00:00
00:00
00:01
Transcript
1/0
la promesa que Dios le hizo a Abraham cuando lo sacó de nos sacó de un de los caldeos y le dijo te bendeciré y te haré bendición y de ti serán benditas toda la familia de la tierra. Podríamos decir que el santo sesenta y siete hermano es un cántico alrededor de esa promesa también nos hace recordar el mandato de nuestro señor Jesucristo de ir y hacer discípulos en todas las Naciones. Este Salmo repite por lo menos doce veces una variación de estos términos, la Tierra, las Naciones y los Pueblos. Obviamente hermano tiene una proyección universal del tema de este Salmo. Cuando repite doce veces la tierra, las naciones, los pueblos. Por ejemplo, en el verso 2 dice que sea conocido en la tierra tu camino, en todas las naciones tu salvación, te alaben los pueblos, oh Dios, todos los pueblos te alaben, alegrense las naciones, juzgarás a los pueblos, pastorarás las naciones, te alaben los pueblos, los pueblos te alaben, la tierra darás un susto, etc. Obviamente el Eufaxi de este Salmo es recordarnos que las promesas de Dios se extienden a todas las naciones. También podemos conectar este salvo con la visión del apóstol Juan en el libro de Apocalipsis, que vio, dice, multitudes, millones y millones de todo pueblo y de naciones, tribus, lenguas, Ese es el tenor de este Salmo, esto es el énfasis de este Salmo. Vamos a leer el Salmo y luego vamos a analizarlo bajo tres encabezados. Vamos a analizarlo primero por el clamor que el Salmista hace pidiendo por la Iglesia y pidiendo por las Naciones. Luego, la expectativa que el Salmista expresa con respecto a las naciones, y luego, en tercer lugar, la expectativa que el salmista expresa con respecto a la iglesia. Vamos a leer. Dios tenga misericordia de nosotros y nos bendiga. Haga esplandecer su rostro sobre nosotros, para que sea conocido en la tierra tu camino, en todas las naciones tu salvación. Te alabe los pueblos, oh Dios, todos los pueblos te alaben. Alegrense y gocense las naciones, porque juzgarás los pueblos con equidad y pastorearás las naciones en la tierra. Te alaben los pueblos, oh Dios, todos los pueblos te alaben. La tierra dará su susto, nos bendecirá Dios, el Dios nuestro. Bendiganos Dios y teman todos los términos de la tierra. Amén. El verso 3 y el verso 5, aparte de lo que ya mencioné, el enfoque del Salmo en las Naciones, nos presenta todavía otro énfasis mucho más prominente, más importante, y es el de la adoración a Dios, de la alabanza a Dios. El objetivo de la oración del salmista en los primeros versículos, el verso 1 y 2, es por un lado que la bendición de Dios sea sobre la iglesia para que la iglesia pueda bendecir a los pueblos. Pero el objetivo supremo de todo esto, el objetivo supremo de la bendición sobre la iglesia y de la bendición sobre los pueblos, el objetivo supremo es la gloria de Dios, la alabanza de Dios. El verso 3 dice, te alaben los pueblos, oh Dios. Todos los pueblos te alaben. Y luego el verso 5 repite lo mismo. Te alaben los pueblos, oh Dios. Todos los pueblos te alaben. Eso es lo que el Señor Jesucristo dijo a la Mujer Samaritana. Que el Señor, el Dios, el Padre, andaba buscando adoradores, que le adoren el Espíritu y la verdad. Ese es el propósito supremo del plan divino. Pablo lo dice en el libro de Efesios. Él nos divulgó con toda bendición espiritual y humanidades celestiales, nos adoptó, nos redimió, nos perdonó, nos mostró su voluntad para la alabanza de la gloria de su gracia, para la alabanza de la gloria de su gracia. Para eso llamó Dios a Abraham, cuando Todas las naciones se habían apartado cuando Dios había enviado su juicio en contra de las naciones en el Diluvio, y luego envió su juicio nuevamente contra las naciones en la Torre de Babel, demostrando que las naciones se habían rebelado contra Dios. A pesar de esa rebelión, Dios llama a un hombre, Abraham, y le dice, en ti serán benditas todas esas naciones rebeldes, todas esas naciones que yo maldije, todas esas naciones que yo puse bajo juicio del ilumino, que puse bajo juicio del la torre de Babel, yo la voy a bendecir, pero bendice en ti, gran bendita, pero Abraham tenía que recibir aquella aquella promesa y Abraham la creyó y le fue