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Buenos días. Feliz Día del Señor, hermanos. ¡Qué bendición reunirnos otra vez y abrir la Palabra de Dios! nos ha hablado. Eso es una maravilla, saber que Dios nos ha hablado. El Dios del universo, el Dios santo, el Dios glorioso habla con nosotros, se revela. Qué maravilla. Entonces podemos escuchar su voz en la palabra que nos ha dado. Vamos a abrir nuestras Biblias en Marcos para principiar. Vamos a leer muchos textos bíblicos, muchos versículos. en este mensaje. A veces leo muchos, a veces leo muchísimos. Si ese va a ser un día tal vez de los muchísimos. Pero vamos a pensar en el milagro de la salvación. Es maravilloso lo que Dios hace cuando salva a un pecador. En realidad es un milagro y esto es lo que vamos a mirar en este mensaje. Vamos a leer los versículos 25. 27 marcos 10 25 a 27 este es el encuentro del joven rico con el señor jesucristo y los discípulos jesús el vino pensando en la salvación que debo hacer que hago para ser salvo y se va triste Pero Jesús habla con él y enseña algo muy importante a los discípulos y algo muy importante para nosotros. Los versículos 25 a 27 de Marcos 10, Jesús dice, más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja que entrar un rico en el reino de Dios. Debo mencionar que cuando dice un rico, No dice un rico porque él es diferente de las demás personas. Dice un rico porque fue un rico que platicaba con él. Pero podría ser un adúltero, podría ser un homicida, podría ser cualquier hombre de vicio o cualquier pecado. Él nada más toma esto como una ilustración. Y no porque es rico, sino que ama las riquezas. Eso es lo que él explica aquí. Los que confían en las riquezas, dice en 24, pero dice 25 otra vez, más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja que entrar un rico en el reino de Dios. Ellos se asombraban aún más diciendo entre sí. ¿Quién, pues, podrá ser salvo? Entonces Jesús, mirándolos, dijo para los hombres, es imposible. Más para Dios, no. porque todas las cosas son posibles para Dios. Oremos, hermanos. Señor, pido tu bendición ahora en la predicación de la palabra, en nuestra meditación, y ayúdanos a escuchar y a aprovechar de la verdad. Y Señor, si hay un pecador perdido oyendo este mensaje, pido tu gracia en su vida. tu milagro de salvación y ayúdanos todos a apreciar y gozarnos en el milagro que has hecho en nosotros. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén. Aquí vemos que Jesús enseña que para un pecador Un ser humano hacer algo para ganar salvación, para salvarse es imposible. Eso es lo que él está enseñando aquí y eso es lo que vamos a ver en todo este estudio. El hombre nada puede hacer. Jesús dice es imposible. Más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja. Cuando no. Eso no es posible. Y él escogió esa ilustración a propósito para mostrarnos que nunca puede ser. Un pecador no puede hacer lo que Dios requiere para la salvación. Algo más es necesario. Hemos en mensajes recientes estudiado salvación por gracia y es por gracia 100 por ciento. Dios hace lo que el hombre no puede hacer. Y Dios de su pura misericordia y su gracia nos da vida. Y eso es necesario, que sea así, porque el hombre nació en pecado. Como el rey David dijo en Salmo 51, versículo 5, él dijo, en maldad he sido formado, nací pecador ya. Eso era la inclinación de mi corazón, decía David. Desde el momento de ser concebido, era yo pecador. Y eso muestra que nuestro problema no es tanto lo que hacemos, es lo que somos. Somos pecadores y por razón de ser pecadores, pecamos. Hacemos lo que hacemos por razón de lo que somos. Vemos que todos somos pecadores. Todos sin excepción. Y totalmente depravados. La depravación ha afectado todo nuestro ser. Lo mejor que tenemos, lo mejor que podemos hacer ha sido afectado por el pecado y por la depravación. Nada podemos hacer que sea pura, limpia delante del Señor. En este estudio volvemos a examinar lo mismo, la depravación, la condición del hombre como pecador, pero lo vamos a ver de una perspectiva gráfica, podría decir. El Señor habla con figuras corporales para describir la condición, pues