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preeminencia de Cristo. Estamos en Colosenses, vamos a leer los versículos del versículo quince, capítulo uno de Colosenses, y hemos dado bastante introducción de esta epístola del apóstol Pablo. Las cartas se escribieron para darnos conocimiento, instrucción. La palabra de Dios realmente es una bendición para aquellos que la entienden, la comprenden, la conocen y la asimilan y la ponen por práctica. Sabemos que para la salvación no hay nada que podamos hacer, pero después hay fruto que tenemos que dar para la gloria del Señor. Y sabemos que Pafras fue el que llevó la palabra de Dios a Colosas. Los colosenses tenían, como cualquier pagano, muchos ídolos, muchos dioses, y pensaban ellos que un ángel guardaba la ciudad. Por eso vamos a ver que Pablo hace alusión a este ángel cuidaba la ciudad, la libraba de los terremotos porque es una zona volcánica y es una zona de terremotos. Y entonces no solo tenían eso, sino muchas supersticiones. Las epístolas se escriben para corregir algunos de los errores y supersticiones que la gente trae. O sea, la Biblia elimina nuestras supersticiones. solo nos pone la base bíblica de lo que debemos creer porque vivimos en el tiempo que me parece que o yo pienso que y la escritura nos da la estructura en nuestro pensamiento y nuestra filosofía de creer cuál es la verdadera cosmovisión que tú y yo tenemos que tener de la palabra de Dios. Así pues, leemos en Colosenses capítulo 1, vamos a empezar con el versículo 13, la persona y la obra de Jesucristo. Porque él nos libró del dominio de las tinieblas y nos trasladó al reino de su Hijo amado, en quien tenemos redención, el perdón de los pecados. Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación, porque en él fueron creadas todas las cosas, tanto en los cielos como en la tierra, visibles e invisibles, ya sean tronos o dominios o poderes o autoridades, todo ha sido creado por medio de Él y para Él. Y Él es ante de todas las cosas, y en Él todas las cosas permanecen. Él es también la cabeza del cuerpo que es la Iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, a fin de que Él tenga en todo la primacía. porque agradó al Padre que en él habitara toda la plenitud, por medio de él reconciliar todas las cosas consigo, habiendo hecho la paz por medio de la sangre de su cruz. Por medio de él, repito, ya sean las que están en la tierra o las que están en los cielos. Y aunque ustedes antes estaban alejados y eran de ánimo hostil, ocupados en malas obras, Sin embargo, ahora Dios los ha reconciliado en Cristo en su cuerpo de carne, mediante su muerte, a fin de presentar los santos sin mancha e irreprensibles delante de Él. Esto Él hará si en verdad permanecen en la fe bien cimentados y constantes, sin moverse de la esperanza del Evangelio que han oído, que fue proclamado a toda la creación debajo del cielo y del cual yo, Pablo, fui hecho ministro. Ahora me alegro de mis sufrimientos por ustedes y en mi carne, completando lo que falta de las aflicciones de Cristo. Hago mi parte por su cuerpo, que es la iglesia. De esta iglesia fui hecho ministro conforme a la administración de Dios que me fue dada para beneficio de ustedes, a fin de llevar a cabo la predicación de la Palabra de Dios. es decir, el misterio que ha estado oculto desde los siglos y generaciones, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos. A esto Dios quiso dar a conocer cuáles son las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo en ustedes, la esperanza de la gloria. A él nosotros proclamamos amonestando a todos los hombres y enseñando a todos los hombres con toda sabiduría a fin de presentar a todo hombre perfecto en Cristo. Con este fin también trabajo, esforzándome según su poder que obra poderosamente en mí. Oremos. Gracias, Señor, que Tú nos muestras por Tu Palabra que Cristo es Tu Hijo, el Primogénito de todas las cosas, no por creación, sino por ser Heredero. Todas las cosas por Él fueron hechas, por sucesión de lo que encontramos en Tu Palabra por la Divina Trinidad. Gracias, Señor, porque Tú eres el que hablas a cada corazón y hemos sido injertados en Tu Pueblo, en Tu Iglesia. nosotros que éramos enemigos en nuestra mente y en nuestra carne. Te agradecemos por tu bondad porque ahora tenemos fe, ahora te conocemos, ahora entendemos todas tus grandes riquezas y bondades que has derramado en nuestra vida. A pesar de que haya dolores, sufrimientos, haya malos entendidos, personas que se oponen al Evangelio, y podamos sufrir como