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Imagínense cómo habrá sentido el combatiente que en la guerra de Vietnam regresa a su hogar y le está contando a su esposa, a sus hijos. Y empieza a contar de que, bueno, el Teniente Dixon iba con su unidad y encuentran fuego del enemigo, fuego intenso, y ellos estaban tratando de evacuar a este soldado herido. Y bueno, este Teniente Dixon toma una decisión muy valiente. Se enfrenta al fuego del enemigo, expone su propia vida, para poder darle paso, hacerle lugar para que sus compañeros puedan llevar a este soldado herido. Todos sobrevivieron, menos el Teniente Dixon, quien fue póstumamente galardonado con la medalla de honor por su valentía y sacrificio. Imagínense el agradecimiento de este soldado en su casa, sabiendo de que su teniente dejó su vida por él. ¿Cuánto más nosotros, hermanos, no debemos estar agradecidos de que no solamente nuestra vida física ha sido preservada, sino que nuestra vida espiritual por toda la eternidad ha sido preservada por Cristo? Cristo dio su vida por nosotros. El amor y sacrificio de Cristo es lo que nos llevó al Padre. Así que vemos en este mensaje de hoy que Cristo nos llevó a Dios a través de su sufrimiento. Y cuando contemplamos la sección, le invito a que vaya conmigo a Primera de Pedro, Completamos una parte ya muy importante de este libro, pero cuando contemplamos lo que es la sección de Primera de Pedro, que va desde el 3.13 a lo que es el 4.11, toda esa sección, hermanos, nos muestra que lo que observamos ahí Es todo enfocado en los sufrimientos de Cristo y en el juicio venidero que viene para vindicar a aquellos santos de Dios. Pero la sección que vamos a considerar hoy está en el capítulo 3, versículos 18 al 22. Cinco versículos. Y luego de haber alentado entonces a los creyentes, con que deben ser fuertes y sentirse bendecidos cuando sufren, ahora el apóstol Pedro les presenta el modelo perfecto del sufrimiento. Está presentándoles a Cristo, el modelo perfecto del sufrimiento. Y este modelo perfecto es un modelo también que es una persona, es nuestro Cristo, es el victorioso Cristo. quien ha ascendido a la gloria eterna, pasando por el sufrimiento temporal. Y en este proceso, como parte de su obra perfecta, nos lleva a nosotros, a Dios. Así que, al mismo tiempo que estos queridos creyentes a los que Pedro les está escribiendo están sufriendo, Pedro ahora les está diciendo que no solamente son bendecidos cuando sufren por causa de la justicia, sino que también les está mostrando el ejemplo perfecto del sufrimiento piadoso para alentarlos. Y en esta sección vamos a hacer algo parecido, conforme vemos esta sección, vamos a hacer algo parecido a lo que vimos en los dos mensajes anteriores. ¿Se acuerdan que hablamos de que teníamos corchetes? Entonces, en este caso tenemos uno de estos corchetes, es la obra perfecta de Cristo, que empieza en el versículo 18, luego vamos hasta el 22, vamos a usar esos dos versículos hoy, y el material que queda en el medio, trata con uno de los temas más controversiales, no solamente del Nuevo Testamento, sino de toda la Biblia. Esto que estamos viendo es un tema bien difícil, bien discutido, muy profundo, y es, bueno, lo que queda en el medio, en los versículos 19 al 21, es saber qué es lo que Cristo hizo entre su muerte y la ascensión al cielo, algo que veremos la semana entrante. Así que hoy veremos los versículos 18 y 22, la semana que viene, 19 al 21. Y el mensaje de hoy entonces lo vamos a dividir en tres puntos, que estos tres puntos contestan una pregunta. ¿Cómo es que Cristo trae a los creyentes a Dios? Hay tres cosas que pasan. Cristo nos llevó a Dios a través de su sufrimiento, sufrimiento o muriendo, y luego resucitando y luego ascendiendo al cielo. Esos son los tres puntos que vamos a ver hoy, muriendo, resucitando, ascendiendo. Entonces, comenzando con el punto número uno de estos tres eventos que nos enseñan cómo Cristo nos trae al Padre en los cielos, Vemos que el versículo 18 dice así, si usted lee desde la Nueva Biblia de las Américas dice, porque también Cristo murió por los pecadores una sola vez. Ahora, si usted lo lee desde la Reina Valera, tiene la Reina Valera en este caso una expresión que se ajusta un poco más al lenguaje original, dice padeciendo o sufriendo. Entonces, la palabra que usa Pedro es sufriendo en vez de muriendo. A pesar de que lo tenemos acá, hay una razón por la que está dicho así, muriendo, porque el resultado de ese sufrimiento es la muerte. Y Pedro incluye este texto para subrayar la victoria de Cristo a pesar del sufrimiento que padeció. Pero las enseñanzas principales de este texto indican que Jesús sufrió, murió y resucitó y está a la diestra de Dios con toda la autoridad que le ha sido concedida. Y entonces, lo que Pedro quiere hacer aquí es mostrarles a los creyentes, tanto del primer siglo como a nosotros, el sufrimiento del Señor. Y esto comienza con identificarlos con tal sufrimiento. Por eso es que él usa esta conjunción que dice, ¿por qué? Al usar eso, él está conectando lo que es la obra de Cristo con la experiencia misma que están viviendo los creyentes. ¿Qué es lo que están viviendo los creyentes? Sufrimiento injusto. Y es lo mismo que padeció Cristo, sufrimiento injusto. Por lo tanto, Pedro les muestra cómo fue que Cristo también sufrió sufrimiento injusto y venció rotundamente a sus enemigos. Y nos estás dando el ejemplo. Ahora, ¿qué