habla de todo el cuerpo y demuestra cómo todo ha sido afectado por la depravación y por el pecado. Leeremos muchos versículos. Prepárense. Y veremos que la Biblia describe al pecador por muchas figuras corporales. Y el joven rico que vemos aquí, él nos ayuda a introducir el tema. Porque vimos aquí, o podemos ver en versículo 17, que él viene, vino corriendo. Con mucha confianza que iba a poder alcanzar su deseo. En 17, al salir él para seguir su camino, vino uno, Jesús, salir para seguir su camino, vino uno, el joven rico. Corriendo e hincando la rodilla delante de él, le preguntó, maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? Y él confiaba que podía cumplir. Él se creía capaz y se quería ser bueno ya. Tal vez no perfecto, pero bueno ya. Porque cuando Jesús le habla de la ley, ¿qué dijo él? Pues todo eso he guardado. En versículo 20, Él entonces respondiendo le dijo, Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud. Se creía o él creía que había guardado la ley de Dios. Pues la Biblia queda muy clara, nadie ha guardado la ley de Dios. Pero él pensaba que sí, superficialmente lo había hecho, pero de corazón no. Él se sentía capaz, bueno, vino corriendo. ¿Qué cosita falta, Señor, para que yo alcance la meta? Pero versículo 22 que nos muestra Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste. Porque tenía muchas posesiones. Las posesiones, el dinero era su Dios. Era idólatra. Hombre que adoraba, amaba el dinero más que a Dios. Y se fue triste. Y Jesús entonces explica, más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, algo que no se puede hacer. Que un rico, el que confía en las riquezas, dice 24, entrar en el reino. Y los discípulos bien entendían lo que Jesús estaba explicando, porque ellos dijeron, ¿Quién, pues, podrá ser salvo? La respuesta es nadie. Y por eso Jesús contesta, versículo 27, para los hombres es imposible. Nadie va a poder. alcanzar la perfección que Dios requiere, cumplir con las demandas de la ley de Dios o lo necesario para ganar la salvación con su propio poder y con su propia justicia. No, para los hombres es imposible, más para Dios no. Y eso es la buena noticia para nosotros. Para Dios no. Dios sí puede salvar. Dios puede salvar al pecador peor. porque todas las cosas son posibles para Dios. Pero requiere un milagro. El hombre no lo puede hacer. Sólo Dios lo puede hacer. Dios tiene que hacer un milagro, una transformación, un cambio que solamente puede ser llamado milagro. En las últimas palabras del Salmo 139, David dijo, examíname, oh Dios. 139, 23, examíname, oh Dios, y conoce mi corazón. Pues el Señor sí conoce nuestro corazón, ¿verdad? Pero él está pidiendo, Señor, examíname, y para que yo sepa Tú, como el médico maravilloso, puedes examinarme y mostrarme lo que soy o lo que tengo. Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón. Pruébeme y conoce mis pensamientos y ve si hay en mi camino de perversidad y guíame en el camino eterno. David dijo, examíname. Y vamos a ver en este estudio el resultado de esa examinación. ¿Qué encuentra Dios cuando nos examina? Si nosotros lo hacemos, muchos dirían, pues, yo soy persona buena. ¿Verdad? Muchos dirían, pues, yo creo que todas las personas, todos los hombres son básicamente buenas. Si hay hombres malos, pero básicamente todos son buenas. Por lo menos no soy tan malo como fulano. Pues cuando Dios nos examina, que encuentra? Eso es lo que vamos a ver. Vamos a leer varios versículos rápidamente, pero empezamos con Génesis y vamos a ver Pues el resultado del examen. Vamos a ver un retrato. Podríamos llamarlo lo que Dios ve cuando él nos examina. Mira Génesis 6 versículo 5. Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra. La maldad mucha. Pero mira lo que encuentra cuando empieza a examinar al pecador. Y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. ¡Wow! Cuando él nos examina y examina nuestro corazón, ¿qué encuentra? Que todo designio de los pensamientos del corazón de continuo, solamente el mal. Ahí vemos los pensamientos malos. Ahí vemos el corazón malo. Eso es lo que Dios encuentra cuando empieza a examinarlos. Pues eso es un mal principio, ¿verdad? Y apenas estamos empezando. Vamos a Isaías 1. Isaías capítulo 1. Leen conmigo versículo 5. Aquí Dios habla a Israel, pecador, caída, caído. Pues, ¿por qué querréis ser castigados aún? Es una pregunta retórica. ¿Todavía os rebelaréis? Miren lo que dice. Toda cabeza está enferma. Todo corazón doliente. Ah, pues menciona el corazón, el corazón doliente, el corazón ya sin fuerzas, doliente, ya tiene problemas, problemas muy obvios. Pero dice toda cabeza enferma. Es una palabra que indica desfallecida. corazón y la cabeza desfallecida. No está pensando, no está consciente, ni se da cuenta que está enfermo. Así es la cabeza. Brincamos a seis, cinco. El hombre fiel viene delante del Señor. Isaías, el profeta. Pero cuando él aparece delante del Señor en una visión, se da cuenta de su pecado y él siente la impureza de su pecado. Y en 5 de Isaías, entonces, cuando él vio la gloria del Señor, la santidad del Señor, entonces dije, ¡Ay de mí que soy muerto! Ya era hombre creyente y salvo, pero sentía su pecado. Que soy muerto, que siendo hombre inmundo de labios y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey Jehová de los ejércitos. Labios inmundos. Quiere decir que el corazón o el deseo natural es comer, es participar, es tomar todo lo inmundo del mundo y es de labios inmundos. Adelante, Isaías 59, los versículos 2 y 3. Isaías 59, 2 y 3. Pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios. Y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír. Ahí él está mostrando el efecto de nuestro pecado. Y él dice en versículo 3, porque vuestras manos Están contaminadas de sangre. Vuestros dedos de iniquidad. Vuestros labios pronuncian mentira. Habla maldad vuestra lengua. ¿Qué vemos aquí? Él describe las manos, dedos, labios, lengua. ¿Y qué encuentra? Maldad, iniquidad, mentira, contaminación. Wow, estamos viendo el efecto del examen, ¿verdad? El médico maravilloso, el médico que todo lo sabe. Y él ve el corazón y la cabeza, los labios, los manos, los dedos, la lengua y todo afectado por el pecado. Y mira, pues versículo 4, la segunda mitad del versículo no describe Uno de los miembros del cuerpo, pero la imagen que él enseña es algo sorprendente. Dicen, confíen en vanidad y hagan vanidades. Entonces, conciben maldades y dan a luz iniquidad. ¡Ay! Eso es el corazón, eso es la vida, eso es el pecado, eso es la naturaleza del pecador. Conciben maldades y dan a luz iniquidad. Entonces siempre en nosotros hay pecado y quieres manifestarse. Conciben maldades y siempre está en medio de nosotros, adentro de nosotros y dan a luz, quiere manifestarse eniquidad. Así es la condición del pecador. Si vamos más adelante al libro de Jeremías, capítulo 17, versículo 9. Aquí pues no es. Tengo que leer este versículo, aunque muestra un miembro del cuerpo que ya hemos mencionado, pero es tan claro, tan importante el versículo que quiero leerlo. 17 9 de Jeremías. cuando la palabra dice, engañoso es el corazón, más que todas las cosas, y perverso. ¿Quién lo conocerá? Pues el pecador no lo va a conocer. Él no puede examinar hasta la profundidad su corazón. ¿Por qué? Porque su corazón es engañoso, dice la palabra. Más que todas las cosas. Entonces, sí, es muy fácil decir, soy persona buena. Pero, ¿qué dice la palabra? Engañoso es el corazón. Yo no puedo verme a mí mismo como soy. Soy mucho peor de lo que Entiendo yo. ¿Quién lo conocerá? Así es el corazón. Si brincamos al Nuevo Testamento, el retrato no se mejora. Hechos 7 Hechos 7 51 Aquí Dicen duros, duros de cerviz e incircuncisos de corazón y de oídos. Menciona dos miembros nuevos porque dice cerviz, dice oídos, dice duros, incircuncisos. Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo. Eso es lo que hace todo pecador. Incircuncisos no está hablando de la condición física de un hombre. Es una palabra usada en la Biblia simbólicamente. Y con los censos nos muestra que refiere al cuerpo pecaminoso carnal. Entonces, con eso, cuando dice incircuncisos, quiere decir que estamos rendidos a los deseos carnales. Y eso necesita ser quitado de nosotros. y dice duros de servicio incircuncisos rendidos a los deseos canales de corazón y de oídos el retrato no se mejora en romanos más adelante romanos 3 13 Tal vez algunos podrían buscar el texto en el Antiguo Testamento y decir que ese versículo está refiriendo a un grupo específico pequeño, pero el Nuevo Testamento lo aplica a todos. No podemos decir que es un grupo pequeño. Romanos 3.13 Sepulcro abierto es su garganta. Sepulcro abierto. su garganta. Recipiente de muerte, muerto. Así es la garganta. Y sigue con su lengua. Engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios. Sigue describiendo el cuerpo como manifestación de lo que es el ser pecador. Sepulcro abierto. Engaña. Veneno. Así la garganta, la lengua, los labios. Versículo 14. Su boca está llena de maldición y de amargura. Ya otro miembro nuevo. Nada se mejora, se empeora. Versículo 15. Sus pies se apresuran para derramar sangre. Así es el pecador. 18. No hay temor de Dios delante de sus ojos. Hemos visto pensamientos, corazón, cabeza, labios, manos, dedos, lengua, cerviz, oídos, garganta, boca, pies, ojos. ¿Y qué vemos? Todo entregado al pecado, iniquidad, maldad. ¡Qué retrato! ¡Qué pecador somos todos nosotros! Y si miramos más al interior, mira Colosenses 1, 21. Colosenses 1, 21. Dice, y a vosotros también que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente. extraños y enemigos en vuestra mente. Eso es, el hombre pecador en su interior. Mira más adelante, Tito 1 15. Tito 1 15 dice, Todas las cosas son puras para los puros, mas para los corrompidos e incrédulos nada le es puro, pues hasta su mente y su conciencia están corrompidas. Conciencia, mente, corrompidas, dice. Y no puedo terminar. este examen sin leer Santiago 3.6 es otra vez una vista de la lengua un miembro ya mencionado pero Santiago 3.6 dice la lengua es que un fuego un mundo de maldad. Así es la lengua del pecador. La lengua está puesta entre nuestros miembros y contamina todo el cuerpo e inflama la rueda de la creación y ella misma es inflamada por el infierno. Palabras tan fuertes, tan claras. La lengua, fuego, mundo de maldad, y entre en nuestros miembros contamina todo el cuerpo. Así es el pecador. Estas palabras No son para decir que tengo pecado en mis dedos, pecado en mis manos, pecado en mi cabeza. Está mostrándonos lo que es todo el ser. Nos está dando un examen desde arriba hasta abajo y nos muestra que todo el ser es contaminado, afectado por la caída y todo, depravado. Si hacemos un examen de los hechos del pecador, Podemos ir a Marcos 7. Él nos muestra, el Señor nos muestra el efecto de todo esto. Marcos 7, 21 a 23, Jesús dice, porque de dentro del corazón de los hombres, entonces todo el ser afectado, todo el ser contaminado, ¿y qué sale de ese corazón depravado? Porque de dentro del corazón de los hombres salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas esas maldades de dentro salen y contaminan al hombre. Ahí miramos nuestros hechos. Pero ¿por qué hacemos esos hechos? Por razón de lo que somos. Tenemos corazón depravado y se manifiesta en nuestra vida. Si volvemos al Antiguo Testamento a Isaías 59. Es uno de los pasajes citados en Romanos 3. 59. Los versículos 7 y 8 de Isaías. Sus pies corren al mal. Se apresuran para derramar la sangre inocente. Sus pensamientos, pensamientos de iniquidad, destrucción y quebrantamiento hay en sus caminos. No conocieron camino de paz, ni hay justicia en sus caminos. Sus veredas son torcidas. Cualquier que por ellas fuere, no conocerá la paz. Esa es la manifestación de nuestra depravación. El pecado afecta todo lo que hacemos. Esa es la descripción breve que la Biblia da de nuestros hechos por resultado de lo que somos, por resultado de nuestra depravación. pues podemos volver a Isaías 1 y ver aquí en resumen lo que somos. Ya hemos mencionado los pensamientos, el corazón, la cabeza, los labios, manos, dedos, lengua, cerviz, oídos, garganta, boca, pies, ojos, ánimo, conciencia, todo afectado por el pecado. Y en Isaías 1, 4, el Señor habla a Israel perdido, pecador. El Señor dice, oh, gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados. Dejaron a Jehová, provocaron ira al santo de Israel. Se volvieron