referencia en el capítulo 3, versos 1 al 4. Dice, si ustedes pues han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Pongan la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque ustedes han muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo en nuestra vida se ha manifestado, entonces ustedes también serán manifestados con Él en gloria. Y las cosas que está diciendo Pablo de buscar, las cosas que están en el cielo, no las de la tierra, tienen que ver con buscar, obedecer a Dios. Lo que está dicho en la Palabra como instrucción acerca de cómo vivir, no es de la tierra. Viene del cielo, son las cosas del cielo lo que Dios le da al hombre para instruirlo en cómo vivir de acuerdo a su reino. Entonces, el fundamento viene desde allí. Si habéis resucitado con Cristo, entonces busquen las cosas de arriba y la motivación la da cuando en el verso 4 dice Cuando Cristo en nuestra vida sea manifestado, entonces ustedes también serán manifestados con él en gloria. Hay una gran motivación allí para que creyente lleno de esperanza obre así como dice la palabra. Así que tenemos razón más que de sobra para vivir obedeciendo lo que estamos leyendo aquí cada vez que estamos estudiando estos textos. Y aquí, a partir del verso 22, Pablo, después de tratar con la familia, se mueve afuera del círculo familiar, en cierto sentido, en otro sentido no, y ahorita voy a explicar el porqué de esto, y se enfoca en el área laboral y cubre la relación entre empleados y empleadores, entre trabajadores y patrones. Y básicamente, lo que presenta el texto son dos puntos, uno dirigido a los siervos y el otro dirigido a los patrones. Entonces, en el verso 22 dice, siervos, si se fija allí, siervos, obedezcan, en todas usamos. La palabra siervos, en griego, es dulos. la manera correcta de traducir esa palabra es esclavos, no siervos. Porque siervo es una persona que puede servir un tiempo, irse, pero un esclavo no, un esclavo pertenece allí. Entonces, el contexto en que Pablo lo escribe, en el siglo I, en Roma había más de seis millones de esclavos. Se considera que más de la tercera parte de la población en Roma eran esclavos. Entonces era normal, era parte de la sociedad. Claro, nosotros escuchamos el término esclavo ahora y en nuestra mente están látigos, cadenas, maltrato y aún muerte. No necesariamente. La cultura en ese entonces tenía, esa era la composición de toda la sociedad. Y sí había abuso, pero no necesariamente era lo que sucedía allí porque la palabra no se opone a esto. Pablo no se estaba oponiendo aquí a la esclavitud. Ahorita voy a explicar, no se preocupen, nos harán corriendo. Yo sé lo que está pasando, lo que se dice hoy en día, pero vamos a mirarlo bíblicamente, ¿sí? Para poder llegar donde necesitamos llegar con el texto. Ahora, otro detalle aquí. Los esclavos en el Imperio Romano. ¿Qué viene ahora a nuestra mente si oímos la palabra esclavo? Una persona de raza negra. En Roma no era así. En Roma todas las personas podían ser esclavos o todas las personas podían ser libres porque el imperio romano se formó de la conquista de todas las regiones que estaban alrededor y en cada región que llegaban a los que conquistaban los ponían como sus esclavos. Entonces había de todo tipo de razas. No es como nosotros lo conocemos hoy en día. Es diferente. Es diferente lo que está hablando la palabra aquí. Tenemos que encontrar la aplicación para nosotros el día de hoy. Obviamente no promovemos la esclavitud. Estamos abiertamente en contra de eso el día de hoy. ¿Sí? Eso es supremamente claro. Pero lo que quiero es el contexto en que está sucediendo esto. Entonces, cualquier persona podía ser un esclavo, igualmente cualquier persona podía lograr su libertad. El Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento, si usted se fija, no tratan de abolir la esclavitud. No lo tratan, porque era un sistema social muy diferente al que nosotros conocemos, pero sí lo regula. Y estudiando la cultura de entonces, para muchos esclavos, ser esclavo los protegía, porque tenían comida, tenían casa, tenían cuidado. Y en el Antiguo Testamento Dios regula ese tipo de relación. protegiéndolos. Es más, si alguien secuestraba a un esclavo, esa persona tenía que ser muerta. Lo ejecutaban por haber hecho eso con un esclavo. Y el señor regulaba la manera como se relacionaban los dueños con los esclavos. Y prohibía, el señor prohíbe claramente el abuso. Y también estipuló que en el año de jubileo todos los esclavos recibían la libertad. El año de jubileo era una celebración judía donde las deudas se cancelaban, donde los que eran esclavos se liberaban a todos. Pero ¿saben qué sucedía con muchos de esos esclavos? Ellos se paraban contra una puerta, puerta de madera, y ponían la parte del lóbulo de la oreja, la parte que cuelga aquí es el lóbulo, y lo perforaban, se hacían perforar para tener una marca en su oreja diciendo, yo quiero vivir con mi dueño, yo no quiero dejar de ser su esclavo, yo quiero seguirle sirviendo. ¿Por qué? Porque era una relación donde eran cuidados, amados y suplían sus necesidades, ellos querían estar allí. Entonces, ellos escogían hacer eso. Era muy común en el tiempo, en el Antiguo Testamento. Entonces, si se fijan, no es lo que nosotros tenemos en la mente como esclavitud. Ahora, ¿no vamos a usar esto para promoverlo? Claro que no. Yo sé que no. La única relación que podemos encontrar es con el trabajo. Es la única relación que vamos a poder encontrar. Lo que quiero es explicar qué está pasando allí, porque hay gente que usa la Biblia para atacar a Dios y atacar a la Biblia y decir, si ven, ahí se promueve la esclavitud. No, nomás están narrando lo que pasó allí. ¿Y qué hacían para regular esto? Para proteger la vida de los que estaban en esa condición. Entonces, era una manera común de vida en ese entonces. Y cuando vamos al libro de Colosenses, en ese entonces era común que las familias tuvieran