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Romanos 1, estaremos leyendo el versículo 1 al 7, pero nos enfocaremos en el versículo 1. El mensaje para esta mañana son las buenas noticias de Dios. Si usted está aquí esta mañana, es por la gracia de Dios, y no sé si para bien o para mal, hoy usted será responsable. ante el gran juicio de Dios, por el mensaje que Dios le ha regalado. No tendrá excusa. Romanos 1, 1 al 7. Las malas noticias son el orden del día, ¿verdad? Si usted lee el periódico en la mañana, o ve las noticias en las redes sociales en su teléfono, se va a dar cuenta que lo que existe son malas noticias. de norte a sur, este a oeste, parece que este mundo quiere encender en llamas por las cuatro esquinas. En octubre del año pasado, como todos saben, el grupo terrorista Hamas invadió Israel matando a unas 1139 personas y tomando un total de 250 rehenes y a consecuencia de ese ataque Israel desató una guerra contra Palestina a cual al día de hoy han asesinado más de 39.000 personas, entre ellos más de 15.000 niños. La guerra sigue escalando en estos días y se espera un inminente ataque de parte de Irán sobre Israel. Muchos están abandonando la zona del Líbano por los enfrentamientos que está teniendo Israel y Escolá en esa parte. y Estados Unidos está enviando más buques de guerra a la zona del Medio Oriente. Por otro lado, la guerra con Ucrania sigue empeorando, dejando al momento un saldo de más de 500.000 muertos. Entre ellos, la mayoría son civiles. La semana pasada, por primera vez, Ucrania recibió los aviones F-16 que estaban esperando de parte de los Estados Unidos. y ya lo recibieron, lo cual crea más tensiones de lo que había entre Estados Unidos y Rusia. Si esto fuese poco, ahora Ucrania está llevando la guerra en suelo ruso. Si vamos por todo el globo, vamos a Sudamérica. En Sudamérica, el dictador Nicolás Maduro se ha robado las elecciones en el pueblo de Venezuela, dejando a un pueblo en sufrimiento, en violencia, Y hace poco aquí en los Estados Unidos fuimos testigos de un atentado en contra, de asesinato en contra del expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump. La semana pasada se desplomaron la mayoría de las economías mundiales en los mercados a nivel mundial. Algunos expertos están diciendo, creen que ya está comenzando una gran recesión económica que se aproxima aquí a los Estados Unidos. poniendo todos los mercados en una incertidumbre financiera en los próximos años. No sólo eso. Si usted busca más información, al día de hoy, algo que no pueden creer, pero es la verdad, se estima que hay más de 50 millones de personas víctimas de tráfico humano, los cuales 12 millones de ellos son niños que han sido explotados, especialmente en la prostitución y drogas. a este momento hablando, más de 27 millones de bebés han sido abortados alrededor del mundo. La revolución sexual e inmoral sigue en aumento como nunca antes en la historia. Y podemos seguir en esta mañana hablando de todas estas historias, de todas estas noticias, que son malas noticias, pero es una realidad que estamos viviendo en el presente. No podemos esconderlo. Malas noticias desde que nos levantamos, hasta que nos acostamos. Y en su gran mayoría, todas estas noticias son malas. Pero existe un común denominador entre todas estas noticias que les estoy hablando. ¿Cuál es? La podemos definir en una sola palabra, y es pecado. El pecado. El pecado es la peor noticia que existe y es la base de todas estas malas noticias que le acabo El pecado es una mala noticia en todas las dimensiones de la vida. Tenemos que entender la doctrina del pecado correcta, como Dios la ha revelado en sus palabras. El pecado nos acecha por todas partes que vemos. Primero, primero, que el pecado tiene su raíz misma en el egoísmo. El elemento básico de la naturaleza humana caída es la exaltación de sí misma y del ego individual. Se originó en Satanás, ¿se recuerdan? Y luego pasó al hombre. ¿Se recuerdan de Lucifer cuando se reveló ante Dios? Yo subiré al cielo. Yo levantaré mi trono. Yo me sentaré sobre las alturas. Yo subiré. Yo seré semejante al Altísimo. Yo, yo, yo, yo. Sobreviviendo a Satanás y pasado a través de los hombres también. Porque seamos honestos, somos personas egoístas nosotros también. Primero yo, segundo yo, tercero yo y cuarto yo. Por naturaleza somos personas egoístas centrados en nosotros mismos y no en los demás. En segundo lugar, el pecado produce