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Primera de Juan, capítulo 2, si Dios lo permite, vamos a considerar desde el versículo 7 hasta el versículo 11. Primera de Juan, capítulo 2, versículo 7 hasta el versículo 11. Si no practicas el amor de Dios, aún estás en tinieblas. Si no practicas el amor de Dios, aún estás en tinieblas. Imagínate que vas de camino a casa en tu vehículo, un día de lluvia, cuando ves a tu vecino debajo de un toldo, él está allí, con las bolsas de compra en la mano, Está esperando a que la lluvia mengue un poco y ves su situación, o sea, dices, oye, bueno, yo voy en mi vehículo, voy a casa, ahí está mi vecino, pues mira, le puedo recoger, le puedo ayudar. Imagínate que le ofreces llevarle a su casa, en tu vehículo, y dice, sí, sí, sí, por favor, sí. Pero en cuanto le abres la puerta, sale corriendo, sale corriendo hacia su casa con las bolsas, con las bolsas, y sale corriendo y se va. ¿Cuál sería tu conclusión? Que al final ha decidido irse a pie. Le has ofrecido llevarle en tu vehículo, pero él ha decidido ir a pie, o sea, él se va. O sea, sus acciones han contradicho sus palabras. O sea, sus palabras y sus acciones son incompatibles. Ha dicho que sí quiere que le lleves, pero luego se va a pie. Sale corriendo. O se va caminando. Ha contradicho lo que ha dicho. O sea, ha dicho una cosa y ha hecho otra. Ahora, eso es exactamente lo que el apóstol Juan nos está presentando aquí. Aquí en Primera de Juan, capítulo 2, del 7 al 11, donde aquí el apóstol Juan, inspirado por Dios, subraya que hay personas que contradicen sus palabras con sus acciones. O sea, dicen conocer a Dios, dicen permanecer en Él, dicen que están en la luz, pero con sus hechos lo niegan. Su afirmación es incompatible con sus acciones. dicen estar en la luz, pero no aman. O sea, no reflejan el amor de Dios. Y no amar demuestra que siguen en tinieblas. Y es que el amor muestra que una persona tiene comunión con Dios. Por ello, si no practicas el amor de Dios, aún estás en tinieblas. aquí en primera de Juan capítulo 1 voy a leer el texto primera de Juan capítulo 1 versículo 7 dice hermanos no os escribo mandamiento nuevo sino el mandamiento antiguo que habéis tenido desde el principio este mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído desde el principio sin embargo os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en él y en vosotros, porque las tinieblas van pasando y la luz verdadera ya alumbra. El que dice que está en la luz y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas. El que ama a su hermano permanece en la luz y en él no hay tropiezo. Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos. Eso es 1 Juan capítulo 2, desde el versículo 7 hasta el versículo 11. Ahí en versículo 7, si notáis, dice, hermanos. Ahora, ese término, en el lenguaje original, hay un problema textual en los manuscritos y el término amados es más probable. Especialmente porque aquí en 1 Juan aparece ese amados seis veces, lo podéis notar aquí en En primera de Juan 2, versículo 7, también en primera de Juan 3, versículo 2, donde empieza, amados, ahora somos hijos de Dios. O en versículo, en capítulo 3, versículo 21, amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios. O en capítulo 4, versículo 1, amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus, si son de Dios. O en capítulo 4, versículo 7, amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios. aún en capítulo 4 versículo 11. Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros. Entonces, aquí el término, como mencioné, es más probable y tiene más apoyo textual en los manuscritos, es el término amados. Entonces, aquí vemos como el apóstol Juan empieza antes de hablarles sobre el amor, les asegura que les ama. Pues dice, amados. Él reitera su amor hacia sus destinatarios. Y es que Juan asegura que el mensaje que está comunicando no es un nuevo mandamiento que nunca han escuchado. Por eso nos dice aquí en 1 Juan capítulo 2, versículo 7, hermanos, amados, no os escribo mandamiento nuevo. sino el mandamiento antiguo que habéis tenido desde el principio. Este mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído desde el principio. Es