esclavos. Era común. Era muy común. Y Pablo le dice cómo tratarlos a ellos. Y también cómo los esclavos deberían relacionarse con sus dueños. ¿Sí? Quiero mostrarles un texto para que vean que lo que estoy diciendo no es cuento mío. No me lo estoy inventando. Lucas, capítulo 7, versos 1 al 10. Mira lo que sucede aquí con una persona que tiene un esclavo. Lucas 7, versos 1 al 10. Dice, cuando terminó todas sus palabras, el pueblo que le oía, al pueblo que le oía a Jesús, se fue a Capernaún y el siervo, acuérdense la palabra siervo, ésta se traduce como esclavo. El siervo de cierto centurión a quien éste apreciaba mucho. ¿Quién apreciaba a quién? El centurión a su esclavo. O está mostrando aprecio por él. estaba enfermo y a punto de morir, el siervo. Al oír hablar de Jesús, el centurión envió a él unos ancianos de los judíos, pidiendo que viniera y salvara a su siervo. Cuando ellos llegaron a Jesús, le rogaron con insistencia, diciendo, el centurión es digno de que le concedas esto, porque él ama a nuestro pueblo y él fue quien nos edificó la sinagoga. Jesús iba con ellos. Bueno, el caso es que el Señor habla con el centurión, el centurión le dice, yo soy un hombre bajo autoridad también, no tienes que ir a mi casa, con que digas, él va a ser sano. Y es lo que el señor hace y se admira de la fe de este hombre. Pero lo que vemos aquí es la relación de él con su esclavo o con su siervo. Es una buena relación de amor, de protección, y le importa a él. Entonces, ese es el ambiente en que se escribe la carta. Ahora movámonos, al texto mismo y vamos a mirar la aplicación para nosotros el día de hoy. Entonces, la primera sesión es dedicada a los empleados, así la titulé, y el primer punto es el orden, en el verso 22a. Es decir, el orden en la relación entre los empleados y los patrones, o en ese entonces eran los siervos y los dueños. Y dice, siervos, verso 22 de Colosense, ese es nuestro texto base. Siempre vamos a regresar aquí a Colosenses capítulo 3. Verso 22. Ciervos obedezcan en todas sus amos en la tierra. ¿Cuál es el mandamiento que está allí? Obedecer. Es obedecer. Entonces, si se fijan, desde el verso 18, Pablo dice, mujeres estén sujetas a sus maridos. ¿Esa sujeción qué indica? Obediencia. Claro, en una relación de amor no es algo obligado, sobre impuesto. Pablo está hablando de una relación de amor, porque lo que importa en la relación es el honor al Señor Jesucristo. Entonces la mujer está sujeta al marido, versos 19, maridos amen a sus mujeres, hay una sujeción allí también, porque para amar a la esposa, el esposo tiene que estar sujeto a ella. Después dice, no exasperen a los hijos. Hay una sujeción de los padres a los hijos para criarlos a ellos. Y a los hijos les dice, honren a sus padres. Hay una sujeción de los hijos a los padres. Si se fijan, la forma como Dios diseñó la sociedad trae una sujeción entre unos y otros. tiene un orden, tiene un orden en que funciona cada persona. Y eso es lo que Dios muestra aquí en toda esta sesión. Muestra el orden en el hogar y ahora se mueve en el área del trabajo y sigue ese orden y siempre hay un orden de autoridad y de sumisión. Pero ese orden no indica que una persona sea más importante o que sea más que la otra. Es el mismo contexto donde estamos viendo hasta el momento en lo que hemos estado estudiando. Entonces aquí en el verso 22, Pablo se refiere a los esclavos de estas familias y les ordena, ¿a quién? A los esclavos o a los siervos, que obedezcan como? En todo a sus amos en la tierra. Dice que en todo. Entonces al hacer esto, Pablo está mostrando lo vital que es el orden en la sociedad, el orden de autoridad, el orden de sumisión y las diferentes funciones que cada persona tiene. ¿Qué es lo que nosotros experimentamos hoy en día en relación con el trabajador y el patrón? Hay protestas, hay huelgas, Hay manifestaciones de parte de los empleados. Hay patrones que buscan cómo sacar más dinero y no consideran a sus empleados. Hay trabajadores que exigen ganar más y más y más beneficios y etcétera. Cada quien va detrás de lo suyo y se mueve según su conveniencia. Yo recuerdo cuando mi hijo mayor, antes de casarse, él se fue para Michigan a vivir allá. Y le dije yo, ¿quién quiere vivir en Michigan? Pues mi hijo quería vivir en Michigan, allá estaba su corazón. Y fue cerca de una ciudad llamada Flint. Flint, Michigan, es donde estaban los edificios que tenía GMC y compañías constructoras de carros. Y se considera The biggest wasteland in the world. El área más de wasteland es como un área que quedó, estaba llena de edificios y ahora es desértico. Es un abandono total lo que hay allá. Y me puse a estudiar qué pasó en Michigan. Era una región muy próspera. Los empleados tenían muy buenos beneficios, buenos trabajos. Hacían buenos carros allí, GMC. Y fue el conflicto que se levantó de la unión contra las fábricas, contra los dueños de las compañías. Y se hizo un revoltijo. Se hubiera evitado eso si supieran este texto. Estuvieran allí todavía. No hubiera quedado tanta pobreza. Mire, una casa allá vale como 15 mil, 20 mil dólares. Es tanto la ruina que quedó allí. después de ser un lugar tan próspero, pero no se tuvieron en cuenta los principios de Dios. El mundo no los considera. Entonces, algo bien clave que nosotros debemos considerar aquí, en la ilustración que estoy presentando, el mundo piensa de una manera, Dios dice de otra. El mundo piensa de una manera para el matrimonio, que ahorita el matrimonio es lo que quieran, lo que se les ocurra. El Señor no dice así. A los hijos se les enseña una cosa, el Señor no dice eso. El trato de los padres, todo es un revoltijo. Es decir, cada quien escoge como quiera. No en el reino de Dios. Y Pablo lo que está haciendo aquí es estableciendo el orden. Hay un orden aquí. Y el mandamiento para los empleados es, usémoslo para el empleado el día de hoy, Obedezcan en todo a sus patrones en la tierra o a sus amos en la