culpa. Y sí, debe ser así. Reconocemos que el pecado produce culpa y dentro de nuestro ser nos sentimos mal. Vieron que así como el dolor en el cuerpo físico nos avisa que anda algo mal, La culpa es una advertencia dada por Dios para saber que algo anda mal y tiene que ser corregido en un momento. Y muchos tratan de borrar estas culpas con cosas externas, con posesiones, dinero, alcohol, droga, sexo, viajes y otras cosas, pero fracasan. ¿Por qué? Porque la única persona que puede borrar la culpa en tu corazón es Cristo, es Dios, es el único, no existe otra fuente. Tal vez tú buscarás muchas de ellas allá afuera, pero es Cristo. En tercer lugar, el pecado produce falta de sentido a la vida o falta de propósito. ¿Vieron que cada día hay más gente deprimida? Hay más gente allá afuera sin propósito, sin sentido, deprimidos. Es la cantidad innumerable hoy día de los muchachos jóvenes, adolescentes, deprimidos, sin sentido y sin propósito en la vida. Mucha gente allá afuera anda sin fe y sin esperanza. Muchos no pueden contestar las preguntas más básicas de la vida. ¿Cuál es el propósito de mi vida? ¿Cuál es el significado de mi vida? ¿Por qué existo? ¿Qué debo hacer? ¿Para qué estoy aquí? Y si existe una verdad, ¿cuál es la verdad? El pecado distorsiona todo el sentido de la vida. El pecado destruye toda la esperanza del hombre. El pecado destruye honares, destruye sociedades y destruye generaciones. Y es por eso que aquí Pablo comienza esta carta en estos primeros siete versículos. Y estos primeros siete versículos resumen los dieciséis capítulos que vamos a estudiar en los próximos años, lo resumen de una forma condensada en estos primeros siete versículos. ¿Sabes qué? Mis amados hermanos, amigos, a pesar de tantas malas noticias, Dios hoy quiere darte una buena noticia. Dios quiere darte una buena noticia en esta bendición. Por favor lean conmigo la buena noticia de salvación que Dios ofrece en Romanos 1, de 1 al 7, versículo 1. Pablo, Siervo de Cristo, llamándose el apóstol, apartado para el Evangelio de Dios, que él ya había prometido por medio de sus profetas en las Sagradas Escrituras, es el mensaje acerca de su Hijo, quien nació de la descendencia de David, según la carne, y que fue declarado Hijo de Dios como un acto de poder con forma de espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos nuestro Señor Jesucristo. Es por medio de él que hemos recibido la gracia y el apostolado para promover la obediencia a la fe entre todos los gentiles, por amor a su nombre, entre los cuales están también ustedes, llamados de Jesucristo. A todos los amados de Dios que están en Roma, llamados a ser santos, gracia y paz, a ustedes de parte de Dios, de nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Hoy vamos a tratar solamente del versículo uno en el día de hoy, pero eventualmente vamos a continuar exponiendo los versículos. Hermanos, esta es la mejor noticia que usted escuchará en toda su vida. Ninguna buena noticia superará la magnitud de esta gran noticia. Se lo digo por principio y se lo digo por experiencia. Nada, porque esta buena noticia es la única noticia que trata con el meollo del problema de las malas noticias, el pecado. Ninguna religión trata con este problema, ninguna institución, ninguna organización. Sólo Dios trata con este problema. Y vean que Pablo estaba tan regocijado con el mensaje de la buena noticia de salvación que le fue imposible dejar para más adelante la introducción y explota en gran gozo con las buenas nuevas de salvación de Dios. Y en nuestro pasaje de hoy, Veremos cuatro aspectos de la persona que comparte las buenas noticias de salvación, en el versículo 1. En el primer lugar, veremos la persona. En el segundo lugar, veremos su posición. En el tercer lugar, veremos su autoridad. Y en el cuarto lugar, su propósito. Persona, posición, autoridad. y propósito. Siempre en el versículo 1. Pablo, siervo de Cristo, Jesús, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios. Veamos la persona que comparte las buenas noticias. Entonces, nosotros vemos en el versículo 1. ¿Quién es? Pablo. Y aquellos que no tuvieron la semana pasada pueden ir al video del sermón de la semana pasada y pueden ver una biografía de Pablo. Vean que Pablo Dios llamó a un hombre bastante singular para que fuese el portavoz de su glorioso evangelio. Pablo fue el vocero oficial para anunciar el evangelio de Dios como mirado. Dios escogió un hombre