
00:00
00:00
00:01
Transcript
1/0
Vayamos a Mateo capítulo seis, mis hermanos. Seguimos en el versículo trece. Un texto. Trascendental. que encontramos en este modelo de oración que Cristo nos ha legado para que nosotros aprendamos a orar como conviene. Aquí estamos considerando la sexta petición de este sermón del monte que Cristo nos ha legado, como se le llama comúnmente. Dice, y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal, porque tuyo es el reino y el poder y la gloria por todos los siglos. Amén. Señor y Dios, Padre, te rogamos que tu gracia nos asista de manera especial y que tú obre para que nuestras mentes sean renovadas a través del evangelio de gracia que hemos recibido. Te pedimos especialmente para que nos enseñes a orar según el modelo que tú nos has trazado. Pues queremos, Señor, que nuestras plegarias sean oídas por ti. y respondida para gloria de tu nombre y provecho de nuestras almas en este mundo. Mira esta importante doctrina acerca de las tentaciones con las cuales debemos de lidiar todos los días. Ayúdanos, Señor, a entender más ampliamente y profundamente las dimensiones de la tentación en nuestras vidas para poder, empleando las armas que tú nos has dejado, ser librado de las mismas. Bendice, nos lo rogamos en el nombre de Jesús. Amén. La palabra griega peirasmos significa tentar, examinar, probar, experimentar y ensayar con una persona o cosa para saber lo que es esa persona y lo que es capaz de hacer esa persona. En la Biblia vemos que muchas veces Israel tentaba a Dios y lo hacían por la dureza de sus corazones. Cuando Dios reaccionaba a esas tentaciones a la que era sometido por parte del pueblo de Israel, vemos allí la manera en que ellos podían conocer a Dios a través de la acción de Dios sobre el carácter, la vida y las acciones de quienes le tentaban. Por ejemplo, en número capítulo 20, vemos allí a Moisés que fue tentado por Israel, provocado por Israel con el tema del agua. Dios le había dicho a Moisés que le hablara a la roca para que esa roca diera agua. Pero la reacción de Moisés no fue conforme a lo que Dios le había expresado, sino según su estado de ánimo, alterado, lleno de enojo y de ira, provocado por Israel, por la necedad de este pueblo que constantemente le estaba provocando. Como sabemos, Moisés, en lugar de hablar a las rocas, golpeó las rocas. ¿Y cómo sabemos? Esa roca no era otro sino que nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Y en ese tenor, Dios trajo a Moisés ante su tribunal. Y ahí Moisés fue juzgado. Y la sentencia que sobre él se dictó fue no entrar a la tierra prometida. Él fue privado de entrar a la tierra prometida porque tentó a Dios, provocó a Dios golpeando esas rocas en lugar de hablarle como Dios le había establecido. Podemos ser tentados. En el contexto de Dios, podemos ser probados por él. En el contexto de Satanás, podemos ser tentados por Satanás. Y en el contexto de nuestros propios corazones, podemos ser tentados por nuestros propios corazones. En esta mañana veremos que el hombre puede ser probado por Dios. El hombre puede ser probado por Dios para sacar a la luz lo que hay en su corazón. Sabemos que Dios no tienta a nadie para que el hombre cometa pecado. Sino que lo que Dios hace es probarnos para exponer lo que hay en nuestros corazones. Para sacar a la luz lo que hay en nuestros corazones. Eso fue lo que Dios hizo con Abraham en Génesis capítulo 22. Verso uno. Y aconteció después de estas cosas que Dios puso a prueba a Abraham y le dijo, Abraham, toma ahora a tu hijo, tu único Isaac, a quien amas, y ofrécelo en holocausto sobre uno de los montes. ¿Conocía Dios el corazón de Abraham? ¿Necesitaba Dios de esta prueba para sacar a la luz lo que había en el corazón de Abraham a fin de saber lo que había allí en su interior? Por supuesto que no. Dios es omnisciente. Él no necesitaba probar a Abraham para saber lo que había en el corazón de Abraham. Tampoco necesitaba esa prueba para saber cómo reaccionaría Abraham ante el pedido de Dios. Esta prueba a la que fue sometido Abraham tenía varios propósitos. Entre ellos, Poner en evidencia si Abraham era un hombre