otra cosa más alentadora podrían escuchar estos creyentes que Cristo padeció para llevarlos a Dios? Porque les está marcando el camino. ¿De dónde van a ellos ir? Y esto es exactamente lo que Pedro le dice a los creyentes. Versículo 18, si lee conmigo, porque también Cristo murió por los pecados una sola vez, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, muerto en la carne, pero vivificado en el espíritu. En el contexto, el apóstol explica que a pesar de los sufrimientos, al final Jesús salió victorioso. Entonces, no sé si le pasa a usted, pero esto termina siendo de aliento para los creyentes, porque nos comunica que cuando sea nuestro turno de padecer por causa de Cristo, también vamos a salir victoriosos. El versículo 18 nos muestra el propósito y el alcance de los sufrimientos y la muerte de Cristo. Este versículo 18 nos habla de tres vivencias que Cristo experimentó para llevar a los creyentes a Dios. Nos muestra el sufrimiento de Cristo, la muerte, pero también la resurrección de Cristo. Como dice un teólogo en este versículo, encontramos uno de los resúmenes más breves y sencillos y, sin embargo, uno de los más ricos que se dan en el Nuevo Testamento sobre el significado de la cruz de Jesús. Así que, si estaba buscando una definición del significado de la cruz de Jesús, el versículo 18 le ayuda mucho en eso. Ahora, Notemos que la traducción preferida, como les decía al principio, es Cristo sufrió y no Cristo murió. Y la Reina Valera ahí hace un muy buen trabajo porque captura mejor el registro de los manuscritos más confiables. La Reina Valera dice, Cristo padeció, que en un sentido sigue la misma línea del concepto que Pedro ya introdujo en el 2.21. Si usted mira rápidamente ahí el 2.21, dice así, leyendo de la Reina Valera, pues para esto fuisteis llamados, porque también Cristo padeció por nosotros. dejándonos ejemplo para que sigáis sus pisadas. En la versión que estoy usando ahora dice, porque también Cristo murió. ¿Cómo les decía? Ese padecimiento termina en la muerte de Cristo. Así que es entendido y está bien usado que también diga que Cristo murió. O sea, desde el capítulo 2, Pedro ya ha introducido a Cristo como un ejemplo de sufrimiento, sobre todo cuando hablamos de sufrimiento injusto. Y eso es lo que comunica Pedro acá en el 3.18. Cristo es nuestro ejemplo de sufrimiento injusto y nosotros debemos seguir en sus pisadas. Pero eso sí, Para que los creyentes no se confundan, Pedro inmediatamente aclara que el sufrimiento de Cristo por los pecados, que es lo que dice ahí, fue una vez por una sola vez. Esto es en obvia referencia a que los sufrimientos de Cristo por los pecados, o como lo expresa acá la Nueva Biblia de las Américas, la muerte de Cristo por los pecados fue una sola vez. En esto debemos comprender que hay una diferencia abismal entre lo que es el sufrimiento que el creyente sufre al sufrimiento vicario que sufrió Cristo. ¿A qué me refiero con vicario? Bueno, vicario significa que fue un sufrimiento sustitutivo. Cristo tomó el lugar del pecador para pagar por los pecados de éste, pero Lo más hermoso de todo esto es que el sacrificio vicario, ¿saben por quién es ofrecido? Por Dios. Dios presenta a su propio Hijo. Dios es quien ofrece a su Hijo unigénito. Juan 3.16 nos dice eso, porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna. Pero conforme nos encontramos que Pedro nos dice que Cristo murió por los pecados una sola vez, aquí necesito hacer una pausa. Aquí necesitamos detenernos y darle importancia a las palabras que Pedro está dando acá. ¿Saben por qué? Porque estas palabras son claramente ignoradas por la doctrina blasfema de la misa que la iglesia católica practica. Y por favor necesito que me preste atención porque esto tiene que ver con gente que nosotros amamos. He tenido esta conversación con mi padre por muchos años hasta que finalmente el Señor le abrió los ojos. Y necesito que entienda que la estrategia de Satanás cuando se trata de estas doctrinas es la de confundir a la gente con una ensalada de palabras. Algo que, hablando de elecciones, ahora en noviembre tenemos elecciones presidenciales y tenemos uno de los candidatos que se dedica a esas ensaladas de palabras. Habla un montón de cosas, no dice nada de sustancia, apoya cosas malvadas, pero lo hacen cubriendo sus verdades y sus verdaderas intenciones con estas ensaladas de palabras. para tapar lo que verdaderamente está comunicando. O sea, una mezcla de palabras y conceptos que aseguran decir algo, pero que en verdad dicen lo contrario a la verdad. Y esto que está pasando ahora, en estas elecciones presidenciales, es lo que, cuando uno lee la teología católica, ve exactamente lo mismo. Cuando explica, por ejemplo, la misa y la eucaristía, esto es lo que dice la iglesia católica, dice que es el sacramento en que los fieles reciben el cuerpo y la sangre de Cristo, que el catolicismo asegura que es el verdadero cuerpo y sangre de Cristo, fenómeno que ellos llaman transubstanciación. Pero cuando se trata de la misa, ellos dicen, no, no sacrificamos a Cristo una y otra vez, Algo que Pedro claramente acá dice, que Cristo murió una sola vez y para siempre. Ellos dicen no, no hacemos eso, lo hacemos presente de manera sacramental en el acto eucarístico. Dicen que no, pero luego, con lo mismo que dicen, están diciendo exactamente de que sí lo hacen. Porque con el acto eucarístico, cuando participan