muy favorecido con talentos peculiares. Dios siempre hace eso. Dios va a encontrar la circunstancia en que se encuentra esa persona y la va a autorizar para subir. Y así lo hizo con Pablo. Pablo era un judío sobresaliente, con educación griega y una ciudadanía romana, con una increíble capacidad de liderazgo, fuerte motivación y expresión bien articulada. Pablo no era cualquier persona. Estaba sumamente capacitado y dotado para llevar a cabo esta gran misión que el Señor le había puesto. y Pablo fue llamado por Dios mismo de manera especial y directa para su conversión y dotación. Pablo atravesó casi todo el Imperio Romano, escuchen bien, sin carro, sin avión, sin iPhone, sin redes sociales, a proclamar el Evangelio de Cristo por todo el Imperio Romano. ¿Qué excusa tenemos nosotros? Hermanos, es increíble lo que hizo este hombre para llevar las buenas nuevas de Cristo. Tras haber sido salvado por la sublime y majestuosa gracia de Dios en su camino hacia Damasco, Pablo, un pecador de lo peor, perseguidor y asesino de la Iglesia de Cristo, se convirtió en el máximo embajador del Evangelio de Cristo, que jamás ha existido en la historia humana. Pablo no necesitaba un programa de la iglesia que le dijera, vete a palmerizar. Pablo no necesitaba órdenes del pastor, órdenes de nadie, para ir a predicar el Evangelio. ¿Por qué? Porque Pablo iba y predicaba el Evangelio. Ver el versículo 15, Pablo le está escribiendo a una iglesia, La iglesia es Roma, ¿verdad? Se encuentra en Roma. Y aún así, observen en el versículo 15, con el gozo que Pablo le habla para él compartirle el Evangelio de Cristo, el versículo 15. Así que por mi parte, ansioso estoy de anunciar el Evangelio también a ustedes que están en Roma. Pero Pablo, ¿qué tú haces? ¿Por qué tiene que explicarle a hablar del Evangelio a personas que ya escucharon el Evangelio y ya le hicieron el Evangelio? Son cristianos, es una iglesia. Pado aún así, estoy gozoso y quiero ir allá a la iglesia y predicarle el Evangelio. Él quería estar seguro que todo el mundo supiera el Evangelio bíblico, Pues si se escapaba un error por ahí, él lo arreglaba. Pero él es un gran gozo. No porque venga asistido de iglesia vamos a asumir que es cristiano. De hecho, mi convicción es, y muchos están contra mí, mi misión es evangelizar la iglesia. ¡Hay que evangelizar la iglesia! En el siglo XXI. Por eso que estamos predicando estas palabras romanas. Queremos que ustedes estén seguros, que yo esté seguro que es el Evangelio de la Biblia. No lo queremos allá afuera. Ellos me han escuchado el Evangelio y ya muchos lo habían recibido. Aún así, Pablo tenía un deseo de ir y predicarle el Evangelio. Pablo iba directo a las personas. y le anunciaba las buenas noticias de salvación. Hermanos, y así debemos ser nosotros, aquellos que hemos recibido la sublime gracia de Dios y que hemos sido perdonados por la misericordia de Dios, que hemos sido libertados de las cadenas del pecado, en el dominio del pecado, debemos de llevarle la buena nueva de salvación a otros. Debemos llevar el Evangelio a otros. Y sí sabemos que Dios llamó a Pablo para dar una misión especial de llevar el Evangelio a los mistiles, y en un caso especial, sí lo sabemos, pero el principio bíblico todavía aplica a cada uno de aquellos que son discípulos de Jesús, nosotros. No sólo nuestros familiares debemos compartir el Evangelio, que sí debemos hacerlo, sino que debemos hacerlo por todo el mundo. Marcos 16, 15, vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a todas las criaturas. Mateo 28, vayan pues y hagan discípulos de todas las naciones. Para ser discípulos hay que predicar el Evangelio primero. Y esto no es solamente para los pastores, sacianos, líderes de la iglesia. De hecho, Mateo 28 para cada discípulo de Jesús. Si usted es un discípulo de Jesús, usted tiene una gran comisión que cumplir, de llevar las buenas nuevas de salvación. Romano 10.14, un pasaje que luego llegaremos allá, no sé, tal vez en tres años, dice, ¿Cómo pues invocarán a aquel en quien no ha creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no ha oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no son enviados tal como está escrito? ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian el Evangelio del Bien! Alguien tiene que predicar el Evangelio. ¿Y quiénes somos nosotros? Miren a Pablo. Sin la facilidad y la tecnología que nosotros disfrutamos hoy día, ¿Hasta dónde llegó él? Este pasaje del Romano 10-14 me recuerda cuando estábamos allá en Honduras. Cooper, ¿te recuerdas? Estábamos en Honduras, llevando el Evangelio, caminando por las aldeas, y hacía un calor y una humedad, y después llovía, y nos mojábamos, nos resbalábamos, y seguimos caminando y caminando para llevar el Evangelio a las casas. Unos lo agarraron, Nunca en casa le había mencionado, pero reflexionaba en este pasaje. Cuán hermosos son los pies de aquellos que llevan el Evangelio de Dios a otros. Hermanos, y no tenemos que ir a Honduras o a un viaje misionero. Aquí, en nuestro propio terreno, en nuestro propio vecindario, en nuestra propia comunidad, en nuestro trabajo. Hermanos, debemos ser fieles al Señor. Ya me has hecho una pregunta sincera en esta mañana y quiero que seas sincero. ¿Cuándo fue la última vez que predicaste el Evangelio? ¿Cuándo fue la última vez que le compartiste el Evangelio a un extraño? Porque eso es lo que hacen los discípulos de Jesús. Eso es lo que hacen aquellos que han sido regenerados, los que han sido alcanzados por la gracia de Dios Esto no es simplemente para los líderes de la iglesia, esto es para cada uno que nos llamamos ser creyentes cristianos. Y nuevamente, hermanos, usted no necesita un programa dentro de la iglesia que lo motive a predicar el Evangelio, el mismo Evangelio es la motivación correcta para predicarlo. Esa era la motivación de Pablo. De la misma manera que Pablo fue salvo, él deseaba que otros fuesen salvos también. No solamente los gentiles, cuando lleguemos a los capítulos 9, 10 y 11, vamos a ver el amor que él tenía que se salvaran sus propios compatriotas, los judíos. Esa era la motivación de Pablo. Nada ni nadie iba a detener a Pablo. ¿Por qué? Porque él estaba resuelto con su vida y ministerio que el mismo Señor le había dado a él. Ese es el aspecto número uno. Veamos un segundo aspecto de la persona que comparte las buenas noticias de Dios. Esa es, número dos, su posición. La posición de uno que comparte la buena noticia. Vean el versículo 1, el versículo 1 continúa. Pablo, siervo de Cristo Jesús. Un predicador del Evangelio de Cristo conoce bien, primeramente, su posición ante el Señor. Pablo sabía cuál era la suya. Él no tenía problemas con eso. ¿Cuál era él? ¿Cuál era su posición? Aquí las griegas no hacen una buena traducción. Dicen, ciego de Cristo Jesús. Pero una mejor traducción sería, un esclavo de Cristo. Un esclavo de Cristo. Esa palabra griega es TULOS. Hace un tiempo atrás leí un libro que se los recomiendo a todos ustedes. Es de John MacArthur, 227 páginas. para expandir esta palabra Dulos, que significaba en su contexto cuando los escritores del Nuevo Testamento la escribían, o del Antiguo Testamento también. Y esta palabra Dulos transmite una idea básica de qué, de sometimiento, de sumisión. Y claro, yo sé que nosotros no estamos acostumbrados a esta palabra, a estos términos, porque nosotros no vivimos la esclavitud. Hemos visto películas y podemos tener una idea así, ¿verdad?, básica. Pero para el tiempo que Pablo escribe esta carta, en el primer siglo se estimaba que había unos cincuenta millones de esclavos en todo el imperio romano. Ahora, para poder entender esta palabra debemos entender el significado, lo que significaban los esclavos en el primer siglo. Muchos de estos esclavos eran capturados secuestrados o prisioneros de guerras o marioneros vendidos por ciudadanos romanos. Un esclavo del primer siglo no podía decidir por sí mismo, no tenía ninguna autoridad, era tratado como un objeto y sólo el dueño tenía autoridad sobre ellos. En su gran mayoría eran maltratados, abusados, violados y azotados. Esa era la posición de un esclavo del primer siglo, un objeto para cumplir los deseos de su alma. Y es de esta manera, este sentido, que Pablo usa esta palabra aquí en Romanos. Pablo se ve como un esclavo de Jesucristo. Uno que vive sometido en su misión, que vive completamente en obediencia a su amor. En el Antiguo Testamento la palabra es éber, y también tiene el mismo sentido en el griego. Un esclavo que pertenece a su amo y que sólo vive para complacer la demanda de su amo. Yo no sé, pero hoy día en la iglesia moderna yo no escucho esta terminología de esclavo. Pero en el Antiguo Testamento era muy común también. Muchos en el Antiguo Testamento recibieron su posición como esclavo. ¿Quién fue uno de ellos? Abraham. Dios habló de Abraham como su esclavo en el siglo XIX y