atrás. Eso es la descripción del pueblo mejor del mundo. Entienden eso? Tenían la Biblia, tenían la ley, tenían el templo, tenían los sacrificios. Y qué dice el Señor? No es un retrato bonito. Cargado de maldad, malignos e hijos depravados. Así es toda persona que nace en el mundo. Isaías en versículo 6 dice. Desde la planta del pie hasta la cabeza. No hay en él cosa sana. Hemos visto todo el retrato, ¿no? Y él dice, no hay en él cosa sana. No hay. Sino herida, hinchazón y podrida llaga. No están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite. Este retrato nos muestra lo que somos en realidad. No es lo que queremos hacer, no es un retrato de nosotros bañados y bien peinados y bien pintados tal vez y con una sonrisa bonita y un retrato bonito, sino lo que somos en realidad. Es un retrato Alarmante, sorprendente, espantoso. Para los hombres es imposible. El examen dice que estamos en una condición fatal. No hay esperanza. Es una condición desesperada. Es la condición desesperada de todo pecador, todo ser humano. Un versículo más antes de cambiar a otro tema. Jeremías 13 23. Encontramos estas palabras del profeta. ¿Mudará el etíope su piel? No lo creo. No importa qué color sea tu piel, no lo vas a cambiar. ¿Mudará el etíope su piel y el leopardo sus manchas? No, no va a ocurrir. Imposible. Dice, si fuera posible, así también podréis vosotros hacer bien, estando habituados a hacer mal. El pecador, depravado totalmente en todo su ser, no puede cambiarse. No puede hacer bien, estando habituado a hacer mal. Eso es el retrato del pecador. Y por eso dice Jesús, es más fácil que el camello pase pasar por el ojo de una aguja. Que un pecador entrar en el reino no es posible. Y los discípulos cómo reaccionan ¿Quién, Señor, podrá ser salvo? Y la respuesta clara del Señor Jesucristo para los hombres es imposible. Más para Dios, no, porque todas las cosas son posibles para Dios. requiere un milagro, pero todas las cosas son posibles para Dios. Nada de eso que hemos visto impide el poder de Dios. Dios todo lo puede. Y les puedo decir a mis hermanos creyentes, pues tal vez tienen un hijo o tienen otro ser querido, un amigo, alguien que conoce, que está pensando en ellos y siente una carga por ellos y siente, pues me parece que no hay esperanza. Ellos no hacen caso cuando les hablo. Mi hijo, a quien amo tanto, anda lejos y no hace caso. Así dice tantas madres y padres. Y qué dice el Señor? Para Dios nada es imposible. Nada de su pecado impide el poder de Dios. Hay esperanza y tal vez tú sientes que eres el peor de pecadores y que no hay esperanza para ti. Lo que yo he hecho, pues ya es demasiado. Dios no me va a salvar. Él puede salvar al peor. Eso es lo que dijo Pablo. quien sintió ser el pecador peor de todos. Vamos al Nuevo Testamento y miramos aquí en palabras sencillas el milagro en Tito 3, 3 a 6. Vamos a mirar aquí el milagro. Tito 3, 3. Es lo mismo que hemos visto ya. Y cuando Pablo escribe a Tito y habla a los hermanos, describe a todos nosotros que somos creyentes, que somos salvos por la gracia de Dios. Y dice, porque nosotros, Tito 3.3, porque nosotros también éramos en otro tiempo, sí, Antes de recibir la gracia de Dios, antes de recibir ese milagro del Señor, éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles y aboreciéndonos unos a otros. Buena descripción del pecador, ¿verdad? Buena descripción de todo lo que ya hemos visto, rendidos al pecado, esclavos del pecado, y así éramos todos en otro tiempo. El apóstol dice a los hermanos, éramos esclavos y sin esperanza. Pero versículo 4, Siempre me da gozo cuando veo esas letras, la palabra sencilla, pero ya viene un cambio, viene algo maravilloso. Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor para con los hombres, se manifestó su bondad, su amor, Todo lo de versículo 3, todo el pecado, toda la depravación no era problema para Dios, no es problema para Dios, porque su bondad y su amor es más fuerte que toda la depravación del pecador. Y así en su bondad, en su amor, versículos 5 dice nos salvó, no dice nos ayudó, nos ayudó a salvarnos, dice él nos salvó, él hizo el milagro. Algo que nada podíamos, cuando nada podíamos hacer, Él hizo el milagro. Él nos salvó y no fue por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho. Nuestras justicias no tenían valor. Todo era contaminado. Nada podíamos hacer para salvarnos. Entonces la salvación no nos vino por lo que hicimos. sino simplemente por su gracia, por su misericordia, perdón, por su misericordia. Sí, su gracia. Él nos salvó. Él nos dio ese milagro que nos transformó. Y mira cómo él lo describe por el lavamiento de la regeneración. Cuando el Señor nos regenera, Cuando el Señor nos hace nacer de nuevo, ese nuevo nacimiento, esa regeneración nos lava, limpia, purga todo el pecado, toda la maldad, toda la iniquidad que moraba en nosotros. La nueva vida, la regeneración nos lava. Y así nos salvó. Y explica otra cosa más. Por su misericordia nos salvó, ¿qué? Por la renovación del Espíritu Santo. Cuando viene Dios para salvarnos, cuando Él nos salva, el Espíritu Santo nos renueva, nos cambia. Ya no somos lo que éramos. Eso es lo que él dice en versículo 3. Nosotros éramos en otro tiempo. Entonces, toda esa depravación es cambiado. Somos transformados. ¿Muere todavía la naturaleza vieja en nosotros? Pues el viejo hombre sí se manifiesta. Está debilitado, pero no muerto todavía. Un día será. Pero ya no somos lo que éramos. El Espíritu Santo nos transforma, nos renueva. Y dice, cuando habla del Espíritu Santo, dice en versículo 6, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador. El Señor nos da el espíritu transformador abundantemente, derrama su espíritu con todo su poder para transformarnos, cambiarnos, santificarnos, limpiarnos, rescatarnos de lo que éramos. Lo hace abundantemente. Lo hace en manera más que suficiente para el milagro. Sí. y lo hace por Jesucristo nuestro Salvador. Todo por su obra, todo por su provisión, todo por su muerte, resurrección, su vida justa, su intercesión en el cielo, todo basado en la obra y sacrificio de Jesús. Es un milagro. Jesús dijo para los hombres imposible es más para Dios, no porque todas las cosas son posibles para Dios. Ahí miramos la obra de Dios por nosotros. Y ahí miramos la obra de Dios en nosotros. Nos transforma. Nos limpia, nos justifica. Todas las cosas son posibles para Dios. Cada vez que un pecador se arrepiente, lo hace porque Dios ha obrado un milagro en él. Ha sido librado de la esclavitud. Hay nuevo poder en él y nuevo deseo en él. Y así, por la obra de Dios, la obra regeneradora del Espíritu Santo, él sí se arrepienta. Cada vez que un pecador cree, lo hace porque Dios ha obrado un milagro en él. Y Dios le ha dado entendimiento, le ha dado afecto nuevo y un nuevo querer. Quiere a Dios, quiere la voluntad de Dios y confía en Dios. Eso es el milagro de la salvación. Todos nosotros que hemos sido salvados por gracia podemos decir gracias a Dios porque has hecho un milagro en mí y solamente por eso soy salvo hoy. Él hace todavía ese mismo milagro para pecadores. Nos llama, nos llama venir a él. Jesús dijo arrepiéntense y creen en el evangelio. y el espíritu obra a través de su palabra. Y produce ese arrepentimiento y fe nos llama. Y siempre tenemos que decir, como dijo Pablo, gracias a Dios por su don inefable. Eso es un milagro. Oremos. Señor, yo no sé quién está escuchando por Internet, pero yo sé que para nosotros que estamos presentes aquí, este es un mensaje que nos anima mucho. Nos hace regocijarnos en Cristo el Salvador. Aumenta así nuestra fe. Y Señor, pido por los perdidos que escuchan. Pido tu obra de gracia. para ayudarles a ver que no pueden confiar en sí mismos. No hay esperanza en sí mismos. Pero hay confianza o hay esperanza en el Dios que hace milagros. Oh, Señor, te pido tocar traer almas a los pies de Cristo y salvar para tu gloria eterna y tu honor. Te pido todo en el nombre de Jesucristo. Amén.
El milagro de la salvación
Iglesia Bautista Todo Por Gracia
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Sermon ID | 10823225351284 |
Duration | 49:15 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Mark 10:25-27; Psalm 51:5 |
Language | Spanish |
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