de fe o no era un hombre de fe. Poner en evidencia si Abraham era un hombre fiel o no era un hombre fiel. Poner en evidencia si era un hombre que estaba dispuesto a obedecer por el principio o era un hombre que obedecía por conveniencia. esta prueba tenía esa finalidad no informar a Dios sino informar al propio Abraham de su estado y condición espiritual y amados hermanos en el contexto de la prueba que Dios trae a nuestras vidas Dios las trae no porque él no sepa cuál es nuestra con claridad cuáles son nuestras necesidades espirituales para informarnos acerca de cuál es nuestro crecimiento y madurez espiritual. Con el sacrificio de su hijo, Dios sacó a la luz con qué amor Abraham amaba a Jehová. Con el sacrificio de su hijo, Dios sacó a la luz la devoción con que Abraham estaba dispuesto a adorar a Jehová. Con este sacrificio, Dios sacó a la luz la obediencia con que estaba dispuesto a obedecer a Dios el siervo Abraham. Pero además, con esta prueba, Dios sacó a la luz el costo que estaba dispuesto a Abraham a pagar con tal de adorar a Dios con lo que a Dios le agradara, cueste lo que cueste. Por eso, vemos cómo Abraham fue probado. Primero en su paciencia. Recuerden que Abraham tuvo ese hijo a los 100 años. Hacía 25 años atrás que le habían dado la promesa de un hijo, que sería el heredero de la promesa. Y tuvo que esperar 25 años para que finalmente esa promesa se cumpliera. fue paciente. Y ahí se puso, se pudo evidenciar cuán paciente era este hombre a la hora de esperar que Dios hiciera lo que le había prometido. Pero también Abraham fue probado en su fe. Fue probado en su fe y con su disposición de adorar a Dios, también ahí fue probado. Note que a quien le pidieron que sacrificara no fue a Ismael, el hijo de la esclava. A quien le pidieron que sacrificara fue a Isaac, el hijo de la promesa. ¿Quién tenía más peso, más valor? ¿Ismael o Isaac? Obviamente que Isaac, porque fue Isaac a quien Dios le había dado la herencia de la promesa y justamente a él se lo pidieron como ofrenda que debía de sacrificar en un altar. Génesis 22. Aconteció después de estas cosas que probó Dios a Abraham y le dijo, ¿Abraham? Y él respondió, eme aquí. Y dijo, toma ahora a tu hijo, tú único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriad y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré. ¿Cómo reaccionó Abraham a esta prueba? ¿Cuál fue su actitud de cara a esta prueba? ¿Se puso a argumentar con Dios? No, lo vemos simple y llanamente recibiendo la prueba y obedeciendo al pie de la letra lo que Dios le dijo que hicieran. Se levantó, fue al lugar designado por Dios para la ofrenda, y cuando ya estaban allá, Isaac, que ya tenía conciencia, que hablaba, que razonaba, se da cuenta que ellos van para allá, pero no llevan el sacrificio que se supone van a ofrecerle a Jehová Dios. He aquí el fuego y la leña, más dónde está el cordero para el holocausto? Se preguntaba Isaac, ¿Dónde está esa ofrenda con que vamos a adorar a Dios? Y note la respuesta de fe que le da el papá. Y respondió Abraham, Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos. Y luego, Cuando llegaron al lugar que Dios le había señalado, Abraham edificó el altar, compuso la leña y ató a Isaac, su hijo, y lo puso en el altar sobre la leña. Fíjese cómo este hombre sigue paso por paso todo lo concerniente a ofrecer a su hijo en sacrificio delante de Dios. Hermanos, ¿cómo estaría el corazón de este hombre? Mientras armaba el altar, nota que dice compuso la leña, ¿Cómo estaría su corazón mientras ataba a Isaac a esa leña? Lo ataba. ¿Para qué? Oh, para que no saliera corriendo. Porque es obvio que el muchacho iba a gritar o iba a intentar zafarse de allí, de sus manos, para que no lo sacrificaran. Porque ya era un muchacho grande. Era un bebé que no podía valerse por sí mismo, que no tenía conciencia, que no podía reaccionar para escapar de ese lugar. Dice, y lo puso en el altar sobre la leña. Hasta ahí llegó. la prueba. Hizo exactamente como Dios se lo había señalado. Ahora, ¿cuánto sacó este hombre en esa prueba de su fe? Note lo que dice el pasaje. Entonces alzó a Abraham sus ojos y miró, y