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Bueno, vamos a entrar en esta mañana con la Palabra de Dios. Vamos a leer el versículo Santiago, capítulo 1, versículo 26, versículo 27, donde recuerda que estamos viendo la responsabilidad del creyente con la Palabra. Es el último punto que tocamos, la gran responsabilidad del creyente con la palabra que es recibirla, recibirla con prontitud, con diligencia y el segundo, practicarla, hacerla, ser hacedores de la palabra. Hay peligro de no practicar la palabra Dice la palabra que es el autoengaño, el autoengaño. Ahora vamos a entrar en el versículo 26, que es la fe y sus evidencias. La fe y sus evidencias. Santiago ahora va a tratar de enseñar la verdadera evidencia de la fe cristiana que son en sí las obras, las obras vivas. El versículo Santiago 1,16 dice, Si alguno se cree religioso entre vosotros y no reprena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana. La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es ésta. Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones y guardarte sin mancha del mundo. Ahora aquí Santiago va a empezar a mostrar la verdadera evidencia de una fe viva. En el versículo 19 al 25, Santiago insiste o exhorta mostrando que lo que cuenta en la vida del creyente no solo es oír la palabra, sino obedecerla también, ponerla en práctica. Ahora en el versículo 26 al versículo 27, Santiago nos va a mostrar que lo que cuenta también no es hablar en vano la palabra, sino hacer hacer buenas obras por la Palabra. Esto es lo que Santiago expresa, de una manera u otra, a lo largo del capítulo dos, va a empezar a mostrar también la verdadera evidencia de la fe. de la fe viva en Dios. Y vamos a ver cómo la fe, entonces, Santiago lo manifiesta, la fe, la fe verdadera, la fe se manifiesta, dice Santiago, en una religión de piedad y santidad. Es el primer punto que toca Santiago de cómo la verdadera fe del creyente se evidencia en una vida de piedad y en una vida de santidad. Vamos a, vamos a orar. Padre, gracias te damos en esta hermosa mañana. Señor, te agradecemos por la libertad que gozamos, la dicha, Señor, que tenemos de poder abrir tu palabra en nuestra en nuestra congregación y también en nuestra vida particular. Señor, agradecemos por el día que nos regalas. Padre, rogamos también que mires la necesidad de cada uno de nosotros. que no haya ninguno que se engañe mediante la profesión de una mera religión. Señor, que uses tu palabra para revergüir, corregir, instruir en justicia. Padre, también nos acordamos de la necesidad que hay entre nosotros y los que nos rodean. Padre, hay hermanos que están pasando pruebas, dificultades. Señor, oramos para que... Tu palabra dice que las aflicciones, las pruebas, Señor, las tentaciones se van cumpliendo en todos nuestros hermanos en todo el mundo. Señor, rogamos por nuestro hermano Mateo, que ha estado, Señor, debilitado, enfermo. Señor, postrado en cama. Señor, ayúdele a ordenar sus pensamientos. Señor, sabemos que tú estás haciendo una obra en su vida, perfeccionándolo a la paciencia. Señor, y confiando ahora sí solamente en ti, pues Señor, perdió su trabajo y seguramente muy pronto también el seguro que tiene. Padre, se le va a cancelar. Señor, entonces oramos para que haga la obra. mediante tu divina voluntad. Bendice sus papás, sus hermanos, que le apoyen fielmente, Señor. Nosotros también, Padre, danos un corazón fraternal para poder aconsejarlo, guiarlo, Señor, y apoyarlo en lo que podamos. Padre, que la gloria y la honra sea para Cristo. También, Señor, las necesidades que hay entre nosotros, obras, cosas materiales. Padre, que no es de primera necesidad, pero Padre, también rogamos que suplas esas necesidades. Gracias te damos en esta hora. Bendice nuestras semanas de Tabasco, de Oaxaca y todos los adoradores en espíritu y en verdad. que te adoran, Señor, porque es necesario que te adoren, dice tu palabra. Gracias, Señor. Ayúdame, Señor, a exponer tu palabra con sencillez, con libertad, con la guianza de tu Espíritu Santo. Que la gloria y la honra sea para aquel que murió y resucitó y ahora vive por los siglos de los siglos. Intercede por nosotros. Padre, gracias te damos por todo. Amén. Hermanos, entonces Santiago va a empezar a mostrar ¿Cómo debe ser la vida del verdadero creyente en Cristo? No sólo debe ser, dice Santiago, de palabras, sino de hecho y en verdad, como también lo manifiesta el apóstol Juan. la fe y sus evidencias se manifiesta en una religión de piedad y de santidad. Lo primero que se advierte en esta porción de Santiago es su transpondo