XIV. Josué es llamado esclavo de Yahweh. en José 24-29, David, el profeta Isaías, también se vio como esclavo de Dios, incluso el Mesías, que recién leímos en Isaías 53, es llamado el siervo, esclavo, justo de Dios en Isaías 53-11. Y cuando viajamos por el Nuevo Testamento igual, estos hombres, También se vieron como esclavos del Señor. Paulo 1, ya lo leímos. ¿Quién era otro? ¿Se recuerda a Santiago? Santiago no dice, soy el hermanazo de Jesús. Soy esclavo del hermano Jesús. Pedro, el gran apóstol, el líder de los doce, ¿cómo se veía él también? Como un esclavo. Todos se vieron como esclavos de Cristo. hombres que estaban dispuestos, ¿a qué?, a someterse al Señorío de Cristo. Y es así que Pablo se ve en su nueva posición ahora en Cristo. Y como Pablo venía exclusivamente para cumplir las demandas de su amo, él no tenía ningún problema absoluto de ir y predicar el Evangelio. Hermanos, Y si el gran apóstol Pablo se veía así como un esclavo, ¿cuánto más nosotros? ¿Cuánto más nosotros? Y yo sé que nadie quiere ser esclavo de nadie, y nadie se ve como esclavo, pero este es el lenguaje del Nuevo Testamento. Somos esclavos de Cristo. para vivir para Cristo. Y estoy totalmente convencido, hermanos, que no hay palabra en el Nuevo Testamento, en todo el Nuevo Testamento, que defina mejor la identidad, la posición de un creyente, que la palabra esclavo. ¿Por qué? Porque un verdadero dulos del Señor, Un verdadero esclavo de Cristo se somete a Cristo. Vive para Cristo. Vive para su amo. No importa nada lo que tenga que hacer. ¿Qué hay que hacer? Es para usted. Vive sometido a su Señor. Obedece a su Señor. Imagínese un esclavo del primer siglo que desobedezca las ordenes de su amo. ¿Qué usted cree que le pasaría? ¿Saben qué? Muchos religiosos llaman a Jesucristo como su Señor. Muchos lo llaman como su Señor. Sin embargo, no hace lo que dice su Señor. De hecho, el mismo Señor Jesús tuvo este dilema en sus tiempos, cuando estaba en las multitudes con los religiosos de la época. Él les dice en Lucas 6, 46, ¿Por qué ustedes me llaman Señor, Señor, Y no hacen lo que yo les digo, Lucas 6, 46. Lo mismo pasa hoy día en la iglesia del siglo XXI. Muchos aceptan a Jesús como Salvador, pero muy pocos se someten al Señor Hijo de Jesús, lo que sería una total contradicción de la terminología. Romano 10.9 es un pasaje que nos ayuda a entender esta posición. Romano 10.9 dice que si confiesas con tu boca a Jesús por Señor, Señor es Curios, y crees en tu corazón que el dios de los muertos será sano. ¿Qué quiere decir esto? Donde hay un Curios, un Señor o un amo, tiene que haber un fe. Muy claro. Esta es palabra. de esclavitud del primer siglo. Para poder entender este texto, tenemos que entenderlo de esa manera. Romanos 10, 13. Todo aquel tiempo que el nombre del Señor, Curios, se las amo. Por lo tanto, donde hay un Curios, como le dije, hay un esclavo, y donde no hay un Tulos, no hay un Curios. No hay un amo Señor. Pablo tenía bien claro cuál era su posesión ante Cristo. ¿Cuál era? Él era un esclavo de Jesucristo. Yo te pregunto a ti en la mañana, ¿cuál es tu posesión ante Cristo? ¿Él es tu Señor? ¿Él es su esclavo? Y si él es su esclavo, ¿Eres esclavo de Cristo? ¿Te sometes a su voluntad? ¿Obedeces sus preceptos? ¿Vives sometido a Cristo? ¿Vives exclusivamente para satisfacer las demandas de Cristo? Son buenas preguntas para reflexionar, ¿verdad? Tengamos cuidado cuando llamamos Señor al Señor. Entendamos bien los principios de la terminología cuando le llamemos Señor. Y sí lo es. Y él es soberano. ¿Quién tiene el control de tu vida? ¿Lo tienes tú? ¿O lo tienes Julio? Una buena pregunta para hacerse verdad. Nunca podrás compartir el Evangelio efectivamente si primeramente no entiendes correctamente tu posición en Cristo. Cuando entiendas bien tu posición, entonces puedes hacer la proclamación. Pablo se leía como un esclavo de su Señor, listo para compartir las buenas nuevas de salvación que su Señor ofrecía. Con gusto, con gozo lo hacía. Ya vamos a ver un tercer aspecto de la persona. que comparte las buenas noticias. Número tres, su autoridad. Pablo, siervo de Cristo, llamado a ser apóstol. Observen que Pablo pasa de su posición a establecer la autoridad de su ministerio con base en el hecho de que él ha sido llamado a ser apóstol. Pablo, escúchenme, no escogió ser apóstol. Pablo no se ofreció como un voluntario a ser apóstol. Pablo no se autonombró apóstol como muchos hacen hoy