del sacrificio, en el caso de ellos lo entienden del vino y del pan, ellos dicen traer el cuerpo real y la sangre real de Cristo y participar de una manera que ¿Qué es lo que hace el sacerdote? Algo que también la Biblia había, digamos, ya dejado a un lado. Esas eran cosas del Antiguo Testamento, pero ellos todavía tienen un altar que no deberían tener, un sacerdote que no deberían tener y un sacrificio que ya fue hecho una vez y para siempre. Pero ellos dicen, no, nosotros cada vez que lo hacemos lo volvemos a hacer, pero eso sí, no lo volvemos a hacer una y otra vez. O sea, en definitiva, Es una ensalada de palabras que no comunican la verdad. Por ejemplo, miren, el concilio de Trento, concilio muy importante en la iglesia católica, en la historia, claramente enseña que la presencia de Cristo en estos sacramentos es una presencia real, al punto que el concilio maldice a aquel que no cree que esta presencia es real. O sea, Si el concilio me está diciendo qué es lo que me debo guiar, si en mi fe como católico me está diciendo el que no cree que el cuerpo, el pan y la sangre, el vino es real, maldito sea. Pero luego girás y me decís que no, no, nosotros no estamos sacrificando a Cristo una y otra vez. O sea, en ese juego de palabras, La gente que no tiene, bueno, el discernimiento, no entiende que va en contrario a lo que Pedro está enseñando en 1 Pedro 3.18, porque también Cristo murió por los pecados una sola vez. Pero dejemos la ensalada de palabras a un lado y enfrentemos la realidad de lo problemático y herético que la Misa y la Eucaristía son. La misa católica está bañada de naturaleza sacrificial al enseñar que Cristo se hace presente y es sacrificado de nuevo, contradiciendo así la comprensión bíblica del sacrificio único y suficiente de Cristo en la cruz. Algo que, por ejemplo, Hebreos 10.10 claramente enseña acerca del sacrificio único de Cristo. Les leo Hebreos 10.10. Por esa voluntad hemos sido santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo ofrecida una vez para siempre. Entonces, les voy a mostrar, hermanos, porque esto es muy importante, es tan importante que la vida de mucha gente, las almas, el destino eterno de muchas almas depende de esto. Hebreo 7, 26, 27 dice, porque convenía que tuviéramos tal sumo sacerdote, Cristo, santo, inocente, inmaculado, apartado de los pecadores y exaltado más allá de los cielos, que no necesita, como aquellos sumos sacerdotes del Antiguo Testamento, ofrecer sacrificios diariamente, primero por sus propios pecados y después por los pecados del pueblo. Porque esto Jesús lo hizo una vez para siempre, cuando Él mismo se ofreció. Luego en el 9, 11 y 14, el autor de Hebreos, el escritor de Hebreos nos dice, pero cuando Cristo apareció como sumo sacerdote de los bienes futuros, a través de un mayor y más perfecto tabernáculo, no hecho con manos, es decir, no de esta creación, Entró al lugar santísimo una vez para siempre. No por medio de la sangre de machos cabríos y de becerros, sino por medio de su propia sangre, obteniendo redención eterna. Porque si la sangre de los machos cabríos y de los toros y la ceniza de la novilla rociadas sobre los que se han contaminado, santifican para la purificación de la carne, cuánto más la sangre de Cristo, quien por el Espíritu Eterno, Él mismo se ofreció sin mancha a Dios, purificará nuestra conciencia de obras muertas para servir al Dios vivo. Y es tan importante esto que nuevamente, En lo que es más adelante, el final del capítulo 9, dice esto, porque Cristo no entró en un lugar santo hecho por manos, una representación del verdadero, sino en el cielo mismo, lo que estamos viendo hoy, que se fue a sentar a la diestra del Padre para presentarse ahora a la presencia de Dios por nosotros. Él es el único sumo sacerdote y no para ofrecerse a sí mismo muchas veces. Versículo 25, como el sumo sacerdote entra al lugar santísimo cada año con sangre ajena, ¿no? Pero bueno, de otra manera, a Cristo le hubiera sido necesario sufrir muchas veces desde la fundación del mundo, pero ahora, una sola vez, en la consumación de los siglos, se ha manifestado para destruir el pecado por el sacrificio de sí mismo. Y así como está decretado que los hombres mueran una sola vez, y después de esto el juicio, que este versículo es importante para algo que vamos a ver por ahí la semana que viene, el hombre tiene una sola oportunidad. Cristo nos fue a predicar a espíritus para darles una segunda oportunidad. Versículo 28 dice, así también Cristo, habiendo sido ofrecido una vez para llevar los pecados de muchos, Aparecerá por segunda vez sin relación con el pecado para salvación de los que ansiosamente lo esperan. Y como les leía anteriormente, capítulo 10, versículo 10, por esa voluntad hemos sido santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo ofrecida una vez para siempre. Ciertamente, todo sacerdote está de pie, día tras día, ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios que nunca pueden quitar los pecados. Y esto está hablando del sistema sacrificial del Antiguo Testamento, algo que Dios anuló con Cristo. Pero Cristo, habiendo ofrecido un solo sacrificio por los pecados para siempre, Se sentó a la diestra de Dios. Cristo nos llevó a Dios a través de su sufrimiento. Cristo pagó, murió una sola vez y se sentó a la diestra de Dios. Así que seamos claros, amados hermanos, una vez que leemos la palabra correctamente, dejando a un