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Transcript
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Buenas tardes, hermanos. Estamos aquí para aprender un poquito más de la Palabra de Dios. Yo sé que este capítulo es muy leído, es muy, se puede decir, muy popular. Juan 3, 16, ¿verdad? Es muy bueno. Pero vamos a estudiar un poquito y ver la profundidad que tiene la Biblia y su Palabra, ¿no? Nosotros estudiamos este, a veces pasamos por arriba de la Biblia y estamos leyendo pero no entendemos, no nos paramos a ver la profundidad que tiene la Biblia y solo la leemos y nos la aprendemos y parece que la recitamos y la recitamos y nunca llegamos a entender y a tener esa creencia que debemos de tener en la Biblia. porque se nos hace como un rezo, hablando de religión, ¿verdad? Vamos a ver aquí un poquito la profundidad de la Biblia. Yo estoy aprendiendo igual que ustedes, todos aquí estamos aprendiendo, todos nos estamos alimentando. No importa si usted tiene 40, 50 años en el Evangelio, todos los días nosotros aprendemos, nunca dejamos de aprender. Y el día que usted deja de aprender es el día que se muere. Entonces cada día aprendemos y lo que pasa es que a veces pasamos por arriba de las cosas pero no le tomamos atención. A veces tenemos en las casas o las esposas o etcétera, etcétera y nunca tomamos la profundidad de lo que tenemos y dice que hasta que no lo perdemos no nos damos cuenta de lo que hemos perdido, ¿verdad? Bueno, vamos a empezar. Aquí dice, gracias al Pastor, gracias al Señor, poder estar aquí. El Pastor por prestarme su cúrpito por un rato. No quiero dañárselo. Aquí dice la Biblia, había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, príncipe de los judíos. Fíjense que este hombre no era cualquier persona, era un príncipe de los judíos. Y aquí nosotros somos príncipes y princesas de Dios. Amén. Porque Dios dice que nosotros somos también sus embajadores. Pero este hombre vino de noche un poco. Era un hombre muy importante. Y este hombre quizás por vergüenza o por no tiempo vino de noche y habló con Jesucristo y le dijo esta palabra. Y aquí vemos que Este hombre estaba... y una de las cosas que me llama la atención aquí es que dice... y este vino de Zazú de noche y le dijo Raví o le dijo maestro, ¿verdad? Y esta es una de las palabras que usan más los religiosos. A Jesucristo lo llaman maestro, lo llaman profeta, lo llaman... etcétera, etcétera, ¿no? Pero no lo llaman Dios. Las religiones lo tienen por maestro. Pero le voy a decir algo. El Señor Jesucristo es un maestro también, pero Él es maestro de los maestros, porque Él fue el que hizo a los maestros. Jesucristo es Rey de Reyes, Señor de señores. Algunos lo llaman profeta, Él también es profeta, pero Él fue el que hizo a los profetas, Él fue el que transmitió a los profetas. Él es mayor que un profeta. Pero puede ser un profeta, Él es todo. Dios es todo. Dios sabe todo. No importa que tú lo llames profeta. El problema es que lo llamamos profeta porque no le queremos decir Cristo, el Dios, porque no lo queremos reconocer. Es como que si yo estoy aquí y no quiero reconocer al pastor y vaya y le diga al diácono qué debo hacer, en vez de decirle al pastor, ¿verdad? No lo quiero reconocer. O sea, algunas veces porque ¿Quién sabe por qué no? Pero nosotros tenemos que poner las cosas en su lugar. Jesucristo es Dios. ¿Cuántos están de acuerdo? Ok. Y entonces vino aquí este príncipe de los judíos de noche y habló con Jesucristo. Y le dijo, Raví, sabemos que ha venido de Dios por maestro. Es más que maestro. Se le puede decir maestro. No hay problema, Dios hizo a los maestros. Nadie puede, Jesucristo