en la iglesia moderna, ¿verdad? Especialmente lo vemos en los círculos pentecostales, se autoproclaman apóstoles. La iglesia tampoco eligió a Pablo para ser un apóstol. sino que Pablo fue escogido divinamente por el mismo Señor Jesucristo para ser su apóstol a los líderes. Un llamamiento divino. Su autoridad no venía de sí mismo, ni de los apóstoles, ni de Pedro, ni de nadie, ni de la iglesia. Su autoridad venía de quién? Del mismo Señor Jesús. Su autoridad venía de Cristo mismo. Cuando el Señor salvó milagrosamente a Pablo en su camino hacia Damasco, se le fue al Sábado y se quedó ciego. Y el mismo Señor le dijo a Ananías, allá en Hechos 9.14, dijo a Ananías, ve porque eres mi instrumento escogido para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, de los reyes y de los israelitas. Y vemos en el capítulo 22, versículos 14 y 15, Ananías amando dice, Y Él dijo, el Dios de nuestros padres te ha designado para que conozcas su voluntad y para que veas al gusto y oigas palabras de su boca, porque tú serás testigo suyo a todos los hombres de los que has visto y oído. Y finalmente, en las mismas palabras de Jesús, usted tiene una Biblia, en Hechos 26.16, tiene una Biblia en la que las palabras de Jesús son en rojo, van a ver estas palabras en rojo en el libro de los Hechos, en 26.16, donde dice Jesús hablando, Pero levántate y ponte de pie, porque te he aparecido con el fin de designarte como ministro y testigo, no sólo de las cosas que has visto, sino también de aquellas en que me apareceré a ti." Pablo fue un apóstol designado por el mismo Señor Jesucristo. Ahora, Hay mucha confusión con esta palabra de apóstol, la podemos ver en la iglesia de hoy día donde vemos muchos apóstoles, en las iglesias del siglo XXI. ¿Qué significa la palabra apóstol? Y en el griego significa una persona que es enviada. Se refieren a alguien que era oficialmente comisionado para ejercer una posición, como es el caso de un emisario o embajador. Ahora, Habíamos requisitos en el Nostro Espíritu para ser un apóstol del Señor Jesucristo. Y esos requisitos los vemos en Hechos, capítulo 1, versículos 21 a 22. Ahí vemos dos requisitos esenciales que tenía que tener un apóstol. En primer lugar, vemos que el apóstol tenía que haber sido enseñado por el mismo Jesús. Tenía que ser un discípulo de Jesús y tenía que haber sido enseñado por el mismo Jesús. Hechos 1.21. Y número dos, tenía que ser testigo ocular del Cristo resucitado. Así que, si nos vamos a dejar ya por estos dos requisitos, es imposible que hoy día, dos mil años después, existan apóstoles en la Iglesia. Estas eran las dos condiciones para ser apóstoles. Entonces, ¿quiénes podían ser apóstoles? Bueno, los doce, cuando hablamos de los doce apóstoles que se refieren al Testamento, los doce apóstoles que el mismo Señor había seleccionado, como lo vemos en Mateo capítulo 10, versículo 2 al 4, esos son los doce originales, Mateo 10, 2 al 4. Luego, Matías, que fue el que sustituyó a quién? A Judas. Y, Como hijo abortivo, ¿quién fue el próximo? El Pablo, al apóstol Pablo. Estos catorce, yo los llamaría los apóstoles con letra A mayúscula que se refiere aquí en el resumen. Entonces, como les dije, esto nos deja otra pregunta. ¿Existen hoy apóstoles que sigan a 21? Y mi respuesta es sí, falsos apóstoles. Falsos apóstoles. Todos esos que se autoproclaman hoy día apóstoles de la Iglesia son falsos y pobres de la gente que los sigue. Muchos de estos son falsos apóstoles y lo verán como leía anteriormente en los círculos calismáticos o frentecostales. Falsos apóstoles que se han autodombrado a sí mismos, de hecho tienen hasta escuelas para ser apóstoles. Es increíble, pero es la verdad. Pero de acuerdo a la Biblia, no existen apóstoles en estos tiempos. Entonces, y aunque apostolado fue para un grupo seleccionado por Jesucristo, los creyentes tienen una máxima autoridad que viene de quién? Del mismo Señor Jesús. ¿Se recuerdan allá en Mateo 28, 18? En la Gran Comisión, Jesús hablando, toda autoridad nacido dada en el cielo y la tierra, por lo tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones. Así que cuando usted va a compartir el Evangelio, ¿con qué autoridad usted va? Con la de Cristo. Con la autoridad de Cristo. Y la proclama como Cristo, el apóstol Pablo, lo proclama. Nosotros no tenemos una autoridad de apóstol, pero somos enviados, en ese sentido, apóstol, la palabra cae muy bien, somos enviados para proclamar el