aquí a sus espaldas un carnero trabado en un salsal por sus cuernos. Y fue Abraham, y tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo y llamó a Abraham el nombre de aquel lugar. Jehová proveerá. Ven para qué sirvió esta prueba. Para revelar el carácter de Dios. Para darnos una de las más extraordinarias revelaciones del carácter de Dios. Jehová lliré Jehová proveerá, hermanos, todo sacrificio que debamos traer aquí al Señor. No tengamos temor en ofrecerlo. El que proveyó a Abraham también te proveerá a ti todo lo necesario que él te demanda sacrificar para su gloria. Hermanos, no conoceríamos a Jehová como lo conocemos hoy, a menos que este hombre hubiese aprobado en esta prueba que le hicieron. Jehová proveerá. Es un hombre. Porque Abraham le dio el privilegio de revelarse como Jehová Jiré. Hermanos, las pruebas dan la oportunidad de que Dios se rebele con mayor claridad. Primero que nada, ante nuestros propios ojos. Porque cómo fue confirmada la fe de Abraham. Cómo fue fortalecida la fe de Abraham. A través de la respuesta de Dios, nada más y nada menos, que con un tremendo carnero que se había trabado en un salsar. Noten que no tuvo que salir corriendo atrás del carnero, se lo hubieron amarrado ahí. Dios se lo puso amarradito ahí, trabado de los cuernos. No tuvo que correr para amarrarlo ni buscar ayuda para amarrarlo. Se lo dieron ahí. Listo para ser sacrificado. Dios nos prueba para que sepamos, por un lado, quiénes somos nosotros. Y por otro lado, para que le conozcamos más y mejor a él. Él nos prueba para sacar a la luz desde lo más íntimo de nuestros corazones si hay pecado o si hay gracia en lugar de pecado. Él nos prueba para que sepamos si en lo íntimo de nuestros corazones hay fe evangélica, fe genuina o fe falsa o incredulidad. Para eso somos probados. Nos prueba para que sepamos si hay realmente un espíritu de adoración o hay. un espíritu mercader que adora por lo que va a recibir. Porque hay muchos que vienen a la iglesia por lo que van a recibir. No vienen a traer, vienen a demandar que le den. Y cuando se van por ahí, vacíos, como llegaron, Entonces, en esa iglesia no está el Espíritu Santo. Ahí no hay amor, ahí no hay esto, ahí no hay lo otro, ahí no hay aquello. Porque su motivación, que le impulsó a congregarse, no fue adorar, sino para que lo adoren a él. Reconozcan. su grande talento, Donnie, y le hicieron el favor a Dios de que visitó la iglesia. Dios nos prueba para que sepamos quiénes somos y lo que hay genuinamente en nuestros corazones. Recuerde que usted tiene un corazón engañoso y perverso, dice la Biblia, más que todas las cosas. Un corazón que ni usted mismo conoce en realidad. Por eso muchas veces hace cosas que usted se pregunta, ¿y cómo yo hice eso? ¿Cómo yo llegué a eso? Porque usted mismo es tan malo que usted no sabe lo malo que es. Usted es tan perverso que no sabe lo perverso que es. ¿Y qué hace Dios? Por amor a su alma, pon en evidencia todo lo malo que usted es, todo lo depravado que es su naturaleza humana, y cuán necesitado está usted de la gracia de Dios, del amor de Dios, del cuidado de Dios, de la bondad de Dios. Porque de otra manera no logrará verlo. Su corazón lo engañará queriendo, creyendo, haciendo creer que usted es lo que no es o que tiene lo que no tiene. Se le llama eso autoengaño. Autoengaño se le llama eso. Hermanos, somos probados por Dios. para que entre otras cosas sepamos si somos hijos de Dios o hijos del diablo. Porque en este mundo hay tal cosa como hijos de Dios e hijos del diablo. ¿Cómo usted puede saber que es un hijo de Dios? Bueno, para que usted se entere de eso, Dios trae pruebas a sus vidas que pondrán en evidencia su origen, su paternidad. ¿Quién es su papá? Dios traerá pruebas para que se ponga en evidencia quién es reina en su vida. Si es Cristo el Señor o es el pecado, y Satanás. Dios trae pruebas para que se ponga en evidencia si lo que reina en nuestros corazones es la gracia de Dios o lo que reina en nuestros corazones es la cultura atea imperante en este mundo. Por esa razón, mis amados hermanos, nuestras pruebas y exámenes pueden llegar por diferentes vías que