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Bienvenidos sean todos a la Casa del Señor, especialmente si nos visitan esta mañana. Vamos a buscar en nuestras Biblias el libro de Marcos, el Evangelio según San Marcos, y leer el capítulo 5 al versículo 1 al versículo 20. Puestos de pie, si pueden, de Marcos capítulo 5 al versículo 1 al versículo 20. Marcos 5. El Evangelio Nos dice así, refiriéndose a nuestro Señor Jesucristo y a los discípulos, Porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, malas cadenas habían sido hechas pedazos por él. Y desmenuzado los grillos, nadie le podía dominar. Y siempre, de día y de noche, andaba dando voces en los montes y en los sepulcros, heriéndose con piedras. Cuando vio, pues, a Jesús de lejos, corrió y se arrodilló ante Él. Y clamando a gran voz, dijo, ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes. Porque le decía, sal de este hombre espíritu inmundo. Y le preguntó, ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo, Legión me llamo porque somos muchos. Y le rogaba mucho que no le enviase fuera de aquella región. Estaba allí cerca del monte un gran hato de cerdos pasiendo. Y le rogaron todos los demonios diciendo, envíanos a los cerdos para que entremos en ellos. Luego Jesús les dio permiso. Saliendo aquellos espíritus inmundos, entraron en los cerdos, los cuales eran como dos mil, y el ato se precipitó en el mar por un despeñadero, y en el mar se ahogaron. Y los que apacentaban los cerdos huyeron y dieron aviso en la ciudad y en los campos. Salieron a ver que era aquello que había sucedido. Vienen a Jesús y ven el que había sido atormentado del demonio y que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio cabal, y tuvieron miedo. Y les contaron lo que habían visto y qué le había acontecido al que había tenido al demonio y lo de los cerdos. Y comenzaron a rogarle que se fuera de sus contornos. Al entrar él en la barca, el que había estado endemoniado, le rogaba que le dejase estar con él. Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo, Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti. Y se fue, y comenzó a publicar en Decapolis cuán grandes cosas había hecho Jesús con él, y todos se maravillaban. Seguir en la lectura de las Escrituras, como acostumbramos en los tiempos, en los domingos de Santa Cena, vamos a repetir el Padre Nuestro, la oración modelo que nos dejó nuestro Señor Jesucristo, está en Mateo 6, Mateo capítulo 6, versículo 9, en la segunda parte ahí del versículo 9, todos juntos en voz alta, pero fijándonos en las palabras, orando al Señor de corazón, esta oración modelo, Mateo 6, 9, la segunda parte. Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga a tu regno. Hágase tu voluntad como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. y no nos metas en tentación, más líbrenos del mal, porque tuyo es el reino y el poder y la gloria por todos los siglos. Amén. Sentémonos, hermanos. No va a pasar, estoy seguro que no va a pasar, ni quiero que pase, pero supongamos, supongamos que alguien me pide que haga una película romántica, una película romántica basada en una historia bíblica. Probablemente yo haría la película basada en la historia de Abigail y David. Se me hace tan romántica esa historia, la historia de Abigail y David. Pero Si me pidieran que fuera el guión para una película dramática, una película de terror, una película de mucho miedo, entonces haría la película basada en El endemoniado gadareno. El endemoniado gadareno, la historia de Marco V. Y comenzaría la película con unas escenas de mucha tempestad, mucho viento, un maremoto en el mar de Galilea. Enfocaría la cámara en esa primera escena, enfocaría la cámara a la barca donde están los discípulos y el Señor. El Señor, como recordarán, está durmiendo en la popa, en un cabezal, pero los discípulos