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Vamos a continuar en el libro de Romanos, estamos hoy en el capítulo 13 y estaremos cubriendo el verso 8. Obviamente el texto cubre más que eso en su contexto, pero creo que necesitaba quedarme un poquito allí en el verso 8. El título del mensaje es Pagando la deuda del amor. Y lo que veremos hoy son dos aspectos del amor y cómo se relaciona con la vida del creyente y esto debe fortalecernos para un mejor entendimiento de cómo relacionarnos unos a otros en base al amor y obviamente con nuestro prójimo. Y el texto dice así, no deban a nadie nada sino el amarse unos a otros porque el que ama a su prójimo ha cumplido la ley. En los capítulos uno al ocho, el apóstol Pablo establece la doctrina como ya la estudiamos. Es el fundamento esencial que indica qué significa la justificación por medio de la fe, por medio de la gracia. En los capítulos nueve al once, el apóstol Pablo usa a la nación de Israel como un ejemplo, una ilustración de la obra redentora del Señor aplicada a ellos como su nación. Y esa enseñanza se aplica ahora a nosotros como reconciliados con Dios por medio del sacrificio de Jesucristo y nos otorga una identidad y una postura ante Dios. Y esto tiene mucho que ver con el amor. porque somos partícipes del amor de Dios, recibimos el amor de Dios, entonces ahora podemos amar a Dios y podemos amar al prójimo también. Entonces, es ahí donde Pablo se está moviendo y está la parte donde él habla de qué significa relacionarnos en base al amor. Es una nueva relación la que experimentamos con Dios y también con el prójimo. Entonces, en el capítulo Al principio del capítulo 13, antes de meterme al verso 8, estuvimos viendo lo que es estar sometidos a las autoridades, del verso 1 hasta el 7, y al final en el verso 7, en esa porción, Pablo dice, paguen a todos lo que deban, al que impuesto, impuesto, al que tributo, tributo, al que temor, temor, al que honor, honor. Y en el verso 8, miren cómo dice, no deban a nadie nada. obviamente está hablando de pagar. Entonces, algo que el apóstol Pablo está haciendo aquí es enfatizando la necesidad de no estar endeudados o de estar atentos o al día con lo que nosotros tenemos que pagar. Termina hablando de los impuestos y de ahí se refiere a todo lo que es una deuda. No es pecaminoso tener una deuda cuando hay principios bíblicos que gobiernan esa deuda. Yo no estoy aconsejándole que se meta en una deuda. Lo que estoy diciendo es, por ejemplo, para comprar una casa, la mayoría de nosotros que hemos comprado casa hemos tenido que recurrir a un préstamo. Entonces, hay una manera de hacer esos préstamos. Y si la deuda fuera entre nosotros, la Biblia regula que entre nosotros, si hay un préstamo, se haga pero sin intereses. Específicamente la Biblia dice eso. Porque se hace con otra mentalidad, otra manera de pensar y obviamente el que entra allí se compromete a pagar. Entonces, lo que está diciendo es que estemos al día con nuestra deuda. Si ahí entramos al punto uno, amar es una deuda. Usted dirá, pero suena como una contradicción, nos acaba de decir que no es bueno tener una deuda, pero se va hablando de que amar es una deuda. Así es lo que Pablo dice. Amar es una deuda. Verso 8, la primera parte dice, no deban a nadie nada, sino del amarse unos a otros. Entonces, el amor es el fundamento sobre el cual se sostienen todas las relaciones. Cuando una relación se rompe, tiene que ver con falta de amor. Hay personas que piensan, es que ya no la amo, es que ya no lo amo. No, es que quitó el compromiso. El amor no es algo que se siente, es una decisión que se toma. El amor va más allá de las emociones. Y es en base al amor que podemos sostener nuestras relaciones. Los hermanos en Roma así están y Pablo los está instruyendo en cómo llevar a cabo sus relaciones. Y lo usa con la ilustración de las deudas. Por eso dice, no deban a nadie nada, sino, o sea, en lugar de deber algo, mejor deban esto, de amarse unos a otros. Esa es la deuda que tenemos. Miren, Juan 3, 16, la palabra dice, de tal manera amo Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él crea no se pierda, más tenga vida eterna. Lo que está diciendo el texto allí es que Dios movido por amor, Dios es amor, Muestra ese amor hacia la humanidad entregando a su Hijo Jesucristo para que muera por las personas. ¿Cómo alcanza Dios a las personas? basado en, movido por el amor. Entonces, el amor en esa relación que Dios empieza con la humanidad es esencial para que se lleve a cabo ese amor. Miren lo que Pablo dice en Romanos 1, 14. Ese va a ser nuestro enfoque, el amor basante. Queremos mirar cuáles son las características del amor y por qué Pablo dice que seamos deudores del amor. Dice, tengo obligación tanto para con los griegos como para con los bárbaros, para con los sabios como para con los ignorantes. Así que por mi parte, ansioso estoy de anunciar el evangelio también a ustedes que están en Roma. ¿Por qué estoy usando este texto? Porque Pablo dice que él está ansioso por hacer algo. Y la manera como él lo describe aquí, que ya lo estudiamos cuando estuvimos en Romanos 1, es que él no puede estar sin compartir el Evangelio. Es una deuda que él tiene. Entonces dice, así que por mi parte estoy ansioso de anunciar. El Evangelio se tiene que anunciar porque es una deuda que el creyente tiene con el mundo. Y esa deuda viene del amor que Dios estableció al entregar a su Hijo Jesucristo. Entonces, ahora Pablo así se relaciona con el mundo para que se reconcilien con Dios a través de su amor. Ahora miremos el capítulo 12, verso 10. Entonces, Pablo cuando dice en Romanos 13 No deban a nadie nada sino el amarse unos a otros. Él así es. Desde el capítulo uno está hablando así. Yo vivo como en deuda. Y como tengo esa deuda de evangelizar, voy a llevar el evangelio. Pero mire cómo habla también en el capítulo doce verso diez. Ya lo estudiamos. Levamos del nueve. Nueve y diez. El amor sea sin hipocresía, aborreciendo lo malo, aplicándose