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Evangelio de Mateo capítulo 6 versículo 5 al 8. Y cuando oréis no seáis como los hipócritas porque a ellos les gusta ponerse en pie y orar en las sinagogas y en las esquinas de las calles para ser vistos por los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa. Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento y cuando hayas cerrado la puerta, ora a tu padre, que está en secreto. Y tu padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Y al orar, no uses repeticiones sin sentido, como los gentiles, porque ellos se imaginan que serán oídos por su palabrería. Por tanto, no os hagáis semejantes a ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes que vosotros le pidáis. Amén. El título del mensaje es La oración del creyente es dirigida al Padre y no a los hombres. La oración del creyente es dirigida al Padre. Y la idea exegética o el mensaje básico que vamos a estar exponiendo es que Jesús nos enseña a practicar la piedad para Dios en la oración. en secreto, en humildad y con sencillez. Jesús nos enseña a practicar la piedad para Dios. Y esa piedad se puede ver en la oración en secreto, en humildad y con sencillez. Y lo vamos a estar viendo en dos puntos. El primero es practicando la justicia al orar sin hipocresía. practicando la justicia al orar sin hipocresía. Y veremos, en segundo lugar, practicando la justicia al orar solo para nuestro Padre en secreto. Nosotros nos encontramos en una sección del sermón del monte. El sermón del monte es a partir del capítulo 5. y toma capítulo 5 6 y 7 solamente esa parte es una de las enseñanzas más largas que se encuentra en los evangelios y estas enseñanzas de Jesús son muy amadas por el pueblo de Dios porque son enseñanzas del Señor Jesucristo. que luego usted la va a encontrar estas mismas enseñanzas del sermón del monte tomada por el apóstol Pablo por Santiago y ampliada y aplicada a la iglesia pero ahora lo que encontramos es que en esta parte del sermón del monte del capítulo 6 Jesús nos está enseñando sobre la piedad práctica y los peligros y errores en que muchos están incurriendo están practicando pensando que agradan a Dios uno de los grandes problemas de practicar la piedad es que nosotros a veces nos terminamos alejando de las enseñanzas básicas y comenzamos a añadirle cosas como vimos en el mensaje anterior se nos enseña, se nos llama a practicar la piedad la piedad personal o como Jesús la llama aquí la justicia personal sin hipocresía. Ese es uno de los grandes errores en lo que muchos creyentes se han dejado arrastrar. Ven el mal ejemplo de otros y actúan como esos otros porque piensan, bueno, fulano tiene 20 años, tiene 30 años el evangelio, él sabe cómo se hacen las cosas, pero ese hermano que tiene 20, 30 años ha comenzado a hacer prácticas no bíblicas, prácticas no bíblicas que le funcionan pero que Jesús las señala, algunas de ellas, como puramente hipocresía. Entonces veamos hermanos que Dios nos llama en primer lugar y este es mi primer punto a practicar la justicia o la piedad personal como el orar sin hipocresía. En Mateo capítulo 6 versículo 1 lea conmigo allí. Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos, para ser vistos por ellos, de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos. Voy a leer ese versículo 1 porque Jesús utiliza ese versículo como la cabecera de esta sección. Él, a partir de esta idea, a partir de que los hombres y mujeres quieren ser vistos por los demás, a partir de esa falsa idea, de ese error, entonces los hombres comienzan a cometer errores. actuar de forma errónea, porque quieren ser vistos, quieren ser aplaudidos, quieren ser alabados, quieren ser reconocidos. Si tú partes de eso, tú vas a comenzar a hacer cosas para que los demás se sientan bien contigo, para que los demás te digan, hablen bien de ti, porque eso es lo que tú quieres, eso es lo que tú estás persiguiendo. Hermanos, la iglesia hace eso los miembros de la iglesia hacen eso y a veces lo hacemos por pura presión pura presión de los demás entonces Jesús nos da una orden guardaos de hacer vuestra justicia o practicar vuestra piedad delante de los hombres para ser vistos por ellos Guardaos, la palabra justicia se refiere a la piedad del corazón, que practicamos piedad como la oración, práctica piadosa como la lectura de la palabra, como la predicación, como el orar, como el dar, el dar