tiene en sus manos la providencia de Dios para probarnos en la fe. Dios en su providencia tiene muchos medios a su alcance, a su disposición para someternos a prueba. para evaluar, examinar, para sacar a la luz lo que en realidad hay en nuestros corazones. Una de las maneras más comunes en que Dios nos prueba son las aflicciones. Las aflicciones Primera de Pedro 1, 6 y 7, en lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora, por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas. Para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual, aunque perecedero, se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo. Amados hermanos, las pruebas de la gracia de Dios en nosotros muchas veces llegan cuando Dios en su soberano plan demora o retrasa el cumplimiento de sus promesas para con nosotros ya señalamos que Abraham tuvo que esperar veinticinco años ¿Qué necesidad tenía Dios de poner a Abraham a esperar 25 años para darle un hijo? Ninguna. ¿Quién necesitaba 25 años para aprobarse en la paciencia? Dios. No, Abraham la necesitaba. Sarah necesitaba de ese ejercicio de paciencia. Por eso, Dios nos cumplió la promesa, instantáneamente se la dio a Abraham y a Sara. Lo puso a esperar 25 años. ¿Saben por qué le pusieron por nombre a Isaac, Isaac? ¿Saben por qué? ¿Saben qué significa Isaac? Significa ¿Se reirá o hará reír? Es un nombre como raro, como extraño. ¿Se hará reír? ¿Se reirá? ¡Risa! Hermanos, acaso Isaac era muy gracioso y todo el que lo veía inmediatamente empezaba a reírse, provocaba risa, El rostro de Isaac era muy simpático. Era un comediante que hacía reír a todo el mundo, un cantinflas. Fue porque era un cantinflas que le pusieron Isaac por nombre, no hermanos. No fue porque era un niño simpático, un comediante. que le pusieron ese nombre. Se lo pusieron porque cuando a Sara le dijeron que tendría un hijo, su reacción no fue una reacción de fe, su reacción fue una reacción de incredulidad. Recuerden que le dijeron, pero venga acá. O ella dijo, pero cómo es posible que después de que mis reglas Hace años que terminó. Yo voy a concebir. Porque ella era consciente que una vez una mujer pierde las reglas, ya su capacidad para procrear terminó. Y ella era consciente de eso. Por eso la risa que la vemos pronunciar. Ahora, aquella era una risa de incredulidad. Era una risa que revelaba su duda. Era una risa nerviosa. Lo que ella estaba allí expresando. Una risa nerviosa. ¿Cómo es posible que yo ya a esta edad y sin regla conciba un niño? Eso es imposible. Esa fue la conclusión a que llegó. Y ciertamente, humanamente era imposible. Ahora, el problema es que ella no veía más allá de sus narices. Ella veía sus circunstancias, pero no podía ver a quien estaba, a quien tenía el poder de cambiar esas circunstancias de manera milagrosa. Ese es el problema. De ahí su reacción, con una risa de incredulidad. Y amados el nombre, amados hermanos, el nombre Isaac es un recordatorio, no solamente para Abraham y Sara, es un recordatorio para todos nosotros de que para Dios no hay imposible. de que cuando Dios nos da una promesa, no hay por qué dudar, no se ría, no reaccione con risa, dudando, incrédulo de que Dios vaya a hacer eso. Hermanos, aunque no haya reglas, Dios puede voltear las reglas y poner las reglas como Él quiera. ¿Por qué fue que creó las reglas? ¿Cuál es el problema? ¿Cuándo Dios pone su gracia en nuestros corazones? Oiga bien esto. Cuando Dios pone su gracia en nuestros corazones, la prueba. La somete a diferentes pruebas. ¿Para qué? Para que usted sepa, conozca y entienda que tiene esas gracias disponibles en su corazón. Para ser usada. para su gloria y el bien suyo. ¿Cómo supo Abraham que Dios cumple lo que promete? ¿Que no es simple teoría? Cuando salió embarazada y parió un hijo, más fuerte que cuando Sara tenía 20 años. Amados hermanos, Dios prueba su amor en nosotros. Dios prueba su paz en nosotros. Dios prueba su paciencia en nosotros. Él prueba su misericordia, su bondad y compasión. Son gracias de Dios que pone nuestros corazones y las prueba. ¿Para qué? Para que sepamos que están ahí y para que las cuidemos, las valoremos, las