están muy desesperados. Y es de pensarse que varios de esos discípulos eran pescadores, expertos marineros en ese lago, en ese mar de Galilea. Pero se levantó tal maremoto, tal viento, tal tempestad, que todos los discípulos están desesperados, despobridos, muy asustados, en lo que podemos imaginar, sacando al agua de la barca cubetazos, unos gritando. todos desesperados hasta que los discípulos despiertan al Señor y le preguntan, ¿no te importa que perecemos? En la película, el Señor se vuelve a la tormenta y le manda que se calle. Y nos dice la Biblia que se hizo grande bonanza. El mar totalmente tranquilo, quieto, nada de olas. Y es entonces que yo voy a enfocar la cámara al rostro, a la cara de los discípulos. Y los discípulos vamos a notar que están estupefactos. están asombrados. Y ahora tienen más miedo. Ahora tienen más temor. Y aterrorizados, ya leímos esto en el capítulo 4 de Marcos, aterrorizados se preguntan el uno al otro, ¿Quién es este? ¿Quién es este que aún el viento y el mar lo desen? Bueno, si ustedes han visto películas de terror, saben que después de asustarnos, hay una calma. Hay una calma. Pero de repente, sale otro monstruo. Un peligro muy grande y con música muy macabra, ¿verdad? Nos asustan otra vez. Y es lo que pasa aquí en Marcos capítulo 5. La tormenta, el viento, el maremoto está en los últimos versículos. Y lástima que dividió en el capítulo 4 de Marcos el capítulo 5 de Marcos. Porque nos dice el capítulo 5 de Marcos. Vinieron al otro lado del mar, a la región de los gadarenos. Inmediatamente después de la calma de la tempestad, de la grande bonanza, Ahora hay otro temor, otro susto, otro... Otro temor, otro susto, otro peligro. Porque llegan muy calmados, pero de repente, de entre los sepulcros, sale corriendo hacia ellos un endemoniado. Si alguien hubiera salido de los sepulcros, yo ya me hubiera asustado, ¿verdad? Pero aquí sale un endemoniado de entre los sepulcros, sale corriendo hacia ellos. Y no hay artista, no hay máscara, no hay make up de moderno capaz de personalizar y no hay artista capaz de interpretar la legión de hombres, perdón, la legión de demonios en ese hombre. Lucas, en Lucas 8, nos dice que estaba desnudo ese endemoniado y ha de haber estado asqueroso, asqueroso de su propia orina, de su propio sudor, cubierto de costras de sangre por sus heridas, sobrenaturalmente muy fuerte y con una voz feroz diabólica. Entonces, siguiendo con esta serie de Marcos, esta es la historia que nos toca estudiar. Una historia muy dramática. Marcos 5, 1, 20. Bueno, la historia es muy conocida. La acabamos de leer. Si usted no la conocía, la puede leer en Marcos 8, 28. En Lucas 8 también viene. Y aquí en Marcos capítulo 5, del 1 al 20. Ya conocemos la historia, la acabamos de leer, así que nos vamos a ir directamente a las lecciones. El domingo pasado me pasé del sermón y les debo unos minutos, así que voy a tratar de pagárselos esta mañana y si no, esa tarde. Muy bien, la primera lección es que el Señor vino a deshacer las obras del diablo. El Señor vino a deshacer las obras del diablo. Si ustedes dicen, como que el hermano, esas palabras las he escuchado en alguna otra parte. Viene primero en Juan 3, el pasaje que estamos memorizando. Pero vean aquí en Marcos 5. Vinieron al otro lado del mar, a la región de los gadarenos, y cuando salió él de la barca, enseguida vino a su encuentro de los sepulcros un hombre con un espíritu inmundo, que tenía su moral en los sepulcros, y nadie podía atarle, ni aún con cadenas. Porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, mas las cadenas habían sido hechas pedazos por él, y desmenuzados los grillos, y nadie le podía dominar. y siempre de día y de noche andaba dando voces en los montes y en los sepulcros e hiriéndose con piedras. Notamos en el capítulo 1 de Marcos que cuando el Señor