Evangelio a todo el mundo sin miedo y con la autoridad, no la nuestra, sino con la autoridad de Cristo para compartir las buenas noticias de salvación. Y esto nos lleva al cuarto y último aspecto de la persona que comparte el Evangelio de Dios. ¿Vean ahí? Número cuatro. Lo vemos al final del versículo uno. Su propósito. Su propósito. ¿Para qué Dios llamó a Pablo y, por consecuente, para qué Dios nos ha llamado nosotros? Final del versículo uno. Apartar para el Evangelio de Dios. Puesto que Pablo fue llamado y enviado por Dios como apóstol, su vida entera estaba apartada para el servicio del Señor. Apartado significa, escuchen bien esta palabra o qué significa esta palabra, apartado significa seleccionar a alguien para un propósito en particular. ¿Vieron? Para un propósito en particular. Pablo fue apartado para un propósito en particular. ¿Cuál era ese, final del versículo 1? para el Evangelio de Dios. Exclusivamente fue apartado, ¿para qué? ¿Para llevar el Evangelio a quién? A los gentiles. Aunque el cambio lo hacía para los ríos, primeramente, pero a los gentiles. Y la palabra Evangelio es una palabra que significaba buenas nuevas, buenas noticias. No es una palabra que se origina con el cristianismo, es una palabra que se utilizaba 200 o 300 años antes de Cristo, Era, lo usaban para dar el mensaje cuando una batalla se acababa en la guerra y para dar a un soldado, darle la buena noticia de que la guerra se había acabado. Luego lo era adoptado en el cristianismo. Y vean de quién es ese evangelio. Esa buena noticia. Esa buena noticia es de quién? De Dios. Las buenas noticias vienen de Dios. Ahora, lo más común es que yo les explique lo que son las buenas noticias, ¿verdad? Pero por decir que hay buenas noticias, esto implica algo. Y aquí es donde todo el mundo, o la mayoría de la gente, en el babilicalismo falla. Vamos y brincamos y le decimos a la gente las buenas noticias, pero no le explicamos. ¿Cuáles son las malas noticias? Y un evangelio sin las malas noticias no es un evangelio bíblico. Y todas las personas necesitan, ustedes y yo necesitamos saber cuáles son las malas noticias. ¿Cuáles son las malas noticias? Son estas. De que la Biblia dice que en el principio Dios creó los cielos y la tierra. y Dios es el Creador Soberano, Único, que existe. Y ese mismo Dios Creador, Dios Soberano, es un Dios justo, y es un Dios tres veces santo. Santo significa que está separado del pecado, no conoce el pecado, es perfecto. Y ese Dios, Le dio una orden a Dan y a Eva. Le dijo que podían comer de todos los frutos del jardín, excepto del árbol del conocimiento del bien y el mal. ¿Y qué hizo el hombre y qué hizo la mujer? ¿Obelecieron? No, desobedecieron la palabra de Dios, y eso la Biblia lo llama pecado. Cuando tú desobedeces la palabra de Dios es pecado, y esto tiene implicaciones muy malas. Tú y yo somos pecadores, tú y yo somos la mala noticia, y se pone peor. Dice Romanos 3.23, por cuanto todos pecaron, todos están destituidos de la gloria de Dios. Dios demanda su perfección, su persona, su carácter. Y todos nosotros fallamos. Tú y yo estamos contaminados con la lepra del pecado. Desde que un bebé nace, la criatura más hermosa está contaminada con el pecado. Dice el Salmo 51, yo nací en iniquidad y el pecado me concibió mi madre. Tú y yo creemos que somos buenos, tú y yo creemos que somos de lo mejor, pero no. La Biblia dice en Romanos 3, no hay busco de aún uno, no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios, todos se han desviado, a una se hicieron inútiles, no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Tú y yo somos seres egoístas, egocentristas, orgullosos, soberbios, fredentes y desobedientes. Y la mejor obra, la mejor buena obra que nosotros podemos hacer, Dios la compara con trapo de inmundicia. Tus mejores obras no sirven para nada para Dios. Para el zafacón. Por lo tanto, Hebreo 9, 17 dice, y así como está decretado que los hombres mueran una sola vez y después de esto el juicio. El pecado tiene unas consecuencias muy feas, muy malas. ¿Cuáles son? Dice Romano 73, que la paga del pecado es muerte. Muerte física, muerte espiritual y muerte eternal. Muerte física es que un día este cuerpo va a morir y seremos enterrados en el cementerio. Pero nuestra alma, nuestro espíritu, va a ir a uno de los dos sitios que habla. La Biblia. Si estás en Cristo, irás a la presencia del Señor inmediatamente. Pero si estás sin Cristo, irás a un