a lo bueno. Sean afectuosos unos con otros, con amor fraternal, con honra, dándose preferencia unos a otros. Entonces, está la deuda de amar al mundo presentando el Evangelio. Está la deuda de amar al prójimo dentro de la iglesia tratándose con honor, dándose prioridad, no siendo hipócrita, sino haciéndolo de todo corazón. porque eso es lo que identifica al creyente ahora. La vida de Pablo así se mueve. Entonces, cuando él habla de eso, cuando da este mandamiento, él mismo lo está haciendo. Entonces, tenemos una deuda, estamos en deuda y no vamos a ser enviados a Collection. Ya sabemos que tenemos que pagar y esa es una deuda que tenemos unos con otros. Ahora, ¿cuándo se termina de pagar esa deuda? Pablo la manera como escribe dice no deban a nadie nada sino el amarse unos a otros está diciendo deban esto deban el amor vivan así como endeudados con el amor es decir cuando usted se levanta en la mañana usted se da cuenta que tiene una deuda usted tiene una deuda Tiene que pagar esa deuda, tiene que tratar de pagar esa deuda. ¿Con quién? Con la persona que está a su lado, con los que viven con usted, cuando va para el trabajo, cuando llega al trabajo, cuando se relaciona con los hermanos en la iglesia. Entonces, es una postura definitiva para el creyente. Pararse definido, sabiendo que tiene una deuda para poder amar, tiene que verlo como una deuda que tiene que pagar. Yo asumo que todos ustedes son buenas pagas. Yo no conozco sus cuentas, ni tengo derecho a mirar eso, no me da autoridad la palabra, pero yo asumo que ustedes son buenas pagas, que lo que ustedes deben, algunos de ustedes deben la luz, que hay que pagarla, esa es una deuda, el agua, los servicios de la ciudad, algunos deben algún préstamo, una casa, un carro, o alguien les prestó algo y tienen una deuda. Cuando usted tiene una deuda, usted sabe que en su presupuesto usted tiene que separar el dinero para pagar esa deuda. ¿Y cómo lo hace? Fielmente, cada vez que tiene que ir y pagar. Así es la deuda del amor. El problema es que una deuda que usted tenga con un préstamo, la termina de pagar si usted es un hombre justo porque limpió, pidió prestado y se olvida. y no paga. Pero el nombre justo es diferente, la palabra, el libro del poder vivo lo describe diferente. Entonces el creyente le debe a su prójimo el amor. Cada persona que usted mira aquí a su alrededor, usted tiene que ser consciente, usted le debe a esa persona. Usted le debe amor a esa persona. Cada persona que usted se encuentra en el camino, cuando usted va de un lado para otro, usted le debe amor a esa persona. Por tanto, cualquier acción que usted toma para relacionarse con esa persona, tiene que venir fundamentada del amor, porque la única manera de pagar, si usted tiene una deuda, debe Mil dólares. La única manera de pagar es con dólares. No va a pagar con galletas, no va a pagar con otra cosa. Tiene que usar eso. La verdad, el amor solamente la puede pagar con el amor. Entonces, todo tiene que ver con el amor cuando se trata de relaciones unos con otros. Interesante, ¿no? Que esté definido en el amor la relación de unos con otros. Por eso es que la soledad y el aislamiento es una de las peores situaciones en que puede ser una persona. La soledad y el aislamiento. Una persona que está aislada. Proverbio 18.1 dice que el que se aísla es porque quiere estar en su pecado. Se separa. Para la comunión se separa. Y eso es porque esa persona no quiere amar. O no está dispuesta a amar o tiene temor para amar. Algo sucede que le impide. le está impidiendo funcionar como Dios nos ha diseñado a los creyentes para funcionar. Uno de los peores castigos que le dan a los presos es la soledad. Porque necesitamos relacionarnos con otras personas. Y Pablo dice, nos relacionamos en base a el amor. Ahora, ¿cómo fluye usted amando a las otras personas? Si eso es lo que lo define a usted como persona, a usted y a mí. Miren, cuando como creyente, teniendo el amor de Dios, usted se deleita en el amor del Señor. Y usted conoce del amor de Dios. Y usted está presente en el amor de Dios conociéndolo, deleitándose con él. Eso va a producir un deseo profundo en su corazón. de amar a otras personas. El Salmo 19 lo describe cuando habla de la descripción de la Palabra de Dios y dice, es más dulce que la miel, es más deseable, es más pura, es perfecta, es más valiosa que el oro fino, así dice. Y es la Palabra del Señor lleva a la persona a amar al Señor. Entonces, ¿esta actitud le va a liberar a usted de qué? de demandar, de acusar, de criticar, y lo va a llevar a enfocarse en edificar, cuidar. Usted invierte en su prójimo, quien quiera que sea esa persona. Usted empieza a invertir en esa persona, en esas personas. Esa es la manera como Pablo está indicando, no deban a nadie nada, sino del amarse unos a otros. Una deuda para una persona justa implica una condición de labor continua para pagar. Es decir, eso demanda un esfuerzo, una dedicación, una concentración. Tengo que pagar. Cada pago que se da va a traer un cierto alivio en su corazón y se prepara ¿para qué? Para el siguiente pago, porque no ha terminado de pagar. ¿Y cuándo es ese pago? Hoy. y mañana, y cada día que usted se despierta, tiene una deuda que pagar. Así es el amor al prójimo, así es. Ahora, ¿cómo consigue los medios para pagar? Como dije hace un momento, a través de conocer la palabra de Dios. Cuando usted conoce la palabra de Dios, conoce más al Señor, conoce más el amor de Dios, y usted va a estar mejor capacitado e impulsado para amar a su prójimo. Miremos lo que dijo el Señor Jesucristo en cuanto al amor en Lucas 7, versos 36 al 48. Y el Señor Jesucristo en este texto, Él relaciona el amor con el perdón, que tiene que ver con lo primero que dije, cuando la persona conoce al Señor, conoce el amor, pero ese amor viene del perdón que Dios da a través de su Hijo Jesucristo. Lucas 7, 36 al 48. Uno de los fariseos pidió a Jesús que comiera con él y entrando él en la casa del fariseo se sentó a la