lado la ensalada de palabras, inteligible, no sólo vemos que Cristo sufrió y murió una vez y para siempre, sino que junto con la salvación que nos regala Cristo, nos imparte gracia para vivir vidas agradables a Dios y ser personas que hacen buenas obras, como agradecimiento a Dios. Hacemos buenas obras no como medios de salvación, hacemos buenas obras no para complementar la fe que Dios nos ha regalado, por otra parte, pero trágicamente vemos que la iglesia católica incorrectamente enseña que las obras complementan la gracia. O sea, la visión católica de la Eucaristía, como un medio de gracia que complementa la fe, socava la suficiencia de la obra de Cristo y la salvación solo por la fe. Efesios capítulo 2, versículos 8 y 9, claramente dice, porque por gracia ustedes han sido salvados por medio de la fe. Y esto no procede de ustedes, sino que es don de Dios, no por obras para que nadie se gloríe. Estaba trabajando en un lugar muy conocido acá y tuve la oportunidad de ir a hablar con una monja que amo, bueno, murió, para explicarle esto. Y me escuchó y sus ojones quedaron grandotes. Por alguna razón no lo había visto. Es mi oración de que el Señor haya usado eso para ella entender que no podía justificarse por buenas obras. Mire, esa monja que les digo había recibido premios en Washington DC por la cantidad de obras y el bien que había hecho a la comunidad. Nadie quita eso, pero eso no salva a nadie. Solamente la obra perfecta de Cristo es la que nos salva. Pero entonces, hermanos, ¿por qué me estoy tomando el tiempo de hablar de esto? Porque cuando dejamos de lado el confuso trabalenguas teológico, propuesto por la Iglesia Católica con su ensalada de palabras que busca confundir la clara enseñanza bíblica, ahí vemos la importancia del Evangelio, tal como lo entiende la teología protestante, que se centra en la gracia a través de la fe, sin depender del sacramento o de ningún tipo de ritual. Como dice John MacArthur en su estudio acerca de la misa católica, él dice lo siguiente, y cito, en el fondo es una negación del sacrificio singular de Cristo en la cruz, porque la misa es una ofrenda de Cristo repetida por un sacerdocio ilegítimo en un altar ilegítimo para un fin inútil e impío. Macarto luego lee las palabras de uno de los teólogos católicos más importantes, que se llama John O'Brien. Este es un sacerdote católico quien ha ayudado a los católicos romanos a que comprendan la importancia de la misa. Y miren lo que dice este hombre, sacerdote católico. Escribió un libro muy conocido que se llama La fe de millones, las credenciales de la religión católica. Y él está defendiendo. la misa, y dice esto acerca de la misa y de la Eucaristía, y cito a este sacerdote católico, dice, cuando el sacerdote anuncia las tremendas palabras de la consagración, se está refiriendo a la misa, se eleva a los cielos, hace descender a Cristo de su trono y lo coloca sobre nuestro altar para ser ofrecido de nuevo como víctima por los pecados del hombre. Y el sacerdote continúa con la blasfemia. Dice, citando nuevamente, es un poder ejercido por el sacerdote mayor que el de los santos y de los ángeles, mayor que el de los serafines y querubines. De hecho, es un poder mayor incluso que el de la Virgen María. Y sigue. Mientras que la Santísima Virgen fue la agencia humana por la que Cristo se encarnó una sola vez, el sacerdote hace descender a Cristo del cielo y lo hace presente en nuestro altar como víctima eterna. Una y otra vez. Primera de Pedro claramente nos dice, una vez y para siempre, Cristo murió por los pecados una sola vez. Ahora, ¿por qué se llega a una creencia tan aberrante? Bueno, simplemente porque es una doctrina de demonios que ensalza al hombre y hace de Cristo una burla ridícula. Escuchan lo que sigue diciendo el sacerdote John O'Brien, cito. El sacerdote habla, y es aquí que Cristo, el Dios eterno y omnipotente, inclina su cabeza en humilde obediencia a la orden del sacerdote. Como decimos en Uruguay, tomá mate. ¡Qué pensamiento tan blasfemo! Lo único que le faltó fue decir que el sacerdote debe ocupar el lugar de Cristo. Oh, esperen. Veamos, el sacerdote O'Brien sigue hablando. Cito. De que sublime dignidad es el oficio del sacerdote cristiano que tiene así el privilegio de actuar como embajador y viceregente de Cristo en la tierra. Él continúa el ministerio esencial de Cristo. En serio. De por sí está equivocado en que sea sacerdote, como les digo, eso ya fue abolido, cuando en esta época todos los creyentes son sacerdotes espirituales. ¿Sabía usted eso, que usted como creyente es un sacerdote espiritual? Esa es la enseñanza de la palabra. De por sí es equivocado querer reinstalar, restablecer el sistema sacrificial abolido por Dios, pero querer ocupar el lugar de Cristo. Vamos. Veamos, ¿qué más dice este sacerdote? Él dice que el sacerdote católico, cito nuevamente, enseña a los fieles con la autoridad de Cristo, perdona al pecador arrepentido con el poder de Cristo, ofrece de nuevo el mismo sacrificio de adoración y expiación que Cristo ofreció en el Calvario, ¿Y yo me estoy agarrando la cabeza? ¡No! ¡Esta es una herejía de las más abominables! ¿Qué puede ser peor que esto? Ah, perdón, el sacerdote O'Brien sigue diciendo, cito, no es de extrañar que el nombre que los escritores espirituales son especialmente aficionados a aplicar al sacerdote sea el de Alter Christus. Porque el sacerdote es y debe ser otro