iglesia, quizá esta no, pero otros hermanos, en cuanto a su fe, oramos que tú nos sigas dando tu fortaleza, ser bienaventurados en este siglo hasta que tú vengas. Y si hay alguien aquí que todavía no te conoce, que pueda hacer este momento en que entregue su vida completamente a ti, porque tú eres el principio y el fin de todas las cosas. en tu nombre y a que pronto vienes oramos. Amén. Muy bien, vamos a hablar de algunas de las palabras que son importantes en Colosenses y vamos a tratar de definir qué es la primacía de Cristo y qué es la preeminencia de Cristo. Y me temo cómo van los tiempos de que justamente nosotros no tenemos a Cristo como nuestro preeminente Señor y Salvador. Hay personas que se diluyen pensando, ¿es Cristo realmente el Salvador? ¿Y si lo acepto como Salvador, después como Señor? En realidad el creyente tiene que poner todo en cuanto a la Escritura, de que Él es Señor de todo. Él es Rey, Él tiene toda la preeminencia, sabiendo que es el único que puede salvar. Si él es el único que puede salvar y nosotros hemos rendido nuestra voluntad a él, aprendemos a que en todo él tenga la preeminencia. Es decir, él es lo primero en tu lugar. Mira bien, no es tu familia. Yo sé que puede sonar mal para muchos. No es tu cónyuge. No es tus hijos, por mucho que los quieras. En realidad el creyente cuando viene, si es soltero, casado o ya esté en una tercera generación, primero tiene que reconocer la preeminencia de Cristo, porque Él tiene que ser primero en su vida. Los demonios cuando estaba el Señor Jesús aquí en la tierra lo reconocían, que Él era el santo, pero no era su hombre, no era ni el salvador preeminente. ¿Por qué? Porque eran ellos los que estaban primero. no tenían capacidad de ser restaurados, de ser salvados, de ser reconciliados con Dios. Cristo Jesús cuando vino a la tierra era un hombre común y corriente. La gente cuando lo miraba no veía en él una aura de santidad, no había nada especial en él porque se hizo carne. Es el Salvador y por eso es que mucha gente lo rechazó o no creían en él. Pero eso es de una importancia sin igual. La encarnación del Señor Jesucristo que estaremos por lo menos tradicionalmente a punto de celebrar el otro mes cuando la gente piensa en Navidad, Natividad, no en Santa Claus que no existe, no en los regalos que meramente la gente se quiere dar, sino en el hecho de que por lo menos pensamos como cristianos que hubo un momento en que Jesús nació aquí en la tierra. Probablemente no fue en diciembre, fue probablemente en septiembre, si uno puede hacer una sana especulación, cuando él nace. Pero lo cierto es que él vino a la Tierra, se encarnó. Y por eso Colosense está hablando de que no era una apariencia. O sea, cuando Epáfra se está hablando de alguno de los problemas en Colosa, habían algunas filosofías, por eso en el capítulo 2 vamos a encontrar que Pablo habla de estas filosofías de la gente. Recuerdan que era una ciudad que había salido del helenismo, de los griegos, y por lo tanto tenía muchas ideas de su mitología, tanto griega como romana, y ahora estábamos oyendo algo del judaísmo de este Cristo. Entonces hubo una mala doctrina que se llamaba docetismo, que Jesús no se encarnó. Tenía la apariencia humana. Pero esta apariencia humana tenía hambre. y tenía sueño y eso como una objeción de que realmente tuvo un cuerpo tuvo un cuerpo humano sin pecado y tuvo un cuerpo humano como el unigénito hijo de Dios para poder llevar nuestros pecados porque tú y yo en nuestro cuerpo llevamos la maldición de la carne hemos heredado el pecado de Adán y Eva Pablo oró por eso primero por el conocimiento para los colosenses de que toda esa riqueza y toda esa herencia que tú y yo hemos recibido es porque Cristo murió por nuestros pecados y si murió es porque tenía un cuerpo verdadero entonces la importancia radica en que Dios siendo Dios invisible se hizo carne hoy en día quizá la gente puede hablar y tratar de poner la humanidad de Cristo como algo que es importante pero que sea Dios no Y muy temprano la iglesia cristiana resolvió ese problema. Cristo es perfecto Dios como perfecto hombre, porque no tuvo pecado. La predicación de uno hace que el creyente, no importa de qué extracto cultural haya venido, pueda madurar. Ser perfecto, dice aquí Pablo, pero pueda madurar y la imagen es el Señor Jesucristo. Quizá la palabra más importante de todas esas es la reconciliación. ¿Y por qué hay dos símbolos? Imagen y reconciliación son aspectos humanos de la salvación de Cristo Jesús. Cuando él habla de imagen, es de