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Iglesias 3 capítulo 3 verso 9 al 11 nos dice la palabra en el verso 9 que provecho tiene el que trabaja de aquello en que se afana Yo he visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en él. Todo lo hizo hermoso en su tiempo, y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin. Amén. Señor, nosotros al meditar ahora en tu palabra, rogamos tu asistencia, tu bendición y tu cuidado especial para con nosotros. En el nombre de Jesús. Amén. Amados hermanos, después de la dureza de Salomón en los primeros versos de este capítulo 3, donde iniciaba hablándonos de que todo tiene su tiempo y todo Lo que se quiere debajo del sol tiene su hora. Y desde el verso 2 hasta el verso 8, Salomón nos describe cada etapa de la vida que parecieran ser duras para el hombre entenderlo. Ahora, después de esa dureza con la que nos enfrentan estos versos, Salomón nos lleva de la mano a considerar un rayo de esperanza. al ver a Dios como el amo y dueño del tiempo. Para nosotros, el tiempo es duro en todo el sentido que Salomón lo describe. Tiempo de reír, tiempo de llorar, tiempo de nacer, tiempo de morir. En todo, Salomón nos pone el límite inicial y el límite final. La tristeza contrastada con el gozo. La vida contrastada con la muerte. el sembrar contrastado con cosechar. Y nos va llevando de la mano hacia ese espacio de tiempo que hay entre una cosa y otra como determinado por Dios, como puesto por Dios allí sin que vaya a faltarle a su tiempo nada. Y ahora Salomón nos dice aquí que el amo de ese tiempo, quien controla ese tiempo, quien tiene dominio sobre ese tiempo, es Dios. La esperanza nos las deja con esta pregunta que la había hecho antes. Salomón había preguntado ya en el capítulo 1 y en el capítulo 2 qué provecho tiene el que trabaja de aquello en lo que se afana. Vimos en un miércoles anterior la vanidad de los afanes. Dí a mi corazón, hice, y en eso todavía no encontré ningún gozo que sea perecedero, que sea eterno, sino que todo ello está cifrado como vano, como temporal, como pasajero en esta tierra. Y Salomón pregunta, ahora, ¿qué provecho tiene el que trabaja en aquello que se afana? Y aunque ha hecho la pregunta en otras ocasiones, Salomón no la había respondido. Sin embargo, aquí en el capítulo 3, Salomón responde a esa pregunta y él dice, yo he visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en él. Y cuando Salomón ve la respuesta de esto. Él ve mucho más allá de lo que nosotros vemos de manera terrenal. Así que en el verso 10, Salomón dice Yo he visto el trabajo que Dios ha dado a los hombres. Hermanos, Dios nos ha dejado un trabajo, no solamente un trabajo secular en el que podemos ganar nuestro sustento cada día e invertir cada espacio de nuestro tiempo, sino que también Dios, como dio tiempo para cada cosa, también nos ha dejado un tiempo para que nosotros nos ocupemos en las cosas que son eternas. yo conversaba con mi jefe acerca de lo poco que nos motivamos con el sentido de la eternidad y le citaba este texto porque ya lo había meditado y él iba al capítulo 1 y una de las cosas que concluíamos en esa conversación es nada tiene sentido en esta vida si no pensamos en lo eterno hermanos y ese es el discurso de Salomón desde el capítulo 1 Nada tiene sentido en esta vida si no estamos pensando en algo mucho más allá de esta vida. Pero ese algo, esa promesa, Dios la ha dejado ahí para nosotros. Y el verso 11 nos revela tres verdades que afianzan esa verdad. Observen como dice el verso 11. Todo lo hizo hermoso en su tiempo. Esa es la primera verdad. Pero observen la segunda. Y ha puesto eternidad en el corazón de ellos. ¿Y cuál es la tercera gran verdad que vemos allí? Sin que alcance el hombre a entender la obra que Dios ha hecho desde el principio y hasta el fin hermano no vamos a terminar de comprender todo ahora mirar la eternidad