vino, comenzó su ministerio, se aparecieron muchos demonios. Lo que pasó es que el diablo sabía que el Señor vino para quitarle su imperio, su potestad, y el diablo, los endemoniados, por supuesto, trataron de defender su territorio. No sé si ustedes han leído. Es un libro relativamente famoso entre la cristiandad que se llama Cartas a un Diablo Novato. Lo escribió C.S. Lewis. Es un autor inglés. Muy amigo, por cierto, de Tolkien. Muy amigo de los que escribieron Narnia, de lo mismo grupito. El caso es que él escribió este libro, Cartas a un Diablo Novato. Y en este libro, que por supuesto el libro es una novela, es un cuento, usa mucho el sarcasmo, la satira. ¿Satira? ¿Cómo se dice esa palabra? No la uso, no la trato de usar, ni mucho menos. Bueno, el caso es que no es una novela, por supuesto. Es fantasía. En este libro, Lewis menciona a un diablo novato, un principiante, un diablo joven, que se llama Orugario, que tiene un mentor, su profesor, su supervisor, que se llama Escrutropo. No le voy a contar toda la historia. Pero desde el principio se me hizo raro que el autor, y por supuesto es una novela y fantasía, menciona a un diablo novato, a un diablo joven, como que si no supiera qué hacer, como si no fuera muy sabio y muy fuerte. Pero esto no es verdad. No es verdad. La Biblia no nos habla de diablos jóvenes inexpertos. La Biblia nos divide a los diablos en potestades, gobernadores de las tinieblas y principados. Y todos son veteranos, viejos, crueles, astutos, muy fuertes. Al diablo, Pedro le llama un león rugiente en el evangelio. Al diablo se le llama el hombre fuerte. Pero Cristo, el hombre más fuerte, también se menciona así en el evangelio. O como dice en Apocalipsis, el león de Judá, mucho más fuerte, por supuesto, vino a rescatarnos del diablo y los demonios. Y esta historia es un ejemplo de ese rescate. Y también ilustra el rescate de cada cristiano. También esta historia ilustra el rescate de algunos de nosotros que estuvimos cautivos, que estuvimos endemoniados, por así decirlo. Este rescate es una ilustración de eso. Ahora, tal vez usted esté aquí en esta mañana. No vive en un cementerio, por supuesto, entre los sepulcros, por supuesto. Pero déjeme decirle a usted, y se lo voy a decir y es verdad bíblica. Si usted no es un cristiano, la realidad es que usted está en los lazos del diablo. Si usted no cree en Cristo, si usted no es un cristiano, entonces la realidad es que usted está endemoniado en ese sentido. Si lo quieren ver con sus propios ojos, lo pueden ver en Hechos 26, 18. Apúntenlo, después lo pueden leer. Hechos 26, 18. Lo pueden leer en Efesios 2. Efesios 2. Vean lo que dice Efesios 2. A lo mejor usted ha pensado, ¿cómo es posible que yo no pueda vencer esas tentaciones, esas adicciones? ¿Cómo es posible que tenga estos pensamientos? ¿Cómo es posible que se me salió esa mala palabra? Yo no quise decir esa mala palabra a mi profesor. Se me salió. ¿Cómo es posible que le haya pegado a mi esposa? ¿Cómo es posible? Nos dice Efesios 2. Él, hablando de Dios el Señor, os dio vida a vosotros cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire. el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y los pensamientos. Y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. Y luego nos dice, según de Timoteo, el apóstol Pablo le escribe una carta al joven Timoteo y le dice En 2 Timoteo 2 24, porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, aptos para enseñar al sufrido, que con mansedumbre corrija a los que se oponen. Y vean lo que dice la Biblia. Según el Timoteo 2, 25, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad y escapen del lazo del diablo en que están cautivos a voluntad de él. Los que no son cristianos están cautivos están en el lazo del diablo a voluntad de él. Pero la promesa y la elección de Marcos 4 es que