le dijo, y siguió leyendo aquí, nadie puede hacer los milagros que tú haces si no está Dios con él. Y respondiendo a Jesús le dijo, bueno, aquí en esta parte dice, y sabemos, Él no está hablando de Él solo, Él está hablando de otras personas, y sabemos que ha venido como maestro. sabemos que ha venido como Dios, sabemos. Hay mucha gente que sabe de Dios. Hay mucha gente que usted habla y, sí, yo sé quién es Dios, sí, yo sé Dios, etcétera, etcétera, ¿no? Entonces aquí dice, esta es otra de las cosas que vemos aquí en él, que él está hablando por otros y sabemos que viene de Dios y que ha venido de Dios por Maestro. Él es el Maestro, Él es Dios. y nadie puede hacer los milagros que el hace si no está Dios con él. Entonces Jesús le dijo, oh, ustedes saben, ustedes saben que él es Dios, ¿verdad? Ustedes saben que todo esto. Oh, qué bueno, está bien, ya ustedes saben. Le dijo el Señor y se despidió, ¿verdad? Se fue. No fue así. El Señor no le dijo, ustedes ya saben. Y lo dejó tranquilo. Él aquí le va, Él le respondió aquí, y le respondió enseñándole acerca de la salvación. No se le puso el letillo de más nada. Él dijo aquí, y respondiendo a eso le dijo, de cierto, de cierto te digo, que el que no naciera otra vez, no puede ver el reino de Dios. Tremendo, ¿verdad? El Señor estaba hablándole a este hombre, de la salvación completamente. Y le estaba hablando de algo de acá de la tierra, para que este hombre entendiera lo que le estaba diciendo. El que no naciere de nuevo, y sabemos que nosotros nacemos físicamente, ¿verdad?, en la carne, y el hombre está hablando y el Señor le está enseñando ya está entrando en lo más profundo que quería enseñarle a este hombre. No es solamente saber de Dios, no es solamente que Dios hace milagros para mí, Dios hace milagros hasta para los presos, los criminales, por cualquier persona. Usted puede orar y Dios hace milagros, pero aquí el Señor le va a enseñar algo más que eso, más que saber. El que no naciera de nuevo no puede entrar al reino de Dios. Qué cosa tan difícil, ¿verdad? Nacer de nuevo. Para mí, para ese hombre que es años, muchos años atrás, miles de años atrás, que según la gente era muy inteligente en ese tiempo por lo que dice la Biblia, pero parecía algo muy grande para él, ¿verdad? Oye, nacer de nuevo, ¿cómo? ¿Cómo voy a nacer yo de nuevo? Yo no entiendo eso. Pero él está tratando de enseñar algo que pasa en el mundo cada día. Nacen niños y tienen padres. Él está enseñando de algo, pero que él lo va a tener que hacer espiritualmente, ¿no? Entonces le dice, Aquí, entonces, reponiendo Jesús le dijo, de cierto, de cierto te digo que no naciré otra vez, no puede entrar en el reino de Dios. Entonces Nicodemus estaba ahí como un príncipe, yo sé mucho, pero oí, y le dijo, Nicodemus le dijo, ¿cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Ah? Eso es imposible, ¿verdad? Imposible a alguien meterse en el estómago de su mamá otra vez y volver a nacer, ¿verdad? No parece, esto no parece, parece que el Señor, este hombre está pensando que Dios está, a lo mejor, burlando de él. ¿Cómo puede nacer un hombre? Hay cosas que nosotros no creemos de Dios. Hay cosas que nosotros no creemos de nuestro Señor Jesucristo. Este hombre está incrédulo. Yo creo que le dije al hermano que no necesitaba el agua y a lo mejor sí. No me la traje para acá. Respondiendo, de cierto, de cierto te digo, que el que no nacía era de agua, y está... Ah, bueno, aquí le dice, Nicodemus le dijo, ¿cómo puede un hombre nacer de nuevo siendo viejo? No está hablando de eso. Entonces el Señor le dice... Respondiendo, Jesús le dijo, porque esto era una conversación, una predicación, una