Cristo. Saz. Apareció el peine. Ahora sí, llegamos ya al colmo de los colmos. Llegamos a la herejía máxima, la favorita de Satanás. Por otra parte, tomar el lugar de Dios, usurpar el lugar de Dios, llamarse un Dios. Pero mi pregunta es, ¿qué nos dice Cristo acerca de esto? ¿Qué dice el Señor de la iglesia? Porque la Biblia advierte sobre otros cristos que van a venir, falsos cristos que proliferarán en los últimos días. El Señor en Marcos 13.22 nos dice, porque se levantarán falsos cristos y falsos profetas y mostrarán señales y prodigios a fin de extraviar, de ser posible, a los escogidos. En Lucas 21, 8, Jesús respondió, cuídense de no ser engañados porque muchos vendrán en mi nombre diciendo, yo soy el Cristo. Ay, me suena como el O'Brien. Y el tiempo está cerca, dice el Señor, no lo sigan. No es de extrañar entonces que con la encarnación de Cristo, el Dios hombre, fuera perseguido intensamente por aquellos que siempre le han querido reemplazar. El punto es que Cristo nos llevó al cielo a través del sufrimiento muriendo una sola vez. Sacrificio perfecto de Cristo que usted debe recibir en fe, arrepentirse de sus pecados, abrazar la obra perfecta de Cristo y entregarse a sus manos y caminar en obediencia. Entonces, hermanos, volviendo al pasaje de primera de Pedro, la naturaleza singular de este sacrificio En otras partes del Nuevo Testamento apunta a que es singular, es única y que es eficaz, pues ya no había necesidad de otro sacrificio, como vimos claramente en Hebreos 10.10. Este sacrificio fue, ¿qué dice? Por pecados, pecados que Cristo no había cometido. Él vivió una vida perfecta, santa, siendo entonces el sacrificio de Cristo entregar su vida por los pecados fue un, digamos, sacrificio vicarial. Cristo murió en lugar de los pecadores. Y como les decía al principio, el versículo 18 nos presenta con el propósito del sufrimiento de Cristo, que es llevarnos a Dios, gloria a Dios. Cristo nos llevó a Dios a través de su sufrimiento. Y la palabra usada por Pedro para llevarnos y describir, llevarnos a Dios, es una palabra muy especial porque implica de que alguien es llevado al lado de esa persona, lo lleva con cuidado para darle acceso a un lugar prominente, un lugar importante. De hecho, puede hablar de la admisión que una persona tiene a una audiencia con un gran rey. Hay una clara implicancia en esto que comunica Pedro, y es que si Cristo, obviamente, no hubiera muerto por nosotros, ¿qué hubiera pasado? Nosotros no habríamos llegado a la presencia de Dios. Pero Él acá nos da, digamos, acceso a Dios Padre. Y desde el primer punto, entonces, hermanos, debemos extraer la realidad de que la muerte de Cristo, Su sufrimiento injusto nos debe servir de aliento a los creyentes cuando padecemos injustamente. Entonces, ¿qué es lo que vemos ahora, a medida que desarrollamos el versículo 18, encontramos nuestro segundo punto? Y es que hay otro evento que nos enseña de cómo Cristo nos trae delante de Dios Padre en los cielos y es resucitando. Y esto nos vindica a los creyentes, nos sirve también de aliento porque somos vindicados delante de Dios. Como veíamos al comienzo, la sección de primera de Pedro 3, 18 al 22, son estos cinco versículos que estamos estudiando, tienen el siguiente flujo. Jesús sufrió para llevarnos a Dios. Y Él logró esto al hacer las siguientes tres cosas. Padeció la muerte. Fue resucitado a una nueva vida, esas dos cosas en el versículo 18, y fue sentado a la diestra del Padre en el versículo 22. Son los paréntesis, los corchetes. Y si bien el versículo 22 y el versículo 18 están así como un poco distantes el uno del otro, La lista de tres que están incluidas acá, estas tres cosas, son participios expresados en participios que gramaticalmente los conecta unos a otros con lo que es el mensaje que está dando Pedro acá. ¿Cuál es el mensaje? El sufrimiento injusto de Cristo nos ha traído delante de la presencia de Dios. Cristo nos llevó a Dios a través de su sufrimiento. Y hubieron estos tres eventos que nos enseñan cómo Cristo nos trae al Padre. Y estamos viendo el segundo ahora, que es resucitando. Entonces, su muerte y ser sentado a la diestra del Padre, ahí no hay controversia. Esto ha sido afirmado claramente en la Iglesia por toda la historia. Es más, es el hecho de haber sido sentado a la diestra del Padre que nos ha dado a los creyentes la bendición de ser llevados a Dios. Pero este segundo evento que vemos, resucitando, que es parte de lo que Cristo ha hecho para llevarnos delante de Dios, en un sentido ha sido un poco más controversial. ¿Por qué? Han habido tres posiciones respecto a qué es lo que Pedro está comunicando acá. Por ejemplo, cuando dice vivificado en el Espíritu, muerto en la carne pero vivificado en el Espíritu, final del versículo 18. Algunos creen que se refiere al Espíritu Santo, otros al Espíritu del cuerpo, o sea, al Espíritu humano de Cristo, y otros a que se refiere al ámbito del Espíritu. La gente que entiende que Pedro se refiere al espíritu del cuerpo, es porque está resaltando el contraste que Pedro hace entre la muerte de Cristo en la carne, dando a entender que su espíritu humano fue resucitado. En este caso, Si lo entendemos de esa manera, de que el Espíritu Humano de Cristo es resucitado, entonces no estamos hablando de que, digamos, es el Espíritu Santo ejecutando la resurrección de Cristo, sino que estamos hablando de la experiencia intermedia de Cristo sin