contado por justicia y Dios estableció que todas las naciones habrían de ser justificadas por la fe y cuando hablamos de las naciones hermano no estamos hablando de las naciones como entidades políticas o geográficas No es que Dios salve naciones en su dimensión política. Dios no salva naciones en su dimensión política. No existen naciones cristianas. Los Estados Unidos nunca ha sido cristiano. Ciertamente los Estados Unidos fue establecido sobre bases cristianas. Y los fundadores de esta nación, los padres de esta nación tenían principios cristianos. Pero esta nación nunca ha sido cristiana porque no existen naciones cristianas. Israel nunca fue cristiana. ni fue salva como nación política o como nación geográfica, fue usada por Dios para ciertos propósitos. Pero la nación como tal, ni ninguna otra nación será salva. Así que cuando la Biblia habla de las naciones, de la salvación de las naciones, no está hablando de que se va a salvar Nicaragua o Cuba o Venezuela o que se va a salvar ninguna otra nación en particular. lo que nos hace entender, hermano, es que de toda la nación Dios va a salvar gente. Ahora, veamos, hermano, lo que este salvo nos muestra bajo los encabezados que mencioné. En primer lugar, el clamor, el clamor del salmista por la iglesia y por las naciones. Primero, Él pide por la Iglesia, Él pide bendición, pide misericordia para la Iglesia. Dios tenga misericordia de nosotros y nos bendiga. Haga restablecer su rostro sobre nosotros. Esto es nosotros, la iglesia, nosotros el pueblo de Dios. Claro, el zarmista era israelita y él estaba hablando de la Nación de Israel, pero estaba hablando de la Nación de Israel en términos espirituales, no de la Nación de Israel necesariamente en términos políticos o geográficos. aunque lo incluía, porque para los israelitas antiguos, hermano, la nación como nación política, como nación geográfica, pues era su nación, por supuesto, ellos deseaban la bendición sobre su nación, pero los verdaderos hijos de Dios, los verdaderos redimidos, entendían que no era la nación propiamente, ellos entendían que había una ciudad, celestial y esa era la que ellos buscaban, ellos no buscaban la bendición sobre la propiamente dicha. Ellos buscaban algo mucho más elevado, una ciudad que tiene fundamento, cuyo arquitecto y constructor es Dios. Por eso dice que muchos murieron sin haber visto las promesas. De manera que cuando el sarmista dice Dios tenga misericordia de nosotros y nos bendiga, hágamos padecer su rosco sobre nosotros, él está hablando Aunque la Iglesia en el Antiguo Testamento no era lo mismo que la Iglesia en el Nuevo Testamento en términos de estructura, pero sí era lo mismo en términos de su espiritualidad, de su salvación que provenía de Cristo como sucede con nosotros. Así que el Salmista pide misericordia, pide bendición, pide la presencia de Dios, haga resplandecer su rostro sobre nosotros. para la iglesia. En el verso número dos, sin embargo, en la misma oración, el salmista expresa el motivo de su anhelo por la bendición, por la presencia, por la misericordia de Dios. Él dice, para que sea conocido en la tierra tu camino y en todas las naciones tu salvación. sé que por un lado el sanmista pide por la iglesia, misericordia, bendición, la presencia de Dios para la iglesia, con el propósito de que una vez la iglesia reciba la bendición, la misericordia y la presencia de Dios, la iglesia se pueda convertir en un instrumento para que sea conocido en la tierra el camino del Señor, para que todas las naciones conozcan la salvación de Dios. Ahora, esto, hermanos, nos indica que nosotros debemos tener siempre presente cuando oramos, cuando clamamos, cuando buscamos la presencia, la bendición, cuando buscamos la misericordia de Dios, que eso no es por motivos personales, individualistas, de nuestro beneficio personal, Nosotros no buscamos, no debemos buscar a Dios simplemente por lo que nosotros necesitamos o por lo que nosotros deseamos. Sino debemos buscar a Dios con este motivo mucho más elevado para que sea conocida o para que sea conocido el camino del Señor o los caminos del Señor en la tierra. para que sea conocida la salvación de nuestro Dios en todos los pueblos. Es