Cristo vino a deshacer las obras del diablo. Cristo vino para rescatarnos y Él lo cumplió su propósito en la cruz. Dice, en cierto lugar, que Él anuló el acta de los decretos que había contra nosotros, quitándola de en medio, clavándola en la cruz, despojando a los principados y a las potestades diabólicas y los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz. Esa es la promesa del Evangelio. Y tú, de ti mismo, de ti misma, no puedes vencer las cadenas del diablo. No puedes. No puedes vencer tus pecados, tus tentaciones. No puedes de ti mismo escapar del aso del diablo. El diablo es muchísimo más fuerte que tú. Pero Cristo sí te puede rescatar. Cristo sí te puede salvar de tus pecados, sí te puede salvar del diablo. Entonces, en esta mañana yo te digo, corre a Cristo, pídele misericordia, que te perdone, que te ayude, que te salve, que te rescate del diablo. Oye, la primera lección, entonces, es que el Señor vino a deshacer las obras del diablo. Segunda lección, el Señor es el Hijo del Dios Altísimo, juez soberano sobre todo. El Señor es el Hijo del Dios Altísimo, pues soberano sobre todo. Vemos en el versículo 6, Marcos 5 6, cuando vio pues a Jesús de lejos, este es el demonio, acuérdense, el demonio, el demonio vio a Jesús de lejos, corrió y se arrodilló ante él, y clamando a gran voz, dijo, ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes, porque le decía, sal de este hombre espíritu inmundo. Y le preguntó, ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo, Legión, me llamo porque somos muchos. Y le rogaba mucho que nos lo enviase fuera de aquella región. Estaba allí cerca del monte un gran hato de cerdos pasiendo. Y le rogaron todos los demonios diciendo, envíanos a los cerdos para que entremos en ellos. Y luego Jesús les dio permiso. Y saliendo aquellos espíritus inmundos, entraron los cerdos, los cuales eran como dos mil, y el hato se precipitó en el mar por un despeñadero, y en el mar se ahogaron. Orden aquí que el demonio sabía exactamente quién era el Señor. No hay un demonio ateo. El diablo no es ateo. Santiago nos dice precisamente que los diablos, los demonios, creen en Dios y tiemblan. Y es muy cierto. Y lo vemos aquí. Y aquí identifican al Señor como Jesús, Hijo del Dios Altísimo. Lucas, en Lucas 8, registra que lo reconocen como el juez que los puede mandar a ser atormentados en el abismo. Quieren ir buscando, si son tan amables, Hechos capítulo 19, versículo 15. Pero déjenme decirles, mientras que lo busquen. Cuando yo era un predicador novato, muy joven, prediqué de Hechos 19, 15. Y lo que enfaticé del sermón, una frase, véanla, Hechos 19, 15, que me llamó mucho la atención cuando era joven. Hechos 19, 15. Son otros demonios, otra situación. Y el espíritu humano dice, en el versículo 15, Hechos 19, a Jesús conozco. Los demonios conocen al Señor. ¿Saben quién es? a Jesús conozco, y sé quién es Pablo, pero vosotros, ¿quiénes sois? Lo que enfaticé en el sermón cuando era joven, muy joven, fue, y el título del sermón era, sabe el diablo quién eres tú. Sabe el diablo quién eres tú. Pasando los años, 40 años después, yo no haría lo mismo hoy en día. Lo que recalcaría de este versículo de Hechos 19, el versículo 15, es la frase, a Jesús conozco. Porque lo último, hermanos, no importa si el diablo conoce nuestros nombres. No importa si el diablo conoce de qué estudié y cuáles fueron mis logros en la cristiandad. A lo último, lo que importa es quién es Jesús. Es por él, el hombre fuerte, que somos rescatados. Es por él y en él que somos salvos. ¡Nosotros! Noten también aquí, entonces solamente los demonios sabían exactamente quién era el Señor. Pero noten también aquí que el demonio no puede hacer nada sin el permiso del Señor. El demonio, el diablo, no puede hacer nada sin el permiso del Señor. Leímos en el versículo 12, le rogaron todos