tierra, como dice aquí. Obedézcanlos en todo. Y el trabajo es el medio por el cual un hombre suple para su casa. Así que el tema del trabajo es candente, es candela en nuestro tiempo y en todo tiempo. Y ha habido cambios muy buenos para proteger a los trabajadores. Pero piensa en el contexto que Pablo lo dice y la aplicación el día de hoy. Ellos eran esclavos. No eran empleados, eran esclavos. Y Pablo les dice, obedezcan en todos. ¿Por qué? ¿Porque son esclavos? No, porque hay una relación de trabajo donde otra persona es el líder o es la autoridad. Entonces Pablo está presentando eso. El día de hoy, el empleado está en la misma relación con su patrón. Y la parte del empleado es obedecer en todo. ¿Qué dice el mundo? Protesta, exige más, pides tus derechos, pon una demanda, pon esto, pon lo otro. El Señor dice, obedece en todo. Y ahorita vamos a ver cómo se desarrolla el texto para que miremos el impacto y la seguridad y la garantía que esto tiene en la vida de una persona que decide creerle al Señor. ¿Cómo se comporta un cristiano en medio de todo esto? Eso es lo que importa. Entonces la Biblia no aprueba, habiendo leído nomás esa frasecita, la Biblia no aprueba que un creyente esté protestando, que esté haciendo huelgas, que participe en riots o cosas así. La Biblia no lo aprueba. Dios no le dice eso a un cristiano. Dios no le da permiso a un cristiano hacer eso. Es claro, la palabra de Dios no toma lados con partidos políticos, simplemente habla directamente al testimonio que el creyente puede dar con un empleado. No toma lados en sistemas que el mundo tiene, simplemente le habla al creyente qué es lo que debe de hacer y le ordena que obedezca en todo a sus amos en la tierra. Mire, yo antes de ser pastor trabajé como machinist en un machine shop con fresadoras. Esas máquinas se llaman fresadoras. Ahí hay tornos y hay fresadoras. Yo me encargaba de las fresadoras. Habían cosas en la compañía que eran muy injustas. Porque estamos en la tierra. Son dueños, humanos, pecadores. Hacían cosas muy injustas. Pero el texto estaba enfrente mío y decía obedece en todo. Esa era mi parte como empleado. Obedece en todo. Hacer como el Señor dice y confiar en Él. Confiar en Él. No era mi parte cambiar la compañía. Mi parte era obedecer en todo lo que me correspondía hacer en el trabajo. Y honrar al Señor igual para cada creyente. No cambia. Entonces, la relación queda definida. ¿Es complicado esto? No, es muy simple. Es simple, ¿sí o no? Bueno, por dentro van a estar... Sí, bueno, suena simple, pero... Yo quiero mis derechos. Pero lo que el Señor dice es muy simple aquí. Es bien claro. No tiene complicación ni dificultad para entenderse. En términos comunes, no sé si ha escuchado esta frase, pero dice, donde manda capitán, no manda marinero. Por algo él es el capitán. Por algo eres el dueño de la compañía, por algo eres el supervisor, la persona que está allí. Entonces el empleado tiene que mantener esa relación, debe mantener esa relación y no inmiscuirse como el mundo piensa, de estar con demandas, de dar menos y querer ganar más. No, un hijo de Dios no piensa así. Entonces Pablo deja bien clara esta línea de distinción entre empleado y patrón. entre, como ya vimos, esposo y esposa, padre e hijo. Y el texto dice que los empleados deben obedecer a sus amos en todo. La frase la pudiéramos traducir literalmente, obedezcan a sus amos según la carne. Y hay una razón por la cual está escrito así en griego. Cuando dice, obedezcan a sus amos según la carne. Y es esta, mire Colosés 3.11, miremos allí. Dice, en esta renovación No hay distinción entre griego y judío. La renovación es la obra de Cristo. Circunciso o incircunciso, bárbaro o excita. ¿Qué palabra sigue? Esclavo, por lo menos en la nueva versión, en la nueva Biblia de las Américas. Esclavo o libre. Sino que Cristo es todo y en todos. Lo que está diciendo es que no hay ninguna diferencia a nivel espiritual entre creyentes. Puede haber creyentes aquí, dueños de compañía, y puede haber creyentes aquí que son empleados de esa compañía. Y resulta que puede haber un creyente aquí que es un empleado en esa compañía, y otro hermano es el dueño en esa compañía, y el que es un empleado aquí puede ser un anciano, la persona con más autoridad en la iglesia. Pero afuera no es un anciano, es un empleado. Entonces la relación de esos dos creyentes nunca cambia. Es la función que lleva el uno con el otro, o la relación más bien se define en base a la función, pero espiritualmente en Cristo Jesús no hay ninguna diferencia, no la hay. Entonces un creyente empleado puede trabajar felizmente con una persona que su jefe sea cristiano o no sea cristiano, si entiende el propósito de Dios. Entonces, en la relación en el trabajo no es de tipo espiritual, es decir, el empleado no tiene que hacer todo lo que el empleador le dice si lo que le pide va en contra de su fe. Obviamente que no. Solamente en el área del trabajo. ¿Sí? Porque en esa área el que gobierna el corazón de creyentes es el Señor Jesucristo. Entonces la diferencia es la función que desempeña cada uno en su área de trabajo. De nuevo, la parte del empleado entonces es Ayúdenme. Obedecer. Es lo que dice el texto. La parte del empleado es obedecer. El que pone las reglas en el trabajo es el jefe, no el empleado. Y es necesario obedecer en todo a los empleadores. Aunque el empleado considere que hay una regla injusta o que no sea lo mejor para su compañía, debe obedecer y en el tiempo adecuado buscar la oportunidad para aportar algo si puede aportar algo para la compañía. ¿Sí? Y la meta del empleado debe ser servir en esa compañía, servir a sus empleadores y procurar su prosperidad. Mire, es como uno hoy en día, no aquí, pero afuera, la pereza en el trabajo. Gente que no le echa ganas en el trabajo, aunque nosotros como hispanos tomamos mucho orgullo en trabajar con fuerza, en trabajar con ganas. Eso es algo que valoramos