ofrenda, ayudar necesitado. Jesús nos llama a que nosotros no seamos hipócritas, Y la palabra hipócrita, recordemos su significado, se refiere a la persona que guarda la apariencia. Dice ser algo cuando en su interior no lo es. Dice amar algo cuando en su corazón realmente no lo ama. Es tener una doble cara. Ese es el hipócrita. Él tiene una ambición, un deseo por algo que no es el dar gloria a Dios. El hipócrita dice yo quiero hacer esto para Dios. Eso es lo que él dice con su palabra, pero en su corazón él quiere caerle bien a alguien. En su corazón él lo hace para que los demás lo reconozcan. Esa es la parte que Jesús nos está señalando, no sean así, no actúen para que los demás los vean. Porque el peligro es caer en la hipocresía. Y yo quiero que usted vea el balance que aquí el Señor Jesucristo está trayendo. ¿Para qué tenemos que vivir como creyentes, como hijos del reino? Para gloria de Dios. yo debo de hacer las cosas para agradar a Dios hermanos este es el motivo principal de la vida cristiana mi relación principal es con Dios y en segundo lugar es con las personas por eso usted ve que el resumen de la ley que Jesús hace es en primer lugar amar a Dios y en segundo lugar amar a mi prójimo Por lo tanto, ese mismo principio usted tiene que aplicarlo en su vida de oración. Cuando tú oras, ¿para qué tú lo haces? ¿Para quién lo haces? Uno dirá, obviamente que para Dios, pero no siempre es así. A veces lo hacemos para que los demás no escuchen. A veces lo hacemos para que el hermano fulano se sienta bien. no debe ser es el centro de tu vida lo que los demás piensen el centro de tu vida debe de ser debe ser Dios y eso es lo que dice nuestro pasaje no tendremos recompensa de nuestro padre si lo hacemos para los hombres si lo hacemos para agarrar a los hombres y ese es el objetivo cuando una persona cae en hipocresía cuando guardamos una apariencia decimos que la cosa la hacemos para Dios cuando en nuestro corazón nuestra ambición nuestro deseo es el aplauso o el agradecimiento de las personas entonces amados hermanos tomando en cuenta esto este principio que Jesús en primer lugar en el versículo 1 hasta el 4 lo aplicó al dar no busques el que los demás te aplaudan cuando tu des no lo hagas para los demás hazlo para Dios eso lo aplicó al dar y ahora lo está aplicando en la oración es decir que ese principio usted lo puede aplicarlo en todo lo que tiene que ver con su vida cristiana Yo lo que hago, lo hago para el Señor. Aún cuando le doy una ofrenda, o una ayuda a un hermano, o a un necesitado en la calle, yo no tengo que esperar que me tomen fotos, ni que me graben para subirlo a internet, porque la gente tiene que saber lo que yo hago. No, hazlo para el Señor, para que tu recompensa venga de quién? De Dios. ¿Ven el principio ahí? Ahora, ese principio, veámoslo en la oración, versículo 5. mire que dice y cuando ores es decir que le está conectando lo que va a decir a partir de ahora con lo que dijo de la importancia de hacer todo para Dios y cuando ores no seas como los hipócritas porque a ellos les gusta ponerse en pie y orar en las sinagogas y en las esquinas de las calles miren el propósito aquí Jesús los señala para ser vistos ¿Ven el propósito del hipócrita? Ese es el propósito que tienen los hipócritas, ser vistos por los hombres. En verdad os digo, dice Jesús, en verdad os digo que ya han recibido su recompensa. De Dios no vas a recibir nada. Su recompensa es que ya la persona lo vio. Este es el punto. Cuando tú oras, la oración y Jesús está hablando de la oración de forma general. No está hablando de la oración privada en mi casa o de la oración en la iglesia. No se está refiriendo ni a esta ni aquella, sino a todo tipo de oración. En cualquier momento en que tú ores, cuando tú ores, des gracias a Dios Señor te doy gracias por este hermoso día a veces oramos simplemente dando gracias bien a veces oramos confesando nuestros pecados a veces oramos pidiendo por necesidades personales como necesidades de otras personas a veces oramos en privado oramos en público aquí en la iglesia en cualquier momento que en que tú ores que no se escuche ese susurro de tu corazón de buscar o utilizar la oración para tus beneficios personales porque esto es lo que está señalando aquí cuidado con tu usar una acción de gracias una alabanza que debe de ser dirigida al Señor Cuidado con usarla para tú dirigirla a alguien. Porque tú quieres el