usemos para su gloria y para nuestro propio bienestar. Dios prueba su gracia en nosotros exponiéndonos a circunstancias difíciles en la vida, a situaciones difíciles en la vida. Así prueba su gracia en nuestros corazones. Lo vemos con Abraham. Amados hermanos, a Abraham le pusieron una prueba. que no la he visto repetírsela a nadie. A nadie yo he visto que Dios le pidiera en la Biblia que le presentara a su hijo a nadie. Una prueba única. Y ahora entiendo por qué a Abraham le llaman el padre de la fe. El padre de la fe. ¿Por qué? Porque, hermano, qué fe tuvo ese hombre. Dios se proveerá de cordero. ¿Pero tenía algún cordero allá en el Monte Muriá? No, hermano. Era solo fe lo que había en él. Pero fe que producía cordero o carnero en este caso. Era una fe que producía carnero para ser sacrificado en lugar de Isaac. ¿Qué le propusieron a Job cuando estaba en medio de ese océano de prueba y sin un salvavidas? Oiga bien, Job estuvo en un océano de prueba y sin un salvavidas. ¿Qué le pidieron? Maldice a Dios y muérete. Maldice a Dios y suicídate. Eso fue lo que le dijeron. Hermano, una pruebita. Una pruebita. Jodo 10. Ahí está la respuesta a la prueba que le hicieron. ¿Recibiremos de Dios el bien y el mal? ¿No lo recibiremos? Los niños, ¿cuánto sacó ahí en esa prueba? ¿Eh? ¿Se quemó o aprobó con 100? Hermano, sacó 100 ahí. ¿Recibiremos de Dios el bien y el mal? ¿No recibiremos? Ahora, ¿quién se quemó en esa prueba? ¿Quién? Hubo alguien que se quemó. La que le propuso que se suicidara. La que le propuso que maldijera a Dios. Esa sacó cero. se quemó en la prueba. No toleraba haber perdido su riqueza, no toleraba haber perdido sus hijos, no toleraba tener a su marido enfermo, no toleraba eso. No toleraba hacer el hazmerreír de la comunidad. Hermanos, ¿Qué revelaba esa prueba o qué reveló esa prueba? Su desconexión del Creador. Noté lo que le respondió, ojo, como una mujer fatua has hablado. Como una mujer impía tú has hablado. ¿Qué sacó a la luz esa prueba? Su impiedad. Su fatuidad. Eso fue lo que sacó a la luz. esa terrible prueba que fue sometido. Hermano, fue una prueba, no un hijo. Todos se le fueron. Todos. Varones y hembras, todos se fueron de su casa para no volver. De ahí su actitud. que reveló lo que había en su corazón, porque de la abundancia del corazón habla la boca. Entonces, hermanos, las pruebas tienen como finalidad sacar afuera lo que está dentro de nuestros corazones. Jo sacó lo que había y ella sacó también lo que había en su corazón. Las aflicciones tienen como finalidad poner en evidencia lo que hay dentro. Lo que hay dentro. Podemos ser tentado cuando el Señor trae situaciones especiales en el curso de su providencia. Por ejemplo, podemos ser tentado con la escasez. Observe cómo fue probado Felipe con una situación de necesidad. En Juan 6, 5, cuando alzó Jesús los ojos y vio que había venido a él una gran multitud, dijo a Felipe, ¿de dónde compraremos pan para que coman estos? Pero esto decía para probarle. ¿Lo ven ahí? ¿A quién iba a probar? a los discípulos para ver en qué estaban esos muchachos. Porque él sabía lo que había de hacer. Hermano, el señor prueba. Él sabe lo que va a hacer, pero él no prueba. Para que saquemos a la luz y sepamos nosotros lo que realmente hay allí. por un problema del autoengaño. Porque podemos creer que estamos bien cuando estamos muy mal. Podemos creer que tenemos una fe evangélica cuando lo que tenemos es una fe de demonios. Para eso somos probados. Cristo quiere que se pruebe tanto la debilidad de sus discípulos como también la fortaleza de sus discípulos. ¿Cuánto sacó Felipe en esa prueba? ¿Cuánto sacó Felipe? Se quemó. Se quemó. Felipe le respondió, 200 denarios de pan no bastarían para que cada uno de ellos tomase pan y coma. En otras palabras, ¿qué le dijo Felipe a ellos? No es posible. no hay posibilidad. Porque 200 denarios no son suficientes para comprar la cantidad de pan, para la cantidad de boca que hay aquí. En otras palabras, le dijo al señor, no tenemos cómo ni con qué alimentar a esa multitud. Como bien Dice un comentarista, el señor prueba a menudo con esta clase de prueba, cuando el