ver hacia lo eterno debe motivarnos en esta vida a aprovechar el tiempo que Dios nos ha dado el tiempo no es suyo hermano Dios le dejó un tiempo y saben que nosotros vamos a tener que dar cuenta por el uso de ese tiempo por el uso de ese tiempo Él se fue, dejó en su casa mayordomo, nos dejó responsabilidad y cuando él venga, eh, Miguel, ¿qué hiciste con los cinco talentos que te dejé? Eh, Abel, ¿qué hiciste con los tres talentos que te dejé? Buahnerje, los dos talentos que le dejé. Hermanos, tenemos que dar cuenta. El tiempo que el Señor nos ha dado, lo aprovechamos cuando miramos hacia lo eterno e invertimos bien ese tiempo. Y Salomón, Da una gran verdad aquí. Todo lo hizo hermoso en su tiempo, pone ese equilibrio. Y hermanos, alguien pensará, ¿y qué hay de hermoso en morir? Podemos hacernos esa pregunta. ¿Qué hay de hermoso en morir? Hermanos, y mire, si lo pensamos bien, vamos a encontrar algo hermoso en morir. Usted sabe lo que usted viva 120, 200 años. Cuando ya después del 80, nosotros estábamos hechos cacajos. detripado, decricajado. Y usted ahí conciente, allá que está moviéndolo, llevándolo. El mismo predicador dice, cuando llegan los tiempos en los que ya no hay qué, contentamiento. Hermano, ¿y quién quiere estar vivo así? Que a usted haya que hacerle todo monchín. Ponerle la comida, moverle la quija, ayudarlo a que baje y después también llevarlo al baño. Hermano, ¿hay belleza en la muerte? llega una etapa en que nuestra vida ya no va más, ya pasamos nuestra fortaleza, nuestro vigor, y morimos. Porque, bueno, yo estoy seguro que cuando nosotros nos dicen, usted quiere vivir 200 años, pero mire, después del 80, y nos ponen un ejemplo de eso, mire, eso es lo que usted va a hacer después de 80, o después de 90, seguro que nosotros decimos, no, no, no, señor, a los 90, recójame. A los 85, recójame. que se acabó el asunto hermanos, piénselo bien, no le vamos a encontrar belleza a la muerte. Si Dios dijo que todo lo hizo hermoso en su tiempo y puso ese ejemplo de nacer y morir, miren, resulta que hasta en la muerte hay belleza. Morir tranquilo. ¿Cuántos de nosotros nos decimos yo quiero morir tranquilo? El hermano Corales salió un domingo de la iglesia y se acostó y se fue para el cielo. No despertó más Corales. No despertó más. Oye, ¿cuántos de nosotros generaríamos una muerte como esa? Sin tener que estar 6, 7 años en una cama, con una enfermedad, con esto. Hermanos, si nos dan a escoger, esa sería la favorita. Señor, que yo me acueste y no despierte más. Recuerdo al hermano Corales, sí mismo, el hermano Corales se fue. Los fueron a llamar a ver si no venían la tarde para la iglesia. Corales, Corales. Coral había cogido su ye privado, directito al cielo, hermanos. Dios hizo al hombre a su propia imagen, por eso nosotros podemos decir que la eternidad está en nuestros corazones, porque somos hechos a la imagen de un dios eterno. De ahí que Salomón dice que él ha puesto, no solo lo hizo hermoso todo en su tiempo, sino que ha puesto eternidad en el corazón. ha puesto eternidad en el corazón. El misionero Don Richardson usaba esta frase hermanos para predicar el evangelio en su viaje en misionero como algo para motivar a todos a lo que él le predicaba y él le usaba mucho la frase la eternidad en el corazón de ellos. Ustedes son eternos porque Dios le dio una alma eterna y los llevaba a preocuparse por su vida aquí porque su alma trascendía este mundo. Le mostraba que había algo mucho más allá de esta tierra y con esto lo animaba continuamente para ir delante del Redentor. Hermanos, y cuando vemos que hasta en la muerte, como le decía, Dios ha puesto belleza. Tenemos que concluir lo que Salomón concluye en el verso 11 cuando dice sin que alcance el hombre a entender la obra que Dios ha hecho desde el principio hasta el fin. Hay muchas cosas que no la vamos a entender aquí. Porque Dios es