veterotestamentario, es decir, tanto por lo que él, el desvalido, necesita como el verdadero creyente que debe poner en empeño la palabra de Dios. Ahora, en el Antiguo Testamento, Dios exhortó a su pueblo que no hubiera solo la observancia de una piedad fingida o, en este caso, una mera religión sin el sustento o sin la vida piadosa. Santiago empieza a atacar entonces de aquellas personas que se están engañando, creyendo ser algo que no lo son. Por eso dice, si alguno se cree religioso entre vosotros y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana, la religión vana, dice Emmanuel, es la mera profesión de ella y no hay en ello, dice, una vida piadosa. Ahora vamos a ver unos textos del Antiguo Testamento donde, donde aparece también la exhortación del Señor Jehová. a lo religioso de su tiempo, de antaño. Primeramente, Isaías capítulo 1, versículo 11, el Señor reprochó a un pueblo, a un pueblo simple, a un pueblo que simplemente observaba Una religión y sus normativas, pero no había una vida piadosa. Isaías 1, versículo 11, dice así la palabra, ¿para qué me sirve? Dice Jehová, la multitud de vuestro sacrificio, hastiado estoy de holocausto de carnero y de cebo de animales gordos. No quiero sangre de bueye, ni de oveja, ni de machos cabrillo. ¿Quién demanda esto de vuestras manos cuando venís a presentaros delante de mí para hollar mis atrios? No me traigáis más vana ofrenda. El incienso me es abominación, luna nueva y día de reposo. El convocar asamblea no puedo sufrir, son iniquidad vuestras fiestas solemne. Vuestra luna nueva y vuestra fiesta solemne las tiene aborrecidas, mi alma, se me son gravosas, cansado estoy de soportarla. Cuando extendáis vuestra mano, yo esconderé de vosotros mis ojos. Asimismo, cuando multipliquéis la oración, yo no oiré, llenas están de sangre vuestras manos. Lavaos y limpiaos, quitad la iniquidad de vuestra obra delante de mis ojos, dejad de hacer lo malo, aprended a hacer el bien, buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad la viuda. Entonces, hermano, aquí en el Antiguo Testamento vemos cómo Dios recrimina a un pueblo que estaba observando todo lo de la religión, dice que estaban fieles en su sacrificio, traían holocaustos y machos, cabrillos y gordos, etcétera, etcétera, ovejas, todo ello. Y Dios le dice, bueno, dice, ustedes que están ahí, ¿Quién demanda esto de vuestra mano para venir a presentar adelante de mí para hoyarme a Dios? ¿Quién le está pidiendo todo esto? Dice Dios, no me traigan más vano o prenda, yo no quiero nada. de lo que ustedes me están ofreciendo. Porque el pueblo había caído simplemente en una observación de la religión, pero no había, como el Señor mismo lo dice, no estaban lavados, no estaban limpios, había iniquidad en ello. Había cosas que practicaban, hacían lo malo, dice la palabra. Dios le exhorta, aprendan a hacer el bien, busquen juicio, restituyan al agraviado, hagan justicia, amparen la viuda y al huérfano. Este, hermano, es lo que el verdadero religioso debe hacerlo. Vivir una vida piadosa, no nada más una apariencia o un simple cumplimiento de una mera religión fingida. Entonces Santiago es lo que está tratando también, Santiago trata de exactamente lo que Isaías en su tiempo tuvo que enfrentar. Ahora, Jeremías, también Jeremías 7.21, de la misma manera, habla de esta impunidad de religión, Jeremías 7.21. Y esto hermano, de nuestro tiempo, está lleno la gente, de gente religiosa, que no vive la eficacia de ella, de su religión. Jeremías 7, 21 dice ahí la palabra, así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, añadid vuestro holocausto sobre vuestro sacrificio y comed la carne, porque no hablé yo con vuestros padres, ni nada les mandé acerca del holocausto y de el día que los saqué de la tierra de Egipto. Mas esto les mandé diciendo, escuchadme vos, y seré para vosotros por Dios, y vosotros me seréis por pueblo, y andad en todo camino que os mande para que os vaya bien. Entonces Dios dice, ¿sabe qué? Yo no quiero nada de lo que me están trayendo. Yo nunca les pedí, yo nunca les demandé a vuestros padres sacrificio, sino, sino, cómalo ustedes, dice, auméntelo, cómalo, porque yo no quiero nada de eso, dice Dios. Ahora, porque no hablé, ahora dice Dios que sus padres de los religiosos budíos no se les ordenó traer a locauso, víctima, cuando salieron de Egipto, más esto Dios les mandó que ellos escucharan la voz de Dios, que ellos pusieran el empeño de la palabra, que obedecieran y que así llegaran a ser pueblo y que andaran en todos los caminos que Dios les ordene. Entonces, hoy en