aplauso a esa persona, porque tú quieres caerle bien a esa persona. Cuidado. Este es un llamado importante, hermano, porque Jesús lo veía en la gente de su época. En los judíos, hombres y mujeres que conocían bien la palabra de Dios. Habían caído muchos de ellos en la hipocresía. Y si esa gente que conocía durante tantos años la palabra de Dios podía caer en eso, ¿acaso nosotros no podemos caer en eso? Claro que sí. Por eso esta enseñanza es relevante al día de hoy. Porque nosotros como cristianos, como creyentes, tenemos que guardarnos de nuestro corazón. El corazón es engañoso. Y a veces nuestro corazón nos lleva a hacer cosas que no son buenas para Dios. Y hermanos, hasta en la oración podemos pecar. Porque a veces, hasta en la oración, pensamos que estamos hablando con Dios cuando no es así. Un ejemplo de eso es el ejemplo que encontramos en Lucas capítulo 18. Vaya allí conmigo por favor. Lucas 18, versículo 9. Para que usted vea que todos podemos caer en eso. Lucas 18, versículo 9 al 14. Referió también esta parábola a unos que confiaban en sí mismos como justos y despreciaban a los demás. Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo y el otro recaudador de impuestos. El fariseo, puesto en pie, oraba para sí de esta manera. Dios te doy gracias porque soy como los demás. Perdón, Dios te doy gracia. Gracias, porque no soy como los demás hombres. Versículo 11. Estafadores, injustos, adúlteros, ni aún como este recaudador de impuestos. Yo ayuno dos veces por semana, doy el diezmo de todo lo que gano. Pero, versículo 3, pero el recaudador de impuestos de pie y a cierta distancia no quería ni siquiera alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo Dios. Ten piedad de mí, pecador. Miren la conclusión de Jesús, versículo 14. os digo que éste, el recaudador de impuestos, descendió a su casa justificado, pero aquel no, porque todo el que se ensalza será humillado, pero el que se humilla será enaltecido. Mano, miren cómo un judío piadoso no recibirá la recompensa de parte del Señor. y un recorredor de impuestos que comúnmente eran ladrones recibía perdón de pecados hermanos acaso si esta gente cae en eso nosotros no podemos caer en eso también yo pienso que sí por eso es tan importante esto el hipócrita ama orar en pie y es lo que vemos volvamos a Mateo capítulo 6 versículo 5 aquí vemos que Jesús dice que estas personas aman orar en pie para ser vistos por los hombres aman orar en las esquinas de las calles usted sabe que una calle tiene un lugar donde se unen varias calles que es la esquina entonces los hipócritas le gustaba llamar la atención y que lo vieran en la esquina estoy aquí en la esquina Aquí me van a ver desde dos calles diferentes, me van a encontrar y yo voy a estar orando en público para que la gente me oiga y me vea. Jesús dice, esta gente tiene como fin la alabanza de los hombres. Hermanos, la práctica de la piedad no debe tener ese fin, el que los demás te escuchen. No debe tener como objetivo el que los demás te oigan, el que los demás digan, wow, qué piadoso es Dante, mira cómo ora. Porque Dante lo que quiere es que la gente hable bien de él. El objetivo es ser visto por los hombres. Ese es su fin, que la gente los alabe. Y aún en las iglesias puede encontrarse gente que diga yo soy el que más leo, yo soy el que más sé, o yo soy el que más temprano llego, o yo nunca falto. Esas son cosas que en una manera personal tú pudieras testificarle a alguien, pero que tú al hablarlo para ser oído por los hombres no le hace bien. ni a la persona que habla ni a los que escuchan. Porque da apariencia de que tú quieres llamar la atención sobre tu persona. Amados hermanos aquí Jesús nos dice no vivan para su propia gloria y alabanza de los hombres. Recordemos que nuestro fin como hijos del rey del rey de reyes es que vivamos para nuestro Dios y padre es que él sea glorificado. Ese es nuestro objetivo, nuestro fin. Por lo tanto, cuando tú ores, no hagas tocar trompeta. Cuando tú des, no hagas tocar trompeta. No haga que los demás se den cuenta. Jesús los está mirando como un mal ejemplo. El hacer las cosas para ser vistos de los demás es un mal ejemplo. El hacer las cosas para que lo demás me alaben es un mal ejemplo en la vida cristiana. Tenemos que actuar para hacer todo para el Señor, para gloria del Señor, para que Dios sea conocido y exaltado. La recompensa de los hipócritas es la vana gloria. Miren la