decir, la bendición, la presencia, la misericordia de Dios sobre la iglesia nos tiene un propósito más allá de nuestra bendición, más allá de nuestro beneficio, o de nuestros intereses, o de nuestras necesidades. De modo que esta noche nosotros no estamos aquí simplemente porque somos muy necesitados, claro que lo somos, por supuesto. Y necesitamos la presencia, la bendición, la misericordia de Dios. Pero nuestra misa está más allá de simplemente buscar satisfacer nuestras necesidades o obtener respuestas de Dios para nuestros problemas. Buscamos la bendición de Dios, buscamos la misericordia y la presencia del Señor. para que sea conocida a través de nosotros, a través de nuestra vida, a través de la iglesia, la salvación del Señor, los caminos del Señor. Por eso, el salmista comienza en los primeros dos versículos, clamando por la iglesia y por las naciones, con este propósito supremo. Ahora, en segundo lugar, en los versos tres al cinco, el salmista expresa su expectativa con respecto a las naciones. ¿Qué es lo que se espera de Dios para con las naciones? En el verso 3 dice, te alaben los pueblos, oh Dios, todos los pueblos te alaben. Eso es lo que se espera de las naciones. Que las naciones se conviertan en adoradoras. Que muchos, en todas las naciones, de todos los pueblos, tribus, lenguas, naciones, se conviertan en adoradores. Y eso es lo que nosotros queremos en la iglesia. La iglesia debe existir, existe para eso, para que haya adoradores que la adoren en espíritu y en verdad. La iglesia no es una institución humana que trata de influir sobre aspectos puramente sociales, humanos, terrenales. La iglesia existe para la gloria de Dios también. y eso es lo que expresa aquí el salmista te alaben los pueblos o Dios todos los pueblos te alaben alegrense dice el verso cuatro y gócense las naciones porque juzgarás los pueblos con equidad y pastorearás las naciones en la tierra te alaben los pueblos o Dios todos los pueblos te alaben esa alabanza esa adoración que las naciones habrán de recibir a través del testimonio de la iglesia tiene que ver también hermano con el juicio de Dios porque dice juzgarás los pueblos con equidad y tiene que ver con el cuidado de Dios porque dice y pastorearás las naciones en la tierra es decir Dios hará juicio sobre las Eso es lo que el Señor Jesucristo vino a hacer a esta tierra. Él vino a juzgar, no, no Él propiamente, sino la palabra que Él traía, porque Él dice, no, yo no juzgo la palabra que os he hablado, esa os juzgará en el día postrero. Pero el Señor traía juicio. Juicio vine a traer en la tierra. Fuego vine a traer en la tierra, dice el Señor. ¿Y qué quiero si ya está encendido? Él vino a encender el fuego del juicio contra los incrédulos. pero también vino a pastorear a los últimos. Así que por un lado él es juez, por el otro lado él es pastoreo. Y el salmista expresa, hermanos, lo que él espera que las naciones conozcan. Primero, que las naciones le adoren y alaben. Segundo, que las naciones lo conozcan como el juez que va a juzgar con equidad a los pueblos, a los incrédulos, y como el pastor que va a pastorear con misericordia a sus ovejas entre las naciones. Hay un pasaje muy hermoso en el libro de Apocalipsis, en el capítulo 14, donde el Cordero dice, pastoreará a los 144.000. Es una imagen irregular, porque no se supone que el Cordero pastoree, el Cordero lo pastorea, pero este Cordero es un Cordero especial, el pastorea a su pueblo. Así que esto es lo que visualiza el salmista. Adoración a Dios, juicio para los incrédulos y pastoreo para las ovejas. Te alaben los pueblos, oh Dios, todos los pueblos te alaben. Al final, hermano, tantos los que sean condenados tendrán que alabar a Dios. como los que serán salvos. Dice que toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que Jesucristo es Señor para la rodilla de Dios Padre. Toda lengua, toda rodilla. Ahora, en tercer lugar, el Salmista expresa en este Salmo la expectativa profética para con la Iglesia. Así como él logró en los primeros dos versículos por la iglesia y por los pueblos, y expresa su expectativa para con los pueblos, en los versos 3 a 5, en los versos 6 y 7, expresa su expectativa para con la iglesia. Dice, la