día, el mundo está cayendo en una práctica de religión, pero no hay una piedad, no hay una verdadera santidad en la vida de los religiosos. Y esto lo vemos no solo en Jeremia, Oseas también, donde dice Oseas que Dios no quiere holocaustos ni víctimas, sino en que se obedezca, Oseas 6.6. Vamos a ver cómo también en el libro de Oseas, Oseas capítulo 6, versículo 6 dice Porque misericordia quiero y no sacrificio y conocimiento de Dios más que holocausto es lo que Es lo que Dios quiere decir, misericordia quiere y no sacrificio y conocimiento de Dios más que holocausto. Amós capítulo 5, versículo 21. Amós capítulo 5, versículo 21 dice también así la palabra, aborrecí, abominé vuestras solemnidades y no me complaceré en vuestra asamblea. Y si me ofreciere vuestro holocausto y vuestra ofrenda, no la recibiré, ni miraré a la ofrenda de paz de vuestros animales gordos. Quitad de mí la multitud de cantares, pues no escucharé la salmodía de tus instrumentos. Ahora, ¿por qué? ¿Por qué? Pero contra el juicio como la agua y la justicia como y petoso rollo. Me ofreciste sacrificio, ofrenda en el desierto en 40 años o casa de Israel. Entonces Dios está rechazando todo lo que el pueblo quería ofrecer nada más por el mero cumplimiento de una religión sin piedad, sin piedad. Esto, hermano, Dios lo rechaza, lo desdeña, y hermano lo recrimina. Miqueas capítulo 6 versículo 6 vea como el profeta instruye al pueblo al pueblo meramente religioso dice Miqueas 6 6 dice porque con qué me presentaré ante Jehová y adoraré al Dios Altísimo me presentaré con Él con holocausto con becerro de un año se agradará Jehová de millar de carnero o de diez mil arroyos de aceite daré mi primogénito por mi rebelión el fruto de mi entraña por el pecho de mi alma pecado de mi alma o hombre, verso 8, él te ha declarado lo que es bueno y que pide que obadecí solamente a hacer justicia y amar misericordia y humillarte ante tu Dios. Hermano, si no hay una justicia verdadera, si no hay una misericordia verdadera, si no hay una humillación delante de Dios, nada sirve, dice, de lo que tú y yo podamos ofrecer. Podemos ofrecer a Dios, este, presentándonos con holocausto, con ofrenda y con con millares de, de, de, de, como aquí millares de carneros, de diez mil arroyos de aceite, aún puedes tú dar tu premio en lectura tratando de alcanzar así el perdón dice de nada sirve esto si no hay una obediencia dice la palabra a Dios entonces lo que importa hermano no es tanto lo que lo que uno puede ofrecer a Dios sino lo cuanto tú obedeces, practicas la palabra viva, vivamos la palabra de Dios. Hay gente en su religión muy apreciada porque son dadores, porque apoyan, pero hermanos no obedecen, entonces de nada sirve tener personas así hermano, cumpliendo un rito de religión y no tenga una eficacia, una verdadera vida piadosa. Ahora, la religión entonces vana, dice Santiago, vamos a volver a Santiago, la religión vana, Santiago dice, no dice Santiago, si alguno se cree religioso, nótese que Santiago dice, si alguno se cree religioso, no, no dice, si alguno es religioso, no. sino se cree de antemano, ya está anteponiendo el engaño que hay en la persona. Santiago ya está anteponiendo de antemano que esa persona se está engañando, creyendo ser algo que no es. Por eso Pablo también ahí en Gálatas 6 creo, donde dice que si alguno se cree ser algo Y como dice, le muestro nada mal, o le leo, Gálatas capítulo 6, 2 yo creo, si no me equivoco, dice Gálatas 6, 2 o 3, Gálatas 6, 3, porque el que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña. Entonces hay gente que piensa que está haciendo mucho y no es nada, dice, a sí mismo se engaña. Entonces Santiago está tratando de un religioso engañado. Si alguno se cree religioso entre vosotros. Ahora, Santiago, este, cataloga o califica el engaño, dice, en la lengua. O sea, que nada más dice y no hace. Es lo que Cristo también desde Ño de los fariseos dice, dicen y no hacen. Es el verdadero engaño, hermano, solamente decir, pero no hacer. La religión dice no, dice, si alguno se cree religioso entre vosotros, no reprenda su lengua, sino que engaña su corazón. La religión del tal es vana. Entonces la religión vana, Se trata de un pensamiento engañoso. Por tanto, no pone freno, dice su lengua. Se engaña a sí mismo y su religión no sirve de nada. Parece que Santiago está ya anticipándose de lo que va a tratar en el versículo, en el capítulo tres, acerca del uso de la lengua. Ahora, fíjense que hermano, Esos que dicen y parece que, hermano, es peligroso, pero fíjense que yo es el otro. Hermano, no debemos decir tanto