mesa. Había en la ciudad una mujer que era pecadora y cuando se enteró de que Jesús estaba sentado a la mesa en casa del fariseo trajo un frasco de alabastro con perfume y poniéndose detrás de él a sus pies llorando Aquí hay mucha emoción en lo que está narrando Lucas. Llorando, comenzó a regar sus pies con lágrimas. O sea, no fue un llanto ligero, parece que es algo profundo lo que está pasando aquí. Comenzó a regar sus pies con lágrimas y los secaba con los cabellos de su cabeza. Esta mujer está completamente humillada a los pies de Cristo. Besaba sus pies y los ungía con el perfume. Nosotros no entendemos, al leer esto, cómo es que alguien puede ir y llorar a los pies de otra persona y con su cabello limpiarle cuando ellos tienen los pies sucios en ese contexto. ¿Y cómo es que va a poner perfume en los pies? Cuando usted se pone perfume, un hermano me regaló un perfume de años que no tenía, yo no me pongo el perfume en los pies. ¿Para qué me voy a poner perfume en los pies? Usted no se pone el perfume en los pies. Este texto está hablando de algo que normalmente no tiene sentido para nosotros. Pero lo que está sucediendo es que esta mujer está completamente humillada a los pies del Señor Jesucristo. Y besaba sus pies, los ungía con el perfume. Y mira lo que sucede con la otra persona que fue el que invitó a Jesús. Pero al ver esto, el fariseo que lo había invitado dijo para sí. Y Jesucristo va a explicar lo que ella está haciendo. El fariseo dice para sí mismo, está pensando, si este fuera un profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que lo está tocando que es una pecadora. Y Jesús le dijo, Jesús conoce lo que la gente piensa. Simón, tengo algo que decirte. Di, maestro, le contestó. Cierto prestamista tenía dos deudores. Uno le debía 500 denarios y el otro 50. Y no teniendo ellos con qué pagar, perdonó generosamente a los dos. 500 denarios y 50. Un denario es el sueldo de un día, 500 días de trabajo. Es casi dos años lo que él debía. El otro debe 50, es como un mes y medio, un poquito más de un mes y medio. ¿Cuál de ellos, a los dos los perdonan? ¿Cuál de ellos lo amará más? Fíjese que Jesucristo aquí introduce el amor. Él está hablando del perdón. Pero la persona que es perdonada responde de una manera. Y la respuesta del que es perdonado aquí está. ¿Cuál de ellos entonces lo amará más? Inmediatamente Jesucristo lo conecta con eso. Verso 43, el fariseo dice, supongo que aquel a quien le perdonó más. respondió Simón. Jesús le dijo, has juzgado correctamente. Y volviéndose hacia la mujer, le dijo a Simón, ¿ves a esta mujer? Yo entré a tu casa y no me diste agua para mis pies, pero ella ha regado mis pies con sus lágrimas y los ha secado con sus cabellos. ¿No me diste beso? Pero ella, el beso era normal en el saludo allí en el Medio Oriente, todavía lo es cuando una persona se recibe, así es. Pero ella desde que entré no ha cesado de besar mis pies. No ungiste mi cabeza con aceite, pero ella ungió mis pies con perfume. Por lo cual te digo que sus pecados, que son muchos, han sido perdonados porque amó mucho. Perdón y amor están ligados aquí, el perdón y el amor. Pero a quien poco se le perdona, poco ama. Entonces Jesús le dijo a la mujer, tus pecados han sido perdonados. El punto de esta ilustración no es que a unas personas se les perdona más y a otras se les perdona menos. Es el concepto que la persona tiene del perdón que el Señor le da. Las dos personas que él está usando, 500 denarios y 50 denarios, si es una persona que depende, al usar el término denario, del sueldo del día, es decir, la persona trabaja por el día y le pagan un denario, ¿qué hace con ese denario? Ese denario alcanza para alimentarse y alimentar a su familia. No está hablando de que puede ahorrar para comprarse un carro, no está hablando de que puede ahorrar para tener ahorros, está hablando de las necesidades diarias. ¿50 denarios? ¿Alguien que trabaja para un denario al día? Yo no creo que los pueda ahorrar ni que los pueda pagar. ¿500 denarios? ¡Menos! El punto es el perdón que el Señor da, que es un perdón completo. Como la persona mira el perdón que el Señor le da, así le da valor para manifestar su amor al Señor y lo va a manifestar en su amor hacia el prójimo. No es que unas personas puedan amar más que otras. Ese no es el punto. El punto es el perdón. Nadie puede alcanzar el perdón. Hay otras ilustraciones que el Señor usa en base al perdón. Pero es en relación al perdón que la persona puede amar. Ahora usted piense en esto. Pablo está diciendo, no deba a nadie nada sino el amarse unos a otros. Su cuenta Donde usted tiene los medios para pagar esa deuda es el amor y esa cuenta depende de su visión y su entendimiento del perdón que Dios le dio a usted. Ahora, déjeme le pregunto algo. De los pecados que usted cometió antes de venir a Cristo Jesús, de los que ha cometido después de venir a Él y tal vez algunos que haya cometido hoy, ¿cuál de esos usted no necesita el perdón del Señor? Ahora, si usted necesita el perdón del Señor para uno, y son más de uno, ¿en qué condición queda usted para mostrar amor? Si Dios le está dando el perdón completo, total, absoluto. Piense en el precio que se tuvo que pagar para que usted recibiera ese perdón y yo lo recibiera. Jesucristo fue azotado, un texto dice que Él está siendo ungido para su muerte, cuando esto está sucediendo aquí en otro texto. Jesucristo fue azotado, fue escupido, fue humillado, fue crucificado para pagar por ese pecado, el que sea. Entonces ese precio ni usted ni yo lo podemos pagar ni siquiera por un solo pecado y el que rompe un punto de la ley se hace culpable de toda la ley. Así que, digamos, usted dice yo no he pecado tanto porque pues siempre fui una persona ordenada, fui bien portado, No, no ese es el punto. El punto es que usted necesita del perdón de Dios. Él se lo ha dado y usted necesita mostrar. La única respuesta lógica y la única respuesta necesaria y lo único que Dios puede garantizar en su vida es que