aquello que podemos ver. Porque cuando Pablo está diciendo, él es la imagen del Dios invisible. ¿notan la contradicción? ¿notan ese cruce? ¿Cómo es que si él es la imagen, es algo visible, pero es de un Dios invisible? Y eso es importante porque Emanuel quiere decir Dios con nosotros. Entonces, Cristo se encarnó para ser la imagen de Dios. ¿Y hay alguna enseñanza en la Biblia en cuanto a esto? Sí, porque cuando Dios crea a Adán, lo crea a su imagen y semejanza. Pero no es esa imagen, esa es de Cristo. Pero Dios creó al hombre a su imagen y semejanza en que hay un parecer en nosotros de pensar, de voluntad, y que lo que Dios crea es eterno en una manera. No existe la aniquilación. Algunas sectas y algunas religiones piensan en que vamos a reencarnar o que vamos a ser aniquilados porque no pensamos en que el juicio final este dios bondadoso vaya a aniquilar a la gente y dejar de ser. Bueno, el diablo tiene un lugar, no puede ser aniquilado. Los demonios que cayeron también tienen un lugar. El infierno es un lugar donde no está la bendición de Dios. Dios se abstiene de todo ese bien porque Dios está en todas partes, pero que esos seres no se aniquilan y también todos los que son incrédulos voluntariamente y que rechazan al Señor irán a este lugar. Pero para resolver ese asunto, Dios envió a su Hijo para que tú puedas ser salvo. Y por eso parte ahora el apóstol Pablo diciéndonos a nosotros. Nos libró del dominio de las tinieblas de Satanás. Nos trasladó al reino de su hijo amado. Noten el cruce. Noten el cambio. Es importante entender esto. Dice, en quien tenemos redención, el perdón de los pecados. Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. O sea que no hay otra manera en que tus pecados puedan ser perdonados. Cuando la gente escucha pecados, piensa en su religión. O hay otros que son muy intelectuales que creen que no tenemos por qué predicar de pecados. Que tú no eres pecador delante de Dios. Tú eres una buena gente, eres una buena persona. Pero aquí estamos hablando del hecho de que Adán y Eva pecaron en el huerto del Edén y por lo tanto estuvieron sujetos a la muerte, porque todo aquel que hace pecado ha de morir. Se lo dijo claramente el Señor en el huerto, le dijo a Adán, el día que tú comieres de este árbol, de este fruto, ciertamente morirás. Entonces Cristo viene para solucionar eso. Y por eso habla este versículo, Él en Él en quien tenemos redención, el perdón de los pecados. Hemos tenido que ser redimidos, comprado, alguien paga esa sentencia para liberarnos a nosotros, librarnos del dominio de la muerte, del dominio de las tinieblas, para que entonces seamos primicias de sus criaturas. y para eso es que él dice él es la imagen del dios invisible el primogénito de toda creación entonces surgen por ahí algunos que dicen pero entonces Jesús fue creado porque aquí habla del primogénito de toda creación bueno vamos a leer Juan capítulo 1 en el versículo 1 al 14 donde el apóstol Juan, ahora otro apóstol, habla en una manera muy importante de este Salvador que vino del cielo y nos dice así, en el principio. Y Juan hace otra vez un paralelismo interesante y también un paralelismo del cielo y de la tierra, porque cuando lees Génesis tú vas a encontrar que dice que en el principio creó Dios los cielos y la tierra. No es érase alguna vez un tiempo. Había una vez. ¿Recuerdan los cuentos? O sea, es algo imaginativo. Pero aquí está hablando del principio de Dios. Y cuando habla en esa manera, es eternidad. Cuando Dios habla, Él es eterno. Dios no tiene principio ni fin. Cuando está hablando, refiriéndose al hijo como primogénito o unigénito, de acuerdo al apóstol Juan, es porque él es antes de todas las cosas, antes de todo lo creado. Y por eso Juan dice en el principio ya existía el verbo. La palabra viviente de Dios. O sea, la palabra escrita es el cumplimiento de la palabra hablada de Dios. ¿Quién es la palabra hablada de Dios? El verbo. Cuando Cristo vino a la tierra, por eso dijo, el que me oye a mí, oye al Padre. Es su embajador, es su apóstol, para ellos se hizo carne, porque hubiera sido muy fácil descender Él con su traje majestuoso y decir, yo soy el Hijo de Dios, y por lo tanto crean en mí, pero ¿creer en qué? Tenemos que creer que Él muere por nuestro pecado, que somos redimibles. Por eso es que se encarna, para pagar la pena del pecado que Adán y Eva incurrieron cuando desobedecieron a Dios. Y Juan el apóstol, uno de los llamados, era un pescador. No había estudiado teología, no tenía un doctorado en teología. Conocía, por supuesto, la