lo que hacemos, sino hay que mostrar lo que hacemos con hecho, no con meramente, este, exteriorizarlo mediante, verbalizarlo mediante palabras. Ahora, también puede ser, hermano, el peligro de la lengua de que anda en chisme, anda en problema, en mentira, en todo eso. Entonces también es peligroso. Salmo 39, 1, el varón de Dios habló aquí con la lengua, algo así. Vea, vea este Salmo 39, 1. Dije yo, atenderé a mis caminos para no pecar con mi lengua. Guardaré mi boca con freno. en tanto que el impío esté delante de mí. Ahora está tratando esto, demostraron entonces el salmista también que dice que guardar la boca en tanto que el impío está delante de él, aún dice lo respecto, lo bueno cayó, guardó silencio. Claro, esto no lo pudo hacer mucho tiempo porque dice que su corazón brotó, se enseñó fuego en su meditación y así empezó a hablar con su lengua. Hermano, este, guardar la lengua parece que es muy sabio, muy sabio. Claro, este, el salmista al grado guardó su lengua hasta el grado de no decir nada de lo bueno, dice. Y claro, Dios le enseñó que no debía callar en lo bueno. Pero Santiago trata aquí de una persona que no reprena su lengua, el tal engaña su corazón. Un religioso es una persona que observa meticulosamente las formas externas de la religión. Pero no va acompañada de una sincera piedad. Es triste, hermano, que hay muchos como los fariseos en el tiempo de Cristo, que son muy religiosos. Y mire, parece que hacen muchas cosas buenas, pero no hacen nada bueno. Dice Mateo 12. Vamos a ver cómo el Señor juzgó aquí la religión vana. Mateo capítulo 12 versículo 9 al 14 Mateo 12 9 al 14 dice la palabra pasando de ahí vino a la sinagoga de ellos y aquí había ahí uno que tenía seca una mano y preguntó a Jesús para poder acudir Y preguntaron a Jesús para poder acusarle, ¿es lícito sanar en el día de reposo? Él le dijo, ¿qué hombre habrá de vosotros que tenga una oveja, y si ésta cayere en un hoyo en el día de reposo, no le echa mano y la levante? Pues, ¿cuánto más vale un hombre que una oveja? Por consiguiente, es lícito hacer el bien en los días de reposo. Entonces, digo aquel hombre, extiende tu mano y él la extendió y le fue restaurada sana como la otra. Y salido los fariseos tuvieron consejo contra Jesús para destruirle. Ellos, hermano, estaban tan molestos. ¿Por qué? Porque hizo un bien en el día de reposo, algo que no se debía hacer, según ellos, por el quebrantamiento del día de reposo. Lucas, capítulo 14, lo vuelve a recalcar a la misma. Lucas, capítulo 14, versículo 1 al versículo 6. Vean lo que dice Lucas 14, 6. Hay muchos así hermano que su religión no los permite y no pueden hacer nada para ayudar a alguien. Lucas 14-6 aconteció un día de reposo que habiendo entrado para comer en casa de un gobernante que era fariseo, esto le acechaban. Y aquí estaba delante de él un hombre hidrópico. Entonces Jesús habló a los intérpretes de la ley y los apareció diciendo, es lícito sanar en el día de reposo. Mas ellos callaron. Y él tomándole el ensano y le despidió. Y dirigiéndose a ellos dijo, ¿Quién de vosotros, si su asno o su buey cae en algún pozo, no lo sacará inmediatamente, aunque sea día de reposo? no le podían replicar estas cosas. Entonces, a los, los, los, este, fariseos religiosos dicen que por no, este, quebrantar un día aún podían ver a alguien caído y ellos no lo metían en manos. ¿Por qué? Porque es que va en contra de mis principios. Hermano, es una forma egocéntrica nada más. Ellos justificaban con su religión para no hacer lo que conviene, lo que es debido, lo que es Ahora sí, como dice el Antiguo Testamento, porque misericordia quiero y no sacrificio. Entonces, hermano, la religión verdadera tiene que ser con una vida piadosa, una vida, hermano, verdaderamente entregada al amor a unos a otros. Un religioso entonces, hermano, sólo observa su religión meticulosamente, pero en una forma externa, pero interna no hay nada de piedad, no hay nada de sinceridad, no hay nada, hermano, que valga la pena hacer. Por el vertículo 26, vemos entonces, en San Diego 1, 26, vemos que el religioso dice, es vanidoso, se cree, se cree ser algo. No hay una verdadera, pero no hay una verdadera piedad en él, no reprena su lengua. Puede ser que ande calumniando a otro, criticando a otro, o chismeando, o insultando, o yo no sé, o ande en chistes, en chistes, haciendo cosas. Dice San Diego, vive en el autoengaño, engaña su corazón, de nada sirve su religión. la religión del tal Hispano. Fíjense que las personas, las personas si nos juzgan por lo que hacemos, por nuestra conducta, por nuestra