mucho. Pero podía haber pereza, mala voluntad, deshonestidad de parte de los empleados. Yo recuerdo uno de nuestros empleados, yo era supervisor, y tomaba, antes de que sonara el timbre para ir al break, él estaba afuera por lo menos cinco o siete minutos. Y sonaba el timbre, y bueno, tomaba su break, y cuando sonaba para que regresáramos, él se quedaba cinco o siete minutos más. Y yo hice la cuenta, porque eran dos breaks al día. Y me dio 10, 20, por 5, 100 minutos por semana que él no estaba trabajando, estaba recibiendo ese pago. Eso es robar. Eso es robar. O cuando los empleados se llevan clips de su trabajo, papel de su trabajo, cosas de su trabajo que son para el trabajo y las usan para otras cosas en sus casas. Eso es robar. Si sabía que se pierden millones de dólares en Estados Unidos al año por empleados que hacen esto. En el robo del tiempo, en el robo de cosas. Pablo lo que dice es, obedece, esa es tu parte, ve y haz lo que se te pide que hicieras. Más en el día de hoy, donde no es una relación de esclavo y dueño, sino que es una relación voluntaria, la persona toma el trabajo sabiendo que lo que va a hacer es voluntario estar allí. Entonces, comienza por allí, obedezcan. Segundo, la integridad. Verso 22, la segunda parte. No para ser vistos como los que quieren agradar a los hombres. Ese es Colosenses 3.22, la segunda parte del verso. Entonces, los esclavos y los siervos debían obedecer con una actitud agradable delante de Dios. En ese entonces había esclavos con mala actitud que perjudicaban a sus dueños. Así que Pablo les ordena a obedecer y hacerlo con una buena actitud, no por la apariencia de quedar bien cuando los vieran. Usted, yo no sé si ha notado eso, ojalá que usted no sea una de esas personas, que en los trabajos, mientras está el supervisor o está el jefe, trabajan, ni sudan, ni ahí están, ni él se va, y se voltean los empleados, hacen otra cosa, resulta que ya no tienen la misma energía para trabajar. Entonces, lo que Pablo está diciendo es no para ser vistos, sino por integridad. La integridad se define cuando una persona hace lo que es correcto, cuando nadie le está viendo. Allí es cuando hace lo correcto. Entonces, un empleado tiene que ser así. Mire, de acuerdo con la palabra, hay una conexión que yo hice aquí. El trabajador trae, estoy hablando a creyentes, el trabajador trae del fruto de su trabajo las ofrendas a la casa del Señor. Pensemos por un segundo cómo es esto. El fruto del trabajo es, digamos, 40 horas a la semana. El dinero que le pagan a esa persona, esas 40 horas son 40 horas de su vida. Ese dinero que recibe está representando su vida, la vida que usted dejó en ese lugar, la manera como lo hizo, la actitud como sirvió allí. Ahora, ¿se trae parte de eso a la casa del Señor como una ofrenda? ¿Qué se le está trayendo al Señor? Debe haber una consistencia entre una cosa y otra. Si se fijan, no hay manera de separar el trabajo y decir eso es secular y esto es espiritual. No, Dios es dueño de todo y en todo lugar le servimos al Señor. Y lo que dice Él es hacer el trabajo, no por la apariencia, no porque es visto, sino porque de corazón lo está haciendo allí con una buena actitud. No de mala gana, ni con un corazón no sincero, sino sinceramente hacerlo como para el Señor. No desconectándose de la honra al Señor. El punto de llegada siempre es a Dios. Así que todo lo que se hace, se hace como para el Señor. Verso 22, seguimos ahí la tercera porción del verso 22, dice, sino con sinceridad de corazón temiendo al Señor. Esa es la manera de hacerlo, no por la apariencia, sino de corazón. Miren, muchos de ustedes no tienen un ministerio donde dicen, yo me ocupo en este ministerio, estoy estudiando para enseñar, estoy trabajando para hacer esto. El ministerio es una iglesia que demanda todo este tiempo de mí. Pero tienen un trabajo. Cuando usted sale por allí y usted va a su trabajo, ese es su ministerio. Es el lugar donde usted está representando al Señor y a la Iglesia del Señor, y el creyente en ese lugar de trabajo es donde da testimonio. Cuando se ve en la manera como trabaja, que de corazón lo está haciendo, porque lo toma como un ministerio. Algo que el Señor me enseñó bastante en los años de trabajo con Machines, Porque el llamado para pastor lo entendí desde el año 91 más o menos. Pero no vine a ser pastor sino hasta el año 2000, pero esos años... Entendí que el trabajo era mi ministerio, era el lugar donde el Señor quería prepararme. El principal lugar donde Dios le prepara a usted en su carácter tiene que ver con su trabajo. Si usted logra hacer su trabajo de corazón, no para que lo vean, pero de todo corazón, como para el Señor, usted es desarrollado en su carácter. Viene a ser más hombre, más firme, más sólido, más lo que dice la palabra. que es un hijo de Dios o una mujer de Dios si usted trabaja. Gran parte de su tiempo lo va a pasar en ese lugar y lo va a pasar con otras personas que están viendo cómo vive usted, cómo se comporta usted, cómo habla usted, cómo se refiere usted a su jefe. Es muy importante que usted lo haga bien. Este texto es para los creyentes. Que el testimonio sea usado por Dios para gloria de su nombre. Y las personas que hablen mal de usted por ser cristiano, le critiquen, después se tengan que callar porque ven que usted es un buen trabajador, el mejor trabajador, porque lo hace como para el Señor. Entonces le van a escuchar cuando usted los quiera evangelizar. Es entonces cuando le van a escuchar. Hay que hacerlo así, como dice la palabra. La actitud del empleado debe ser íntegra, porque dice que hay que hacerlo de corazón. Haciendo todo en obediencia, no para que lo vean. Porque si es así, es un mentiroso. No para agradar a los hombres. Porque si es así, es un hipócrita. Sino con sinceridad de corazón. Algunos de ustedes hemos visto el significado de la palabra sincera. Lo estudiamos cuando vimos el libro de filipenses, pero