los demonios diciendo, envíanos a los cerdos para que entremos en ellos. Y luego Jesús les dio permiso. Los diablos no pueden hacer nada. Tienen que rogarle al Señor. Y si el Señor no les da permiso, no lo pueden hacer. Es imposible. Nuestra memoria cristiana aquí debe recordar lo que pasó en Job. El Señor le dio permiso primero para que le quitará sus hijos, sus ganados. Pero no lo toques, ¿se acuerda? Lo leímos. En Job capítulo 2, el diablo vuelve otra vez. Y esta vez el Señor le dice, muy bien, haz lo que tú quieras, pero no le quites la vida. Y le envía una sarna, bueno, sarna diríamos nosotros hoy en día, pero es una enfermedad, una dermatitis increíble. Se quería morir. El diablo no puede hacer nada sin el expreso permiso de Dios. Dios específicamente los limita. Eso es de mucha, mucha consolación para nosotros, de mucha paz para nosotros. El diablo es muy rugiente y es fuerte, pero está limitado, está encadenado. Dios solo le permitirá hacer aquellas cosas que nos ayuden en sus propósitos divinos. Lo repito. Dios solo le permitirá hacer aquellas cosas, aquellas aflicciones, aquellas enfermedades que nos ayuden en sus propósitos divinos. Entonces, hermano, hermana, al sufrir en esta vida, y no sé qué estás sufriendo tú, yo sé que estoy sufriendo yo, tú sabes lo que estás sufriendo, quién nos sufre, pero debemos de pensar, esto es del diablo. Pero Dios lo permitió. Dios sabe exactamente, específicamente, y lo va a usar para producir virtudes en mi vida. Lo va a usar para moldearme a la imagen de Cristo, como dice Romanos 8. Esa es una gran consolación esta. Recuerdo a Jonathan cuando me dijo de la enfermedad de su abuelita. Dice, es muy grave, cáncer de páncreas. Y dije, tenemos pocas semanas, pocos meses. Dios sabía, por supuesto, por adelantado, desde antes de la Fundación del Mundo. La familia, la conocí yo, a Doña Juanita. Me dio mucho gusto, porque lo primero que me dijo era de Guerrero. Yo soy de Guerrero también, hermana. Como se dice? Vivimos en el mismo país, vinimos de... Sí, de Guerrero. Tecpan de Galeana Guerrero soy yo. Triste, mucho dolor, no sabían qué hacer con el dolor. No habían querido hospitalizarla una vez. Pero todo eso, todo eso. Y aún en la mañana, cuando me avisaron del fallecimiento de la hermana Juanita, lo primero que se me ocurrió pensar es, hermana Juanita, ¿a dónde va a ir a la iglesia hoy? ¿Qué iglesia va a ir a la hermana? Ni adoración, ni albanza. estar en la presencia del Señor, alabándole por toda la eternidad. Qué gloriosa oportunidad. Bueno, me estoy saliendo del sermón y de lo que estaba pensando decirles, pero a lo que voy es, el Señor sabe, el Señor específicamente sabe cada cosa. ¿Cuántos cabellos tenemos? Se nos cae uno. El Señor específicamente lo permite. Además, noten que el Señor tiene potestad sobre la creación, no solamente sobre los demonios, pero tiene potestad sobre el mundo animal, sobre todo. En el versículo 11 leímos, estaba allí cerca del monte un granato de cerdos pasiendo. Le rogaron todos los demonios diciendo, envíanos a los cerdos para que entremos en ellos. Luego Jesús les dio permiso. Saliendo aquellos espíritus inmundos que entraron en los cerdos, los cuales eran como dos mil, el ato se precipitó en el mar por un despeñadero y en el mar se ahogaron. El Señor está sobre los cerdos, los kooshis, todos los animales. Y permitió que fueran poseídos por los demonios. Ahora, si usted le preguntan a los comentaristas o a los expertos, y he escuchado esto, ¿por qué es que los cerdos murieron en el mar? ¿Cómo es posible eso, que Dios permitió los pobres cerdos inocentes? Bueno, unos dicen, es que los cerdos prefirieron morirse en el mar ahogados que estar endemoniados. Tal vez, ¿verdad? Pero los cerdos no tienen espíritu, no tienen sabiduría espiritual. A lo último, ¿por qué corrieron como locos al mar