forma de ser. Hace poco les estaba comentando a mi esposa que ahí donde trabajamos hay un hermano que dice que es pastor, es pastor y así dice, y hasta le pusieron pastorcito. Hay el pastorcito y ahora ya no le dicen pastorcito, ahora le dicen pecador. ¿Por qué le dijeron? Primero le decían pastorcito, pastorcito. Ahí viene el pastorcito. Pero después que vieron su conducta, su forma de hablar y llevarse, dice mejor le cambiaron a pecador en lugar de pastor. Ahora ya no le dicen pastorcito, le dicen pecador. Hermano, La gente, hermano, sí nos juzga por lo que hacemos, por lo que decimos, cómo nos comportamos. Verdaderamente, sí, la gente, hermano, llega a conocernos por lo que somos. Entonces, en una ocasión, sentado con uno de ellos, hablando de ese joven, precisamente, dijo uno, ¿qué pastor va a ser este? No, estás viendo lo que hace. Dice, este no es pastor. Yo estaba sentado al lado de ellos. Claro, a veces a mí también me dicen pastor. No sé qué dirán atrás de mí, pero por lo menos me siguen diciendo pastor o hermano. Algunos me dicen maestro. Hermano, sí cuenta mucho la evidencia que transmitimos de nuestra verdadera religión. Hay religión, sus hermanos. que tienen una boca muy grande, una lengua muy larga, como dicen, como la rana esa que... Así. Hermano, tenemos que, con razón dijo el salmista, dice, voy a refrenar mi boca entre tanto que esté, dice, enfrente de los impíos. Hay que tener cuidado, hermano. Hay que tener cuidado con la lengua, con la boca, porque el impío te caza, te caza con lo que dices. Entonces, tenemos que tener cuidado. Parece que Santiago está tratando de una persona que no representa su lengua. Es decir, hable y hable y dice y en otras palabras se jacta. Hay personas que se jactan de su religión y se creen algo que no son. Y eso es lo que condena, está condenando el pastor Santiago. Entonces el vertículo 26 dice que se cree, se cree religioso, pero no refrena su lengua, vive en autoengaño, engaña su corazón, no le sirve de nada. La religión, la religión es vana, dice la religión del tal es vana. Santiago no intenta mostrar aquí la esencia de la espiritualidad de la cristiandad. No, no está tratando de la devoción. No habla nada de la devoción, sino de la religión, de la religión. es de tal, es de tanto, el adjetivo, la devoción en griego es el Eusebia, mientras que la religión en griego es Teshkein. Entonces, cuando trata Santiago, dice que la religión está tratando de, no de una religión de devoción, no está tratando de adoración, sino está tratando está tratando de mostrar los hechos que nos hace llevar a la religión. El religioso como el adjetivo Tesco o tres frescos, religioso, como el sustantivo texqueya, designa más bien que una disposición interior del corazón, la, la, la, la, lo exterior o la, la exterior observancia de la práctica religiosa. O sea, está tratando Santiago de ver la, la sustancia de la verdadera religión, especialmente las que tienen que ver con el culto. Es decir, tenemos aquí lo que también el Señor Jesús condenó con la tendencia de los religiosos puramente ritualistas, en el caso de los fariseos. Cuando habló en Mateo 23, donde dice que limpiaban el jarro por dentro, limpio el plato, está todo, pero por dentro dice está todo podrido. Es como un sepulcro blanqueado, es decir, este, afuera dice muy bonito, pero por dentro es una cochambre. A eso se está refiriendo Santiago también de la religión vana, de la religión vana. Este, en Marcos 7, en Marcos 7, 15, este, también el Señor, vamos a ver esto Marcos 7, 15, ¿qué dice? Marcos capítulo 7, versículo 15. Veo como dice aquí Marco 7.15, nada hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar, pero lo que sale de él, eso es lo que contamina al hombre. Este es lo que echa a perder entonces, lo que sale, lo que tú dices. Y si tú dices algo que no, que no es, este, tú dices algo, que eres algo y luego no lo, no lo vives, a la gente te va a empezar a, este, Dices, puro hablador nada más. Entonces, nada hay del hombre que entre en el que le pueda contaminar, sino lo que sale de él. Eso es lo que contamina al hombre. Entonces, lo que decimos, hermano, la gente, lo que decimos, la gente no lo cree si no lo practicamos. Entonces la gente quiere ver hechos y no solamente palabras, no solamente palabras. Ahora vamos a regresar a Santiago y vamos a ver lo que sigue diciendo el Pastor Santiago. El verbo, el verbo que usa ahí, vamos a volver a Santiago capítulo 1. Santiago capítulo uno, versículo veintiséis, veintisiete. La religión tal es vana, la religión pura y sin mácula, delante de Dios