palabra, vana, algo hueco, vacío. algo vano es algo hueco sin valor sin sentido como decía Salomón en Eclesiastes vanidad de vanidades todo es vanidad las cosas son huecas y sin sentido cuando no tienen a Dios y cuando nosotros oramos y no lo hacemos para el Señor es algo hueco y sin sentido no tendremos recompensa de parte del Señor Dios no responderá a tu petición, porque tu objetivo no es pedirle a él, es que los hombres te vean. ¿Ves hermano el peligro de esta vida de apariencia? No recibiremos la respuesta a nuestra petición, porque cuando lloro por la sanidad de mi hijo, hermanos, yo no espero otra recompensa, yo quiero que mi hijo sea sano, Yo espero que mi hijo sea restaurado. Yo quiero que mi hijo sea curado. Y si Dios no responde a mi oración, mi hijo va a salir, va a seguir enfermo. Si yo quiero, si yo oro para que Dios bendiga mi matrimonio. Yo quiero esa bendición. Esa es mi recompensa. O sea, eso se está refiriendo aquí. No vas a recibir nada de lo que estás pidiendo. Porque tú oras para que los hombres te escuchen, no para que Dios te escuche. Es el peligro de la hipocresía. Nos quita, nos roba la bendición de Dios. Nos quita el recibir la recompensa que viene de parte del Señor. Manu, ¿y qué aprendemos de este primer punto? Aprendemos en primer lugar que la oración puede ser dañada por nosotros mismos cuando actuamos para ser vistos por los demás. No, no es de provecho, ni el dar, ni el orar con hipocresía. ¡Ay, yo quiero hacer esto para el Señor! Pero ven, fulano, tírame una foto para subirle al Facebook. Entonces, eso no es para el Señor. Ah, yo quiero servir o dar para los pobres. Y cuando doy a los pobres, lo que estoy haciendo realmente es política. ¿Han visto a esos políticos que vienen y dan una bolsa de comida a los necesitados? Y sale por HCH, sale por el periódico. Don Fulano, el político de mañana. Está dando a los pobres. ¿Realmente es dar o es publicidad lo que buscamos? Entonces, hermano, nosotros no podemos y no debemos, como creyentes, actuar de esta manera. Si una persona quiere publicidad, ok, tú quieres publicidad, muy bien, paga tu publicidad, haz tu publicidad, pero no digas que es para Dios. Porque yo creo correcto que un político, un comerciante ponga sus afiches. Eso está correcto. La gente tiene que conocerlo. Está correcto que el político, que el comerciante diga, mira, ven a mi negocio a comprar. Eso está correcto. Pero no digas, no digas que tú las cosas estás haciéndolas para Dios. di que es para tu negocio, se sincero, porque el problema de la hipocresía es esa, que eso tiene una doble cara, no, si usted es político no hay problema, haga su política, si usted es comerciante haga su comercio, lo que no puedes usar el nombre de Dios en vano, vamos a suponer que yo soy comerciante, y yo estoy regando papelitos, vaya a mi comercio, vaya, vaya, vaya y la gente va y yo puedo vender y gano mucho, todo está bien, ahí yo no soy un hipócrita. Ahora yo como comerciante cristiano aparto mi diezmo, aparto mi ofrenda al Señor y esa es la cosa que yo tengo que hacerlo cuando nadie me ve. es lo que yo debo de hacer en secreto para el Señor. Una cosa es mi vida pública y otra cosa es que yo vivo y hago las cosas para el Señor. Y aquí estamos hablando de prácticas cristianas como el dar, el ofrendar, el orar. Entonces, en esas prácticas cristianas en las que tú estás viviendo para gloria de Dios, Haciendo las cosas para el Señor, procura que sea para Dios y no para los hombres. Entonces hermano, quiero poner esos ejemplos porque nos deben de servir de equilibrio. Realmente el que es comerciante es comerciante, y el que es político es político, eso no es pecado. Lo que tú no puedes usar es el nombre de Dios en vano. Como muchos lo usan, hablan de Dios, hablan de Dios, en realidad son los que están buscando voto. Busca tu voto, sin usar el nombre de Dios, como si fuera un relato. Veamos en segundo lugar la práctica, practicando la justicia al orar solo para nuestro Padre en secreto. Versículo 6. Oramos a Mateo, capítulo 6, versículo 6. Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cuando hayas cerrado la puerta, ora a tu Padre que está en secreto. y tu Padre que ve en los secretos te recompensará. Ese versículo 6 es un hermoso texto. ¿Cómo debo de actuar justamente delante de Dios? Al orar. Aquello que debe de gobernar tu corazón al tu orar es que tiene que dirigir tu oración a nuestro Padre. Eso es central en ese versículo. Ora a tu padre. Es central. Cuando tú y yo oramos, ¿a quién dirigimos la oración? Por eso es que la hipocresía se condena. No debe ser para que el vecino escuche. Ay, pero oye al vecino Dante. Es un hombre cristiano. Oye cómo está orando, goceado. Ay, Señor, ayúdame. Para que el vecino de al lado me escuche. No, yo no debo actuar con hipocresía. No es para que el vecino me escuche. Debo hacerlo para Dios, para el Padre. Yo quiero que eso esté claro en tu corazón. Porque debe de ser dirigido en secreto al Padre, en tu intimidad con Dios. Alaba a Dios, pero hazlo para el Padre. Porque no estás buscando que los hombres escuchen tu oración, tu alabanza o tu acción de gracias. Es el Padre que tú quieres que escuche para que te responda. El Padre debe ser el centro de nuestra oración. Por eso lo enfatiza tres veces que es en secreto. Es para el Padre, es para Dios el Padre. Y lo enfatiza tres veces en secreto para él, en secreto para él, para el Padre. toda oración debe hacerse para Dios y hermano ahí debo de señalar porque el énfasis de este versículo se va a repetir en el sermón que viene porque al hablar de la oración nunca se dirige la oración a un santo ni al gran poder de Dios ni a los ángeles ni a la Virgen María ni a la Virgen del Fátima. Jesús. Dirige. Toda oración al padre toda acción de gracias al padre. Y lo veremos más adelante cuando él dice versículo 9 Mateo 6 9. Vosotros pues orad de esta manera padre nuestro. Miren que vuelve y enfatiza. Lo que dice el versículo 6. es al padre todo aquel que enseña algo contrario a lo que está diciendo este pasaje hermano está enseñando una herejía está enseñando una herejía el orar por los muertos el orar para los muertos orar a nuestros ancestros como oran en Japón y en China, le oran, le hablan a sus ancestros. En Estados Unidos usted ve que están adoptando esa cultura china o japonesa, donde tú vas a la tumba y te sientas a hablar con tu papá que se murió hace 20 años, papá ¿cómo tú estás? mira que tengo este problema. Es una herejía, una herejía que traía de muy lejos. Los indígenas aún hacían eso, oraban a sus ancestros para que el ancestro, mi abuelo, mi tatarabuelo, me protegiera. ¿Qué poder tiene un muerto, hermano? Uno que está muerto. ¿Qué poder tiene? Ninguno. Pero usted ve eso en las películas de Disney, donde ahí se invoca a los muertos en México, hay una gran celebración de los muertos, etcétera etcétera etcétera son enseñanzas paganas que usted no encuentra en la Biblia a menos que no sea un impío que esté invocando a Baal que esté clamando a las diosas a los dioses no Jesús el Hijo de Dios señala claramente que es al Padre Padre nuestro Y amados hermanos, aquí al hablar del tema de secreto, al orar en secreto, de ninguna manera se prohíbe la oración en público, porque vemos, tenemos muchos ejemplos de las Escrituras, para poner uno solo, Deuteronomio 31, Moisés reuniendo todo el pueblo, enseñando al pueblo, orando con el pueblo, es decir, hay lugar para la oración privada tú en tu casa hay lugar para la oración pública aquí en la iglesia entonces amados hermanos aquí no se niega que sea al decir en secreto no se niega que se oren públicamente lo que sí se nos demanda aquí amados hermanos es que sea al padre pero también que no sea de forma hipócrita que no sea para que los hombres nos escuchen, para recibir fama de los hombres. Por eso, amados hermanos, hay muchas prácticas que deben de ser evaluadas en las iglesias. A veces en las iglesias se ora todo el mundo gritando al mismo tiempo. Y eso, hermanos, es una práctica que puede parecer piadosa, pero todo impío que escucha y ve eso A lo que puede terminar pensando es que allí hay un desorden y nuestro Dios es un Dios de orden y espera que su adoración sea una oración ordenada. Esas prácticas en las que todo el mundo comienza a hablar, en las que nadie entiende nada porque todo el mundo está hablando al mismo tiempo, es una práctica que tenemos que tener cuidado porque puede dar ocasión a que mucha gente grite en voz alta su oración porque quieren que escuchen que él también ora, que él también es piadoso. Y hermano, hay una tensión en esto, hay una presión. ¿Por qué queremos ser escuchados cuando Dios es el que está oyendo la oración? ¿Por qué tú quieres ser escuchado y tú quieres vocear, decir en voz alta tu oración? Para que la iglesia te escuche. ¿Para qué? No es al padre. Obviamente