cuerpo y que luego así va a la diestra del Padre. Ahora, recordemos que vamos a hacer de cuenta, me toca partir ahora, un infarto acá mismo, mi cuerpo queda acá y voy inmediatamente, esta es la experiencia intermedia, que voy a ir en espíritu inmediatamente delante de la presencia de Dios. Ahora, en el arrebatamiento, mi cuerpo que ha estado enterrado por el tiempo que haya entre mi muerte y el arrebatamiento, se va a levantar y se va a unir con mi espíritu y voy a tener el cuerpo glorificado con el que voy a vivir por toda la eternidad. Ahora, el punto uno de creer acá de que es el espíritu humano de Cristo, esa es una posición. Ahora, Mi postura, yo creo que es más probable que Pedro aquí se refiere a la resurrección física. Algo que hace completo sentido porque ayuda a mostrar este marchar victorioso de Jesús hacia la ascensión. Murió, resucitó, ascendió. Pero creemos sin lugar a dudas de que Cristo es resucitado por el Espíritu Santo y luego está ese periodo de tiempo que veremos la semana que viene. Por ejemplo, hay personas que dicen, no, fue el espíritu humano. Entonces dicen, ese espíritu humano estaba muerto porque estaba separado de Dios. Puede ser. Es más, de todo esto que estamos hablando, no podemos ser dogmáticos. Eso quiere decir que no es que una posición es verdad y las otras son errores. Hay libertad. Ahora, yo creo que acá está hablando de la resurrección física de Cristo. ejecutada por el Espíritu Santo. Ahora, me baso en Romanos 1.4 que dice acerca de Cristo y que fue declarado Hijo de Dios con un acto de poder conforme al Espíritu de Santidad por la resurrección de entre los muertos nuestro Señor Jesucristo. Hay otro pasaje también de Pablo en Romanos 8.11 donde afirma que Espíritu se refiere al Espíritu Santo levantando a Cristo de los muertos. Les leo. Pero si el Espíritu de Aquel que resucitó a Jesús dentro de los muertos habita en ustedes, el mismo que resucitó a Cristo Jesús dentro de los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu que habita en ustedes. O sea, al Pedro mencionar la resurrección de Cristo, es como que Pedro está completando el círculo, volviendo a los conceptos de haber sido muerto en la carne y haber sido hecho vivo en el Espíritu, la resurrección por el Espíritu Santo, y luego ascendiendo al cielo. Hace más sentido. Y sobre todo, hace más sentido, les voy a mostrar también, porque la semana que viene, que vamos a ver un tema muy controversial, yo sí creo que Cristo, y vamos a ver en qué tiempo fue, fue a predicarle a los ángeles caídos, aquellos que fueron encarcelados en Génesis 6, y Cristo va a predicarles con su cuerpo resucitado. ¿Por qué? Algo que les voy a explicar más la semana que viene. Porque una de las misiones de estos ángeles caídos era, digamos, atentar contra el plan de Dios, era corromper esta semilla que, digamos, la simiente que iba a venir de Eva. ¿Y cómo iban a hacer eso? ¿Les interesa saber? Vengan la semana que viene. ¿OK? Pero hace sentido para mí. de que Cristo, con ese cuerpo glorificado, luego de que ha obtenido victoria sobre la muerte, luego de que está por ascender, vaya y le diga a estos ángeles, soy victorioso. Este cuerpo perfecto, este cuerpo de mi resurrección que llevó a cabo y obtuvo lo que es la salvación por haberme entregado como sacrificio perfecto, Aquí está. Este cuerpo, esto que ustedes quisieron corromper al casarse con hijas de hombres. No pudieron. Y les voy a dar un pequeño adelanto, ¿no? Creo que esa es la razón por la que el diluvio vino, pero hasta ahí me quedo, ¿ok? Entonces, la semana que viene, Vengan y vengan con un amigo, con un vecino, con ese hermano que supuestamente está como miembro de la iglesia pero que nunca viene. Aliéntenlo a venir. Ahora, Pedro menciona esto, completa el círculo y la resurrección de Cristo y la aceptación de su obra salvífica por parte del Padre. Es lo que faculta a los creyentes a qué? A sufrir injustamente. Nosotros somos vindicados por Dios. La obra de Cristo es, como dice el pastor MacArthur, su resurrección es el sello de aprobación de Dios Padre. Es que esta obra fue perfecta. Entonces, Cristo es levantado de los muertos por el Espíritu Santo. Entonces, ¿qué podemos aprender de este segundo punto que fue cortito? De este segundo punto debemos extraer la realidad de que la resurrección de Cristo nos vindica. Es lo que faculta a los creyentes también a sufrir injustamente y a ser fortalecidos con el mismo espíritu que resucitó a Cristo de los muertos. Y esto también nos debe de servir de aliento a los creyentes cuando padecemos injustamente. Entonces, Ahora vamos a ver el evento número tres de estos tres eventos y lo encontramos en el versículo 22. Vamos a cerrar el paréntesis. Este es nuestro tercer punto. Ascendiendo. Después de haber finalizado su proclamación, que veremos la semana que viene, es cuando Cristo asciende a la diestra del Padre. Pedro dice en el versículo 22, quien está a la diestra de Dios, habiendo subido al cielo después que le habían sido sometidos ángeles, autoridades y potestades. Ahora, necesito que vean cuán significante es este versículo. Recordemos que este versículo está íntimamente ligado al versículo 18 que acabamos de ver, que nos brinda el versículo 18 lo que es el tema principal de este pasaje. El tema principal es el sufrimiento de Jesús que fue soportado y vivido para darnos acceso al Padre. Por eso es que nuestro mensaje de hoy es