a una audiencia más nueva ahora quiero repetirlo. La palabra sincera se desarrolló en el tiempo del siglo I cuando las personas iban al mercado y compraban los pats. ¿Cómo se dice pats? ¿Materas o...? De barro, ¿cierto? Sí, como ollas de barro o recipientes de barro para decoración o para el uso de la casa. Entonces, los que eran transas en el mercado, si se les había quebrado uno de esos productos o estaba con un crack, por dentro los llenaban de cera, los cubrían de cera. y por fuera lo pintaban y no se notaba que aquí estaba quebrado. Entonces los buenos compradores, para saber si ese producto era sin cera, lo levantaban y lo ponían contra la luz y podían ver si entraba luz por algunas partes tenía cera. Entonces no era sin cera, si era sin cera lo compraban y si era con cera, pues no servía. Entonces lo que está hablando el texto cuando dice que lo haga de corazón como para el Señor, está hablando de integridad. Dice, sinceramente, no tenga cera en su manera de obrar en su trabajo. No tenga parches tapados que no corresponden con lo que usted tiene que hacer en ese lugar. Hágalo todo bien. Hágalo con excelencia. Hágalo de todo corazón como para el Señor y usted va a encontrar gozo y alegría en el trabajo que usted hace. Y si es un trabajo temporal y usted anhela otro trabajo, no importa, hágalo bien allí. Quédese allí, sirviendo bien allí, de todo corazón, con un corazón sincero. Así que no sea una persona con cera en su trabajo. ¿Y sabe qué? En el trabajo se nota quién es quién. ¿Sí o no? En el trabajo se nota cómo es una persona. Allí se ve. ¿Y todo lo que se ve en los trabajos? ¿Y quiénes son los que pueden dar testimonio en los trabajos? Los creyentes. Los creyentes. Entonces, ¿cómo se ve su trabajo? ¿Cómo son sus horas? Cada dólar que gana representa esa cantidad en tiempo. Esa es su vida. Esa es su vida. Usted está demostrando cuánto vale su vida en la manera como trabaja. Eso representa quién es usted. Y así funciona en la sociedad. Dios regula la relación del empleado con el patrón de esta manera. Esa es la voluntad de Dios. Verso 22, con sinceridad, de corazón, y dice, temiendo al Señor. Agrega esto, temiendo al Señor. Si se fija, siempre Pablo llega al mismo punto, temiendo al Señor, agradando al Señor. Mire, Segunda de Corintios 7.1. Vamos allí para mirar este texto. Segunda de Corintios 7.1. interesante como Dios nos dice cómo vivir y toca toda área de nuestras vidas. La Biblia es es clara, es explícita. Segunda Corintios siete uno dice, por tanto, amados, teniendo estas promesas, limpiémonos de toda inmundicia de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios. Limpiémonos de toda inmundicia, de todo lo que no es santo, para que nos perfeccionemos Perfeccionamos la santidad en el temor de Dios. Entonces, cuando Pablo dice de manera sincera, de todo corazón, temiendo al Señor, está hablando que su trabajo, el creyente, lo hace de una manera santa. ¿Cómo? Es decir, separado para Dios, consciente de la presencia del Señor y con la intención de agradarlo a Él. Piensa en esto. Si un empleado tiene mucho aprecio por su empleador, va a querer hacer un buen trabajo. Pero si ese mismo empleado, que tiene un buen aprecio por su empleador, entiende que su trabajo es como para el Señor, su trabajo va a ser el de mejor calidad posible. Va a ser lo mejor dentro de la capacidad que Dios le permite tener. Así que es sabio para el que obra con temor a Dios. ¿Y quién le va a recompensar? Lo vamos a seguir, lo vamos a ver en un verso más adelante. Verso 23 dice, todo lo que hagan, regresé a Colosenses, siempre Colosenses 13 nuestro texto va a ser, todo lo que hagan, háganlo de corazón como para el Señor y no para los hombres. El que obra para el hombre, allí mismo tiene su recompensa. Mateo 6.1 dice, cuídense de no practicar su justicia delante de los hombres para ser visto por ellos, de otra manera no tendrán recompensa de su Padre que está en los cielos. En otras palabras, no sea hipócrita. Es decir, no se quede con la apariencia de lo que otras personas están viendo. Más bien en su corazón hágalo como para el Señor. Mira lo que dice Efesios 6, del 5 al 7. Ese es un texto paralelo al que estamos estudiando. Efesios 6. Ciervos obedezcan a sus amos en la tierra con temor y temblor ¿Quiere decir que tengan miedo a sus empleadores? No, Pablo está hablando de la relación con Dios cuando dice, con temor y temblor, con la sinceridad de su corazón, como a Cristo. No para ser vistos como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, haciendo de corazón la voluntad de Dios. Sirvan de buena voluntad como al Señor y no a los hombres. Entonces, usted define su trabajo como un servicio a Dios. Ese es su ministerio. Y su tiempo allí, que usted dedica tantas horas allí, Dios lo va a usar para hablarle a otras personas de quién es Él, cuando ellos vean eso, cuando ellos vean su manera de trabajar. Entonces, dedica el trabajo al Señor. Para Él lo hace. Y si no lo hace, para Él no lo hace. Y debe trabajar de manera que usted prospere a su compañía. Prospere a la persona para quien usted trabaja. No le critique. Prospérele. No le critique. Obedézcale. Haga un buen trabajo. Tenga una buena actitud en su corazón. Esté allí para bien. Somos personas de bien. Somos hijos de Dios, los creyentes. Y donde vamos es para hacer bien. Y dejamos el nombre de Dios en alto. Y el trabajo es un gran indicativo de la clase de persona que usted es. Entonces, piensen esto. ¿Quién le da la fuerza y la salud para trabajar? Es Dios. Dios nos puede quitar la salud así, miren. Así. Él es el que nos da la salud, entonces debe haber un agradecimiento de poder ir a trabajar. ¿Quién es dueño de todo? Es Dios. Claro, hay una persona con un título de propiedad, es un jefe, pero el dueño es Dios, para Él lo hacemos. Entonces, para Él vivimos, para Él obramos. En el trabajo, el creyente obedece en todo y lo hace con