ley de Moisés. Había sido instruido en la cultura judía, de lo que la ley hablaba. Y conoce al maestro. El maestro lo llama, lo llama a él como a otros hermanos de hijos de Zebedeo. O sea, que él no era una figura intelectual, no tenía esos títulos que hoy en día la gente puede ostentar. Tenía lo que tú y yo necesitamos, conocer quién es Jesús. Y al llamado de Jesús, él lo siguió. Dice, desde ahora ustedes serán pescadores de hombres, no pescadores de peces. Y él lo sigue, y es él que está entendiendo que este Jesús es el Cristo. Por eso él pone no solamente a Juan el Bautista, pone a Andrés, pone a Simón, como aquellos que el Señor llama y que le dice, Él mismo le dice, hemos encontrado a Jesús, el Mesías. Aquel a los que los profetas anunciaron, Y por eso cuando habla en Juan capítulo 3, está hablando de Nicodemo, habla de la mujer samaritana, todo es la revelación de que Cristo es aquel Mesías que esperaban. Y por eso en el capítulo 3, versículo 16, un versículo que la gente repite por allí de paporreta, de memoria, de corazón o como un cotorro, y piensan que sabe mucho en cuanto al amor de Dios. Dice, porque de tal manera amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Si no crees en él, que es el amor de Dios manifestado, el verbo hablado te perderás. Dice el mismo apóstol que el que en él cree no es condenado, pero el que no cree y desobedece en el Hijo de Dios será condenado. Por eso es que tu salvación es urgente. No es que vamos a abrirte la boca y presionarte, pero es que mientras tengas vida se te hace esa invitación. Porque hoy es el tiempo aceptable. Hoy es el día de salvación. Bueno, puede ser que pase el tiempo y pasen los días y Dios, ninguno de sus elegidos se va a perder en ese aspecto, pero ciertamente el primogénito se le llama el unigénito también hijo de Dios. ¿Por qué? Porque Juan sigue diciendo aquí claramente, él estaba en el principio con Dios, el versículo 3 del capítulo 1, todas las cosas fueron hechas por medio de él y sin él nada de lo que ha sido hecho fue hecho. En él estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, la luz brilla en las tinieblas y las tinieblas no la comprendieron. La gente habla de una evolución ciega de billones y billones y le regalan los billones de años a uno. Pero la Escritura declara que el Verbo de Dios es antes de todas las cosas y que todas las cosas existen y llegaron a ser por Él, solucionado el punto de la evolución. Él es el creador de todas las cosas y por algo que puedes ponerlo como una hipótesis si tú quieres. Dios crea para poder salvar, porque Él no puede salvar lo que no se ha perdido, lo que no ha caído. Por eso, claro, en nuestra mente humana pensamos en la creación primero, pero Él es antes de todas las cosas. Y Pablo, que viene posteriormente, está hablándonos a nosotros de por qué él es la imagen de Dios. O sea, es Dios, no es la apariencia, es Dios que vino con nosotros. Eso los teólogos le llaman la kenosis de Cristo. Hay muchos verbos griegos que fueron compuestos por el apóstol Pablo para entender. Una de ellas es la kenosis. No es que tengan que aprender ustedes qué es la kenosis, qué es la unión hipostática, por ejemplo, cuando el Hijo de Dios, unigénito Hijo de Dios, que es eterno y por siempre se hace hombre y entonces no se pueden separar esas dos naturalezas. Pero sigamos con este versículo 14 del capítulo 1 de Juan. El verbo se hizo carne y habitó entre nosotros. Y para Juan, si tú y yo fuéramos judíos, está hablando del tabernáculo. Porque Dios mandó a su pueblo en el pasado construir un tabernáculo donde Dios habitaría. Pero ahora, en el cumplimiento del tiempo, Jesús se hizo carne y habitó entre nosotros y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. El versículo 18 nos sigue diciendo, nadie ha visto jamás a Dios. El unigénito Dios, sea Cristo, que está en el seno del Padre, Él lo ha dado a conocer. Conocer a Jesús es conocer a Dios. No importa cuánto te desgañites con otros dioses, No importa cuánto puedas tú poner en preeminencia tu religión, o cuánto puedas poner tu esperanza en la gente de la tierra, o en líderes políticos, o a lo mejor en tu superstición o tu religión preeminente para ti, es Cristo, porque Él es la imagen de Dios invisible. y por eso habla el apóstol Pablo ahora, y eso que no vivieron en el mismo tiempo, por ponerlo así, nos dice claramente, Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en Él fueron creadas todas las cosas, tanto en los cielos como en la tierra, visibles e invisibles, ya sean tronos o