titulado, Cristo nos llevó a Dios a través de su sufrimiento. Y eso es lo que Pedro nos comunica aquí. Finalmente tenemos acceso al Padre, gracias a Cristo. Este es el tercer participio usado por Pedro. Y al ver que son tres participios que hablan de lo mismo, entonces es lo que sabemos qué es lo que Pedro está delineando en su manera de pensar. Cristo nos llevó al cielo muriendo, resucitando y ascendiendo. Así que vemos que este versículo, versículo 22, es la resolución de algo que ha sido iniciado en el versículo 18 con una palabra, la palabra que es traducida como llevarnos, es una palabra, se llama prosagague, es llevarnos o darnos acceso. Entonces, Jesús, al estar a la diestra del Padre, nos da acceso al Padre. Cristo es nuestro representante, nuestro abogado, nuestro defensor, quien ha ido precediendo a los creyentes, o sea, yendo primero que ellos para preparar, ¿qué? Su comparecencia delante del Rey Supremo del Universo. ¿Por qué vamos a comparecer y en paz? Para bendición. por Cristo y por su sufrimiento. Y ese es exactamente el matiz que Pedro sugiere con esta palabra prosagague. Jesús entró en el cielo con el propósito expreso de preparar la recepción del creyente en la presencia de Dios Padre. Recuerden, creo que lo vimos en uno de los mensajes anteriores, es lo que Juan 14, versículos 2 y 3 nos dice. En la casa de mi padre hay muchas moradas, Si no fuera así, se lo hubiera dicho. Porque voy a preparar un lugar para ustedes. Y si me voy y les preparo un lugar, vendré otra vez y los tomaré a donde yo voy. Para que donde yo esté, allí estén ustedes también. Él nos ha dado acceso a esto. Nos da acceso cada día cuando oramos. Acceso directo al trono de gracia de Dios. Y esto es muy bueno para el creyente, sobre todo para aquel creyente que está siendo perseguido. Porque en los momentos de más incertidumbre y temor, es tan alentador saber que Cristo está en la diestra del Padre intercediendo por nosotros. ¿No le alienta eso? Eso es exactamente lo que Pablo dice en Romanos 8, 34. Hay gente acusándolo. Está Satanás acusándole delante de Dios. Pablo escribe, ¿Quién es el que condena? Cristo Jesús es el que murió. Sí, más aún, el que resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. Los tres mismos eventos que estamos viendo. Cristo Jesús es el que murió, ya vimos, muriendo. El que resucitó, ya vimos, resucitando. Y ahora estamos viendo, a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros, ascendiendo. La perfección de la Escritura. Y esto, hermanos, tiene implicaciones directas en su vida, en mi vida. Esto tiene implicaciones directas en su vida, en la vida de la Iglesia. Porque dado que Cristo está intercediendo por usted, está intercediendo por mí, está intercediendo por nosotros, es que usted va a llegar al cielo con Él. Usted no tiene la fuerza para hacerlo. No solamente no podía justificarse delante de Dios, pero tampoco podía mantenerse. Porque no nos confundamos en eso. Oh, creo para salvación, pero luego yo mantengo mi salvación. No. Cada vez que le agregamos algo a Cristo, a la fe, anulamos a Cristo. Así que, hermanos, no habrá oposición que pueda resistirse para llevarlo a la perdición, porque Cristo se asegura de protegerlo contra todo ataque del enemigo. Y Pedro claramente nos dice que este enemigo ha quedado completamente subyugado, completamente dominado bajo el dominio de Cristo. Pedro dice, habiendo subido al cielo, versículo 22, después que le habían sido sometidos ángeles, autoridades y potestades. Como podemos apreciar, la frase es entendida de una manera, hay dos maneras de entender esto. Primero quiero que veamos, habiendo subido al cielo después, entonces, ¿cómo podemos entender eso? Bueno, de una manera temporal, o sea, entendiendo que después de haber sujetado a todas las autoridades espirituales bajo sus pies, Cristo, ahí, se sentó a la diestra del Padre. Podemos entenderlo así. La otra manera de entenderlo podría ser entendiendo que la frase no está comunicando algo temporal, el tiempo, sino está comunicando el resultado. El resultado de que Cristo está a la diestra de Dios, o sea, es algo que sucede esto, de que estas potestades, estas autoridades, estos ángeles se sometan a Cristo, es el resultado de que Cristo está sentado a la diestra del Padre. Entonces, vamos a hacernos la pregunta, ¿cuál es el resultado de que Cristo está sentado a la diestra del Padre? ¿Cuál es? Las autoridades espirituales quedan bajo control de Cristo dado que Él está en una posición de soberanía. Pero, bueno, esto no toma en cuenta los versículos que veremos la semana que viene. Acuérdense, venga la semana que viene. Aparte de todo, el versículo 22 claramente muestra que Cristo es vindicado por Dios. ¿Qué dice? Jesús ha subido al cielo y está a la diestra de Dios. O sea, sufrió y murió, resucitó de entre los muertos y fue vindicado por el Padre al lugar de toda la gloria y toda la autoridad y toda la majestuosidad que Él siempre tuvo. Como cuando le dicen Juan, que lo glorifique con la misma gloria que tuvo por todos los siglos. Así que esta vindicación también incluye Cuando Cristo es vindicado, esto también está incluyendo a estas huestes del mal que se han opuesto a su obra redentora por milenios. Es por eso que Pedro cree conveniente compartir los detalles de lo que veremos la semana que viene. Detalles que tienen que ver con la proclamación victoriosa de Cristo a los ángeles caídos. Estos