integridad. Tercero, la motivación. Colosenses 3, 24. Sabiendo que del Señor recibirán la recompensa de la herencia. Es a Cristo el Señor a quien sirve. Qué tremendo lo que Pablo está diciendo aquí. Porque la motivación viene de la... hay una recompensa. Mira, ¿a quién le gusta trabajar de gratis? Levanten la mano, yo le regalo 500 dólares si usted trabaja de gratis. Es decir, nunca recibir un sueldo. ¿Por qué? Claro, hay trabajos voluntarios, pero no me refiero a eso. El trabajo, el esfuerzo. Hay una remuneración, es lógico, se espera eso. No lo haga solo por eso. No se quede allí. Eso es meramente terrenal. No lo mire así. La recompensa viene de Dios. Su motivación tiene que ser más que ese cheque. Tiene que ir más allá. Miren, cuando una persona no tiene la motivación como servirle a Dios y recibe ese cheque, esa persona cambia. Su actitud cambia, su postura cambia, su manera de hablar cambia, las cosas que hace cambian. Porque está sirviendo solamente por el dinero. Pero el que es un creyente y sirve más que por ese cheque, le está sirviendo es al Señor. Y del Señor espera su recompensa. Ese cheque no le cambia su corazón. porque le está sirviéndose al Señor. Hay maneras fáciles de medir todo esto. Hay maneras que son fáciles. Mire, Mateo 6, 17 al 18, el Señor dice allí, acerca del ayuno, lo que quiero mirar es el principio. Mateo 6, 17 al 18. Dice, ¿por qué? Oh, me fui para Marcos y es Mateo. Mateo 6, Verso 17. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro. Es decir, no estés todo demacrado diciendo, estoy ayunando, pobrecito de mí, miren qué débil. Sino, unge tu cabeza, lava tu rostro, peínate. Verso 18. Para no hacer ver a los hombres que ayunas, sino a tu padre que está en secreto y tu padre que ve en lo secreto te recompensará. La recompensa viene de Dios. Este es un ejemplo del ayuno, pero aplica en todo lo que hacemos. La recompensa viene de Dios. Y si la recompensa se espera del Señor, esto sobrepasa el sueldo, sobrepasa el maltrato que se pueda recibir o las injusticias que puedan haber de algunos patrones. Entonces, las circunstancias no determinan cómo el trabajador debe de hacerlo, sino lo que Dios dice. Mire, Primera de Pedro 2, 18 al 20, quiero mostrarles este ejemplo, esta ilustración en Primera de Pedro, donde los cristianos están bajo persecución, están siendo maltratados, Herodes es el emperador en ese tiempo en Roma, Y la relación en ese entonces de ellos es siervos o esclavos. Y miren lo que le dice Pedro a ellos. Primero de Pedro 2, 18 al 20. Siervos estén sujetos a sus amos con todo respeto, no sólo a los que son buenos y afables, sino también a los que son, ¿qué? Insoportables, dice esta versión. También a los que son insoportables. Porque esto haya gracia. Si por causa de la conciencia ante Dios, alguien sobrelleva penalidades sufriendo injustamente. Hay empleadores que son injustos, es verdad. Pero Pedro dice aquí, eso no importa. Lo que importa es que reza a Dios personalmente. Pues, ¿qué mérito hay? Si cuando ustedes pecan y son tratados con severidad, lo soportan con paciencia. Pero si cuando hacen lo bueno, sufren por ello y lo soportan con paciencia, esto haya gracia con Dios. Entonces, soporte lo que está pasando, hágalo como para el Señor en el tiempo que Dios le permita estar en ese trabajo. La diferencia es que ahora se puede escoger otro trabajo si usted considera que no es honroso que usted se quede allí. Pero siempre lo determina en base a eso. Y al que sirve es a Cristo. Al que sirve es a Cristo. Entonces recuerde, Él es el dueño de todo. El siendo el dueño es el que da la recompensa. Y hallar gracia delante de Dios al hacerlo bien trae favor de parte de Dios. Una ilustración rápida, no la voy a leer. José, en el Antiguo Testamento, Libro de Génesis. ¿Qué pasó con José? Los hermanos lo vendieron como esclavo. Se lo llevan a otro lugar, pierde a su familia, su idioma, sus tradiciones, su cultura, todo. Y va como esclavo, lo venden a potifar. que era una persona de autoridad en Egipto. ¿Y qué hace José cuando trabaja para Potifar? Dice, este egipcio, ¿por qué me trajeron aquí? Esto es injusto, yo no debería estar aquí, quiero llamar a mi abogado. ¡No! ¿Qué hace José? Es el mejor de los esclavos que tiene Potifar, el mejor esclavo. Obedece, lo hace de todo corazón y en su mente mantiene que Dios es el que lo va a recompensar. ¿Y cómo le pagan? Lo meten a la cárcel después de que hace todo lo que hace por potifar. ¿Y qué hace José cuando está en la cárcel? Es injusto. Yo quiero llamar a mi abogado. Tienen que hacer una campaña para que me defiendan públicamente. ¿Qué hace José? Es el mejor preso cuando está en la cárcel. Mantiene la actitud, una actitud de fe, de sumisión, porque entiende que dentro del plan de Dios, aunque él no quiera estar allí y él no causó que estuviera allí, él debe obedecer al Señor y es lo que hace cuando está allí. Y el carcelero le entrega las llaves de la cárcel y lo dejan cargado a todos los presos. No se va, él se queda allí cuidándolos. ¿Y qué hace Dios con José? Lo recompensó y vino a ser el segundo en autoridad en el imperio más grande que había en la tierra en ese entonces Egipto. Y lo usó para salvar a mucha gente. Entonces, las cosas no se tienen que ver como el mundo las pinta, que tiene que tener el sueldo ideal, los beneficios ideales, los médicos ideales, todo el retiro ideal y entonces está contento. No, eso no determina. Eso no determina el gozo en su corazón, porque si eso es, entonces sólo está buscando lo terrenal. Y Pablo en Colosenses 3, 1 empieza a decir, no hagan eso. No busquen lo terrenal. Busca lo que está arriba, donde está Cristo, si es que ha resucitado con Él. Y en el trabajo, así es. Sabiendo que la recompensa viene del Señor. Y dice, Pablo dice, la recompensa de la herencia viene de Cristo. Esa es la que sirve al creyente, no al hombre, no a un sistema terrenal. Por eso buscamos las cosas de arriba. En