usted muestre amor porque usted recibió ese perdón. No importa los pecados que le haya perdonado a usted. Entonces, cuando Pablo dice en Romanos 13, no deban a nadie nada sino el amarse unos a otros, usted tiene su cuenta llena. Usted tiene su cuenta llena de una cantidad que ni siquiera la puede medir, ni siquiera tiene la capacidad de medir del pago de uno solo de esos pecados. Entonces, usted está capacitado para amar. Usted está capacitado para amar y ese amor se manifiesta hacia Dios primeramente y después hacia el prójimo. Miremos el ejemplo del Señor Jesús, cómo Él mostró ese amor a su prójimo porque Él lo está recibiendo ahora como lo manifiesta Él con otros. Juan 13, 34 al 35, el apóstol Juan escribe aquí cuando el Señor Jesucristo está a solas con sus discípulos Este es una noche antes de él ser entregado y esta porción contiene varios capítulos donde él está a solas con ellos. Y dice verso 34 al 35 de Juan 13. Un mandamiento nuevo les doy, que se amen los unos a los otros, que como yo los he amado, Así también se amen los unos a los otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si se tienen amor los unos por los otros. Entonces Jesucristo dice, ¿cómo van a mostrar amor ustedes unos a otros? Así como yo los amé, como él los amó. ¿Cómo los amó Jesús? Miremos allí mismo en el verso 14 y 15. Dice, pues si yo, el Señor y Maestro, les lavé los pies, ¿Cómo los amó Jesús? Les lavó los pies. Lavar los pies en este contexto significa la obra más Baja, no sé si está bien que use ese término, pero la obra más insignificante que puede hacer un siervo es esa. Cuando las personas llegan a las casas, en ese contexto, llegan con los pies empolvados, andan con sandalias y los reciben, el que los recibe les provee agua y un siervo que venga y le lave, ni siquiera la persona misma se lava los pies, un siervo viene y le lava los pies a esa persona. Esa es la persona que hace el trabajo más insignificante de todos, el más humilde. Y Jesucristo que es el Señor, Él es el Rey, Él está haciendo ese trabajo. Entonces aquí nos indica que para amar usted tiene que despojarse completamente de sus títulos, de sus anhelos, de sus logros. de su concepto de sí mismo que lo viene hablando Pablo en Romanos capítulo 12 cuando dice no tengan un concepto de ustedes mismos más alto que el que deben de tener porque en realidad no somos nada. Él nos ha dado todo lo que somos y nos ha hecho parte del cuerpo de Cristo y nuestra identidad viene de allí. ¿Ese es el concepto adecuado? y se mueve aquí al amor. Jesucristo, como el Señor dice, pues si yo, el Señor, verso 14, y el Maestro les lavé los pies, ustedes también deben lavarse los pies los unos a los otros. Porque les he dado ejemplo. para que como yo les he hecho, también ustedes lo hagan. Entonces, cuando Él da ese mandamiento, ámense, háganlo como yo lo hice con ustedes. Es porque Él ya lo había hecho, ya lo había hecho con ellos. ¿Cuál es la actitud de los discípulos hacia Jesús para pensar, wow, cómo amaba Jesús a estos hombres? Y sí los amaba, como nadie pudo amarlos a ellos. ¿Cómo se ganaron el corazón del Señor estos hombres? ¿Cómo eran de fieles con el Señor? ¿Cómo eran de entendidos cuando él les quería explicar algo? ¿Cómo eran de sensibles a él cuando les decía, voy a morir, me van a entregar en manos de hombres pecadores y me van a matar? Y uno diría, wow, estos hombres están llorando con Jesús, están atendiendo al Señor. Señor, ¿qué hacemos? ¿Cómo te soportamos ahora? ¿Cómo te ayudamos? ¿Qué hacen ellos cuando Jesús habla así de su propia muerte? Dice que empiezan a argumentar entre ellos. ¿Quién de nosotros va a ser el más importante? Pero aquí Jesucristo le está lavando los pies. ¿Cuántos discípulos hay aquí cuando Jesucristo está lavándole los pies? Doce. ¿Qué quiere decir esto? Que si hay doce discípulos, que estos hombres así son, riñen entre ellos porque serían más importantes. Cuando Jesús está hablando de su muerte, no entienden lo que le dicen, no muestran cariño ni amor por él. Ellos no lo han demostrado. Es más, cuando están a cruz todos lo dejan, Pedro lo niega, pero Jesús los está amando. Esto nos muestra otra característica del amor. El amor, usted no ama a otra persona porque esa persona se merece que usted la ama. Usted ama a esa persona porque usted tiene una deuda con esa persona. ¿Quién es esa persona? La persona que usted está viendo, la persona que está a su lado, la persona con que usted se encuentra. Usted tiene una deuda con esa persona. ¿Y cuándo entonces va a pagar esa deuda? De acuerdo a lo que estamos viendo en las escrituras, es siempre. Uno de los doce que está con Jesucristo es Judas. Jesucristo le está lavando los pies a él. Jesucristo sabe que lo va a entregar. Pero igual le sirve y lo ama hasta el final. Entonces cuando usted ama, porque así dice el texto, usted ama no esperando algo a cambio. Usted no ama esperando un resultado. No, esa parte usted no alcanza ya. Usted solamente alcanza a pagar esa deuda. Es todo lo que va a hacer. El resultado le queda a Dios. Porque Jesucristo amó a Judas igual que a todos los demás. Y él fue y lo traicionó. Pero Jesús no dejó de amarlo. Entonces, antes de creer en Cristo Jesús, nosotros no amábamos. Hay gente que piensa que aman, pero en realidad no aman. Porque una persona que no está en paz con Dios no puede amar. Bueno, me refiero al amor que la Palabra nos está presentando, un amor que glorifica a Dios. Sí hay un nivel de amor en el mundo. Perdón, lo dije mal. Entonces, antes de creer en Cristo, no manifestábamos este amor porque no teníamos el amor de Dios. ¿Qué buscábamos? Normalmente, nuestra propia conveniencia. Mira, ayer estábamos hablando con Jorge, nos compartió de un evento, un entrenamiento que recibió. Te robé la ilustración, Jorge, porque... Pero es buena, creo que caemos bien aquí. Está esta feria, hay un hombre que da primeros auxilios, le dice a todos los que venden Si necesitan algo, búsquenme. Surge la necesidad, una persona se está