dominios, o poderes, o autoridades. Todo ha sido creado por medio de Él y para Él. y Él es antes de todas las cosas, y en Él todas las cosas permanecen, subsisten. Él es también la cabeza del cuerpo, que es la iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, a fin de que Él tenga en todo la primacía. ¿Es Cristo preeminente en tu vida? ¿Son cosas materiales que hay que abocarse? ¿Está por encima de Cristo de tus cónyuges? ¿De tus hijos? Es una pregunta vital. ¿Recuerdas al joven rico cuando vino? No tenía una paz interior, no tenía un shalom de Dios. Pero estaba preguntando qué tenía que hacer para heredar la vida eterna. Y materialmente no le faltaba nada porque la Biblia dice que era el joven rico. Pero el Señor mostró cuál era su prioridad. Y no era Dios. El Señor le mostró en qué tenía Él su corazón. Y no era Dios. Porque le dijo, anda, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres. Y había muchos en aquella época. Nos recuerda a muchos de nosotros que somos tacaños para con Dios. Pensamos que todo es nuestro. que no tenemos por qué dar a otros o darle a Dios, sobre todo porque pensamos que hay otros que tienen más que nosotros. Pero sólo hubo un rico que se hizo pobre, que ese fue Cristo, según Pablo en Conindio. Y él es, está hablando de las cosas visibles e invisibles, nuestra reconciliación. Entonces no solamente es la imagen del Dios invisible hecho visible, sino que es también la causa, el primogénito de todas las cosas. Y como primogénito y unigénito de Dios, Él hereda todas estas cosas que Él nos ha puesto para compartir como hermanos en la herencia de los santos en luz. O sea que Pablo le está hablando a gente que entiende el Evangelio. Tú has recibido una herencia porque tú has creído que Cristo es el primogénito. Y como primogénito Él da todas las riquezas espirituales. porque Cristo es preeminente en tu vida y que aparte de Cristo no hay ninguna otra plenitud. Por eso ustedes están aquí, no es para pasar un buen tiempo, es porque están tratando de poner a Cristo primero en sus vidas. Y cuando las personas se enfrían en el sentido de que no ponen el servicio de Dios primero, ni su atención a lo mejor a lo zoico, porque ahí es donde tú rumias el mensaje, meditas digo rumiar como las vacas ¿no? pero tú ves es el hecho y el dominio y la plenitud y la preeminencia que Cristo debe tener en nuestra vida y Pablo añade algo más que no añade en otros y él lo pone como creador de las cosas visibles e invisibles el salvador no es sólo salvador de las almas, no es sólo salvador de hombres y mujeres que creen en él. Es el salvador del reinado universal y del mundo. Por ejemplo, mucha gente quiere dominar el cambio climático, pero él ha redimido la maldición de la tierra y algún día lo veremos en el cielo nuevo y tierra nueva. Él es el que controla el universo. Hoy por hoy en este siglo sabemos que hay millones de galaxias, pero aún así el universo no es eterno. Más allá está el cielo donde decimos que vive. Entonces somos en comparación a toda la inmensidad de la creación de Dios y Pablo está poniéndolo. Que esa iglesita, ese lugarcito ahí en Colosa o en el pueblito que tú naciste, a lo mejor en una isla o en otro país, realmente él es el creador de todas las cosas y todas las cosas en él subsisten. Así que como primogénito a él se le ha dado todo. Es el mayor, es el primero, es el heredero, el sucesor de todo lo creado para redimir toda la creación de Dios, visible o invisible. Porque los ángeles se regocijan, los ángeles que no cayeron se regocijan en esta salvación. y en él tenemos toda la plenitud porque él nos ha reconciliado pero siendo él en primer lugar el todo y en todos porque agradó al padre que en él habitara toda la plenitud la versión sesenta dice de la divinidad no hay nada más que tú encuentres si no es en cristal Si tú sientes que tu vida está aburrida, sientes que todavía hay algo más que falta o que tú sabes más que los demás, Cristo es el único que encontramos la plenitud. No es tu trabajo y Cristo, no es tu profesión y Cristo. no es tu oficio y Cristo, no es tu familia más Cristo, porque si no estaríamos como otros. O sí, sí, la Biblia, pero las tradiciones. O sí, sí, sí, Cristo es el Salvador, pero su mamá también me puede ayudar. La plenitud es solo en Cristo. no es ni siquiera en cualquier cosa que te pueda producir satisfacción y qué bueno es cuando tú puedes hacer un trabajo y te sientes satisfecho de ese trabajo porque lo estás haciendo bien o por lo menos crees que te quedó bien pero creo que la mayoría