que el apóstol Juan entiende que cuando alguien presenta una innovación doctrinal, eso crea sospecha. También entiende que es difícil aceptar más mandatos Además, entiende que cuando entendemos una doctrina, no queremos que nadie lo cambie. Nadie cambia absolutamente nada. Y por ello el apóstol Juan dice, esto no es nada nuevo. O sea, esto lo hemos recibido desde antes. Incluso dice, habéis tenido desde el principio. Y es que Juan enfatiza que no es un mandamiento nuevo añadido a la enseñanza apostólica. Es un mensaje que han escuchado desde que escucharon el Evangelio. Por eso mencionáis desde el principio que eso es lo que implica. Desde que escucharon el Evangelio, o sea, cuando les predicaron el Evangelio, escucharon el Evangelio por primera vez, este mensaje, este mandamiento, también venía en esa enseñanza. Y lo cual contrasta con la enseñanza reciente de los falsos maestros, que colocan el conocimiento antes que el amor, porque el mandamiento del cual va a estar hablando, Y es lo más probable, cuando se refiere aquí a este mandamiento antiguo, es el mandamiento de amar. Es un mandamiento antiguo, pero también es un mandamiento nuevo, como va a resaltar allí un énfasis nuevo, que va a resaltar ahí en versículo 8. Pero es que el mandamiento antiguo es el amor que deben tener los unos para con los otros. Es un mandamiento que conocen bien, lo han recibido desde que escucharon el Evangelio. Incluso en Romanos 13, del 8 al 10, dice, no debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros, porque el que ama al prójimo ha cumplido la ley. Porque no adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento en esta sentencia se resume. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo. Así que, el cumplimiento de la ley es el amor. Esos Romanos 13, desde el versículo 8 hasta el versículo 10. Entonces aquí por ello el apóstol Juan está resaltando este mandamiento. No es un mandamiento nuevo porque ha sido comunicado desde que escucharon el evangelio. El mandamiento del amor fue una exhortación que recibieron desde el principio de su vida cristiana. No es algo extraño a la fe en Cristo. Incluso aquí mismo en Primera de Juan, en capítulo 3, versículo 23, vemos como el mandato de amar va conectado al Evangelio, porque nos dice ahí Primera de Juan 3, versículo 23. Este es su mandamiento, que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado. Eso es Primera de Juan 3, versículo 23, donde ahí conecta el Evangelio, debemos de creer en Jesús como Señor y Salvador, pero también debemos amarnos unos a otros. Entonces por ello aquí el apóstol Juan destaca este mandamiento que os doy no es un mandamiento nuevo en el sentido de que nunca lo habéis escuchado porque desde que escuchasteis el evangelio lo habéis escuchado. Eso es un mensaje que aún desde el antiguo testamento Dios dijo que debemos de amar a nuestro prójimo debemos de amar a otros. Entonces no es un mandamiento nuevo Sin embargo, notad el versículo 8. Esto es 1 Juan 2, 8. Sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en él y en vosotros, porque las tiñebras van pasando y la luz verdadera ya alumbra. Ahora aquí, aparente que la voz del Juan se contradice, acaba de decir, no es un mandamiento nuevo. si no es un mandamiento antiguo. Pero ahora en versículo 8 dice, sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo. Ahora, está hablando del mismo mandamiento, está hablando del mandamiento de amar. Y es que en un sentido el mandamiento es antiguo, porque se ha comunicado desde el Antiguo Testamento y aún desde el principio de su vida cristiana, al haber creído en Jesús como Señor y Salvador, han escuchado el mensaje del amor y que deben de mostrar amor hacia Dios y hacia el prójimo, entonces, en ese sentido es antiguo, pero es nuevo. Tiene un aspecto nuevo. O sea, mirándolo de otro modo, el mandamiento es nuevo. O sea, en el Antiguo Testamento, vemos, por ejemplo, en Deuteronomio 6, versículo 5, donde resalta que debemos de amar a Dios. Amarás a Jehová tu Dios con todo tu corazón y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas". Eso es Deuteronomio 6, 5. O sea, hay que amar a Dios sobre todo. Y Levítico 19, 18 dice, amarás