deshidratando, está en peligro de morir. ¿Y qué está haciendo la gente? Para demostrar lo que estoy diciendo aquí. Cada uno buscaba nuestra propia conveniencia. Todos están así. Y la persona se está muriendo, están así. Quieren grabar lo que está pasando allí. Porque les interesa su página. Están buscando su propia conveniencia. No hay amor. Yo experimenté un accidente cuando tenía 13 años. Me atropelló un carro, caí, quedé en mi bicicleta todo enredado y se hizo un montón de personas a mi alrededor y todos hablaban entre ellos y me miraban. Nadie me ayudó. Nadie me ayudó. Es común esto, es común. Hay gente que sí sale de eso y se atreve a hacer algo diferente, pero es muy común que la gente no más quiere ver, quiere mirar, quiere satisfacerse a sí mismo porque no hay una capacidad para renunciar a sí mismo, para hacer a un lado su propia conveniencia, para amar al prójimo. Dice el Señor Jesucristo, en esto conocerán que ustedes son mis discípulos. en que se amen unos a otros. Es decir, su conveniencia no es lo principal el día de hoy. Su comodidad no es lo principal el día de hoy. Es la persona que está a su lado, la persona que está atrás de usted al otro lado de este salón. Y usted ama a esas personas porque está en deuda. No deban a nadie nada sino el amarse unos a otros. Miremos una ilustración que Pablo presenta acerca del amor. y Pablo usa a Timoteo como ilustración en Filipenses 2 del 19 al 22. Lo que estaba mencionando hace un segundo es que antes de conocer a Cristo buscábamos nuestra propia conveniencia, pero Pablo le está hablando a inconversos o a creyentes. En la iglesia de Roma son creyentes. Lo sorprendente de lo que está sucediendo aquí, lo que Pablo está escribiendo y lo sorprendente de la ilustración que voy a mostrar ahora es que sí hay creyentes que buscan su propia conveniencia y necesitamos escuchar esta enseñanza. Filipenses 2, 19 al 20 dice, pero espero en el Señor Jesús enviarles pronto a Timoteo a fin de que yo también sea alentado al saber de la condición de ustedes, pues a nadie más tengo del mismo sentir, presta atención a esa palabra sentir, y que esté sinceramente interesado en el bienestar de ustedes. Voy a repetir el verso 20. A nadie más tengo del mismo sentir. Y que esté sinceramente interesado por el bienestar de ustedes. Esto es amor. Pablo está hablando de amor. Pero qué interesante. Pablo dice, no tengo a nadie más, solamente a Timoteo. Bueno, después habla de Pafrodito. Verso 21. Porque todos buscan sus propios intereses. No los de Cristo Jesús. Conocen los intereses de Cristo Jesús, pero no están buscando esos intereses. Están buscando sus propios intereses. Pero ustedes conocen los probados méritos de Timoteo. Que sirvió, eso es amor. Conmigo en la propagación del Evangelio, como un hijo, sirve a su padre. Eso es amor. Pero el que Pablo está usando es a Timoteo. Él no puede usar a los demás. En este caso no puede usarlos a ellos. Eso es un llamado de atención para nosotros. No asuma que porque usted es creyente, en automático usted va a amar a las personas. No podemos asumir eso. No es así. Si así fuera, no necesitábamos leer textos como Romanos 13, 8. Pero quiero que miremos más detalles acerca de esto. Miremos en el verso... Bueno, ya lo vimos, el verso 20 está hablando del mismo sentir. Pero fíjense en esa palabra. Pues a nadie más tengo del mismo sentir. Ahora... Vámonos a el verso 2 del mismo capítulo. Hagan completo mi gozo, siendo del mismo qué? Sentir. La misma palabra que está usando acá en el verso 20 cuando habla de Timoteo. El mismo sentir. ¿Cuál es este sentir? ¿Cómo sabemos de cuál sentir está hablando Pablo en este capítulo? ¿Por qué está usando Timoteo y usa que sea del mismo sentir? Es en relación. a la actitud que hubo en Cristo. Miren, versos 5 al 11 del mismo capítulo. Allá, pues, en ustedes esta actitud que hubo también en Cristo Jesús, el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró ser igual a Dios como algo que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo. Esto es amor. Haciéndose semejante a los hombres y hallándose en forma de hombre se humilló. Esto es amor. El mismo, haciéndose obediente. Esto es amor hasta la muerte y la muerte de cruz. Esta es una descripción de amor, el que Pablo está dando aquí. Y está hablando que los filipenses deben tener ese mismo sentir, y Timoteo, que es su ilustración, ha demostrado este mismo sentir, que es tener la misma actitud que Cristo tuvo, un despojamiento para poder mostrar amor. Pero el creyente, aunque tiene todo el amor de Dios, el amor que es eterno, es perfecto, es fiel, es incambiable, es completo, ese amor que usted no puede hacer nada para que Dios le ame más, ese amor que usted no puede hacer nada para que Dios deje de amarle, es incambiable, no depende de usted, ya lo tiene. Pero aún así mostrar amor a otras personas parece que es un esfuerzo, porque no deja ver la palabra. Y Pablo lo demuestra, que Timoteo así vive, porque es un hombre obediente, así como Cristo fue obediente. Entonces, considérese como una persona endeudada. Considérese como una persona que tiene todos los recursos que demanda el amor. Usted los tiene. Pero usted tiene que tomar esa decisión. Acuérdese, el amor no es una emoción. El amor no depende de las circunstancias. El amor es una decisión. Es una postura que usted toma. Es una actitud que usted tiene en su corazón. Eso es el amor. Eso es el amor. Ahora miremos qué tan poderosa es esta deuda del amor. Punto dos. Este es nuestro último punto, hoy nomás son dos puntos. Amar es el cumplimiento de la ley. Y la otra parte del verso 8. Voy a leer todo, pero la segunda parte es la que nos interesa. No deban a nadie nada, sino el amarse unos a otros, porque el que ama a su prójimo ha cumplido la ley. Miren, para cumplir la ley es necesario conocer la ley. Es necesario entenderla y es necesario obedecerla. La única manera de hacer esto, obedecerla, es ser movido por el amor. Quiero usar un ejemplo. Cuando Adán y Eva