tierra dará su fruto, nos bendecirá Dios, es Dios nuestro, bendíganos Dios y teman todos los términos de la tierra. Fruto, La tierra dará su fruto. Y aquí está hablando, hermanos, del fruto de la redención, del fruto del sacrificio de la eternidad justa. Claro, el salmista originalmente probablemente pensaba en el fruto de la tierra literal y en las cosechas, pero él está hablando proféticamente también acá. Si en su momento él estaba pensando en el fruto y la abundancia y la bendición material sobre la nación, en realidad él estaba hablando también proféticamente, escatológicamente del fruto de la tierra. El libro de Apocalipsis presenta, y también el señor en los evangelios, presenta la tierra como un gran campo donde él siembra semillas y va a venir a cosechar su fruto al final, su trigo al final, sus uvas al final. La tierra dará su fruto. el fruto de la aflicción de mi alma, de su alma, dice el profeta en Isaías cincuenta y tres. La tierra dará su fruto, nos bendecirá Dios, el Dios nuestro, bendíganos Dios, y te mando todos los términos de la tierra. De la tierra brotará el fruto, brotarán los salvos, brotarán los redimidos, aquellos a los cuales el Señor le llama ovejas, también le llama fruto, les llama trigo, les llama pápanos. Nosotros somos el fruto de la ficción, el fruto de la obra de Cristo, que brota de la tierra. La tierra que recibe la semilla y que produce, crece y da fruto. No todo en la tierra da fruto. El Señor lo dice en la parábola del sembrador. Hay una parte de la tierra que se pierde porque las aves se la comen, la semilla. Otra parte crece y se seca, otra parte crece y se ahoga. Pero hay una parte de la semilla en la tierra que da fruto. Y el salvista dice la tierra da fruto. Esa es la iglesia. Ese es el pueblo de Dios. ese hermano por la misericordia de Dios somos nosotros quienes por su gracia hemos recibido su palabra y por su gracia habiendo sido nosotros eh redimidos habiéndonos sido nosotros regenerados hemos recibido la palabra con un corazón de carne unos al treinta, unos al sesenta, otros al ciento por uno, pero fruto, fruto verdadero. Nos bendecirá Dios, dice el Dios nuestro, bendíganos Dios y teman todos los términos de la tierra. En otras palabras hermano, el salmista está está mostrándonos a un hombre que ora pidiendo bendiciones para poder ser bendiciones. Lo que el Señor le dijo a Abraham, te bendeciré y serás bendiciones, y en ti serán benditas todas las familias de la tierra, en la iglesia, a través de la iglesia somos testigos hermano, Dios nos bendice para sus propósitos, por eso estamos aquí esta noche. pidiéndole al señor que nos use, pidiéndole al señor que nos bendiga, que nos prospere, que tenga misericordia, que su presencia sea con nosotros, necesitamos su presencia, su bendición, su misericordia, sin eso somos inútiles, nada podemos hacer, pero si la tenemos, seremos instrumentos en sus manos. Amén. A su gloria, para que sea conocida su salvación, para que sean conocidos sus caminos en el en tu iglesia y te rogamos que tengas misericordia de nosotros. Sí, señor. Que haga crecer ese rostro maravilloso de nosotros. Te rogamos que nos uses, señor, para que sea conocido a la tierra, tu camino, en todas las naciones, tu salvación. Que seamos, señor, instrumentos en tus manos. a todos los pueblos para que se alegren y se gocen las naciones de tu salvación. Sí, señor. Para que reconozcan, señor, los incrédulos, que tú eres justo, para que pastorees a aquellos que son tus ovejas, señor. Abre, derrama tu bendición, tu misericordia, tu decencia, y haz que haya fruto en propósito de nosotros. No abandono en la obra de tu mano, señor. Ven, míranos, porque tú conoces nuestra condición, sabes que somos por vos, señor. Te necesitamos. Bendicenos, te lo pedimos. En el nombre precioso de nuestro señor Jesucristo. Gracias. Gracias, señor. Gracias, padre.
Salmo 67
Series Los Salmos
Dios tenga misericordia de nosotros, y nos bendiga; Haga resplandecer su rostro sobre nosotros; Selah
Sermon ID | 111623447135950 |
Duration | 23:35 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Psalm 67 |
Language | Spanish |
Documents
Add a Comment
Comments
No Comments
© Copyright
2025 SermonAudio.