de la gente en la manera como vive en su incredulidad no pueden sentirse satisfechos de la manera como su vida se desarrolla cuando hay cargas que tienen que enfrentar, sobre todo la de llevar su propio pecado. Entonces, Cristo es el que quita esta carga. Entonces, la plenitud solamente la llamamos en Cristo. Y si entonces tenemos fe de plenitud, va a ser la fe de la preeminencia. Porque si ya tengo todo en Cristo, no me falta nada. Él es primero en todo. La salvación es individual. primero tiene que ser Cristo tu Señor y tu Salvador. Porque a veces oramos por la salvación de otros y nosotros no somos salvos. O queremos un buen deseo para nuestros hijos, a pesar de que no son salvos, cuando la plenitud es Cristo. Lo primero que tienen que obtener es la redención de sus pecados, para que Cristo sea preeminente en su vida. Oh sí, es buena gente, en verdad, hacía muchas cosas aquí en la iglesia. Lo escuchas a cada rato. Pero ahora ya no viene, ya no está, está por el mundo. Bueno, ni Cristo es preeminente y Él no encontró la plenitud en Cristo, porque el que encuentra la plenitud en Cristo encuentra todo. No te falta nada. Tienes para desparramar. O sea, lo ligamos y hacemos un encadenamiento con mensajes anteriores de lo que hemos tratado de hablar y de decir. Por lo tanto, llegamos ahora a la reconciliación. O sea, que Cristo cuando muere suspendido entre el cielo y la tierra, porque él está suspendido entre el cielo y la tierra, lo hace para que haya una reconciliación entre el cielo y la tierra, entre las cosas visibles y las cosas invisibles. O sea que, aún en los himnos que hemos cantado en esta mañana, realmente se muestra toda la plenitud que hallamos en el Señor Jesucristo. Y cómo Él hizo esto posible para que seamos reconciliados. Dice, reconciliar todas las cosas consigo, habiendo hecho la paz por medio de la sangre de su cruz. Por medio de él, repito, ya sean las que están en la tierra o las que están en los cielos. Entonces, Pablo está yendo mucho más allá. No pienses tú que la muerte de Cristo en la cruz es una muerte que solo afecta a la humanidad, afecta a la creación, afecta el universo, afecta la cosmovisión de todo. No es de extrañarse que el sol se oscureciera, que hubiera un gran terremoto, porque los mismos principios de todo lo que es la creación de la tierra se conmoverían y que las tumbas se abrieran y que algunos resucitaran como señal del tremendo impacto de la muerte de Cristo. Pero la muerte no queda como muerte, sino que hay resurrección. Si Cristo no hubiera resucitado, vanacería nuestra fe. Entonces, ¿por qué tiene que morir? Para reconciliar. Todo lo que tú ves es irreconciliable en el mundo, irreconciliable en la religión. Tú no puedes imaginarte, por ejemplo, que un hindú pueda ser reconciliado con el cristianismo, un judío con un gentil. La luz y las tinieblas. O sea, la reconciliación entre luz y tinieblas no puede existir, porque si hay luz, las tinieblas se van. El judío puede quizás ser preponderante en cuanto a su religión, porque la tienen a lo mejor miles de años, pero igual puede pensar en musulmán. Igual piensa de que a lo mejor un ángel le habló a Mahoma, esa es la idea de ellos, y tienen un libro religioso como el Corán. pero la muerte de Mahoma o cualquiera de estos líderes religiosos, sea Confucio, sea Buda, etcétera, o todos los Vedas que la gente puede tener del hinduismo, no hay ninguno que haya muerto en la cruz para reconciliar aquello que tú y yo sabemos que es irreconciliable, porque tú no puedes vivir en el espacio. Es irreconciliable el ser humano que viva bajo el agua, naturalmente, respiramos aire, oxígeno. No podemos vivir en la luna a menos que haya el traje adecuado. Es irreconciliable. ¿Tú ves las cosas que hace el Señor visible o invisible? Hay un cruce de lo divino con lo humano. Dios pone una divinidad en el ser humano al crearlo. Él es la imagen, fue hecho imagen y semejanza de Dios antes que cayera. Y Cristo es quien restaura esa imagen otra vez para que podamos conocer a Dios, nos reconcilia con Dios. Y por eso Pablo sigue diciendo, dice en el versículo 21, y aunque ustedes antes estaban alejados Éramos extranjeros de las cosas de Dios, habíamos sido expulsados del huerto, no teníamos el pasaporte ni la identidad para estar reconciliados con el Señor, por eso estaba hablando, eran inclusive de ánimo hostil, enemigos en nuestra carne, ocupados en mala sobra. Sin embargo, ahora Dios los ha reconciliado en Cristo en su cuerpo de carne mediante su muerte a fin de presentar los santos