a tu prójimo como a ti mismo. Eso es Levítico 19, versículo 18. Entonces, por ello este mandamiento de amar no es nuevo. Sin embargo, Jesús mismo enseñó que él daba un nuevo mandamiento, o sea, un nuevo énfasis en el mandamiento del amor. Porque en Juan 13, Juan 13 del 34 al 35, Jesús mismo dice un mandamiento nuevo os doy. Que os améis unos a otros, como yo os he amado. Que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuvierais amor los unos con los otros. Eso es el Evangelio de Juan, capítulo 13, del 34 al 35. Y es que Jesús amplió el significado de lo que es amar. Es algo que hay que practicar todos los días. Es un mandamiento antiguo en el sentido de que lo habían escuchado antes, pero es un... es nuevo, es un mandamiento nuevo al mismo tiempo por la venida de Cristo. O sea, Cristo enfatizó que el amor hacia Dios y al prójimo resume toda la ley. Cuando le preguntaron a Jesús, ahí en Mateo 22, versículo 36, le dijeron, maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le respondió, versículo 37 al 40, dice, Jesús les dijo, amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primer grande mandamiento y el segundo es semejante. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas. Eso es Mateo 22 del 36 al 40. Ya Jesús enfatiza que el amor hacia Dios y hacia el prójimo Resume toda la ley. Pero también enfatizó que el creyente debía de amar a su prójimo como Cristo lo amó. En Juan 15, 12. Este es mi mandamiento, que os améis unos a otros como yo os he amado. Eso es Juan 15, 12. O sea, Jesús destaca que el creyente debe de amar a su prójimo como Cristo le amó a él. Entonces, en ese sentido, es nuevo. Es un énfasis nuevo. Aún también, Cristo enfatizó que el creyente debía de amar a todos, no importando su raza, su rango. Incluso debía de amar a aquellos que eran sus enemigos. Como nos dice Mateo 5, 44. Pero yo os digo, amad. a vuestros enemigos. Bendecid a los que os maldicen. Haced bien a los que os abominan y orad por los que os ultrajan y os persiguen. Eso es Mateo 5, versículo 44. Entonces, el mandamiento del amor se estableció por la muerte y la resurrección de Jesucristo. Aquellos que creen en Jesús para salvación cumplen la ley de Dios mostrando el amor de Cristo. Y por ello puedo decir, os escribo un mandamiento nuevo. Es un nuevo énfasis. Jesús amplió el significado de lo que es amar, y es algo que el creyente debe de practicar todos los días. Ahora, aquí nos dice, esto es en 1 Juan capítulo 2 versículo 8, dice, sin embargo os escribo un nuevo mandamiento que es verdadero en él y en vosotros. Ahora, ese término traducido verdadero, normalmente se refiere a la verdad, ¿no? A lo que es verdad. Pero, en este contexto, tienen la idea de lo que es genuino, de lo que es real. ¿Vale? Entonces, ¿qué es verdadero, qué es genuino en Él? Está hablando de Jesucristo. O sea, ¿qué es real, qué es genuino en Él y en vosotros? Entonces, Jesucristo manifestó una nueva calidad de amor en su vida. en su enseñanza y en su sacrificio. Y por medio del Espíritu Santo, que es dado al creyente, el Espíritu Santo mora dentro del creyente, por medio del Espíritu Santo, el creyente también muestra esta calidad de amor. Por su conocimiento de Dios, porque anda en la luz, porque tiene esta relación con Dios, y porque Dios es amor, pues el creyente refleja amor. y por ello debemos de amarnos unos a otros. Y es que la razón es porque la oscuridad va pasando y la luz alumbra. Eso es lo que nos dice aquí al final del versículo 8. O sea, este nuevo mandamiento de amor, esta nueva cualidad del amor encuentra su expresión genuina en Jesucristo y sus seguidores. Y la razón es porque las tinieblas van pasando. y la luz verdadera ya alumbra. Lo que hace el apóstol Juan es contrastar las tinieblas donde hay confusión, donde hay ignorancia, incluso en versículo 11 nos va a mencionar que aquellos que caminan en tinieblas, que están en tinieblas, andan en tinieblas, no saben dónde van. Están confusos, están perdidos, ignoran la revelación divina. Pero el apóstol Juan contrasta el vivir en las tinieblas con la luz. O sea, donde los creyentes tienen una relación con Dios, entienden la revelación. Para ellos no hay confusión y