y se ahogaron? La respuesta correcta es, porque el Señor lo quiso así. Su Creador los mandó correr al mar, caer y ahogarse allí. ¡El Creador! Ahora, si ustedes van y le preguntan a los cerdos, cerdos inocentes, ¿Dios es injusto? ¿Qué cruel es Dios? Por supuesto que no. Son los cerdos más felices del universo. Ellos te contestarían. Nosotros obedecimos a nuestro creador y así le damos toda la gloria con esto. Y es una historia que estará por toda la eternidad escrita en el Evangelio. Sabrán de nosotros, no sabrán de ningún cerdo, pero nosotros sí. Es otra cosa. Me voy allá. Pero al pensar en esto, tenemos que recordar que los cerdos eran un animal ilegal. Los judíos no podían comer cerdo. Es algo del mercado negro. Y creo que esta es parte de la razón por la cual los moradores de esa área le rogaron al Señor que se fuera de allí. Vean lo que dice el versículo 14. Para mí es increíble esto. Qué triste y qué trágico. Versículo 14. Y los que aposentaban los cerdos huyeron y dieron aviso en la ciudad y en los campos y salieron a ver que era aquello que había sucedido. y vienen a Jesús, y ven al que había sido atormentado el demonio, y que había tenido la legión, y estaba sentado, vestido, y en su juicio cabal, y tuvieron miedo. Y les contaron lo que había visto, y cómo le había acontecido al que había tenido al demonio, y lo de los cerdos. Y comenzaron a rogarle que se fuera de sus contornos, que se fuera Cristo de allí. ¿Por qué? Porque si Cristo se quedaba ahí, les destruiría otras cosas ilegales y otros cerdos ilegales que tenían ahí, y el Señor los condenaría a ellos, y a ellos los enviaría al abismo con los demonios. Él podía hacer eso. Él tiene gran poder y santidad, y eso fue lo que los asustó. Eso fue lo que los asustó. Pensándola bien, Que tragedia, que triste, que esos hombres no quisieron que Cristo se quedara, lo rechazaron, prefirieron sus vicios, sus borracheras, sus coches y sus pecados. Y como dicen Romanos 1, el Señor los entregó, a su idolatría, a sus inmoralidades, todo lo que hacían ilegalmente. Amigo, amiga, no vayas a hacer lo mismo esta mañana. Tú no vayas a hacer lo mismo esta mañana. No rechaces a quien te puede rescatar. Arrepiente de tus pecados, arrepiente de tus vicios y corre a Cristo, arrodíllate ante Él, pídele perdón. Tú te acercas al Señor y el Señor se va a acercar a ti. Segunda lección, el Señor es el Hijo del Dios Altísimo, Juez Soberano sobre todo. En penúltimo lugar, tercera lección, el Señor puede transformar al ser más endemoniado. El Señor puede transformar al ser más endemoniado. Una vez más, versículo 15, vienen a Jesús Ben, al que había sido atormentado del demonio y que había tenido la legión, estaba sentado, vestido, y en su juicio cabal, tuvieron miedo. El verano salí de vacaciones, como ustedes saben, a Carolina del Sur. Estuvimos un tiempo allá y vimos a unos amigos. Yo después supe, tienen graves problemas matrimoniales, graves, graves, graves problemas matrimoniales. 99% causados por el esposo. El esposo tiene muchas actitudes anticristianas, aunque se dice ser cristiano. Es muy triste, muy trágico. Y alguien me comentó, es imposible que este hombre cambie. Es imposible. Este tipo de hombres no cambia. Yo estuve alegando con la persona. Yo le dije, sí puede cambiar. Sí, sí, sí puede cambiar. No, no, no puede cambiar. Dios la puede cambiar. No, no, no. A ellos no, no, no pasa así. Esos hombres no cambian. Le dije, estás limitando a Dios. Estás limitando el evangelio. Estás limitando el poder salvador de Cristo. El Señor puede cambiar a cualquier hombre, a cualquier mujer. Puede rescatarlos, aunque estén endemoniados. Esta historia claramente, claramente nos enseña. El Señor puede transformar a cualquier hombre al ser más endemoniado. Aunque por años, por décadas, estemos en vicios, en pecados, en cosas horribles, en