sin mancha e irreprensibles delante de él. Entonces, ahora piense usted cómo la muerte de alguien puede reconciliarte. Cómo la muerte y la vida se pueden reconciliar. Cómo la verdad y la mentira se reconcilian si no hay un cruce. La cruz es un cruce. entre lo celestial y lo terrenal, para que nuestros pecados sean perdonados. Por eso no solo hay un salvador, sino hay un solo camino de salvación. Y a pesar de como tú eras, y esta es la experiencia de nosotros, que éramos enemigos, estábamos muertos en nuestros delitos y pecados, Pablo aclara en Efesios, que tú puedes leer y comparar, dice él nos ha reconciliado en Cristo en su cuerpo de carne habiendo hecho la paz por medio de la sangre de su cruz añade el verso 20 la gente dice hay que orar por la paz de Israel cualquiera que sea el término porque la gente piensa que esa paz es ausencia de guerra pero tú ves aquí Cristo el que nos ha reconciliado y la gente sigue matándose por obtener paz. O sea, hay que hacer guerra para tener paz. ¡Qué contradicción! Pero sólo hay una muerte que trae reconciliación, sólo hay una muerte que trae paz. para problemas políticos que la gente quiere poner que son irreconciliables. El que ha hecho posible la reconciliación es Cristo. Pero aún va más allá, no solamente en que nos hace santos sin mancha. Dice, esto es para que tú y yo sigamos perseverando, tengamos cimiento, seamos constantes, sin movernos de la esperanza del Evangelio que han oído y que fue proclamado a toda la creación. debajo del cielo y de la cual yo, Pablo, fui hecho ministro. O sea que Él reconcilia y hace la paz por medio de la sangre de su cruz, repito, ya sea las que están en la tierra o las que están en el cielo. Y por breve momento simplemente hagamos este cruce. Cuando tú ves el mundo entero, ves la creación, ves todo, solo hay uno que puede traer reconciliación. Pero la primera reconciliación es la tuya, con Dios. Porque tú vives apartado de Dios. Vives en tu mundo, en tus cosas. Y eso es lo que hace la predicación, eso es lo que hace el testimonio. Para eso se reúnen ustedes, para dar luz al que anda en tinieblas. A veces yo oigo a la gente, bueno, todavía no es el tiempo, tienen que esperar. ¿Tienes que esperar a qué? Claro que el tiempo es de Dios, pero tu deber y mi deber es anunciar como profeta. Y así lavamos nuestra sangre, la sangre de aquello de nuestras manos, como hablaba Ezequiel, hemos cumplido con Dios. Yo te presento el Evangelio, tú tienes que responder. Solo hay uno que te puede reconciliar con Dios, solo hay uno. que murió en la encrucijada del mundo de la vida a través de lo que él hizo en la cruz del Calvario. Entonces no mires la cruz del Calvario o del Gólgota como algo simple, como algo de un hombre que muere como un martirizado ahí, no. Muere el Unigénito Hijo de Dios para reconciliar el cielo, Dios el Padre, reconciliarte contigo que vives en pecado y en tiniebla y que tenías un ánimo hostil contra Dios. y Dios te ha enviado a su mismo hijo, a su imagen, realmente Él es Dios que murió por nosotros para redimir a toda la creación. Y no importa si son los tronos, los dominios, las naciones de la tierra, no importa si es el rey de España o el rey de Inglaterra o si es Trump o si es cualquiera de tus presidentes y dictadores que no sirven para nada, perdonen. que se aprovechan, el único que ha hecho la reconciliación entre tronos, dominio, principados y potestades en comparación al cielo. Recuerda, recálcate, el que tiene la preeminencia sobre el universo es Cristo. No son las políticas, no son los reyes. Y todas las cosas son mantenidas por él, subsisten en él, antes que todas las cosas para que seamos reconciliados en él. ¿Tú te das cuenta cuando Cristo se hace carne por nosotros y muere por nosotros? En esta reconciliación podemos nosotros poner y hacer énfasis otra vez en las aplicaciones. Nos trajo paz con Dios y con el prójimo. Ahora tú puedes tener paz. Mi paz os doy, mi paz os dejo. Reconciliación entre los cónyuges. Tú miras ahora a tu cónyuge diferente, miras a tus hijos diferente, porque Cristo es preeminente en tu vida. Y que no tiene por qué haber pleitos, no tiene por qué haber disensiones y maltratos, cuando Dios te ha reconciliado a ti con la persona más importante. Cristo Jesús te ha reconciliado con Dios el Padre. viviremos con él eternamente. Por eso es que Juan cuando mira el cielo no hay llanto, no hay tristeza, no hay dolor, no hay nada de las cosas que hoy quizás nos atormentan, porque el autor de nuestra reconciliación está allí con nosotros y