tampoco hay tropiezo, como nos va a mencionar ahí versículo 10. Pero es que Juan expresa su creencia de que los destinatarios, a quienes escribe, son creyentes. Por eso dice que es verdadero en Él y en vosotros. Y es que Jesús es la luz del mundo. Eso es lo que nos dice Juan 8.12. Y Él vino para destruir las obras de las tinieblas y para inaugurar el reino de Dios. Y es que el reino de Dios se caracteriza por la luz. Se caracteriza por el amor. Y entonces vemos el ministerio de Jesús, como Él y Él inauguró el Reino de Dios. O sea, Jesús destruyó el poder del pecado, destruyó el poder de la muerte al morir y resucitar, inaugurando el Reino de Dios. Y es que los creyentes transformados dan evidencia de la victoria de la cruz. Pero aún así, la eliminación de toda maldad no ocurrirá hasta la consumación de todas las cosas. Ahora, aquí el apóstol Juan menciona las tinieblas, esta oscuridad, y aquí en esta epístola de primera de Juan, implica, esas tinieblas implica pecado, o el ámbito donde el pecado gobierna. Incluso en capítulo 2, versículo 17, luego identifica este ámbito como el mundo y sus deseos. Hay en 1 Juan 2, 17. Identifica como el mundo, el mundo pasa y sus deseos. Y eso es lo que está diciendo aquí en 1 Juan 2, versículo 8. Las tinieblas van pasando y la luz verdadera ya alumbra. O sea, el pecado y el ámbito donde el pecado gobierna va pasando. Y es porque la luz verdadera ya alumbra. Y la luz verdadera se refiere a Jesucristo. Él es la luz verdadera. Por ello, el mundo donde el pecado reina está pasando porque la luz verdadera ya alumbra. En el Evangelio de Juan, capítulo 1, del 4 al 9, dice, hablando de Jesucristo, Hablando de Dios encarnado, dice, en él estaba la vida y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece y las tinieblas no prevalecieron contra ella. Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. Este vino por testimonio para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz. Aquella luz verdadera que alumbra a todo hombre venía a este mundo. Eso es Juan, capítulo 1, del 4 al 9, donde identifica a Dios encarnado, quien es Jesucristo, él es la luz. Él es la luz verdadera. Luego, en capítulo 3, Juan 3, 19, dice, y esta es la condenación, que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Entonces, eso es Juan 3, 19. Ahí vemos cómo identifica a Jesús como la luz. Él mismo se identifica como la luz del mundo en Juan 8, 12. Y es que la luz verdadera vino al mundo. Y sigue resplandeciendo en los creyentes. Es que la luz verdadera contrasta con la luz falsa que estaban ofreciendo los falsos maestros y el tiempo presente de esta frase, dice, porque las tinieblas van pasando y la luz verdadera ya alumbra. Ese tiempo presente expresa que la oscuridad va pasando. O sea, y la luz verdadera ya alumbra. Son eventos simultáneos. Es que el amor redentor de Dios ya ha empezado el proceso de eliminar la oscuridad moral. pero se completará cuando Cristo retorne, cuando Cristo vuelva. Y entonces, lo que hace el apóstol Juan, después de mencionar este mandamiento, que es antiguo, pero tiene aspectos nuevos, o sea, también es nuevo, en versículo 9, ahora responde a las palabras de los falsos maestros, que ellos afirmaban estar en la luz, tener conocimiento de Dios, de andar en la luz, de permanecer en Él, pero no están amando a su prójimo. Entonces, lo que el apóstol Juan está diciendo es que ellos siguen en tinieblas, Sus prácticas contradicen sus palabras. Por eso nos dice aquí, Primera de Juan, capítulo 2, versículo 9, el que dice que está en la luz y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas. Aquí en el versículo 9 vemos como Juan ahora comienza a hablar del tema del amor hacia los demás creyentes. y aborda el tema porque los falsos maestros no están poniendo en práctica el amor hacia el prójimo y por ello Juan aquí se centra en amor hacia los hermanos en Cristo aunque no está negando que hay que amar a todos no hay que amar a todos los que nos rodean simplemente por el contexto en el cual se encuentra estos falsos maestros ni siquiera están amando a los hermanos en Cristo entonces por ello se centra en ellos Y es que el que no muestra amor hacia otros creyentes, o