en el libro de Génesis están en el Edén, ellos reciben un mandamiento de parte de Dios. Dios los define, les dice, vaya, multiplíquense, sojuzguen la tierra, llenen la tierra, pero les prohíbe una cosa, les dice, no pueden comer de este árbol, el árbol del conocimiento del bien y del mal, de ese fruto no pueden comer. El único que Dios les dice, todo lo demás es de ustedes, este árbol es mío, no lo toquen, no lo vayan a tocar. Para que Adán y Eva hagan eso, de obedecer al Señor, lo único que los va a llevar a hacer eso es el amor por el Señor. Y ellos conocen un Dios que los ama. Desde que los creó, Dios los está amando. Pero ellos deciden, cuando son tentados por Satanás, que para ellos es más importante su propio deseo de independencia y su propio deseo de satisfacción personal. Una persona independiente es una persona que busca su propio deseo personal. Porque es una persona que no depende de Dios, no depende de su palabra. ¿Va a depender de quién? Va a tratar de depender de sí mismo y va a buscar su satisfacción personal. Adán y Eva así actuaron. Se independizaron de Dios al no escuchar su mandamiento y no obedecerlo. Y fueron movidos a complacer su propio deseo para ir y tomar ese fruto y por experiencia propia conocer el bien y el mal. De eso se trata. Ellos no creyeron que Dios les podía enseñar y aprender de él, sino que ellos tenían que ir y experimentar. Se independizaron de Dios, dejaron de amar a Dios. Entonces, para mostrar ese amor tiene que cumplirse con la ley, pero cumplir la ley es amar a Dios y amar a Dios es obedecerlo. Mire en Mateo 26, 39 donde hay una lucha, esto es cortito el verso, pero el Señor Jesucristo está aquí en Getsemaní. Este año estuve allá en Getsemaní, se me hacía impresionante pensar en ese lugar y lo que sucedió allí Y dice la palabra que el Señor Jesucristo está orando y adelantándose un poco cayó sobre su rostro orando y diciendo. Mire, antes de leerlo, porque leemos a veces tan rápido y se nos pasan los detalles. ¿Cómo hizo el Señor? Cayó, ¿cierto? ¿Y cayó cómo? Sobre su rostro. ¿Alguna vez usted ha caído sobre su rostro? Cuando está en un acto de desesperación. Cuando está en un acto intenso, usted cae rosa en tierra porque está rendido. Y esto es lo que está sucediendo aquí. Jesucristo está yendo delante del Padre allí en Getsemaní orando y dice que cae rostro en tierra. Antes de eso, Él ha dicho lo siguiente, verso 37. Y tomando con Él a Pedro, a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse. Entonces le dijo, mi alma está muy afligida hasta el punto de la muerte. Quédense aquí y velen junto a mí. Es cuando dice adelantándose un poco cayó sobre su rostro orando y diciendo padre mío si es posible que pase de mí esta copa pero no sea como yo quiero sino como tú quieras. Esta es la lucha más intensa que Jesucristo confrontó en todo su ministerio aquí en la tierra. Cuando él fue tentado por Satanás por 40 días él no tuvo este tipo de lucha, él tuvo una lucha y venció. Pero es aquí donde Jesucristo experimenta la lucha más intensa. ¿Cuál es la petición de la oración del Señor Jesucristo en el momento más intenso de su vida aquí en la tierra? No es Señor que se me sane ese hueso que se quebró hace 10 años y no se sana todavía. Es Señor quítame este problema que tengo con las alergias. es someter su voluntad al Padre. Esa es la petición del Señor Jesucristo, someter su voluntad al Padre. Él tiene una lucha a muerte en ese momento. Y dice, si es posible, pasa de mí esta copa, si es posible. Pero si no, que se haga tu voluntad, no la mía, Señor. ¿Por qué está haciendo el Señor Jesucristo eso? Porque Jesucristo ama al Padre. Tiene una relación de amor con el Padre. Y Él está demostrando su amor por el Padre al obedecerlo a Él hasta la muerte. Jesucristo había vivido toda su vida aquí en la tierra, obedeciendo cada uno de los mandamientos de Dios. Él mismo afirma en Juan 5.30, yo no puedo hacer nada por iniciativa mía, como oigo, juzgo y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la del que me envió. El enfoque del Señor Jesucristo es obedecer al Padre. Así vivió y en el punto más crucial de su ministerio, su oración principal es esa. que se haga la voluntad del Padre. ¿Cómo fue revelada la voluntad del Padre concerniente a nosotros? ¿Cómo sabemos que la voluntad de Dios ha sido revelada? ¿Cómo sabemos? A través de la ley. Dios reveló su voluntad a través de la ley cuando se la dio a Israel a través de Moisés. Él le da la ley y ahí está revelando su ley. Y su ley está reflejando su santidad, su pureza. y está estableciendo la manera como Israel se puede relacionar correctamente con él. ¿Qué es lo que espera Dios de Israel? Amor. ¿Por qué? Él los está amando. ¿Cómo van a mostrar ellos amor a Dios? Obedeciendo su palabra. ¿Qué es lo contrario de ese amor? La rebelión, la independencia. Como hicieron Adán y Eva. Algo que se celebra mucho hoy. Y se le instruye a muchos niños, sé independiente. Sé independiente lo más que puedas. No necesariamente es algo bueno. Especialmente si estamos hablando de la relación con Dios y la relación con la iglesia del Señor. Jesucristo fue obediente hasta la muerte y muerte de cruz. Ese es el cumplimiento de la ley. ¿Por qué estoy tocando esto? Mire, yo no me estoy, no ando perdido o buscando con qué rellenar aquí. Mire el verso 8 de nuevo. No deban a nadie nada sino el amarse unos a otros porque el que ama a su prójimo ha cumplido ¿qué? La ley. Estoy tratando de explicar la ley. Por eso me fui hasta Génesis. Por eso es para recorrer la vida del Señor Jesucristo. Mencionó Moisés que le dio la ley a ellos. Jesucristo cumplió toda esa ley. Pero mira lo que dice Romanos 8, del 1 al 4. Cuando Pablo explica cómo en Cristo se cumple la ley. Esto es esencial. Esto es importante para entender por qué sí podemos amar. Viene de aquí. Romanos 8, el 1 al 4. Por tanto, ahora no hay condenación para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. ¿Qué es lo que no hay para los que están en Cristo? No hay condenación, ¿cierto? Andan conforme al Espíritu. ¿Por qué? Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús te ha libertado de la ley del pecado y de la muerte. La ley que Dios le dio a Israel a través de Moisés los acusa y los condena y causa muerte. No es mala la ley, pero muestra la realidad de su condición. La única manera de ser libre de la condenación de la ley es por el sacrificio de Cristo, porque Él cumplió toda la ley. Miro que dice, bueno, Pablo dice, el que ama a su prójimo ha cumplido la ley. Es el texto que estamos estudiando. Para el que está en Cristo. En Cristo. La ley fue cumplida toda a su favor. Para el que ama ha cumplido toda la ley. Entonces ahora en Cristo cuando obedece al Padre el creyente lo hace amando a su prójimo. ¿Cómo obedece al Padre? Amando a su prójimo. ¿Cómo se obedece a Dios? No escuché sino como un murmuro por ahí pequeñito. No sé, algo me pasa con los oídos hoy. Amando a su prójimo. Amando al prójimo. Estamos en deuda. Nuestra obediencia al Padre la manifestamos cuando damos amor a nuestro prójimo. Como es una deuda, no es algo que recibimos, es algo que damos. Como es una deuda, no estamos esperando algo, estamos dando algo. Como es una deuda, tenemos que trabajar, laborar, esforzarnos y planificar para hacerlo. Lo tenemos que entregar. Pero eso es posible porque Cristo, Cristo cumplió toda la ley. Y en Cristo la ley está cumplida para mí, para el creyente. Entonces ahora en Cristo, cuando yo amo a mi prójimo, estoy cumpliendo con toda la ley. Eso es lo que está sucediendo allí. Por eso Pablo dice, el que ama a su prójimo ha cumplido con toda la ley. Porque no estamos atados a la ley. Maldito el que vive bajo la ley. Dice la palabra porque no puede cumplirla. Nadie puede. Cristo fue el que la cumplió. Así que no es una ley la que rige la vida del creyente, es el amor a Dios. Es el amor a Dios el que rige la vida del creyente, no una ley. Y la razón es por la obra de Cristo. Un poquito más, miremos en Romanos 3, 20. Yo sé que ustedes no tienen prisa hoy, ¿cierto? Nadie dijo nada, así que voy a seguir. Entonces, Romanos 3, 20 dice Porque por las obras de la ley, ningún ser humano será justificado delante de él. Pero Pablo dice que el que ama ha cumplido la ley. Es que está hablando de amar a Dios. Eso es el efecto que tiene ese cumplimiento de toda la ley. Pues por medio de la ley viene el conocimiento del pecado. Mira el verso 28, allí mismo. Porque concluimos que el hombre es justificado por la fe, ¿aparte de qué? De las obras de la ley. Entonces, no estamos siendo llevados por Pablo para meternos a tratar de cumplir toda la ley de Dios. No ignore la ley de Dios, yo no me estoy refiriendo a eso, no estoy siendo un antinominiano aquí. La ley es la ley, pero la cumplimos cuando la motivación que nos mueve es el amor, el amor a Dios, el amor al prójimo. Miren Romanos 5, 1. Por tanto, habiendo sido justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. Miren el verso 5. Y la esperanza no desilusiona porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado. Esto viene de hablar de que hemos sido justificados con Dios por medio de la obra de Cristo cuando Él cumplió toda la ley. Entonces, Dios nos da de su amor. Y Dios demuestra su amor allí en el verso 8, pero Dios demuestra su amor para con nosotros en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Todo está basado en el amor de Dios. y la ley está allí porque el cumplimiento de la ley es amar a Dios. Entonces el creyente está en Cristo. Por eso puede amar a Dios y amar al prójimo y como resultado la ley queda cumplida. Es un cumplidor de la ley cuando está amando. Entonces el amor es la voluntad rendida a Dios y se demuestra por la obediencia a su palabra cuando nos dice qué hacer con nuestras vidas. ¿Por qué es posible esto? Porque Cristo ya obedeció toda la ley. Estamos en Cristo y por eso amamos a Dios y por eso amamos a nuestro prójimo. El mandamiento de Pablo entonces tiene sentido allí en el verso 8. No deban a nadie nada sino el amarse unos a otros porque el que ama a su prójimo ha cumplido la ley. ¿Tenemos los recursos para amar? Sí, los tenemos todos. ¿Tenemos el ejemplo de cómo amar? Sí, tenemos el ejemplo del Señor Jesucristo. ¿Tenemos la capacidad, la habilidad y el poder para amar? Sí, tenemos al Espíritu Santo que ha venido a morar en nosotros. Pablo dice, porque vivimos según el Espíritu, no según la carne, porque estamos en Cristo. Por Él, por el Espíritu Santo, somos habilitados para amar a Dios y a nuestro prójimo. La primera de las nueve características del amor descrito por Pablo, perdón, del fruto del Espíritu, descrito por Pablo en Caratas 6.22, es el amor. Ese es el primero. 5.22, gracias. Nunca fui bueno para las matemáticas. Ok. Esto no es matemáticas y no biblia, ¿cierto? Pero es el amor. Quiero mostrarles otra parte antes de terminar. Porque Juan habla del amor. Mire hermanos, cuando estaba trabajando en este texto, pensé que iba a cubrir hasta el verso 14 por lo menos. Pero no pude salir del 8. Y cuando estaba terminando de escribir la predicación del verso 8 nada más, que es hablando del amor, le dije Señor me siento tan incompleto, tan inadecuado frente al amor, porque nada más estamos viendo la superficie del amor. La Biblia está llena de referencias que nos hablan del amor. Está llena de referencias y lo que Pablo está diciendo, no deban a nadie nada sino el amarse unos a otros y el que ama a su prójimo ha cumplido con la ley. Tiene muchísimo contenido esto para que lo revisemos y creo que esto es importante también. Primera Juan 3.1 dice, miren cuán gran amor nos ha otorgado el Padre que seamos llamados hijos de Dios y eso somos. Por esto el mundo no nos conoce porque no lo conoció a él. Mira el verso 4. Todo el que practica el pecado, practica también la inflexión de la ley, pues el pecado es inflexión de la ley. ¿Cuál es el cumplimiento de la ley? Amar. Aquí dice el que practica el pecado, Es el que no ama. Prácticamente se está describiendo eso. Miremos el verso 10 y 11. Allí mismo dice, en esto se reconocen los hijos de Dios y los hijos del diablo. Todo aquel que no practica la justicia no es de Dios. Tampoco aquel que, ¿no qué? Que no ama a su hermano. ¿Pero por qué no puede amar a su hermano? ¿Cómo es que no puede amar a su hermano? Porque no tiene el amor de Dios en él. Es un hijo del diablo. Porque este es el mensaje que ustedes han oído desde el principio, que nos amemos unos a otros. Versos 14 al 16. Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida porque amamos a los hermanos. El que no ama permanece en muerte. Todo el que aborrece a su hermano es un asesino. Y ustedes saben que ningún asesino tiene vida eterna permanente en él. En esto conocemos el amor, en que él puso su vida por nosotros, también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. El que no ama es un hijo del diablo, no ha sido redimido, sus pecados no han sido pagados, la ley está en contra suya, la ley lo acusa, lo encuentra como culpable y Juan lo describe como un homicida. ¿Por qué? ¿Por qué está usando términos tan drásticos cuando está hablando de amar o no amar? Porque la persona que no ama, hay un término en inglés, ojalá me entiendan, que dice joy suckers, le absorbe el gozo a las otras personas, los absorbe, chupa. Esa persona nomás está pidiendo, está exigiendo, está demandando, critica, juzga, señala. Esa persona es un homicida porque no puede dar. Entonces, si usted es un creyente, la característica principal de su vida, de acuerdo a lo que dice la palabra, en cuanto al amor, es esa, el amor. Pero si esa característica no es lo que lo distingue a usted, usted tiene que saber, usted necesita venir a Cristo. Usted necesita arrepentirse de sus pecados. Usted necesita aclamar al Señor porque Cristo murió para pagar por sus pecados en la Cruz de Calvario y seguramente usted no ha participado de esto, por eso no tiene cómo amar. El centro de su vida es usted, lo que usted quiere, el yo-yo. Pero es más que eso, dice que es un homicida, porque quita vida. En cambio el que ama, el que ama da, porque es la única manera posible de amar es dando. Porque el que ama a su prójimo ha cumplido la ley y la ley indica. Es un orden de protección para cómo relacionarse con las demás personas y con Dios. Y lo que produce es bienestar, prosperidad, amor, salud, abundancia. Pero el que quiebra la ley produce escasez, produce dolor, produce pérdida, lleva a la muerte. Nomás hay uno o hay el otro. No hay nada en el medio. No hay personas que como que medio aman y como que no aman. No. De acuerdo a lo que la palabra nos muestra, yo no veo una opción o la otra. Y Juan dice, en esto conocemos a los hijos de Dios y a los hijos del diablo. Toda la vida, entonces, los creyentes estaremos tratando, por todos los medios, de pagar esta deuda del amor. Pero siempre estaremos endeudando. En la manifestación máxima de este amor, como leímos aquí en Juan, es no hay amor más grande que cuando un amigo entrega su vida por su amigo. Entonces, ¿cuál es el nivel de amor que la palabra nos está dando para amarnos entre nosotros y amar a nuestro prójimo? ¿Cuál es ese nivel? Habla de dar la vida. Habla de dar la vida. Tenemos todos los recursos para pagar esta duda. Pero nos tomará toda la vida hacerlo y aún nos quedaremos con falta. Amar al prójimo es amar a todas las personas sin excepción. No escogemos a quién amar. Eso lo ha dispuesto Dios, no nosotros. A nosotros no nos toca escoger a este lo voy a amar, a este no lo voy a amar. No debamos a nadie nada, sino el amarnos a nosotros, unos a otros. Y el que ama a su prójimo ha cumplido con la ley de Dios. Entonces hay una deuda continua, hay que pagarla. Y hay que amar porque es necesario que se manifieste el cumplimiento de la ley si verdaderamente estamos en Cristo Jesús. ¿Por qué no oramos? Nos ponemos de pie y damos fin así a este estudio. Padre, gracias por tu palabra, lo que nos enseña. Gracias, Señor. Somos llamados a amar, a mirarnos en medio de una gran deuda. Y esa deuda es amarnos unos a otros. Te pedimos ayuda, Señor, para así actuar, porque si ciertamente un creyente pudiera actuar de una manera que no es honrosa para ti al no querer amar, pero estamos obligados a amar porque hemos recibido todo ese amor, ese perdón de nuestros pecados, ¿cómo no vamos a amar, Señor? Oramos por quienes no pueden amar, no pueden perdonar, porque no tienen el perdón, que se arrepientan. Venga Cristo hoy. Venga a los pies del Señor Jesucristo. Dios ha manifestado su amor al entregar su Hijo Jesucristo para que usted no tenga que sufrir la condenación eterna por su falta. Cristo sufrió en la cruz para perdonarle. Si usted se arrepiente, si Dios le está hablando, venga a los pies de Cristo. Confíese a Jesucristo como el Señor, como el salvador de su vida. para que tenga entrada ese amor que Dios le ofrece a través de Cristo y sea una persona abundante en amor hacia su prójimo. Padre, oramos por esa fe que das tú, por esa convicción que da tu Espíritu Santo, Señor, por esa declaración para quienes tú estás llamando. Oramos por nosotros la Iglesia. por tu bendición, por tu ayuda. Padre, te pedimos por lo que vamos a celebrar en unos minutos, Señor, que mostremos amor, si es posible hoy, Señor, a permanecer juntos, celebrar esto, orar, alegrarnos, Señor, con lo que tú estás haciendo en la vida de Briana. Gracias, Padre, en el nombre de Jesucristo. Amén y Amén. Entonces, de aquí vamos a
Pagando una Deuda de Amor
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PROPOSICIÓN: hoy veremos dos aspectos del amor y su relación con la vida del creyente. Esto debe fortalecer nuestro entendimiento en como relacionarnos en base al amor
AMAR ES UNA DEUDA CONTINUA V. 8a
AMAR ES EL CUMPLIMIENTO DE LA LEY v. 8b
Sermon ID | 10923165933810 |
Duration | 58:12 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Romans 13:8 |
Language | Spanish |
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