actitudes anticristianas, para el Señor no hay nada ni nadie imposible. Él puede cambiar nuestros corazones, nuestras vidas. Y puede ser que usted no sea un esposo malo. Puede ser que usted no sea una esposa mala. Es muy buena. Es más, puede ser que usted sea un ciudadano ejemplar, un estudiante ejemplar, nunca ha probado ni la marihuana ni la nicotina. Pero no se engañe. No se engañe. Usted puede estar tan esclavizado al diablo como ellos. Porque a lo mejor usted no es adicto a alguna droga, pero usted es adicto al dinero. Usted es adicto a la sensualidad. Usted es adicto a la diversión. Y a lo mejor ha caído en la gran, gran, gran trampa del diablo. ¿Saben cuál fue el pecado del diablo? ¿Saben por qué el diablo es diablo? Porque fumó marihuana. No, hermano. Porque cometió adulterio. No, hermano. No, no, no. Porque asesinó. No, no. ¿Por qué? ¿Por qué, hermano? Soberbia. Orgullo. Esa pasión desordenada de querer ser como Dios. soberbia y así tiene a muchos hombres y a muchas mujeres en sus lazos cautivos por nuestra soberbia. Orgullo de la autosuficiencia, el orgullo, la soberbia de ser muy estudioso, muy religioso, muy civil, muy generoso, mejor que los demás. Yo no soy como este hombre publicano, adóltero, ladrón. Yo voy los miércoles de oración por Zoom 715. Yo voy, ahí estoy. Yo no soy como esa hermana Tiburcia. Estás en los lazos del diablo si tú confías que Dios te perdona y te recibe por las cosas que tú haces o que tú logras aún como cristiano. El punto es, el Señor puede rescatar al hombre a la mujer más rebelde, más orgullosa, más pecadora. Entonces, amigo o amiga, ¡corre a Él! Ven tal como eres de pecador, como dice el himno. Ven a él, acércate a Cristo. Él se acercará a ti. Cristo promete, qué gran promesa la de Juan 6. El que viene a mí, yo no lo echo fuera. Pero Paco, yo soy drogadicto. Ven a Cristo, acércate a Él. Él no te echa fuera. Pero lo echo por décadas. Yo soy un adulto, un ladroño. Acércate a Cristo. Él no te echa fuera. Última lección. El Señor puede transformar al ser más endemoniado. Última lección. El Señor no quiere que todos seamos apóstoles, pastores, pero sí que todos contemos a los nuestros de su misericordia en transformarnos. Lo repite. Dice como que escuché algo mal. Lo dije bien. El Señor no quiere que todos seamos apóstoles, que todos seamos pastores, pero sí quiere que todos contemos a los nuestros de su misericordia en transformarnos. Fíjense con sus ojos lo que dice el versículo 18, porque aquí el Señor no le da permiso a alguien, no le da permiso. Al entrar Él en la barca, nuestro Señor Jesucristo vuelve a la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que le dejase estar con Él. Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo, vete a tu casa a los tuyos Cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo y cómo ha tenido misericordia de ti. Y se fue. Comenzó a publicar en Decapolis cuán grandes cosas había hecho Jesús con él y todos se maravillaban. El ex endemoniado, por gratitud, por amor al Señor, quería seguir al Señor como los apóstoles. Por así decirlo, quería ser parte de ese seminario móvil que el Señor tenía y enseñaba a esos apóstoles y a los discípulos. Pero el Señor le dijo, no, no. Escucha bien aquí, ojalá que nadie me malinterprete. No a todos los que el Señor salva los llama al ministerio. No a todos los que el Señor rescata, los llama a ser misioneros o pastores o misioneras. Hoy en día, escucha bien, hoy en día hay muchos púlpitos en los cuales hombres están predicando que no deberían estar allí. Muchos púlpitos, muchas iglesias muy débiles, destruidas, con muchos problemas. porque el pastor fue presionado a ser pastor. El pastor fue presionado por predicadores o por sus padres para que fueran al seminario y sirvieran al señor de tiempo completo. Tú tienes que servir al señor de tiempo