conversación, sin paro, sin decirse. Estaba continuando, el hombre estaba preguntando. Qué bueno que ese hombre estaba preguntando, porque nosotros vamos a hacer el soul winning o ganar almas y muchas veces la gente no quiere preguntar. Es muy raro cuando la gente pregunta, ¿y qué es eso? ¿y cómo debo hacer? Y etcétera, etcétera, ¿no? Y nosotros le hacemos algunas preguntas que lo dejamos ahí un poco medios. Por ejemplo, le decimos, si tú murieras hoy, ¿crees que irías al cielo? Entonces ellos se ponen, mucha gente le responde a uno y le dice, oye, buena pregunta. Hay otros que se ríen acá. Pero casi nunca, casi nunca quieren preguntar más. Pero este hombre estaba, quería saber y le respondió y le dijo esto. Vamos a ver si no me pierdo aquí, ¿verdad? Y respondiendo a eso le dijo, de cierto, de cierto te digo que no naciere otra vez, no puede entrar en el reino de los cielos. El que es nacido de la carne, carne es. Otra vez le vuelvo a explicar lo normal. Mira, entiende. No te estoy hablando de ese nacimiento, te voy a explicar. Lo que es nacido de la carne, carne es. Lo que es nacido del Espíritu, Espíritu es. Tú tienes que nacer de nuevo en el Espíritu. Tú tienes que tener otro padre que no es carnal, que es espiritual. Y el Padre que no muere, el Padre que no nos abandona nunca, el Padre Celestial, lo que es nacido de la carne, carne es. No te maraville que te dije, es necesario nacer otra vez. Y aquí el Señor le dice algo, el 8, el Señor se profundiza con un hombre, un hombre normal, carnal, un hombre que a lo mejor sabe de ciencia, a lo mejor era ingeniero, quién sabe qué sería, porque para aquel tiempo no creía que la gente no estudiaba. Pablo sabía varios idiomas. Imagínense aquí, yo estoy en el 2024, que hay tantas computadoras, tantas universidades, y yo no he aprendido a hablar inglés. Y Pablo, que no había tantas universidades, tantas internet y computadoras, y hablaba varios idiomas, ¿qué le parece cómo era aquello de adelantado en aquel tiempo? Nosotros estamos atrasados con eso. Pero para aquel hombre yo creo que era muy, muy profundo lo que el Señor le estaba diciendo, el viento. Yo no sé de dónde viene el viento. Yo no sé que hay un viento que yo lo necesito. Yo no sé que necesito el oxígeno. ¿Tú puedes ver el viento? ¿Puedes ver el oxígeno? Pero vive por el oxígeno, respira por el oxígeno. Estás ahí vivo por el oxígeno. Y hasta uno dormido, que ya lo dormí, este está agarrando más oxígeno que todo. El niñito, ¿no? Sí. Amén. Sin el oxígeno no podemos vivir. ¿Y de dónde viene el oxígeno? ¿De dónde viene el viento? ¿Sabe usted de dónde viene el viento? Entonces, esto es muy profundo para este hombre, ¿verdad? Y el hombre estaba ahí pataleando con el Señor, y el Señor estaba tratando de enseñarle cosas profundas. Cosa que no entendemos muchas veces y que muchas veces no le ponemos cuidado. Por eso le digo yo, nosotros pasamos por arriba de las cosas y ya nos acostumbramos a pasar por ahí, que muchas veces no le damos gracias a Dios que tenemos una alfombra, no le damos gracias a Dios que tenemos un carro, porque nos acostumbramos tanto que parece que es algo que es normal. No te maravillas que te dije, es necesario conocer, ajá, ¿dónde era que estaba? Lo que es nacido, ok, ya me perdí aquí. El viento sopla de donde quiere y oye su sonido, pero no sabe de dónde viene ni a dónde va. Así es todo aquel que es nacido al Espíritu. Ahora le dijo, así es todo aquel que es nacido espiritualmente. Nosotros necesitamos un nuevo nacimiento. Yo creo que aquí casi todos han nacido de nuevo, ¿verdad? casi todos los que están aquí yo creo que han nacido de nuevo. Entonces, si