el Padre es esta. Entonces, este, antes de pasar a esto de la religión, este, pura y sin mácula, vamos a terminar con la frase, el verbo que está usando el Pastor Santiago. La religión del tal, la religión del tal es vana. del tal es vana, la palabra vana, es el verbo apatao, engañarse, en el griego apatao, engañarse. Santiago usa aquí el participio de presente para indicar que el individuo en cuestión está en un en un continuo engaño. ocurre únicamente aquí. Este Apatao aparece aquí en Santiago 1, donde dice el tal, la religión del tal es vana, es vana. Este también aparece en Efesios 5, 6 y 1 Timoteo 2, 15, donde habla del engaño. Vamos a ver esos dos textos. que nos da a entender lo que está diciendo Santiago aquí. Epesios 5, 6, dice ahí la palabra de Dios, Epesios 5, 6, el verbo apatao, engañarse, dice Epesios capítulo 5, versículo Versículo 6, nada os engañe, dice, nada os apatao. O sea, nadie, nadie se autoengaña. Nadie os engaña, con palabras vanas, porque por esta cosa viene el aire de Dios sobre los hijos de desobediencia. Nadie os engaña, dice el Apóstol Pablo. También en Timoteo, 1 Timoteo 2,14. 1 Timoteo 2,14, este, aparece eso, esta expresión, Mateo, 1 Timoteo, este, 2,14, dice ahí la palabra de Dios, dice, y Adán no fue engañado, sino que la mujer siendo engañada, incurrió en transgresión. Aquí, este, vemos otro engaño. El engaño, el sustantivo apate o engaño ocurre en otros muchos sentidos, en muchos lugares, pero el apatao suele engañarse, es decir, hermano, dice, el engañarse que está tratando Santiago aquí, no es el engañarse del corazón sino que se auto engaña ahora no sé cómo explicarlo no tengo la palabra suficiente pero hay personas que se llegan a engañar en otras palabras voy a Voy a poner un ejemplo sencillo. Hay personas que empiezan a contar, pues fíjense que yo hice esto, yo hice aquello. Y está consciente que no lo hizo, pero de tanto que lo dice, lo cuenta, lo repite, lo llega a creer. aquello que él mismo inventó. Ese es el apatao, es decir, es auto engañarse. No, no, no que, porque es diferente cuando el corazón, como dice Jeremías, Jeremías, este, 17, 9, que engañosos es el corazón. Hay personas que están engañados, no sé, están cegados por esa manera. Pero hay otros que se están engañando a sí mismo. O sea, que están creyendo la mentira que ellos mismos inventaron. Y ese es el verbo que está usando Santiago ahí. El verbo que usa es el apatao, es decir, engañarse, se engaña a sí mismo. se termina engañando, pues, y no, y no es engañado por su corazón. Este, entonces, Su sentido es de usar, su sentido es de usar maniobras tramposas, fraudulentas, bajo la apariencia de juzgar limpio. Con lo que el engañado se siente fascinado, como seducido por la brillante atracción. Es decir, se enamora de algo engañoso. Es eso, es como decir de algo, este es oro, aunque sabes que no es y terminas creyendo que es oro. Es decir, te engañas tú mismo. Es lo que Santiago está diciendo. Santiago no dice que su corazón es quien le engaña, sino que a sí mismo se autoengaña. No es un engaño que toma por sorpresa, sino un engaño conscientemente madurado o programado. De aquí que su religión dice todo el culto que esta persona pueda rendir a Dios es vana, es inútil, es vacío, inútil, no sirve de nada. La palabra, la palabra griega vana es es motano, es decir, vano, inútil, no sirve de nada, dice Santiago. Entonces, cuando Santiago dice, aquí en el texto que estamos viendo, dice, sino que engaña su corazón, vea, no, no, no, no que su corazón le engañe, sino que engaña su corazón. En otras palabras, termina creyendo la mentira que él inventa. Yo, yo soy, yo, yo estoy bien, soy, mira, voy al templo, yo diezmo, yo hago eso. Termina creyendo que está bien cuando no está bien. Entonces, no hay una evidencia de la verdadera vida piadosa. Santiago dice que esta persona es vana, todo lo que hace, todo lo que pueda creer de sí mismo, es tu religión del tal. No tiene eficacia, dice Santiago. Entonces Santiago a continuación empieza a mostrar entonces la verdadera religión válida delante de Dios, la religión pura y sin mácula es ésta, dice Santiago, es ésta, la religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es ésta. Entonces Santiago nos enseña cuál es la evidencia de la verdadera religión pura y sin mácula. ¿Cuál es? dice, ya lo vemos ahí, primeramente dice que es la religión, la religión pura y semácula es esta religión que Dios aprueba o acepta, es aquella sin mezcla de escoria, libre de contaminación o de profanación. En otras palabras, es un verdadero, una vida misericordiosa, por un misericordioso o un amor al necesitado. Dice que es visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones. La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta. Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones y dice y guardar desenmancha del mundo las buenas obras y la vida santa dice van mano a mano van mano a mano en una verdadera religión pura y sin mácula. Entonces la verdadera religión se manifiesta, dice Santiago, en ser misericordioso, en ser amoroso, este, compasivo al necesitado. Por eso, por eso Gálatas 6, 9 dice, nos exhorta que no nos cansemos de hacer bien, porque a su tiempo cegaremos y nos desmayamos. Hebreo 13, 16 dice que debemos ofrecer a Dios frutos del labio, que confiesa su nombre Pero también dice de la ayuda mutua, no os olvidéis. Se menciona en particular a los huérfanos y a las viudas porque no tienen quien les defienda, es decir, les proteja y les proporciona el sustento. El verbo, el verbo que usa Santiago otra vez, aquí es el epikestomai. que Santiago usa aquí significa propiamente hacer una visita de infección. Cuando Santiago dice visitar a los huérfanos, a la viuda, usa una expresión donde da a entender que nuestro deber como religiosos que somos es infeccionar, hacer una visita de infección a los viudas y a los huérfanos para entender cómo van las cosas, para enterarse cómo van las cosas y qué nuevas necesidades han suscitado en el seno de los afligidos. La aflicción aquí, cuando dice Santiago, la aflicción aquí, no quiere decir que la visita nuestra sea cuando haya sobrevenido un nuevo problema o una nueva tribulación, que el griego es el dipli, es decir, una aflicción en el cuando alguien está padeciendo una enfermedad, no se está refiriendo a Santiago, el amparar la viuda, visitar a la viuda, a los huérfanos. No, no precisamente, claro, es obvio que debemos hacerlo cuando alguien se enferma, una viuda, un huérfano, pero el verbo que usa, dice, es proteger los desamparados, es acobijar a los huérfanos, es lo que se está, es lo que santiago da a entender, es decir a los débiles, a los maltratados, a los que, a los que se quieren aprovechar de ello, nosotros los religiosos, somos los que debemos sacar la cara por ello, no se está refiriendo de que, ah está en cama voy a Claro, lo debemos hacer. Pero el mero pensamiento que está dando Santiago es ser protector de los débiles. A eso se está refiriendo Santiago. Entonces, visitar a los huérfanos de la viuda es, en otras palabras, siempre estar dispuesto a apoyar a los que más necesitan de nuestra protección. Entonces, a eso se refiere. ¿Por qué? Porque también hay otra palabra que Santiago usa, aquí la aflicción, que a veces queremos entender que la aflicción es cuando nada más tiene fiebre, ¿verdad? Y tengo que ir a verlo, porque es lo que le dice. No, no, no, no. Santiago no se está refiriendo de la enfermedad momentánea, sino de la aflicción por causa del desamparo, por causa de la viudez o por causa de la huerfandad. A eso se está refiriendo que nosotros debemos entonces acobijar a esta gente, acobijarlo. Hacer una infección, dice, hacer una visita de infección. ¿Cómo te va? ¿Quién te está maltratando? ¿Quién quiere abusar de ti? Es decir, ese es el amparo que dice Santiago, lo que debemos hacer. ¿Se comprende? Es decir, es estar pendiente de la viuda y de los huérfanos. Ahora, entonces, Ahí, dice, se manifiesta la verdadera vida piadosa, la verdadera religión pura y sin mácula. Es interesante, obviamente, que cuando alguien está afligido debemos visitarlo, como dice el mismo Santiago, a ir a orar por esa persona, a ungirlo con aceite, que es propiamente llevarle una medicina y aliviarlo de su aflicción. Pero aquí el problema que Santiago está usando de la tribulación especial es el tlipleisei. ¿Qué significa el estado continuo de huervandad? y viudez sin defensa. Este es, dice Santiago, la religión pura y semácula la debemos mostrar visitando a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones. O sea que en su aflicción de viudez y en su aflicción de huérfandad. Y también dice la separación del mundo. En otras palabras, guardarse sin mancha del mundo. Es lo que dice también Tito 2, 11. Vamos a mirar nada más Tito 2, 11. Tito 2, 11, 11, 12. Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos y vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente. Es, dice, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente. Guardarse sin mancha del mundo, dice Santiago, el creyente que obra así procura ponerse a salvo de las atracciones del mundo, de la carne y la lucha contra las tentaciones peligrosas como ocurre en los ataques de la sensualidad. Nuestro Señor pidió al Padre Celestial que no nos sacara del mundo. Cristo cuando oró no dijo que nos sacara de este mundo, sino más bien que nos guardara del mal. Juan 17, 15, No ruego que los quite del mundo, sino que los guarde del mal. El pastor Santiago aquí propone como una religión perfecta la huida del mundo a un monasterio o llegar a ser una ermita. una persona que ha escondido allá donde nadie le ve. No, no, no, no. Sino Santiago está diciendo que es conservarse inmune a la contaminación del mundo. Es decir, cuando dice guardarse sin mancha del mundo, es ser inmune a las contaminaciones del mundo, a las contaminaciones de la carne, a las tentaciones, a la sensualidad. Tener inmunidad en eso, dice. Y es lo que enseña primero de Corintios. Vamos a ver primero de Corintios capítulo 5, primero de Corintios capítulo 5, versículo 9. Dice ahí 1 Corintios 5, 9, Pablo también trata acerca de esto, os es escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios. No salas absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los ábaros, o con los ladrones, o con los idólatras, pues en tal caso os sería necesario salir del mundo. Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que llamándose hermano. fuere fornicario, ávaro, idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón, con el tal, ni aún comáis. Dice entonces el apóstol Pablo también está diciendo que el guardarse sin mancha del mundo, dice, es no tanto dice con los mundanos, sino con aquellos que se dicen hermano y no viven la eficacia de la religión. Eso dice, hay que apartarse de ello. El peligro entonces, el peligro no está en que la iglesia se haya dentro del mundo, sino el verdadero peligro es que el mundo se haya dentro de la iglesia. Es el verdadero problema, hermano. Entonces, que la iglesia puede estar guardada. Puede estar en medio del mundo, pero debe estar guardado. Inmune, dice, a la inmundicia. Debemos ser inmune a la inmundicia. Debemos estar en el mismo lugar que el mundo, pero, dice, debemos guardar una capa de inmunidad a este mundo. El problema, dice, es cuando metemos el mundo en nuestra iglesia. Ahí está. el peligro. No es que el cristiano viva en el mundo, sino que el mundo llegue a contaminar en nuestro seno. Es el verdadero peligro. Por eso Romano 12.1 dice, no os conforméis, no os conforméis a este siglo, dice la palabra de Dios. Entonces, Santiago, ahora hermano, va a empezar a mostrar quiénes son los verdaderos, los que verdaderamente profesan una religión, pero que tienen la eficacia de ella. No sólo a los habladores, no sólo a los que dicen y no hacen, como el caso de los fariseos. Ahora, por eso va a continuar mostrando que la verdadera religión No solo es, dice, ser compasivo con los más desprotegidos, acobijarlos, ampararlos, siempre estar con ellos, pero también dice, es mostrarlo, dice, no ser imparcial, siendo imparcial, porque la parcialidad dice que es otra evidencia de una falsedad. Y así sigue Santiago mostrando. Luego llega también mostrando que no hay obra, no hay buena obra, también dice son engaños. Y así va Santiago argumentando quién, cómo debe ser la verdadera religión, la verdadera fe con su evidencia que es mostrado a través de una religión de piedad y de santidad. piedad y santidad. Hermano, no podemos solamente, como los antiguos, observar una meticulosa religión, sino, dice, debemos vivir la eficacia de ella. Es lo que este pastor empieza a mostrar. Y parece que había el peligro había el peligro en aquel entonces esa falsedad a los hermanos expatriados que él le escribió en su momento. Hermanos, vamos a dejar aquí este comentario y que Dios nos ayude entonces a ser un verdadero religioso y no nada más de lengua. Que no seas nada más religioso de lengua, sino que viva, practique la verdadera vida de piedad, de santidad. Porque cuando dice la palabra guardarse de mancha del mundo, se está refiriendo a una vida santa. una vida consagrada, una vida apartada, apartado del pecado. No son del mundo como tampoco yo soy del mundo, dijo el Señor. Guárdalos, dice el Señor. Guárdalos en tu nombre. Así debe ser. Vamos a ponernos de pie, hermano, y vamos a despedirnos en esta mañana con la bendición de Dios. En la tarde tenemos también adoración. Venga y escuche la palabra del Señor.
La Fe Y Sus Evidencias
Series Estudio Expositivo De Santiago
Sermon ID | 1041517554310 |
Duration | 51:50 |
Date | |
Category | Teaching |
Language | Spanish |
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