ángeles caídos son descritos de tres maneras o con tres términos, ángeles, autoridades, poderes, sin que eso signifique que Pedro está describiendo jerarquías entre estos ángeles caídos. Pero vamos a hacer de cuenta que si bien no está hablando de jerarquías, ahora estamos mirando un poquito qué es esto de los ángeles. La mención con tres nombres distintos apunta a que todo el mundo espiritual, absolutamente todo, desde el más pequeño hasta el más grande, desde el que tiene menos autoridad al que tiene más autoridad, están todos bajo el dominio de Cristo. Y algo también que es importante y debo mencionar es que estos mismos ángeles caídos, a los que Cristo les proclama, como les adelanté un poco, fueron los responsables de intentar corromper la semilla de la promesa, algo que Dios detiene con el diluvio. Entonces, aquí vamos a dejar hoy, teniendo en cuenta que la semana que viene estaremos considerando el tema de los ángeles caídos de una manera más profunda. Pero, ¿qué puede sacar de este tercer punto? Bueno, debemos extraer la realidad de que la ascensión de Cristo, la vindicación definitiva de Cristo, nos recuerda que la intercesión de Cristo es constante a favor nuestro. Cristo en ningún momento se toma un descanso. Está intercediendo, está velando por su vida, por mi vida, por nuestras vidas. Sea, a veces, para perdón de pecados, O sea, a veces para desestimar las acusaciones del acusador. Recuerdan en el libro de Job, está Satanás. Hasta que en Apocalipsis vemos claramente que en un momento le van a dar una buena patada, lo van a tirar a la tierra, ya no va a tener acceso delante de Dios. Hermanos, Cristo reina desde la diestra del Padre intercediendo por nosotros y esto debe servirnos de aliento a los creyentes cuando padecemos injustamente. Así que al concluir este mensaje, usted debería alentarse con dos principios. Dos principios que son muy importantes enseñados en este pasaje. El primero es que los creyentes que sufren por Cristo deben alentarse con el ejemplo de Cristo. Tenemos el ejemplo de Cristo ahí, en la palabra, ante nuestros propios ojos. Cristo quien sufrió para llevarnos a Dios a través del sufrimiento. La segunda forma de aliento viene en ver la vindicación de Cristo. Los creyentes deben fijarse y mirar y ser atentos, estar atentos a la vindicación de Cristo sobre el sufrimiento como motivación también para su propia victoria sobre el pecado. Debemos usar esto para tener victoria sobre nuestro pecado. Cristo intercede por nosotros. Abogado tenemos delante del Padre, pero tenemos que ejercitar esto. Y como veremos la semana entrante también, si Dios lo permite, el bautismo que menciona Pedro, entre los versículos 19 y 21, representa también algo que quiero marcarle antes despidiéndonos, es nuestra unión con Cristo. Usted puede mirar tranquilamente cuando pasó por las aguas del bautismo y eso es lo que refleja ahí también. Y nada puede cortar esa unión con Cristo. Suframos lo que suframos, muramos cuando sea que nos toque partir, siempre vamos a poder trazar esa unión eterna e inseparable con Cristo a ese día en que pasamos por las aguas. Podemos mirar, alentarnos con eso. Así que, hermanos, recordemos que hemos sido salvados de las aguas del juicio de Dios por la resurrección de Jesús y que seremos vindicados y glorificados en la revelación de Jesucristo. ¿Y en qué nos ayuda esto? Bueno, en que enfrentaremos el sufrimiento con confianza y no con pánico. Enfrentaremos el sufrimiento con esperanza y no con desesperación. Porque estamos viendo y nuestros ojos están fijos, nuestro corazón está atado a esta unión indisoluble con Cristo. Y esto nos va a ayudar a caminar el mismo camino que Él caminó. Por lo tanto, también seremos vindicados por Dios y llevados a la gloria por Cristo. Dios Padre, quien vindicara a Jesús, nos vindicará también a nosotros, sosteniéndonos hasta el final. Cristo nos llevó a Dios a través del sufrimiento y nosotros, en agradecimiento a Él, abrazaremos lo que venga. Con la idea en mente de qué? De glorificar a Cristo, de glorificar a Dios como forma de agradecimiento a Él, con nuestras vidas, nuestros sufrimientos. El sufrimiento que Cristo padeció para llevarnos al Padre debe ser la motivación, debe ser el aliento para que vivamos una vida de victoria sobre el pecado, para que vivamos vidas esperanzadas, sin importar las circunstancias adversas que estamos viviendo. Así que, hermanos, Cristo nos llevó a Dios a través de su sufrimiento. Seamos agradecidos a Él con vidas piadosas. Oremos. Padre, te damos gracias por Cristo, por lo que Él hizo, por su vida perfecta, por su sacrificio para pagar por nuestros pecados. Y te damos gracias de que Él murió, pero el Espíritu Santo lo resucitó y está sentado a la diestra tuya, Padre del Cielo, intercediendo por nosotros en cada momento. Y eso es algo que nos da mucho aliento. Gracias, Padre. Gracias por Cristo. Amén. Que el Señor les bendiga.
Cristo Nos Llevó a Dios a Través de Su Sufrimiento.
Series 1 Pedro.
A través de tres eventos como el sufrimiento a muerte, resurrección y ascensión Cristo nos llevo a Dios Padre.
La muerte de Cristo y su sufrimiento injustos nos debe de servir de aliento a los creyentes cuando padecemos injustamente.
Sermon ID | 102824059264013 |
Duration | 57:47 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | 1 Peter 3:18-22 |
Language | Spanish |
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