usted va, por ejemplo, aquí, bueno, vamos a seguir aquí, y viendo aquí, le sigue explicando al señor, a Nicodemos, a este hombre, todas las cosas, pero el señor le está hablando, le está poniendo cosas que están pasando aquí o que pasan aquí, que usted está acostumbrado a ver, para que este hombre entienda Lo que él está diciendo, pero él no le está diciendo de un nacimiento físico, sino un nacimiento espiritual. ¿Verdad? Déjenme agarrar mi soja que tengo por acá. Vamos a ver, ya se me confundieron. Ok. Aquí vamos a ver en el Salmo 119.1, Salmo 119.1, una parte muy hermosa. Dice aquí, los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día, un día emite palabra a otro día y una noche a otra declara sabiduría. Esto es, usted ve el cielo, ¿verdad? Y mucha gente ve el cielo acá, allá arriba. El cielo, cuando la gente incrédula, la gente que está, o la gente que está para decir allá en la selva de Amazona, o de Amazona, de Amazona, en la selva, no ve nada, no hay nada, pero puede ver el cielo. Y sabe hermano que en esas partes donde no hay luz, no hay gente, en el tiempo de verano el cielo es muy estrellado. Sabe lo que es estrellado, ¿no? Muchas estrellas, muchas. Es maravilloso. Usted puede ver así, el cielo está cubierto de estrellas. Maravilloso. Quizás aquí no lo han visto porque a lo mejor alguien ha ido a un lugar que no hay luz. Las estrellas como que salen a donde no hay tanta contaminación de pecados, yo creo. Entonces, ¿qué le hace pensar a eso a la gente? Oye, A lo mejor no hay quien le hable de la Biblia, pero ellos dicen, alguien hizo eso. Alguien hizo el cielo maravilloso, hermoso. Alguien hizo tanta comida para tantos millones de personas que viven. Tanta agua, y no se acaba. A usted se le acaba el mercado en su casa, ¿verdad? Si tiene que ir y ya se acabó. y otra vez al mercado. Pero hay para comprar. El Señor tiene comida para millones y millones y millones y millones. Los niños nacen con su pan debajo del brazo. Porque Dios ya tiene la comida para el niño que está para nacerlo. Cuando lo matan, bueno, esa es otra historia, ¿no? ¿Cómo suceden todas estas maravillas, hermano? Unos dicen que es la naturaleza, que yo no sé cuánto, pero eso es algo calmoso. Los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento, anuncian las obras de su mano, pero el cielo no habla. El cielo no te puede hablar de la salvación, pero sabemos que hay un Dios. Pero la palabra de Dios necesitas oír. la Palabra de Dios para que tú entiendas cómo Dios quiere hablarte a ti y a mí. Si tú no has nacido de nuevo, tú necesitas nacer de nuevo, eso es lo que dice la Biblia. Entonces vemos aquí, sigue la cosa, aquí están seguimos viendo lo que yo estoy tratando de enseñar esto ahora pero vamos a ver acá el Señor le sigue enseñando aquí a él y le dice no te maravilles lo que dije es necesario que otra vez el viento sopla de donde sale y oye su sonido y respondiendo a Jesús le dijo puede hacerse esto? como puede hacerse esto? respondiendo a Jesús le dijo eres tu maestro de Israel y no sabes? Era un maestro de la ley, quizás un profesor, un buen estudiado, pero no sabía esto. Hay tanta gente buena de estudiado, quizás aquí hay ingenieros, abogados, qué sabe. Pero la gente no sabe eso, hermano. Yo le he predicado a puras, a doctores, abogados, a ingenieros, y ellos solo van a la escuela y le enseñan lo que se trata de eso, pero ellos no saben nada de Dios. Usted tiene que venir a la Biblia y tiene que... La iglesia es una universidad. La iglesia enseña cómo usted puede ir a que otros sean salvos. La iglesia le enseña, por la Palabra de Dios, cómo usted puede vivir mejor sin drogas, sin