hombre no puede ver por dónde vendrán sus provisiones visibles, porque hay muchas bocas y muy poca comida. Hay muchas bocas en la casa, pero en la nevera no hay dos o tres filos de paguete. Está dura la cosa. Son cinco bocas, pero no hay dos huevos. Dice él y esto lo hace para probarlos, para ver si mirarán solo las probabilidades y posibilidades externas o se apoyarán en la promesa de Dios y en la suficiencia total que Dios nos ofrece. Termina la cita. Deuteronomio capítulo 8 versos 16 dice en el desierto te alimentó con el maná que tus padres no habían conocido para humillarte y probarte y para finalmente hacerte bien. Ven el propósito de la prueba y para que Dios probó a Israel en el desierto. Para hacerle bien y para que nos prueba a nosotros en el día de hoy. para hacernos bien. Dios nos prueba, hermanos, cuando hay tiempo de escasez, cuando la cartera está vacía, cuando estamos sin trabajo, cuando el presupuesto de lo que necesitamos no alcanza Somos probados ahí. Probó a Israel en el desierto. Y nos prueba a nosotros en el desierto de hoy. Pero Dios no solamente puede probar con la escasez, también lo hace con la abundancia. Por eso dice Proverbios 38 y 9. No me des riquezas para que no me sacie y te niegue y diga quién es el Señor. La abundancia es una prueba. La abundancia también es una prueba. Como dice alguien, cuando David se vio en prosperidad coronado como rey, Fue una prueba para él mismo. Oiga esto. Oiga esto. Mientras vagaba por el desierto, tenía tal ternura, o sea, era tan creyente, tan convertido, tan buen hermano, que su conciencia lo hirió cuando cortó la falda del manto de Saúl. mientras era perseguido como una perdiz por las montañas, vagando de un lado a otro, de bosque en bosque, era altamente temeroso de Dios. ¿Sí o no? Ahora, cuando caminaba a gusto en la terraza de su palacio en Jerusalén, entonces cayó en sangre e inmundicia y por lo tanto su estado fue una prueba para él. Y permaneció en él por tres años. A pesar de toda su anterior ternura de corazón. Hasta que fue despertado por el profeta Natán. Hermanos, está claro. mientras andaba como un desamparado, corriendo como un loco, sin ariente ni pariente, de cueva en cueva, más desbaratado que un alcapazra. Era un hombre temeroso de Dios y apartado del mal. Era un cristiano a carta cabal. Pero cuando él se vio bien montado, con una buena casa, con un buen grupo de soldados que lo custodiaban y cuidaban de día y de noche, con una gran fortuna en el banco, con una corona brillando sobre su cabeza, con un trono donde él hablaba y lo que decía se cumplía al pie de la letra, cuando él tenía la potestad de arrancar cabeza cuando quisiera, Estaba bien el hombre. Estaba bien. Todo bajo control. Hermanos, ¿en qué se convirtió esto para él? En una desgracia. ¡Qué testimonio más horrible! ¿Qué tragedia fue aquello para él, para su familia? ¿Cómo terminaron sus hijos? ¿Y cómo sus concubinas terminaron violadas por su propio hijo? ¿Cuál estado fue peor para él? Hermanos, el estado en que llevaba la corona de rey. Cuando era un simple pastor de ovejas, un simple siervo de Saúl, el hombre era piadoso hasta lo último. Mirá su reacción, le cortó la óigame una punta del paño de este hombre y el hombre inmediatamente la conciencia reaccionó y quería ahorcarlo pero cuando la hoja cambió entonces cambió no solamente su vida sino también su relación con Dios porque el meoye del asunto era su relación con Dios, cómo había cambiado. Echó en saco roto lo que Dios le había dado mientras era pobre y usó la riqueza y la prosperidad para reemplazar a Dios y poner en su corazón, no a Dios, sino su propio ego inflado por el orgullo, la arrogancia y la altivez. Que tragedia, hermanos. Que Dios nos haga como Pablo en Filipense capítulo 4, verso 11 al 13. He aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente y sé tener abundancia. En todo y por todo estoy enseñado. Así como para estar saciado, como para tener hambre. Así para tener abundancia, como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Hermanos, eso es una escuela donde pusieron a Pablo y donde debemos orar para que Dios nos