los países socialistas y los países comunistas, el socialismo es como un comunismo medio, pero siempre se mueve para allá. En los países comunistas, los empleados a todos los tratan igual. Esa es la meta, que todo mundo esté parejo y todos ganen igual. Entonces, aunque una persona se esfuerce mucho, nunca le reconocen nada. Entonces quitan completamente toda la motivación. No hay motivación. En un país comunista no hay motivación para trabajar. Usted va a un país comunista, es una ruina lo que usted ve, es un atraso en la industria, es un atraso en todo. ¿Por qué? Porque el sistema quita la motivación. ¿Y quiénes son los mejores trabajadores siempre en esos sistemas? Los cristianos. Porque ellos van por encima de ese sistema y agradan al Señor. No les recompensan monetariamente, pero ellos esperan su recompensa de Cristo. Y en un ambiente tan opresivo como es ese, ellos son los que sobresalen y su testimonio es el que se nota allí. En cualquier situación, el creyente es el que puede ser luz si hace las cosas como Dios le dice. Mire, Tito 2, del 9 al 10, Él habla allí, está ahí cerca de Primera de Pedro, se regresa a unos, tal vez cinco libros, ahí lo va a encontrar, o cuatro. Tito II, del 9 al 10. Y se exhorta a los siervos a que se sujeten a sus amos en todo. Por todas partes dice sujeción, sujeción, sujeción, obediencia. Que se sujeten a sus amos en todo, que sean complacientes, no contradiciendo, verso 10, no defraudando, sino mostrando toda buena fe. Y mire el por qué. Para que adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador en todo respecto. La doctrina del Señor es adornada por un empleado que se sujeta a su patrón, a su empleador. Y lo hace de todo corazón, no para que lo vean, sino sinceramente porque está esperando del Señor Jesucristo la recompensa de la herencia. Entonces el punto de todo lo que dice Pablo X es que en Cristo es posible, si miramos esto, en Cristo es posible una sociedad ordenada, en paz, una sociedad próspera, es en Cristo Jesús. Siempre que entra el cristianismo, a cualquier sociedad donde entra, entra a restaurar, a levantar. Siempre el cristianismo entra así. ¿Qué es lo que pide el mundo ahora? ¿Qué es lo que le enseñan a los jóvenes en las universidades? Hay que quitar el que está, destruir todo lo que tenemos y empezar de nuevo. Nosotros vamos a poner lo que es lo mejor. No es cierto. El hombre no tiene la solución al problema del hombre. Ya lo estamos viendo desde varias semanas atrás. No es así. La solución aquí está. Es en Cristo Jesús. Y la iglesia es la única que lo puede vivir en realidad. Entonces, Lo que produce es un empleado que tiene paz en su corazón. Uno que tiene gozo en su corazón, pues trabaja como para el Señor. Un cristiano no tiene por qué estar oprimido en su corazón con el trabajo que hace. No hay razón para eso. ¿Por qué? Pablo le está hablando a esclavos. Nosotros no somos esclavos, no vivimos en una sociedad así. ¿Cómo no vamos a poder hacer lo que Pablo está estableciendo aquí? Que es el principio de Dios que desde lo más bajo opera y funciona y libera al hombre. Igual o más poderoso para nosotros. Entonces, si trabaja con obediencia, una buena actitud, motivado para complacer al Señor, quien ve su trabajo, Él le recompensará con gracia y de manera generosa. y Él le va a prosperar. Ese es el Señor. Cuarto, la advertencia. Verso 25, ahí en Colosenses 3. Porque el que procede con injusticia sufrirá las consecuencias del mal que ha cometido, y eso sin acepción de personas. Lo que está diciendo en esta advertencia es esto. Usted es un cristiano, si es un hijo de Dios, no presuma de la gracia de Dios. pensando que se hace mal en su trabajo. Ah, pues le pido perdón al Señor, no hay consecuencias. El Señor le perdona, pero sus malas obras le van a seguir. El Señor afirma eso aquí. Eso es lo que está diciendo. Y dice, y sin acepción de personas, sufrirá las consecuencias del mal que ha cometido. ¿Cuál es el mal? No obedecer es mal, no hacerlo solo para que lo vean, sino como para el Señor, no tener un corazón sincero, con temor a Dios y esperando la recompensa de Dios, nomás le importa su cheque. Eso es pecado delante de Dios. Dios lo llama pecado. Y dice que es mal. Y este mal, si usted trabaja como el resto del mundo quiere trabajar, eso es malo. Eso ofende a Dios. Y lo que dice es, las consecuencias de ese mal le van a seguir. Y no hay acepción de personas, no importa las circunstancias. Se dice, ah, es que usted no sabe cómo es mi jefe. Es que no se da cuenta las circunstancias en que estoy. Es que son bien injustos. Aquí dice sin acepción de personas. Usted sabe cómo está su corazón. Usted sabe cómo está su corazón. Gálatas 6, 7 dice, no os dejéis engañar de Dios, nadie se burla, pues todo lo que el hombre siembre eso también cegará. ¿Por qué dice Pablo eso y lo podemos aplicar aquí? Porque Dios es el dueño de todo y es el que da la recompensa. Entonces, ¿cuál es la recompensa que va a recibir? Eso depende de cómo hace el trabajo. Eso depende de cómo hace su trabajo. Sufrir las consecuencias Dios le pagará. Entonces, no le queda al creyente presumir de la gracia de Dios. Le va a alcanzar. Va a cosechar lo que siembra porque Dios no hace excepción de personas. Miremos ahora el último punto, los patrones. Aquí cambia. Pablo se refiere a los amos, pero obviamente nosotros hoy decimos los patrones. El primer punto. Ya Pablo le habló a los empleados, ahora le habla a los empleadores, los que son dueños de compañías o los que son supervisores o managers. Primero, que sean considerados. Capítulo 4, verso 1 de Colosenses dice, Amos, traten con justicia y equidad a sus siervos, sabiendo que ustedes también tienen un Señor en el cielo. A los empleados se les dice que lo hagan como para el Señor, a los empleadores se les dice, es igual. Deben dar el mismo trato que ustedes están esperando de sus empleadores. ¿Cuál sería lo opuesto? explotar