alcohol, sin divorcio cada seis meses, sin matar a nadie, sin odiar a nadie. Pero claro, nosotros salimos de la iglesia y cuando salimos para allá se nos olvida todo, ¿no? Tenemos que estar a diario, hermanos, leyendo la Biblia. ¿Usted quiere que su mente cambie? ¿Usted quiere tener una mente pura, santa? Tiene que tener llena de la Palabra de Dios. Tiene que estar leyendo la Palabra de Dios todo el tiempo. Es lo único que nos hace santo. Es lo único que nos hace que cuando vamos a pecar tengamos. Pero aquí Dios le está hablando profundamente a este hombre. Vemos aquí en... vamos a ver... Aquí vamos a hablar ahora lo que el Señor le dice, Él le está diciendo del Nuevo Nacimiento, pero en Juan 3.16 dice, ahí mismo donde estábamos, ¿verdad? Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado, acuérdense hermano que aquí en Juan está hablando el Señor Jesucristo directamente. le está hablando a Nicodemo. No está hablando a los apóstoles, pero los apóstoles, los profetas, los apóstoles, los que escribieron la Biblia, hablaban lo que el Señor les inspiraba. Pero aquí en la Biblia, está hablando el Señor directamente dándole a un hombre el Evangelio. Está enseñándole cómo él puede ser una nueva criatura. Y entonces aquí en Juan 3.16 empieza algo que nosotros tenemos que entender. Dice, porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él crea tenga vida eterna. Ahora, Lo que nosotros tenemos que aprender, aparte del cielo y de todas esas cosas que las hizo Dios y darle gracia, y estar pendiente que no falte el aire para que no nos vayan a ahogar. ¿Usted ha visto un pez cuando lo sacan del agua? ¿Qué pasa? Y se muere, ¿verdad? Le falta el oxígeno del agua, ¿verdad? Así pasa a nosotros si nos meten al agua y nos meten profundo ahí y nos morimos. Así pasará con nosotros si Dios ahorita trancara la llave del oxígeno, todos ustedes empezaran a brincar y caerán muertos todos. El Señor le está dando a usted el oxígeno y no le cobra. Oh, pero si lo llega a agarrar el hombre y le pone una tubería y le pone, a lo mejor se lo cobra, pero no han podido hacer eso. Pero qué bueno que hay gente que pone el agua es gratis pero necesitamos tubería para que llegue a su casa y hay que pagar por esa tubería y por la obra de mano, ¿verdad? Para que no hablen porque la gente dice, oh, yo vengo a la iglesia pero tengo que dar dinero. Hermano, todo es dinero. Los asientos son dinero, la luz es dinero. Porque si no, entonces lo sentamos en una silla de hierro y usted va a estar incómodo, ¿verdad? Y todavía hay que pagarlas porque son de hierro. ¿No? Entonces dice aquí, pero esta parte que viene aquí es la más importante, es la que hemos tenido lucha, yo he tenido mucha lucha con esto, porque aquí es donde viene lo más importante, el Señor le enseñó todo esto, pero aquí viene a decir que nosotros debemos de creer, la salvación es por creer, la salvación no es porque yo sé, o porque yo voy a la iglesia, o porque yo me porto bien, o porque yo doy dinero a la iglesia. No, usted tiene que creer. Y eso lo hemos probado mucho, porque cuando uno va a evangelizar, uno le habla a la gente... ¡Ay, ya no había reloj aquí! ¡Ay, casi estoy terminando ya! ¿Sí? ¡Wow! ¡Qué tiempo se me fue muy rápido aquí! ¡Voy a tener que estar aquí todo el tiempo! ¡Se me fue muy rápido el tiempo aquí! ¡Dígame ya la hora, hermano! ¡Ay, no! Bueno, le quedará eso para después. Pero aquí dice que debemos de creer. Usted sabe que hay unas iglesias, hermanos, aquí, Estados Unidos, Venezuela, todas las partes del mundo, México, Filipina, hay iglesias llenas de gente arrepentidas. Y yo no quiero hablar más del arrepentimiento porque ese Dios