coloque también en esa escuela. La búsqueda de las riquezas, cuando éstas llegan, como podemos observar, se pueden convertir en un gran problema para la vida nuestra. Y amados hermanos, por eso muchas veces Dios a muchos de su pueblo, no le ponen eminencia, porque desde que le ponen cuatro ruedas, en vez de que las ruedas lo traigan a la iglesia, lo mandan para la empresa o lo mandan para el risolo, lo llevan a diferentes lugares, menos para acá. Amados hermanos, unas tres preguntas finales. Cuando eres probado con la riqueza y tú consigues dinero, ¿qué sacan esas pruebas o qué saca ese dinero a la luz en tu corazón? ¿Sacan esas riquezas a la luz que tú amas más a Dios, que eres más agradecido de Dios por los bienes que te ha dado. Sacan esa riqueza, el corazón generoso que hay dentro de ti. Sacan esas riquezas un mayor deseo por alabar al Señor y servirle por el bien que te ha dado? Cuando eres probado con pobreza y con escasez, con enfermedades y padecimientos, ¿qué sacan de tu corazón esas pruebas? ¿Sacan de tu corazón un espíritu amargado, un espíritu de desesperanza, de queja, de mal humor, de murmuración? ¿Esos son los que sacan esas pruebas de tu corazón? ¿Te acercan las riquezas? ¿Te acerca la salud? ¿Te acerca la juventud? ¿Te acerca la belleza, el trabajo, los estudios? ¿Te acercan más a Dios? ¿O te alejan? ¿O te enfrían? ¿O te hacen más apático a las cosas del reino de Dios? Porque la belleza puede que sea una bendición. Hermano, pero la belleza también es una poderosa tentación, que cuando el diablo las usa sabemos las consecuencias terribles que cosecha. Las riquezas son una bendición, pero cuando se convierten en lazos son una tragedia. La salud. Hay gente que son los más piadosos del mundo mientras están acostados en una cama. Se le rinden al señor, pero cuando se paran de allí, el diablo le queda chiquito. Satanás le queda chiquito después que se paran de la cama. La juventud, divino tesoro, es una bendición la juventud. Yo la viví. Hermano, pero cuando la juventud es usada para practicar sobre todo aquellos pecados arruinantes y degradantes de la humanidad. Esa juventud, divino tesoro, se convierte en un tesoro de maldición para quienes la tienen. Los estudios, poder estudiar en una universidad, eso es una bendición. Hermano, pero ¿cuántos jóvenes no son arrastrados a las tinieblas y al error por medio de la influencia negativa, de la influencia arruinante que ejercen los profesores, los compañeros, la filosofía que se aprenden en esas materias que se toman? Es una bendición poder ser un universitario. Pero ¿cuántos universitarios hoy no están en el infierno como consecuencia directa de haber cedido la tentación a que se dieron expuestos en esos ambientes? Hermanos, necesitamos seguir aprendiendo de esto y seguir predicando de esto por el tiempo que sea necesario. Y yo espero que cada uno no se canse de escucharme decir la misma cosa en este público, porque tenemos aquí más de 30 años haciendo lo mismo. Espero en el Señor que cada uno pueda ser hallado fiel al final de nuestro camino. Orad y velad. ¿Para qué? para que no entréis en tentación. Te damos gracias, oh Dios y Padre, por tu misericordia que nos ha traído tu palabra en este día. Es nuestro ruego, Señor, que tú continúes ampliando la esfera de nuestro conocimiento acerca de las tentaciones y de las pruebas que tú nos traes en esta vida. Ayúdanos a ser fieles en todo esto, Señor. pues queremos glorificarte con nuestras vidas santas. Y queremos santificar tu nombre. Queremos, oh, Dios, que tu reino sea una realidad de nuestros corazones. Queremos, oh, Dios, que tu voluntad sea hecha en nuestras vidas. Queremos que tú proveas el pan nuestro de cada día. Y queremos también, Señor, que tú no nos metas en tentación, que nos guardes de ella. Pedimos todo esto para tu gloria y en el nombre de Jesús.
Y no nos metas en tentación #2
Series Sermon del Monte
Y no nos metas en tentación
Sermon ID | 1014242154514411 |
Duration | 1:00:26 |
Date | |
Category | Sunday - AM |
Bible Text | Matthew 6:13 |
Language | Spanish |
Documents
Add a Comment
Comments
No Comments
© Copyright
2025 SermonAudio.