sea, afirma ser creyente pero no muestra amor hacia otros creyentes, tampoco va a amar a otros. Y es que los falsos maestros están afirmando que andan en la luz, pero al mismo tiempo odian a otros seguidores de Jesús. Y es que la falta de amar de manera activa muestra odio. Incluso aquí mismo en 1 Juan capítulo 3, versículo 17, dice, pero el que tiene bienes en este mundo y ve a su hermano tener necesidad y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? Eso es 1 Juan 3, versículo 17. O sea, la falta de amar de manera activa muestra odio. Y es que odiar a otros no es una obra de la luz. Y por ello no viene de Dios quien es luz. Ahí en Juan 1.5 menciona que Dios es luz y no hay ningunas tiñeblas en él. Entonces, si nosotros practicamos las tiñeblas, obras de las tiñeblas, es porque no conocemos a Dios quien es luz. Y es que esta afirmación que tenían, que decían, el que dice que está en la luz y aborrece a su hermano está todavía en tiñeblas. O sea, su afirmación de andar en luz es incompatible con el odio que reflejan Ahí en Primero de Juan 1.7, Primero de Juan 1.7 dice, si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros. Eso es Primero de Juan 1.7. O sea, el andar en la luz implica que vas a tener comunión unos con otros, con los demás hermanos en Cristo, porque también están andando en la luz. Por ello, esta afirmación de que andan en luz, pero aborrecen a su hermano, en Cristo, refleja que refleja su odio y refleja que siguen en tinieblas. Ahora, es interesante porque aquí en primera de Juan, esta es la tercera vez que menciona el que dice. Podéis notar ahí esa frase al principio del versículo 9. El que dice. Ya lo ha mencionado en versículo 4, en primera de Juan 2, 4, dice el que dice yo le conozco. O en versículo 6, el que dice que permanece en él. Y aquí en versículo 9, el que dice que está en la luz. Ahora, esas afirmaciones, el yo le conozco, el que permanezco en él y que estoy en la luz, son afirmaciones que implican intimidad con Dios, una relación personal con Dios. Y es que los falsos maestros afirmaban estar en la luz sin vivir en la luz. O sea, no están viviendo en la luz. Ahora, posiblemente creen que han participado de la luz a través de alguna experiencia mística, pero no están caminando en la luz. O sea, son personas que han tenido conexión con la iglesia, pero que nunca han dejado las tinieblas. Ahora, anteriormente el apóstol Juan enfatizó que los falsos maestros estaban andando en tinieblas, a pesar de afirmar comunión con Dios. Ahí en 1 Juan 1.6, 1 Juan 1.6, si decimos que tenemos comunión con Él y andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad. El apóstol Juan enfatiza que estas personas afirman tener comunión con Dios, pero no están andando en la luz del Evangelio, no están reflejando la luz de Dios y por ello realmente están mintiendo, no están practicando la verdad. Y por ello ahora, aquí en primera de Juan, capítulo 2, versículo 9, el apóstol Juan detalla el pecado de odiar a un hermano en Cristo, o sea, su afirmación es incompatible con sus acciones. Lo que dice es incompatible con lo que hace. Porque en 1 Juan 2.9 dice, el que dice que está en la luz, o sea, eso implica que tiene comunión con Dios, y al tener comunión con Dios debe tener comunión con los demás hermanos en Cristo, dice que está en la luz. Pero, ¿qué es lo que hace? Aborrece a su hermano. está todavía en tiñeblas. Esa es la conclusión. O sea, si aborrece a sus hermanos es porque está en tiñeblas. Nunca ha venido a la luz. Y es que el hecho de que odien a otros creyentes hace hincapié que siguen en tiñeblas. Aún no han puesto su fe en Jesucristo como Señor y Salvador. Y el texto describe este odio como una característica. Es una característica de su actitud. O sea, continúan odiando. Ahora, es probable que no odiasen a todos los seguidores de Jesús, no obstante, sí es probable que odiasen al apóstol Juan y a aquellos que se agrupaban con él. Pero es que el creyente genuino conoce a Dios, anda en la luz, obedece a Dios y ama a su hermano en Cristo. Es que la relación que uno tenga con Dios y con sus hermanos en Cristo demuestra si su fe es genuina o no. La persona que tiene una relación con Dios