aquí está. Pero usted tiene que creer para ser salvo. No es que tiene que arrepentirse. Porque usted se arrepiente todos los días. Yo me arrepentía todos los días los lunes. Cuando yo no era cristiano, yo recibía Cristo a los 28 años, cuando yo no era cristiano, los viernes me iba, gastaba todo el dinero y el lunes amanecía arrepentido. ¡Oh, ya no lo voy a hacer más! ¡Ya no lo voy a hacer más! ¡Ya no tengo con qué comer la renta! Y por ahí el viernes ya se me había olvidado y volví a hacer lo mismo. Y el lunes me volví a arrepentir otra vez, pero yo no me arrepentí para ir al cielo, yo me arrepentía porque estaba haciendo cosas malas. Para ir al cielo no tienes que arrepentirte. Cuando usted hace cosas malas, usted tiene que arrepentirse. Aquí, cuando ofende, cuando usted no saluda a alguien, cuando le tuerce los ojos a alguien, usted tiene que arrepentirse. Pero si usted es hijo de Dios, usted va al cielo de todas maneras. Porque la cosa es que, no es que nosotros damos licencia para pecar, como dice mucha gente. ¡Oh, sí! ¿Ah, es que ustedes los bautistas les dan licencia a la gente para pecar? No, no es que tienen licencia para pecar, porque dice la Biblia que el pecado tiene consecuencias. La paga del pecado es muerte. Y sigue siendo muerte, sigue siendo destrucción. Cuando usted peca, cristiano, usted está poniendo a su familia en problema. Sus hijos o sus nietos van a pagar quizás lo que te ha hecho. Acuérdese. No es que tiene licencia. Usted tiene que tratar de leer la Biblia y dejar pecado. El Señor no quiere que la gente peque. ¿Por qué el Señor no quiere que la gente pegue? Porque el pecado es destrucción. ¿Por qué la gente no quiere que la gente se divorcie? Porque cada vez que usted se divorcia, usted sufre. Usted pierde el refrigerador, la casa y tiene que pagarle a la mujer, pagarle a los hijos aparte. Usted tiene pérdida cada vez que el Señor dice, yo no quiero que andes así. Yo quiero que usted esté feliz. No te vas a ir al infierno, pero tienes un infierno aquí. Aquí vas a pagar todo. Así es que los cristianos no es que andan por ahí diciendo, oh, ya yo estoy salvo, ahora ya yo voy al cielo, puedo hacer lo que yo quiero. No, no, no. Usted va a ir al Cielo haciendo lo que usted quiera, pero aquí el Señor le va a hacer pagar cuatro veces por lo que usted hace. Porque usted es hijo de Dios. El que no es hijo de Dios, que no va a ir al infierno, no tiene que pagar mucho aquí porque va a ir al infierno. Pero si usted va al Cielo, y tiene el Cielo seguro, usted va a tener que pagar aquí. Y, ay, pero yo no veo que Dios ha hecho nada. A lo mejor sus hijos, sus nietos, a lo mejor lo van a ver. Así es que tenemos que cuidarnos. Aquí dice creer, no es arrepentirse. Y después buscar la Biblia en todas partes. Dice creer, creer, creer y no me queda tiempo ya de hacer más mensajes. Ya hice 20 minutos, que era lo que tenía. Lamentablemente tengo aquí muchas hojas, pero me tocó una semana para hacerlo, pero no es fácil, ¿verdad? Bueno, hermano, lo dejo. Vamos a orar. Padre Celestial, te doy gracias, Señor, por este día muy corto, muy hermoso. Gracias por todos los que están aquí. Síguenos bendiciendo, Señor. La lucha es luchando. Estamos tratando de abrir aquí una luz de español porque necesitamos luz para la oscuridad. Hay mucha oscuridad y necesitamos luz. Gracias te doy, Señor, en Cristo Jesús. Amén.
Es Necesario Nacer de Nuevo
Series Spanish Sermons
Sermon ID | 1026242149332452 |
Duration | 28:23 |
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Category | Special Meeting |
Bible Text | John 3 |
Language | Spanish |
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