que cuando yo oro en público, tiene que haber algún orden. Porque nosotros queremos que la iglesia participe en nuestra oración. hermanos todos debemos de orar pero tiene que haber algún tipo de orden y eso yo lo dejo a cada iglesia establezca un orden pero observe la enseñanza de la palabra miro que dice aquí porque es posible que muchos hermanos nuevos creyentes personas en la iglesia con poco conocimiento de la palabra estén simplemente haciendo lo que los demás hacen, vocean porque todo el mundo lo hace, no porque haya un principio de la palabra aplicado ahí. Tenemos que cuidarnos de promover el ser escuchado por los hombres y ya sea que oremos en privado o en público, el foco que debe de gobernar nuestra oración es que tenemos que dirigir nuestra oración al Padre. Yo no sé si usted ha escuchado personas que cuando están orando están resumiendo la prédica del Pastor. En sus oraciones están orando y están echándole un boche a los manos que llegan tarde. En su oración están orando y están dando una amonestación a alguien por algo. La oración no es para echar bolche, la orar a Dios no es para usted llamar la atención a alguien, no use la oración para eso. La oración es para el Padre. y debe ser con un corazón humilde, sencillo. Y creo que el objetivo de orar en secreto es que esto señala la idea de una oración sencilla, humilde, delante de Dios. Diferente a la oración que se para y cree que todo el mundo lo escuche y lo vea. Ahí no hay humildad, ahí lo que hay es orgullo. Entonces creo que Jesús está aquí haciendo un énfasis en cuanto al hablar en secreto de la sencillez y la humildad que la oración debe de llevar. Pero Jesús añade algo más, otro error, no solamente el de los hipócritas. En el versículo 7 él dice y al orar no uséis repeticiones sin sentido como los gentiles. porque ellos se imaginan que serán oídos por su palabrería, se imaginan. Al hablar de los gentiles se está refiriendo a personas inconversas. El inconverso puede pensar que por repetir una palabra muchas veces, gloria a Dios, gloria a Dios, gloria a Dios, gloria a Dios, ya por eso va a ser escuchado por Dios. el inconverso puede pensar que por hacer una oración larga de cuatro horas de una hora ya Dios lo va a escuchar hermanos pero esto es una práctica de los impíos que tristemente en las iglesias se están viendo repetir se ven repetirse entonces no uses van a repetir van a repeticiones Repitiendo lo mismo, lo mismo, lo mismo una y otra vez. No empleen muchas palabras ociosas. Palabras que a veces terminan como si fuera una charla, una conversación larga. Esta práctica es común entre los paganos o gentiles. Y un ejemplo de eso, por ejemplo, cuando el profeta Elías le dijo a los profetas de Baal que oraran a su Dios que lo invocaran para que hiciera que derramara fuego sobre la ofrenda hermanos duraron largas horas gritando y voceando como loco Baal, Baal, Baal, Baal voceando de aquí para allá Elías se acostó en el piso hermano Elías se acostó y comenzó a burlarse de ellos griten que tal vez estaba comprando algo, tal vez estaba durmiendo, vocé maduro hermanos, que diferente a la oración de Elías que se arrodilló y allí delante del Señor, clamó al Señor una oración bien sencilla, Señor para que esta gente vea que Tú eres Dios, el único Dios verdadero oye mi oración, respóndeme terminó esa oración y descendió a fuego del cielo. Terminó su oración, que yo creo que no duró ni cinco minutos, y descendió a fuego del cielo. Obviamente yo aquí no estoy hablando sobre que no es correcto hacer oraciones largas. Hay su momento para esas oraciones. Usted va a encontrar una oración de Ana, que estaba en aflicción, Estaba en el templo y estaba solita orando a Dios. Y solamente se veían sus labios moviéndose. Ella no estaba gritando como una loca. Ella oró largamente porque su dolor y su aflicción era largo, hermano. Hay momento para la oración larga. Pero no podemos, amados hermanos, caer en el parloteo, en la charlatanería de los impíos. que como dice Jesús en el versículo 7, ellos se imaginan que Dios les va a responder por sus extensas oraciones. ¿Cuántos de nosotros en la iglesia evangélica no repetimos gloria a Dios hasta cien veces más? Hasta para leer la Biblia, hasta para cantar un himno, hasta para hablar. Es más, es una vana repetición. ¿Estamos tomando el nombre de Dios en vano? Debemos ser bien cuidadosos. No tomarás el nombre de tu Dios en vano. Es el