anda en la luz y ama a su prójimo. Por eso resalta que está todavía en tiñeblas. Esa es la última frase del versículo 9. Está todavía en tiñeblas. O sea, dice que anda en luz, pero está todavía en tiñeblas. ¿Cómo lo sabemos? Porque aborrece a su hermano en Cristo. Y esa frase, está todavía en tiñeblas, enfatiza su condición presente, pero implica que puede arrepentirse. Puede venir a la luz. Aún hay tiempo para venir a la luz. Ahora, en ese momento, su condición presente es que está en tiñeblas, pero puede arrepentirse de sus pecados. Puede aceptar a Jesús como Señor y Salvador. Puede venir a la luz. Y entonces, en versículo 10, dice, el que ama a su hermano permanece en la luz y en él no hay tropiezo y el versículo 11 dice pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas y anda en tinieblas y no sabe dónde va porque las tinieblas le han cegado los ojos entonces lo que hace el apóstol Juan es explicar el ejemplo del versículo 9 aquí en versículo 10 describe con una descripción positiva describe al que ama y por ello refleja que anda en la luz o sea permanece en la luz Y en versículo 11 su descripción es negativa y describe al que odia. Realmente es paralelo al versículo 9 porque el versículo 9 menciona al que dice que está en la luz pero odia a su hermano y por ello siguen tiñeblas. Y el versículo 11 también resalta esa idea. Ahora aquí en versículo 10 vemos como la luz de Jesucristo ya alumbra Y la conducta correcta de aquellos que viven en la luz es amor hacia otros creyentes. Por ello dice, versículo 10, el que ama a su hermano permanece en la luz. Y en él no hay tropiezo. Y es que permanecer en la luz significa permanecer en Dios quien es luz. Ahí en primera de Juan 1, versículo 5, nos dice Dios es luz. y no hay ningunas tiñeblas en él. Entonces, cuando conocemos a Dios, vamos a caminar en esa luz. Somos hechos hijos de Dios por la fe, hijos de luz, y por ello debemos de reflejar esa luz. El creyente genuino refleja la luz de Dios. Pero también en 1 Juan 4, versículo 8, nos dice que Dios es amor. Entonces, por ello, el creyente que tiene comunión con Dios, tiene una relación personal con Dios, quien es amor va a reflejar el amor de Dios. Entonces, si no refleja el amor de Dios, es porque no es creyente. Y por ello aquí en versículo 10 dice, el que ama, esto es 1 Juan 2.10, el que ama a su hermano permanece en la luz y en él no hay tropiezo. Y os podéis ver esa conexión entre la luz y el amor. El creyente va a vivir en la luz y va a reflejar ese amor, el amor de Dios. Y es porque Dios ha derramado su amor en los corazones de los creyentes. Eso es lo que nos dice Romanos 5, 5. Romanos 5, 5 dice, el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu que nos fue dado. Eso es Romanos 5, versículo 5. Por ello, poner en práctica el amor de Dios demuestra que uno permanece en la luz. Ahora, permanecer en la luz exige amar a los hermanos en Cristo. El amor que se refleja no es ocasional, no es puntual, sino continuo. Es un amor habitual. Por ello aquí nos dice 1 Juan 2, versículo 10, el que ama a su hermano permanece en la luz y en él no hay tropiezo. Ahora, esa frase, en él no hay tropiezo, implica que no hay nada en aquellos que andan en la luz que les haga tropezar a ellos mismos y a aquellos que les rodean. O sea, ese él, cuando dice en él no hay tropiezo, No se refiere a la luz. O sea, no se refiere que en la luz no haya tropiezo, sino en la persona que anda en la luz. O sea, en la persona que anda en la luz no hay tropiezo. O sea, no hay nada en el creyente que anda en la luz que cause que él u otros actúen en contra de la voluntad revelada de Dios. Es que el amor te ayuda a ver las cosas de manera correcta, te ayuda a andar y a actuar correctamente. Ese término tropiezo, en este contexto, aparenta significar algo que causa a la persona caer en pecado. Es que las vidas de aquellos que andan en la luz no contienen tropiezo, no contienen algo que les cause caer en pecado o que cause a otros caer en pecado. Y es que Juan, aquí no especifica el pecado, pero probablemente es el rechazo de Jesucristo como Dios encarnado y como Señor y Salvador, es el rechazo de amar al prójimo. Y entonces, por ello, aquí