lugar de tormento, un lugar donde el fuego nunca se apaga, un lugar de vergüenza y confusión perpetua, un lugar de eterna perdición. Y finalmente una muerte eterna. ¿Qué significa una muerte eternal? Si estás en Cristo, en el día del juicio final sin Cristo, recibirás un cuerpo de carne y hueso apto para recibir toda la hina de Dios en un lago que arde con azufre y fuego, separado de Dios. por tu eternidad. Y bajo esa condenación, Dios se la ha glorificado, porque era justo y va a llevar a cabo su plan. Esa es la peor noticia. Peor noticia que lo que está ocurriendo en este momento en el Medio Oriente, en Ucrania. lo que está sucediendo en el globo, todo. Esta es la peor noticia, que tú salgas de aquí hoy sin Cristo, de que si mueres, en un segundo estarás en un infierno eterno. Ponte a pensar en eso. No hay peor noticia que esa. Pero Pablo, bajo la inspiración del Espíritu Santo. Nos quiere hablar en esta preciosa carta de una buena noticia, de la buena nueva descaración, de que ese mismo Dios Creador, ese mismo Dios Soberano y Santo, también nos dice que es un Dios de amor y un Dios de gracia, y un Dios de misericordia, un Dios que quiere que tú seas sano. La Biblia dice, Dios habiendo hablado hace mucho tiempo, en muchas ocasiones y de muchas maneras a los padres por profetas, en estos últimos días nos ha hablado por su Hijo. La Palabra de Dios dice que, pero cuando vino la plenitud del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer, Vamos a leer. Jesús nació de una virgen. Vivió una vida perfecta. Jesús nunca dijo una mentira. Jesús cumplió toda la ley. Jesús vivió una vida perfecta que tú y yo nunca podremos vivir. ¿Para qué? para morir como un sustituto perfecto y así apaciguar la ira de Dios. Y fue en aquella cruz, el siervo sufriente fue morido por nuestros pecados, recibió toda la ira de Dios, que solamente Dios podía recibirla, para morir por nuestros pecados. Y en aquella tarde, el Creador del Mundo, Jesús, la segunda persona de la Trinidad, murió. Fue sepultado, pero resucitó al tercer día conforme a la Escritura. Caminó en un cuerpo de carne y hueso, con su herida, pero glorificado por cuarenta leyes para los discípulos. que luego ascendió y se ha sentado a la diestra del Padre, intercediendo por sus santos. Y un día Él regresará, y un día sonará la trompeta y llamará a su iglesia. Amigo, la religión no te salva. tus obras buenas no te salvan, una iglesia no te salva, las religiones no te salvan, Papa, la Virgen María y todas esas religiones que existen. Tienes que ir a Cristo en fe y arrepentimiento, tienes que reconocer que eres un pecador y de lo peor, que necesitas sanación. que necesitan la gracia, la misericordia de Dios. Esas son las malas noticias. Venga Cristo, Dios te ofrece la buena noticia hoy. Pero tiene que ver ir en fe y arrepentimiento. No hay otro camino, no hay otro camino que te libre de estas malas noticias. Dice Juan 146, yo soy el camino, la verdad y la vida, y nadie viene en paz si no es por mí. No hay otro mediador que te lleve al cielo, porque hay un solo Dios y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús hombre. No hay otro nombre para salvación, en ningún otro hay salvación porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres en el cual podamos ser sano, sólo con la gracia de Dios, sólo con la misericordia de Dios, sólo por fe y sólo en Cristo. Habrá un día que usted tendrá que rendir cuenta con lo que yo he hablado en el día de hoy. Finalmente, hay dos formas de recibir la vida de Dios. Usted rechaza a Cristo y recibe toda la ira de Dios en un infierno eterno. Usted cree en el Cordero que quita el pecado del mundo, quien ya recibió la ira de Dios por el perdón de pecados y por la muerte. No hay otra forma. Es mi oración que hoy usted reflexione en este mensaje. Es mi reflexión, es mi oración que usted merite en esta noticia. Que entre tantas malas noticias, observen cómo Pablo ponienza esta majestuosa carta con las buenas noticias de salvación de Dios por medio de la persona y obra de su Hijo Amado, Jesucristo. Esa es la Palabra de Dios, porque de tal manera, amó Dios al mundo, que Dios ha subido unigénito para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
La Buena Noticia de Dios
Series Romans
Sermon ID | 10924158244257 |
Duration | 56:16 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Romans 1:1 |
Language | Spanish |
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