segundo mandamiento. Es el segundo mandamiento de la ley de Dios. Debemos ser bien cuidadosos de que nuestras prácticas en la iglesia evangélica no se convierten en una piedra de tropiezo, de palabras vanas y huecas, sin sentido, pero también esas prácticas donde se escuchan unos rezos largos, como los que usan la iglesia católica con el Rosario, di Ave María, di Padre Nuestro, el Gloria, eso es oraciones vanas y repetitivas, di Ave María, di Padre Nuestro, ¿de qué sirve eso? Hermanos, usted no va a encontrar Diabe María en el libro de los Salmos, y es un libro de oración. Usted no va a encontrar dos Salmos iguales, porque los hombres hablaban de su corazón a Dios y sacaban de su corazón aquellas luchas, necesidades, alabanzas que tenían a Dios. Esas repeticiones de cinco padres nuestros, Diabe María, hermanos, eso no es bíblico, eso no es bíblico. Es una vana repetición que la gente simplemente lo repite y no tiene sentido ni valor lo que está diciendo. Porque no está hablando con nuestro Dios, que es un Dios vivo y verdadero. Al final, en el versículo 8, Jesús dice, ¿por qué no orar con vanas repeticiones? Miren lo que dice el versículo 8. Por tanto no os hagáis semejantes a ellos porque vuestro padre sabe lo que necesitáis antes que vosotros lo pidáis. El impío está orando así con vanas repeticiones porque piensa como que Dios le va a oír por eso. Pero Jesús nos dice claramente que no debemos usar vanas repeticiones porque Dios sabe lo que tú necesitas. antes de que tú me lo digas Dios conoce la necesidad de tu corazón antes de que tú hables para que se lo vas a repetir 20 o 30 o 40 veces ¿Cuál es el fin? Por lo tanto, orad como Dios os manda no utilicemos formas artificiosas formas en que nosotros nos inventamos usted lee por ejemplo el salmo 23 y usted no va a encontrar ahí repetición por ningún lado porque está hablando a su pastor y quien es su pastor quien cuida, alimenta, sabe sus necesidades oramos amados hermanos pues Dios nos manda a orar Dios nos dice pedid y se os dará buscad y hallaréis por eso es que oramos porque él nos manda a orar todo lo que pida en mi nombre yo lo haré dice Jesús. Pero al orar no debemos buscar nuestra propia gloria no ser hipócritas hacerlo para que los demás nos vean pero tampoco debemos usar vanas repeticiones como los impíos. Aquí Jesús está limpiando la práctica de la oración. Porque tenemos que seguir orando hermanos. tenemos que seguir orando pero tú no puedes orar de tal manera que nos reciba la bendición y es ahí la razón por la que Santiago dice en la carta de Santiago de que nos recibimos porque simplemente o no oramos o lo hacemos para nuestras pasiones Ustedes saben, por ejemplo, los jóvenes, para poner un ejemplo, un varón que está enamorado de una muchacha, hace las cosas para que ella lo vea. Bueno, está bien, ese es su fin. Él quiere agradar a esa muchacha. Y él se viste y se perfuma para que ella lo huela y lo vea. ¿Ok? En el noviazgo, eso se permite. En la oración, si tú estás orando a Dios y tú quieres agradar a Dios, para que tú voceas, para que tú repites cien veces lo mismo, para que tú estás haciendo las cosas para que los hombres te aplaudan. ¿Ven que no tiene sentido ni lógica? Humanamente hablando, ni humanamente hablando tiene sentido. mucho menos al orar. ¿Qué aprendemos, hermanos, sobre esto? Aprendemos que Dios nos llama a orar con sencillez. Dios nos llama a orar sinceramente, concentrado, solo en el Padre, solo en la obra del Hijo, solamente la obra del Espíritu Santo, no en los hombres. Dios nos llama a orar y esa oración debe ser limpiada de toda práctica no piadosa como esas vanas repeticiones. ¡Oh rey de reyes! ¡Oh rey de reyes! ¡Oh rey de reyes! ¡Oh Señor, Señor! ¡Oh Señor, Señor! ¡Oh Señor, Señor! ¡Oh Padre, Padre! Y lo repetimos cien veces. Hermano, tienes que escucharte. Dios es una persona y Él sabe tu necesidad. Esas repeticiones no lo van a inclinar a responderte. No lo van a manipular. No lo van a manipular para que Él responda a tu petición. Vamos a concluir con algunas aplicaciones. En primer lugar, amados hermanos, la oración puede dañarse si actuamos para ser vistos por los hombres. Cuando esto sucede, ya dejamos de orar. Ya no estamos orando. Por lo tanto, examina sinceramente tu corazón y pídele al Señor que si has pecado de orgulloso, pídele perdón al Señor. Señor, perdóname. Mira, tal día yo fui a orar con Levi, fui a orar con José, y yo