a los a los empleados, sacarle lo más que puedan, y pagarle lo menos que le puedan pagar. Evitar, darle los menos beneficios que pudieran dar. No. No, de acuerdo al texto, lo que Dios le dice al empleador es, considera a tus empleados, trátalos con respeto, trátalos como quieres que te traten a ti, lo que está diciendo aquí, con justicia y con equidad. Sabiendo que tiene un señor en los cielos, es decir, Dios está viendo cómo le habla. Si usted es un supervisor o un manager, cómo le habla a sus empleados. ¿Les grita? ¿Los maltrata? ¿Los humilla? ¿Qué hace con ellos? ¿O los atiende? Y recuerda que el líder es el que sirve más. El líder siempre es el que sirve más. Entonces, el principio está aquí. Para los empleadores, para los patrones. Sean considerados con ellos. Así como esperan recibir del Señor, que así obren en relación con sus empleados. Y el punto anterior indica que Dios no hace acepción de personas porque le habla parejo a los dos. Es el que juzga al empleado y también juzga al empleador, para que cada uno haga su parte, ¿sí? Y no hay diferencia. Entonces, los creyentes que tienen autoridad sobre otros trabajadores, o sean dueños o supervisores, deben tratarlos con consideración. Mira Efesios 6, 9. Está ahí cerquita, unos dos libros atrás de donde estamos en Colosenses. Efesios 6, 9 dice, Y ustedes, amos, hagan lo mismo con sus siervos, y dejen las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos y de ustedes en los cielos, perdón, sabiendo que el Señor de ellos y de ustedes está en los cielos y que para él no hay acepción de personas. Entonces, describe a una persona que está en la autoridad como uno que tiene dominio propio, como uno que tiene templanza y que muestra consideración con sus empleados. De nuevo, Colosenses 3.11, que ya lo miramos, dice, en Cristo no hay judío, ni griego, ni esclavo, ni libre, sino que Cristo es todo y en todos. Entonces, no hay valor diferente en las personas. Lo que establece esa declaración es que nadie está por encima de nadie en cuanto a valor. En función hay una diferencia y debe respetarse esa diferencia, pero no en cuanto a valor, no hay diferencia. Una persona por ser un patrón no es más que el empleado. Por tanto, el trato de un empleado a su patrón debe ser de respeto del empleador, perdón, del patrón al empleado debe ser de respeto y honor, igual de parte del empleado hacia él. Lo mismo que espera el señor. Entonces, no se trata de explotar a su empleado y sacarle lo más que pueda, debe considerarlo dándole trato justo y equitativo. Y esto lo demuestra en la manera como le paga y la manera como lo trata y la manera como provee para la manera como, la forma como debe trabajar ese empleador, su seguridad, su protección, lo que esté a su alcance. Entonces, el patrón cristiano es el que puede establecer el estándar de justicia y de equidad con los empleados. ¿Y esto por qué? Porque sabe que tiene un Señor en el cielo, a quien dará cuentas de cómo está manejando lo que el Señor le ha concedido que administre, porque al final el dueño es Dios, no el empleador. Entonces la motivación del empleado es agradar al Señor, en la manera como se comporta con su patrón y la forma como hace su trabajo. Y la misma motivación es para el patrón, pues sabe que tiene en el cielo a un Señor a quien le dará cuentas. Vamos a orar. Vamos a orar entonces. Y le pedimos al Señor por esta área que es tan tan necesaria y tan importante y nos toca a todos nosotros. Nos toca a todos nosotros. Usted me pregunta cómo hago yo con mi patrón. Es más difícil. Es mucho más difícil. Y el resultado es que siempre me siento inadecuado para mi trabajo. Ese es el resultado. Pero en su gracia el Señor me permite seguirle sirviendo. Padre, oramos dando gracias por este estudio, este texto, donde trata de un área tan, tan importante en la vida como el trabajo. El mundo lo empuja para un lado, Señor, tiene su propia definición. Pero no nosotros, tus hijos. Nosotros queremos obedecer lo que tú dices, Señor. Padre, oramos que los hermanos en iglesia, hermanas que son empleados, dejen el mejor testimonio de integridad, de santidad, de pureza, de respeto, de esfuerzo, de compromiso, de dedicación, y de esa disposición en sus corazones con temor a ti, esperando la recompensa que viene de ti que es mucho mayor que el cheque, Señor. Es necesario recibir ese cheque. Pero no es esa la razón principal para el trabajo, hay una razón mayor que esa. Oramos, Señor, por claridad en esto, en el corazón de cada uno. Y los que son dueños de compañías, oramos por tu gracia sobre ellos, por paciencia, por un trato respetuoso hacia los empleados, Señor. Un trato que sea honroso, sabiendo que todos un día vamos a dar cuenta de cada cosa que decimos, cómo la decimos, de cada acción que tomamos. Señor, de ti llega la recompensa. Y tú no haces acepción de personas. Las circunstancias no determinan cómo actuar. Es tu palabra la que gobierna sobre todo, Señor Ramos, que así sea. Dios mío bendito. Padre quiero orar por las personas que tal vez no están en Cristo y no pueden obrar como para ti porque no hay una relación contigo te pido por su salvación por entendimiento en su corazón de convicción de pecado para que los puedan confesar y venir a ti Señor y por la fe para creer que en Cristo Jesús está la libertad el perdón y la vida eterna Padre En el nombre de Jesucristo te pedimos todo esto y te damos las gracias, Señor.
El Creyente y Su Trabajo
Series COLOSENSES
En un mundo donde las protestas, huelgas y manifestaciones parecen ser la norma en el area del trabajo, el creyente se distingue como una estrella luminoza en medio de la oscuridad. Aqui estan los principios que aprendemos de la carta de Pablo a los Colosenses
Sermon ID | 111720016591894 |
Duration | 59:56 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Colossians 3:22 |
Language | Spanish |
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