nos ha reconciliado con la santidad y la justicia de Dios. Pero esto es, si ustedes permanecen, perseveran en la fe, cimentados, constantes, Lo gentil hemos sido incorporado en esta riqueza espiritual. Somos la esperanza y la gloria del mundo, los creyentes. Escúchame bien. Tú y yo somos el reflejo de esa paz. ¿Qué el mundo ve en ti? ¿Qué es lo primero en tu vida? Eso es lo que ellos van a ver. que tú amas y sirves al Creador, al Señor. Así que no es meramente cómo vamos a socializar el mundo y crear una tierra mejor. No se trata de evolución o creación de hombre, mujer, judío, gentil, cuerpo, alma, cielo, infierno. Cristo es la plenitud. Y lo hizo en el cruce del tiempo. Es que el cielo se entrecruza con la humanidad. El Señor se hace carne por nosotros. ¿Recuerdas como, por ejemplo, por Tamar, una Cananea, entra una genealogía, Fares, hablando del nacimiento de Jesús? O sea, hay un ADN que no es judío, que se tremezcla, porque Dios le dijo a Abraham, en ti serán benditas todas las familias de la tierra. Y cuando hablas de familia, ¿estás hablando de qué? Generaciones. Por eso el Salmo 22 que se leyó habla de generaciones. De generación en generación tú eres mi Dios. En cada niño o niña que nace hay algún elegido de Dios, alguien que será de la familia de Dios. Cuando Cristo viene a la tierra para reconciliar el cielo y la tierra, la tierra con el cielo, hay un cruce. Aquel que era un dios invisible, lleno de justicia y santidad, es un dios ahora lleno de bondad y de gracia, encarnándose por nosotros, siendo nuestro sumo sacerdote. Por eso no creo en la evolución. uno de los kiasmas que uno aprende más conoce cuando va a la escuela es el kiasma óptico el kiasma óptico es que tu nervio de cada ojo se entrecruza atrás en tu cerebro es interesante porque entonces tu ojo derecho que yo me estoy tocando ahora hay algunos nervios que se entrecruzan en el kiasma para ver con el lado izquierdo de mi cerebro No todos. Igual ocurre con mi ojo izquierdo. No, por eso te tapas y puedes seguir viendo. Se entrecruzan y puedes ver con tu lado derecho del cerebro. El cerebro mismo está cableado. De manera tal que aún el cerebro, si aún te quitan la mitad del cerebro, trata de compensar. Es maravillosa la creación. Como Dios se entrecruza. Estos cromosomas Es el principio de la vida. Los cromosomas siempre van en pares. Pero es la manera como espiritualmente también Dios se ha unido a una carne para que nosotros seamos sus hijos. Todo tiene una relación. Dios te reconcilia con él porque tú eres la imagen de Dios en él. Eres capaz de ser reconciliado con Dios y que Dios cambia tu vida. y por eso Dios traspasó los cielos. ¿Hay alguna cosa imposible para Dios? Ahora podemos cambiar información porque tenemos el ADN de Dios, espiritualmente hablando, porque cómo serán bendita en ti todas las familias de la tierra. Cuando hay una trisomía hay algún problema genético, ¿no? Pero usualmente en el centro es cuando nosotros nos cruzamos en la fe espiritual, Por eso se habla de nacer de nuevo. Se habla de que tú eres regenerado por Dios. ¡Qué evolución! ¡Qué hombre! ¡Qué mujer! La gente ni siquiera sabe lo que quiere ser hoy en día. Por eso tenemos el eje que tú eres y más o menos la ecuación que hay que... ¡Eres nada sin Dios! La plenitud es Cristo. Pero Él tiene que ser preeminente en tu vida. Y ninguna otra cosa más. Si tú no eres preeminente en nosotros y que tengas la primacía, todo lo demás será en vano de Dios. Mira a tu pueblo, haz que ellos puedan confiar en esta mañana en ti. Puedan ver todo lo que tú has hecho para ellos, desde tu creación, desde su creación, hasta su salvación y su reconciliación. Esto es lo que tú nos has dado en Cristo Jesús. y que ninguno de nosotros deje de perseverar, permanecer en Cristo o poner a Cristo en una segunda categoría, en una segunda religión. Porque Él es el único que ha cruzado los cielos y la tierra para poder llevarnos en su plenitud al Padre Celestial. Esa es la esperanza que tenemos. Ayúdanos en esta semana a saber que tú eres preeminente. y que tú mereces toda esa preeminencia en nuestra vida antes que todas las demás cosas en esta tierra. Por amor de Jesús. Amén.
La preeminencia de Cristo
Series Colosenses
-Imagen: primogénito, unigénito, preeminencia, plenitud.
-Reconciliación: tierra (visibles) - cielo (invisibles)
Sermon ID | 11122452465571 |
Duration | 48:24 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Colossians 1:13-29; John 1:1-14 |
Language | Spanish |
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