lo hice para que él pensara bien, hablara bien de mí. Perdóname, Señor. Es decir que tenemos que hacer conciencia de que a veces actuamos por interés y eso no debe de ser en nuestra vida. Al orar, oremos al Padre con el único interés de que Él escuche y nos responda. Pero en segundo lugar, hermanos, la oración en la iglesia debe realizarse, la oración que en la iglesia que debe realizarse en voz alta y que debemos realizarla para que los demás participen de la oración, esa oración también debe ser centrada en el Padre. Cuando aquí oramos todos juntos, por ejemplo en el tiempo de ayuno, cada uno está orando, tenemos que orar para que los demás lo escuchen, eso es lógico. Y para que digan amén, estamos de acuerdo. Señor, responde. Pero tenemos que dirigirla al Padre, no al gran poder de Dios. Usted no ha escuchado gente que dice, oh gran poder de Dios, responde a la oración. ¿A qué está orando? ¿A qué está orando? Debemos dirigir nuestra oración al Padre. Tenemos que dirigir nuestra oración a Él solamente. Porque Él es nuestro Salvador, Él es nuestro Dios, Él es nuestro temor, nadie más. Y lo vemos en el Salmo 51, David va con humildad, ora al Padre, reconoce su pecado, se arrepiente de su maldad. El Salmo 51 es un excelente ejemplo. Y el Libro de los Salmos es un excelente ejemplo de oración. En tercer lugar, hermanos, limpiemos nuestras oraciones de las repeticiones innecesarias, porque nuestro Padre sabe de qué tenemos necesidad. Como dice el Salmo 139, no nos podemos esconder de él. Por lo tanto, seamos transparentes, no escondamos nuestro pecado, confesemos nuestro pecado, apartemos de él, clamemos por piedad, por sanidad. Presta oración. ¿Qué es lo que tu alma necesita? Perdón. Tú no tienes que decir, oh gran Dios, tú que eres el mayor de todos y hacer toda una algarabía cuando lo que realmente quieres pedir es que Dios te perdone de tus pecados. Que tu oración sea sencilla. Que tu oración sea al Padre con humildad. Señor, ten misericordia de mí, perdona mi mentira. Yo pegué contra mi hermana Pancha, perdóname Señor. Yo fui desobediente a mis padres. Señor, perdóname. Una oración sencilla, clara, humilde. Una oración que había dirigido a aquel del cual tú quieres recibir el perdón y la sanidad. Joven, ¿tú oras? ¿Tú oras? Y si oras, ¿cuál es tu motivo de oración? ¿Por qué oras? ¿Estás orando por tu salvación? ¿Por el perdón de tus pecados? ¿Estás orando para ser un hijo de Dios, una hija de Dios? ¿Cuál es tu oración? ¿De qué está llena tu oración? Yo quiero que tú pienses, joven, que es importante, el mayor regalo que un joven puede recibir es el perdón de Dios. El mayor regalo es que Dios sea tu padre, es que tú estés reconciliado con Él, que tú tengas comunión con Él. Entonces yo quiero animarte en este día. para que tú cambies tu vida de oración por cosas para que tú le pidas a Dios una relación personal con él. Yo quiero ser tu hijo. Yo quiero ser tu amado hijo. Señor, dame dolor por mi pecado. Ayúdame a entender tu palabra. Pídele aquellas cosas que te harán un heredero del reino. ¿Tú puedes pedir por tu escuela, por sabiduría y por todas las demás cosas? Sí. ¿Pero cuál es la mayor necesidad que tú tienes? Si tú partes de esta tierra, ¿tú partes como un hijo de Dios o como un hijo del diablo? ¿Tú partes con salvación o tú partes con condenación? Es importante que tú medites en esto. que tus oraciones se carguen por aquellas cosas que a vida eterna permanecen. Vamos a orar. Padre damos gracias por tu palabra, damos gracias por tu fidelidad, damos gracias por tu amor, damos gracias porque tú sigues enseñándonos que hay cosas que dañan nuestra oración, dañan cuando damos, Hay cosas que no nos hacen bien y nos hacen perder tu bendición y recompensa. Danos un corazón obediente y humilde para nosotros cambiar, para nosotros ser transformados, para nosotros aprender de ti, a orar, a ofrendar, a servirte y que todas estas enseñanzas que estamos teniendo en este hermoso mensaje de Mateo podamos Señor ser fortalecidos y guiados para ser como Tú. Es en el nombre de Jesús que te lo pedimos. Amén.
La oración del creyente es dirigida al Padre y no a los hombres
Series Evangelio de Mateo
La oración del creyente es dirigida al Padre y no a los hombres
Sermon ID | 11122442207796 |
Duration | 54:52 |
Date | |
Category | Sunday - PM |
Bible Text | Matthew 6:5-8 |
Language | Spanish |
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