vemos el contraste en versículo 11, lo cual es paralelo con el versículo 9, pero vemos este contraste, dice, pero el que aborrece a su hermano está en tiñeblas. y anda en tiñeblas y no sabe dónde va porque las tiñeblas le han cegado los ojos el énfasis en este versículo está en la ceguera que ocasiona la oscuridad porque en versículo 9 Deja muy claro que alguien puede afirmar estar en la luz pero seguir en tiñeblas y lo demuestra porque aborrece a su hermano. Aquí en versículo 11 destaca que la ceguera, o sea, la oscuridad ocasiona ceguera, ceguera espiritual. Y es que Juan, inspirado por Dios, otra vez trata con los falsos maestros. O sea, aquellos que odian a otros hermanos en Cristo, no sólo están en tinieblas, en ese ámbito de pecado, viviendo en su pecado, muertos en sus delitos y pecados, sino que andan en tinieblas. O sea, se caminan en ese ámbito, viven en el pecado. Y es que aquellos que odian a sus hermanos viven en tiñeblas. Y eso implica que viven apartados de Dios. Odiar a otros es una práctica de las tiñeblas y por ello es incompatible con Dios, quien es luz. Y por ello, otra vez, aquí realmente está enfatizando esta actitud de odio como una característica de la persona. O sea, la persona misma refleja odio constante. Es una... Es algo que les caracteriza. Y es que Dios es luz. Por ello, la oscuridad es ausencia de Dios. Y si notáis, aquí en versículo 11 presenta un desarrollo, porque dice versículo 11, pero el que aborrece a su hermano está en tiñeblas. O sea, eso significa que no tiene comunión con Dios. Pero no solamente está en tiñeblas, sino que anda en tiñeblas. Entonces, toma decisiones y actúa conforme a sus propios deseos no conforme a la revelación divina, no conforme a la voluntad de Dios. Entonces, no solamente está en tinieblas, anda en tinieblas, pero tampoco sabe dónde va. No entiende a dónde las tinieblas le guía. O sea, no sabe dónde va. Las tinieblas le están guiando y no ve nada porque está en oscuridad. Y por ello destaca que las tinieblas le ciegan. O sea, destaca que está en tiñeblas separado del conocimiento de Dios. La oscuridad señaliza la separación de Dios y la realidad que controla su vida. O sea, las tiñeblas controlan su vida. Aquellos que odian a otros hermanos en Cristo caminan donde gobierna el pecado y su pecado les ciega. El odio distorsiona su perspectiva. Y aquellos que caminan en la luz de Jesucristo, perdón, aquellos que no caminan en la luz de Jesucristo, andan en tinieblas. No tienen la verdad para guiarles. Y es que no conocen a Dios. Y caminan confusos, perdidos, sin saber a dónde van. Y es que los que andan en tinieblas no saben dónde van. Ahí en el Evangelio de Juan, capítulo 12, versículo 35, también lo resalta. Dice, el que anda en tinieblas no sabe a dónde va. Y es que la oscuridad causa ceguera espiritual y moral. La oscuridad atrapa a la persona y no la deja ver su pecado. No la deja ver su necesidad de Dios. Pero como menciona Allí al final de versículo 9 está todavía en tiñeblas. Sí, es su condición presente, pero puede arrepentirse de sus pecados. Puede venir a la luz. Lo que este texto está resaltando es que si no practicas el amor de Dios, aún estás en tiñeblas. O sea, puedes afirmar tener conocimiento de Dios, puedes afirmar una relación con Dios, puedes afirmar haber puesto tu fe en Cristo como Señor y Salvador, pero si tus hechos lo niegan, estás mintiendo. no estás en la luz, sino sigues en las tinieblas. Porque aquí el apóstolo Juan resalta que había personas en su día, esos falsos maestros, que afirmaban conocer a Dios, afirmaban permanecer en él, afirmaban estar en la luz, pero sus hechos lo negaban. O sea, sus prácticas eran incompatibles con sus afirmaciones. Y por ello este texto nos debe de alertar, debe de hacernos considerar nuestra vida, si realmente estamos en Cristo o no. Porque si no practicas el amor de Dios, aún estás en tiñeblas. Vamos a terminar en oración.
Si no practicas el amor de Dios, aún estás en tinieblas
Series 1 Juan
Sermon ID | 1110241556454978 |
Duration | 41:15 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | 1 John 2:7-11 |
Language | Spanish |
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