completo. Y los pobres jóvenes Se sienten cristianos de segunda y no obedecen al llamado. Pero no es el llamado de Cristo. Es el llamado de un predicador que quiere mejorar sus estadísticas y mantener más reputación. ¿Y cuántos enviaste ahora al instituto? ¿Cuándo enviaste el seminario? ¿Cuántos están en tiempo completo en tu iglesia? Todo cristiano es cristiano de tiempo completo. en cualquier profesión. ¿Usted es ama de casa, jubilada, estudiante? ¿Usted es un cristiano de tiempo completo? ¿O acaso va a ser 50% para el diablo y 50% para Dios? Por supuesto que no. ¿Usted es 100% tiempo completo cristiano para Dios? En lo que sea. Habiendo dicho eso, por supuesto, por supuesto, por supuesto, yo quiero que el señor envíes, que envíe obreros a su mes y voy a orar por usted y voy a estar muy contento si alguno de la congregación quiere ser pastor y predicador. Y ya tenemos bastantes. Gracias a Dios. Urgen pastores en Agua Prieta. Me está contando el hermano Tedeo, la hermana Brenda. Urgen pastores en Agua Prieta. Hay mucha necesidad. Pero, pero, pero queremos solo los obreros que él llama y provea de dones para que edifiquen a su iglesia. Es lo que queremos. Y el punto aquí es positivo. El Señor quiere que algunos se queden en su casa, con los suyos, en sus profesiones, para que tengan la oportunidad de evangelizar a otros. Que así cuenten a otros, a los suyos, en su profesión, las grandes cosas que Dios ha hecho con sus vidas. Como el Señor tuvo misericordia. Es lo que debemos de hacer todos. Oye, en la película, ¿se acuerdan de la película? La crearía yo basada en este milagro. ¿Saben cómo al final a veces va una persona caminando y un paisaje muy bonito y todo? Bueno, hay un paisaje muy bonito en Decapolis. Es un área de Israel. al este de Israel, y vamos a imaginarnos ahí al ex endemoniado Garareno, que sale en la película, a lo último, cantando muy contento estas palabras. Cuán glorioso es el cambio operado en mi ser, viniendo a mi vida el Señor. Hay en mi alma una paz que yo ansiaba tener, la paz que me trajo su amor. Ya no voy por la senda que el mal me trazó, no sólo encontré confusión. Mis pecados pasados Jesús los borró. Él vino a mi corazón. Ni una sombra de duda oscurece su amor, amor que me trajo el perdón. La esperanza que aliento la debo al Señor. Él vino a mi corazón. Soy feliz por la vida que Cristo me dio. Él vino a mi corazón. Oremos. Padre Celestial, te pedimos ahora, Señor, que tú hagas la obra que nosotros no podemos hacer. Que el Evangelio predicado llegue a nuestros corazones, nos transforme, envíe a tu Espíritu que nos convenza de nuestros pecados, nos consuele, nos ilumine, nos anime, que sea el paracleto que necesitamos y nos lleve a Cristo. Te pedimos por sus méritos, Señor, que podamos descansar en este día, sabiendo que hemos sido rescatados de nuestra vana manera de vivir, que estamos lazos, cautivos a la voluntad del diablo, pero Tú nos has rescatado para darte la gloria, para vivir para Ti, agradándote en todo. Ayúdanos, Señor. Motívanos en este día. Danos de tus promesas y esa tarde que podamos participar de la mesa del Señor y que este evangelio predicado esta mañana llegue más a nuestros corazones y los selles en tu en tu bondad y misericordia. Te pedimos por nuestros hijos, pedimos por los niños en la escuela dominical, cada uno de ellos, que ellos también puedan seguir tus pasos y seguirte y perseveren hasta el final. En Cristo Jesús. Amén. Amén. Pues de pie vamos a despedirnos, hermanos.
El Señor te puede cambiar
Series Marcos
Tomemos ánimo de la historia del endemoniado Gadareno. El Señor te puede cambiar, por más dificil que sea tu caso.
Sermon ID | 101124315597547 |
Duration | 41:41 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Mark 5:1-20 |
Language | Spanish |
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