maravilloso. Y el Señor. Ha hecho esto así para que haya ese anhelo, esa conciencia de la eternidad en el hombre. Dios nos ha dejado. Pequeños. Pequeñas visiones y vista de lo que será el cielo, pero hermano, ni siquiera Juan pudo describir en Apocalipsis lo que estaba viendo. Ni siquiera Juan, ungido por el Espíritu Santo, escribiendo a través del Espíritu Santo, pudo describir todo lo que sería Sion la Celestial. Apenas lo pudo comparar con el oro, lo pudo comparar con el mal de cristal, lo pudo comparar con cosas preciosas. Pero hermanos, eso lo que simboliza es que lo que está preparado para nosotros en la eternidad es mucho más grande que todo lo que nuestra mente pueda imaginar. Por eso no lograremos comprenderlo aquí. Y cuando vemos eso, definitivamente tenemos que decir con el salmista, Dios, con el Salomón, Dios ha hecho todo hermoso en su tiempo. Y decíamos la semana pasada, aconsejando a los jóvenes qué bueno es casarse en su tiempo. Qué bueno es aprovechar el tiempo para estudiar en su tiempo. Qué bueno cuando nosotros podemos hacer todo dentro del tiempo. ¿Por qué? Porque allí hay bendición. En ese tiempo, Dios dice que es hermoso que el Señor nos ayude, hermanos, a nosotros poder sacar el tiempo de Dios como dueño del tiempo que nos ha dado hermanos y no dejemos que nuestro tiempo sea afectado por nada levántese los domingos temprano porque el domingo es el tiempo de adorar a Dios y Dios lo hizo todo hermoso en su tiempo así que a las nueve de la mañana aunque sea cansado y explotado por la semana saben que estar aquí a las nueve de la mañana en el tiempo del Señor para iniciar la escuela dominical Ese es el tiempo de Dios y es hermoso en su tiempo. Cuando usted llega a la nueve y media, ya se perdió la mitad de las bendiciones. Hermano, eso me lo enseñó José Lin después de un boche hace unos años, tal vez 20, 21 años atrás. Yo era de los que llegaba a la escuela dominical siempre a la nueve y media, nueve y cuarenta por ahí. Hasta que un día José Lin me agarró y me dijo, hermano, pero usted se está perdiendo la mitad de la bendición. Usted se está perdiendo la mitad de lo bueno. Cuando usted llega a esa hora, ya se perdió una parte de la bendición. No, yo voy a llegar al culto. Te llevaste la mitad de la bendición. No, no vine al culto de la noche. Si la bendición está partida en tres, ¿cuánto usted se llevó? Una tercera parte de esa bendición. No, no, hermano. El culto de adoración a Dios Es un tiempo hermoso para que nosotros nos alegremos y nos gocemos en el Dios de nuestra salvación. Si usted está haciendo cualquier otra cosa en el tiempo del Señor que no es lo que el Señor lo ha mandado, no va a ser hermoso para usted. No va a ser de bendición para usted. No va a ser de provecho para usted. ¿Por qué? Porque en el tiempo de Dios estábamos haciendo otra cosa. Y es hermoso cuando es en el tiempo de Dios y en lo que Dios nos ha mandado a nosotros. Y esa es la verdad práctica que tenemos que poner en nuestros corazones cuando hablamos de estas cosas. Del tiempo, del dador del tiempo y del dueño del tiempo. Argelio, ven, siéntate aquí. ¿Qué tú hiciste con el tiempo que yo tenía en la tierra? ah señor mira mira todos mis logros profesionales y lo domingo no porque yo estaba explotado de la semana señor por eso era que yo llegaba tarde arrastrando los pies pero yo iba señor yo no faltaba no no hermanos todo es hermoso en su tiempo y nosotros tenemos que aprovechar el tiempo de Dios para dedicarlo a Dios, vivir para Dios y ir experimentando, ir saboreando más bien, gustando lo que será nuestra vida por la eternidad.
Dios es el amo y dueño del tiempo
Series Eclesiastés
Dios es el amo y dueño del tiempo
Sermon ID | 1022317325105 |
Duration | 15:15 |
Date | |
Category | Devotional |
Bible Text | Ecclesiastes 3:9-11 |
Language | Spanish |
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